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23 septiembre 2016

La tecnologia nos hara esclavos

 ESTA TECNOLOGIA NO NOS HACE AVANZAR DE VERDAD:


Del ensayista norteamericano  Nicholas Carr (ex director de la Harvard Bussines Review):
Atradados Nicholas Carr
La automatización supone,  una amenaza para el empleo y convierte a los trabajadores en accesorios de la máquina, en ejecutores de labores cada vez más mecánicas, al externalizarse capacidades intelectuales. “Es muy triste. No solo supone una amenaza para el sustento de la gente, sino que nos convierte en observadores más que en actores. Nuestra experiencia y múltiples estudios psicológicos demuestran que implicarse es la forma de estar satisfecho en el trabajo”.

Este proceso se ve alimentado por una doble fuerza: por un lado, las empresas potencian la automatización en pro de la eficiencia y la cuenta de resultados. Y por otro, los trabajadores aceptan de buen grado estas tecnologías:

“Nos inclinamos hacia ellas porque nos ofrecen la ilusión de que tendremos más tiempo libre”. Ahí está la trampa. “Muchos emprendedores e inversores de Silicon Valley nos dicen: ‘Esto mejorará nuestras vidas, nos liberará’.

Esa retórica utópica esconde el hecho de que, en muchos casos, las tecnologías no están haciendo nuestras vidas mejores, ni nos están dando mejores trabajos o actividades, sino que están haciendo cada vez más ricos a los plutócratas de Silicon Valley”.

Carr, rechaza que en este caso se trate del viejo miedo a la máquina de los tiempos de la Revolución Industrial: “Hay una gran diferencia: los ordenadores pueden hacer ahora muchos más tipos de trabajo: no solo se hacen con los de producción, mediante robots, sino que se hacen con los analíticos. Esta vez asistiremos a una pérdida neta de empleos”.


El ensayista norteamericano lleva su reflexión más allá. Existe, dice, una amenaza para nuestra libertad. “La gente hace amistades automatizadas por empresas como Facebook o Twitter, lo que supone que cada vez elabora menos sus propios pensamientos. El ordenador se apodera incluso de áreas íntimas de nuestra vida”.

"Nos inclinamos hacia ellas porque nos ofrecen la ilusión de que tendremos más tiempo libre"

P. ¿Cree usted que la tecnología, de algún modo, puede hacer que seamos menos libres?

R. Sí, así lo creo. La libertad empieza con la libertad de pensamientos, que significa la habilidad de controlar tu propia mente, a qué prestas atención, qué consideras importante. Y ahora que llevamos computadoras encima todo el tiempo, en forma de teléfonos inteligentes, tabletas o lo que sea, el ordenador determina cada vez más adónde se dirige nuestra atención. Las empresas de software y de Internet saben muy bien qué es lo que atrapará nuestra atención. Cuando empezamos a regalar el control de nuestra mente y de nuestra atención, perdemos una fuente muy importante de libertad y libre albedrío.


P. ¿Es un peligro para nuestra sociedad que nuestras búsquedas de información, o compras, estén guiadas?
R. Hay algoritmos secretos que, en cierto modo, nos están manipulando.


P. ¿Nos están manipulando?
R. Lo estamos en muchos casos. Facebook determina con sus algoritmos lo que ves de tus amigos.

Pero como no informa de sus algoritmos, no sabemos qué intenciones tiene, por qué nos enseña una cosa y no la otra. Si haces una búsqueda en Google, son sus algoritmos secretos los que determinan lo que vas a ver y no sabemos cómo escogen lo que nos muestran. Podemos tener la esperanza de que su manipulación es benigna, que nos están ayudando, pero no podemos estar seguros de ello.

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/09/19/actualidad/1411146383_037635.html

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La tecnologia no esta pensada para hacernos la vida mas facil, esta pensada para concentrar el poder y facilitar los negocios de un puñado de bancos y empresas

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en el enjambre-byung-chul han-9788425433689

EN EL ENJAMBRE

BYUNG-CHUL HAN

, 2014



  • Nº de páginas: 112 págs.
  • Encuadernación: Tapa blanda
  • Editorial: HERDER
  • Lengua: CASTELLANO
  • ISBN: 9788425433689


¿De qué modo la revolución digital, internet y las redes sociales han transformado la sociedad y las relaciones? Han analiza las diferencias entre la «masa clásica» y la nueva masa, a la que llama el «enjambre digital».

El «enjambre digital», a diferencia de la masa clásica,
consta de individuos aislados, y carece de alma, de un
nosotros capaz de andar en una dirección o emprender
una acción política común. 
La hipercomunicación digital
nos aleja más del otro, bajo la ilusión que nos acerca,
y destruye el silencio que necesita el alma para reflexionar
y ser ella misma. Se percibe solo ruido, sin
sentido, sin coherencia. Todo ello impide la formación
de un contrapoder que pudiera cuestionar el orden establecido,
que adquiere así rasgos totalitarios.

«El hombre teclea en lugar de actuar», dice
Han. Hemos sometido las máquinas que nos explotaban,
pero ahora «son los aparatos digitales los que nos
esclavizan, transformando todo lugar en un lugar de
trabajo.»

Se ha dejado atrás la Biopolítica y nos dirigimos
a la era de la Psicopolítica,
El psicopoder es más eficiente que el biopoder ya que, con ayuda de la vigilancia digital, controla y mueve a las personas desde dentro,
incidiendo en los procesos psicológicos inconscientes.

 

 

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somos los "tontos utiles":

SERVIDUMBRE VOLUNTARIA 

ESCLAVITUD VOLUNTARIA

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El día que Steve Jobs prohibió que sus hijos usaran el iPad:

Sorprendentemente, la mayoría de los gurús tecnológicos limitan su acceso a los pequeños //

 "Es porque hemos visto de primera mano los peligros de la tecnología. Lo he visto en mí mismo"

Hace muchos años circuló como mito urbano la historia de un alto directivo de la marca Coca Cola que tenía terminantemente prohibido que sus hijos consumieran en casa el famoso refresco. En lugar de ello, mucha agua y zumos naturales…
Pues resulta que algo similar parece que ocurrió en su momento dentro de las paredes de la residencia del visionario Steve Jobs, el fundador de Apple, el magnate de la industria tecnológica, uno de los hombres más importantes de finales de siglo XX e inicios del XXI, al menos en lo que a avances tecnológicos respecta.


Steve Jobs sujeta en 2010 lo que entonces era el nuevo iPad. (Getty Images)Steve Jobs sujeta en 2010 lo que entonces era el nuevo iPad. (Getty Images)
De acuerdo con un artículo escrito por Nick Bilton para el New York Times, el periodista rememora la ocasión, a finales de 2010, en que supuso delante de Jobs que los hijos de este adorarían el iPad. Pero cuál  sería su sorpresa cuando supo de muy buena fuente que la familia Jobs, con cuatro hijos nacidos entre 1978 y 1998, regulaba el acceso de sus vástagos a la tecnología.
“No lo han utilizado”, fue la respuesta del también primer accionista individual de The Walt Disney Company. “Limitamos la cantidad de tecnología que nuestros hijos usan en casa”, recalcó.
Bilton confiesa que se había imaginado el interior de la casa familiar plagado de pantallas táctiles, la mesa del comedor confeccionada a base de azulejos iPads, además de iPods bajo las almohadas de las habitaciones de los invitados, como si fueran cajas de chocolate que se regalan a los amigos…
De ahí que el columnista del New York Times no dude en calificar al cofudador de Píxar como un padre low-tech. Lo curioso es que al parecer Jobs no fue el único. De acuerdo con este artículo, no son pocos los ejecutivos de la alta tecnología que controlan, a veces con mano dura, el acceso de sus hijos a los artefactos y programas que ellos mismos idean, fabrican y promueven.

CHRIS ANDERSONUno de estos padres restrictivos es Chris Anderson, ex editor de Wired y ahora mismo Director Ejecutivo de 3D Robotics, un fabricante de aviones no tripulados, quien ha establecido controles parentales para todos los dispositivos tecnológicos de su hogar.
"Mis hijos nos acusan, a mí y a mi esposa, de ser unos fascistas –ha confesado Anderson-, excesivamente preocupados por la tecnología; dicen que ninguno de sus amigos sigue en sus casas las mismas reglas".
Sus palabras se muestran más graves cuando admite: "Es porque hemos visto de primera mano los peligros de la tecnología. Lo he visto en mí mismo, no quiero ver que eso suceda a mis hijos", recalcó.
En casa de Alex Constantinopla, por ejemplo, Director Ejecutivo de la Agencia OutCast, una firma tecnológica centrada en comunicación y marketing, el hijo menor de cinco años tiene prohibido el uso de aparatos de lunes a viernes, mientras que los otros dos mayores, de entre 10 y 13 años, disponen sólo de 30 minutos al día en los días de escuela.

EVAN WILLIAMS
Por su parte, Evan Williams, fundador de Blogger, Twitter y Media, y su esposa, Sara Williams, no esconden que, en lugar de iPads, sus dos hijos tienen cientos de libros “que se pueden tomar y leer en cualquier momento”.

Evan Williams habla durante una conferencia en San Francisco, en 2012 (REUTERS/Stephen Lam)Evan Williams habla durante una conferencia en San Francisco, en 2012 (REUTERS/Stephen Lam)
Según algunos estudios, los niños menores de 10 años parecen ser más susceptibles a convertirse en adictos a la tecnología, por lo que los padres más atentos a este problema reducen a cero su uso durante los días de estudio. Y luego, durante el fin de semana, el acceso al iPad y a los teléfonos inteligentes puede ir de los treinta minutos a las dos horas…

Para los niños entre 10 y 14 años, el uso de la computadora estaría autorizado durante la semana, pero solo si se trata de hacer los deberes escolares.

Llama la atención de este analista y de buena parte de la sociedad que sean los mismos implicados en el sector tecnológico quienes lancen una señal de alarma al resto de los factores de la sociedad sobre la exposición a contenidos nocivos como la pornografía o el mismo acoso entre menores, además de la alarmante tendencia a la adicción infantil hacia toda una seductora variedad de dispositivos tecnológicos y redes sociales de los que nosotros, hace apenas veinte o treinta años, no teníamos ni la más remota idea.

Y como Steve Jobs falleció en octubre de 2011 sin que Nick Bilton le hiciera la segunda parte de la pregunta, a este no le quedó más remedio que acercarse a Walter Isaacson, el biógrafo del genio de Palo Alto: “¿Qué hacían los hijos de Jobs cuando estaban en casa?”


“Todas las noches –relató el amigo del genio-, Steve se reunía a cenar con su familia en la larga mesa de la cocina, y allí conversaban sobre libros, sobre historia y muchas cosas más. Nunca nadie sacó un iPad o una computadora. Y sus hijos no parecían en lo absoluto adictos a esos dispositivos.”
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ESTAMOS PERDIENDO NUESTRA CAPACIDAD DE CONCENTRACION Y LECTURA PROFUNDA. 

Los efectos de la exposición a internet y las pantallas en la lectura profunda despiertan preocupación entre los científicos. ¿Por cuánto tiempo se mantiene la atención en un texto? 

Un martes cualquiera, a las 8:30 de la mañana, el andén del metro de Madrid es una colección de hombres y mujeres con la nuca doblada. Miran las pantallas de sus móviles y leen al ritmo que marcan las yemas de sus dedos que suben y bajan. Esta imagen se repite por las calles de España, en las salas de espera del médico, en las colas de los supermercados. Leemos mucho, a todas horas y a trompicones. El cambio en la forma de leer y procesar la información se ha convertido en una creciente fuente de observación y preocupación entre neurocientíficos y psicólogos, que temen que nuestra capacidad de concentración y de leer en profundidad esté mermando.

Los cient
íficos trabajan con la hipótesis de que la forma de leer en internet, rápida, superficial y saltando de una información a otra junto a la expansión de las redes sociales y de los teléfonos inteligentes, han cambiado no solo nuestra forma de leer sino también nuestro cerebro.

 
Es muy plausible que la lectura profunda sea menos compatible con la lectura en las pantallas y que sea más difícil concentrarse porque las redes sociales, los correos, los anuncios web compiten por la atención del lector. Ese es el patrón que emerge de numerosos experimentos, indica Anne Mangen, del Centro para la Investigación y la Educación Lectora de la Universidad de Stavanger, en Noruega, y presidenta de la plataforma europea E-Read.

Hasta aqu
í, la sinopsis de este artículo compuesta por tres párrafos introductorios de fácil lectura en internet, con enlaces que le permitirán saltar a otras páginas. A partir de ahora viene el resto del artículo, mucho más largo y en el que se desarrollarán las afirmaciones arriba expuestas. Es muy probable, sin embargo, que usted no llegue hasta el final, que se distraiga y corra a comprobar los mensajes de su móvil o salte a otra web. No se preocupe, no será el único.

Maryanne Wolf, neurocient
ífica cognitiva de la Universidad estadounidense de Tufts, es un referente en la materia. Temo que la lectura digital esté cortocircuitando nuestro cerebro hasta el punto de dificultar la lectura profunda, crítica y analítica, explica por teléfono Wolf, quien accede a abandonar por unos minutos su encierro californiano, donde trabaja en su próximo libro sobre la lectura. Nuestra mente es plástica y maleable y es un reflejo de nuestros actos. Las investigaciones nos dicen que ha disminuido mucho nuestra capacidad de concentración. Los jóvenes cambian su atención unas 20 veces a la hora, de un aparato a otro. Cuando se sientan a leer, tienden a reproducir esa lectura interrumpida y en zigzag. Tenemos que ser conscientes de que estamos en medio de un cambio muy profundo

Wolf cree que el momento hist
órico que más se asemeja a la revolución actual fue la transición de los griegos de la cultura oral a una centrada en la escritura. Sócrates, gran defensor de la cultura oral, protestó contra la cultura escrita, porque pensaba que era el único proceso intelectual capaz de probar, analizar e interiorizar conocimientos y de conducir a los jóvenes a la sabiduría y la virtud, explica Wolf. Las ideas escritas, creía, cortocircuitarían este proceso.

En 2010, David Nicholas present
ó con la University College de Londres un estudio que dio la vuelta al mundo y que puso el foco en lo que llamaron la generación Google y que concluyó que los nativos digitales, nacidos a partir de 1993, eran más incapaces de analizar información compleja y más propensos a leer a toda prisa y de forma más superficial. Desde entonces, los teléfonos inteligentes y las redes sociales han ocupado parcelas y minutos de nuestras mentes antes liberados. El último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) resalta la rápida penetración de los smartphones en España y cifra en 73.3 las conexiones por cada 100 habitantes. Neurólogos y psicólogos confirman ahora que aquel diagnóstico no ha hecho más que empeorar. Nuestro cerebro ha perdido capacidad de concentración. La gente ya no quiere leer largo y profundo. El cambio es rapidísimo y los teléfonos inteligentes han acelerado este proceso porque hacen además que la gente lea en movimiento, lo que supone una distracción adicional. Las implicaciones para nuestra cultura y nuestra sociedad son inmensas.

Andrew Dillon, catedr
ático de Psicología de la Información de la Universidad de Austin, en Texas, es otro de los grandes estudiosos del fenómeno y no alberga dudas de que asistimos a un cambio en nuestra forma de leer. Durante siglos apenas ha habido cambios. Aprendíamos a leer y a lo largo de nuestra vida íbamos perfeccionando esa habilidad. Ahora todo eso ha cambiado. Vamos saltando de un vínculo a otro. Leemos mucho, pero de una forma muy superficial. Como sociedad, estamos perdiendo la capacidad de formular ideas profundas y complejas. Corremos el riesgo de estar atontándonos, de pensar de manera más simplista y fragmentada. Tenemos que dar a la mente la oportunidad de manejar ideas complicadas.


Los expertos como Maryanne Wolf, autora de Cómo aprendemos a leer, recomiendan reservar un tiempo cada día para desconectar de las pantallas y de internet para recobrar el sosiego y la concentración necesarios para la lectura profunda. Wolf explica que no solo basta con sentarse y coger un libro. Aconseja dejar fuera de la habitación el móvil y la tableta para no sucumbir a la tentación. Hay que hacer un esfuerzo consciente, porque cada vez nos bombardean con más información. La tecnología que hemos creado es un imán para la lectura superficial, coincide Andrew Dillon, decano de la Facultad de la Información de la Universidad estadounidense de Austin (Texas).

Mangen, la investigadora noruega, ha realizado tres estudios empíricos en los últimos años para analizar el impacto de las pantallas en la lectura. En uno de ellos, chicos de 15 años leyeron textos de cuatro folios en papel y otros lo hicieron en formato digital. Cuando les examinaron de comprensión lectora, vieron que los que habían leído en papel habían comprendido mucho mejor el texto. En otro de sus experimentos participaron adultos canadienses a los que se les dio un relato muy triste. Los que leyeron en papel mostraron mayor empatía que los que usaron una tableta. Mangen, como otros expertos, advierte de que aún no se pueden extraer conclusiones generales, en parte porque habrá lecturas que se beneficien del uso de las pantallas, pero la profunda probablemente se resentirá.

La misma cautela transmite Ladislao Salmerón, uno de los dos representantes españoles en el proyecto de investigación europeo. Asegura, sin embargo, que algunos estudios sugieren que la información digital nos proporciona la sensación de una falsa facilidad para analizar los datos y que el miedo es que esa sensación se traslade al ámbito de la lectura profunda, uno de los actos más complejos del ser humano. Salmerón, experto en hipervínculos de la estructura de investigación interdisciplinar de la lectura de la Universidad de Valencia, asegura que es muy difícil establecer una causalidad unívoca entre los hábitos de lectura digital y la concentración o la impaciencia. Ha estudiado el movimiento ocular durante la lectura de estudiantes de 13 y 14 años y ha concluido que los alumnos buenos en papel leen mejor también en digital, siempre que utilicen las estrategias de lectura profunda y no abusen del escaneo.

Uno de los estudios a los que Salmerón hace referencia es el de R. Ackerman y M. Goldsmith, de la Universidad de Haifa (Israel), que concluye que los alumnos que utilizan la pantalla estudian menos tiempo que los que leen los mismos textos en papel, porque la lectura en pantalla genera la sensación de falso aprendizaje y dejan la tarea antes de tiempo. Otro, de la Universidad de Northwestern (EUA), estudió a padres que leen a sus hijos con una tableta y otros que les leen un libro en papel. Estos últimos dedican más tiempo a comentar cuestiones relacionadas con la historia y su vocabulario, mientras los primeros comentan más elementos técnicos (cómo encender el aparato, para qué sirven los botones) durante la lectura. Otro más, de la Universidad de Connecticut, examinó los efectos de la multitarea en los estudiantes y concluyó que los estudiantes que mensajeaban mientras leían un texto demostraban una comprensión lectora mucho peor.

Naomi Baron, lingüista de la American University y autora de Words Onscreen: The Fate of Reading in a Digital World, explica ha realizado experimentos con universitarios de Estados Unidos, Alemania, Japón y Eslovaquia que indican que se concentran más y mejor cuando leen en papel. Cita estudios que hablan de una cierta resurrección de la lectura en papel. Hace tres o cuatro años, en Estados Unidos y en Reino Unido mucha gente pensó que la lectura digital iba a acabar con la lectura en papel. Los últimos dos años demuestran que la gente sigue comprando libros. Para Baron, la cuestión no es tanto el soporte, papel o digital, sino más bien las distracciones inherentes a la conexión a internet y a las redes sociales. Tengo alumnos para los que la lectura es el tiempo que transcurre hasta el siguiente bip que les anuncia que tiene un mensaje en el móvil, que un amigo ha actualizado su Facebook, o que tiene un wasap. El problema es la sensación que producen las redes sociales de que siempre tienes que estar disponible para contestar. Es muy difícil concentrarse, porque la hiperconexión hace que temas estar perdiéndote algo. Somos socialmente más inseguros y estamos más estresados.

Insiste además, en que la multitarea, a diferencia de otras actividades, no mejora con la práctica. Si tocas el violín y practicas mucho, acabarás tocando mejor. El problema es que cuando haces varias cosas distintas a la vez estoy escribiendo y salto a comprar un billete por internet- los estudios psicológicos concluyen que no lo haces tan bien como si haces una sola cosa, por mucho que ejercites la multitarea.

Los expertos como Wolf recomiendan un tiempo diario de desconexión. No solo basta con coger un libro. Hay que alejar el móvil y la tableta para no sucumbir a la tentación. Es importante reservar un tiempo cada día para leer desconectados de internet. Hay que hacer un esfuerzo consciente, porque cada vez nos bombardean con más información, aconseja Dillon.

Lector, ¿sigue ahí?

En España, el fenómeno está menos estudiado, en parte, porque la expansión de la vida digital ha sido más tardía que en el mundo anglosajón, explica Antonio Basanta, director de la fundación Germán Sánchez Ruipérez: En España no hay estudios fiables. Datos de la Federación de gremio de editores sí indican que se venden menos libros: 153,830,000 ejemplares en 2013 frente a los 228,230,000 de 2010. El último barómetro del CIS indica además que la mitad de españoles no compró ningún libro en 2014 y que el 35 % no lee nunca o casi nunca.

Al contrario que sus colegas anglosajones, Basanta mira al futuro de la lectura con gran optimismo. La tele y la radio también iban a ser una catástrofe. Nunca se ha leído tanto en el mundo ni ha habido tanta información disponible. Si se maneja bien, puede ser algo extraordinariamente positivo. No se trata de poner puertas al campo, sino de adiestrar a las personas para que extraigan el máximo rendimiento de los distintos tipos de lecturas, de la unívoca y de la plural. Picotear o leer con profundidad no son acciones antagónicas, son complementarias. Sí, hay una oferta que nos invade, pero lo que tenemos que hacer es tomar de nuevo el timón. Basanta cree que la escuela es el lugar en el que la convivencia de las lecturas debe convertirse en un objetivo prioritario. El sistema educativo no les enseña esas capacidades.

Un domingo de mayo, a última hora de la tarde, una quincena de personas se reúne para diseccionar Noticias de un secuestrode Gabriel García Márquez. Forman parte del club de lectura El Ciervo Blanco y la mayoría hace décadas que dejó atrás la escuela. En general, reciben internet, los ebooks, las tabletas con los brazos abiertos, dicen que les permiten profundizar y acceder a información de una forma inimaginable hasta ahora. No tienen miedo a que su forma de leer se vea afectada por las nuevas tecnologías. Tengo muchas décadas de libro. No creo que vaya a cambiar mi forma de leer de un día para otro, piensa Susana Gutiérrez, una abogada de 52 años que hoy participa en la tertulia.

En la otra punta del corrillo literario se sienta Virginia Jiménez, maestra de primaria de 33 años. Su visión difiere bastante de la de sus colegas más veteranos. Yo lo noto mucho. Ahora me cuesta mucho más concentrarme. A veces leo y tengo que volver a leer lo mismo porque no me entero. Cuenta que sus alumnos sufren todavía más el cambio. No se centran y tienen poca capacidad para esperar. Van muy rápido, a lo superficial y no entienden lo que leen, tampoco los que son buenos alumnos. Les preguntas dónde sucede la historia y te responden que la semana pasada. Este artículo termina aquí. Ya puede pasar a la siguiente tarea.


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Vivimos una época de embriaguez tecnológica en la que todos nos inclinamos fascinados ante el becerro de oro de las nuevas tecnologías.
Sin embargo, debemos hacernos una pregunta antipática:
¿constituyen todas estas nuevas tecnologías avances productivos o tecnologia banal?
¿Por qué entonces se ha ralentizado el crecimiento de la productividad en los países desarrollados?

Dado que el tiempo es un recurso evidentemente escaso (una constante desde el albor de los tiempos es que el día tiene sólo 24 horas), la clave del progreso material a largo plazo es el aumento de la productividad, es decir, cuánto más logramos producir en esas mismas 24 horas:
todo aquello que nos haga ganar tiempo es un aumento de la productividad, y todo aquello que nos haga perder tiempo supone una caída de la misma.



Los revolucionarios avances posteriores a la Revolución Industrial supusieron enormes ahorros de tiempo. Hasta entonces y durante milenios, la productividad apenas aumentaba y, en consecuencia, generación tras generación las familias disponían prácticamente de los mismos recursos que sus antepasados más lejanos. Las granjas del s. XVIII, por ejemplo, eran muy parecidas a las de los tiempos de Roma.

Con la Revolución Industrial, y por primera vez en la Historia, se sustituyó la fuerza bruta del hombre y de los animales por la de la máquina, primero con la máquina de vapor y, posteriormente, con la electricidad y el motor de combustión.


También por primera vez el tren, al barco a motor, al automóvil y, finalmente, al avión lograron una inimaginable reducción de tiempos de viaje acortando distancias. Hasta principios del s. XIX los hombres viajaban de la misma forma (a pie y a caballo) y los barcos utilizaban la misma tecnología (la vela) que en el Antiguo Egipto, casi 5.000 años antes.

Por primera vez, la electricidad permitió no depender de la luz diurna y la noche pudo transformarse en día sin encender fuego. Se inventaron el telégrafo y el teléfono, la radio y la televisión, por lo que también por primera vez el hombre pudo comunicarse a distancia, transmitir sonido e imágenes y conservarlas.

El frío artificial hizo posible la conservación de alimentos, el aire acondicionado, el progreso en climas cálidos, los electrodomésticos liberaron tiempo y trajeron confort, la producción en cadena permitió un increíble abaratamiento de los bienes, los fertilizantes hicieron posible multiplicar la producción de alimentos con la misma superficie de tierra cultivable (otro recurso escaso) y el desarrollo de materiales como el acero, el plástico y la fibra de vidrio facilitaron la fabricación de bienes impensables hasta entonces.


Todo ello fue posible gracias a la energía barata provista por combustibles  como el carbón y el petróleo, hoy tan grotescamente denostados, sin cuya abundancia y eficiencia energética resulta impensable tamaño salto de progreso de la Humanidad.


Desde el punto de vista humano, el aumento de la productividad siempre ha tenido su origen en el ingenio y tenacidad de una minoría de inconformistas capaces de apoyarse en el conocimiento y la experiencia acumulados por generaciones precedentes y, simultáneamente, cuestionar creencias arraigadas y limitantes desafiando el statu quo en la terca convicción de que mejorar es posible. Estos inconformistas son científicos, inventores y también empresarios, cuyo papel en el aumento de la productividad a través de las mejoras del proceso productivo suele ser ignorado.


Por ejemplo, entre 1909 y 1919 Henry Ford, inventor de la producción en cadena, pasó de fabricar 18.000 coches anuales a fabricar 1.000.000 con tal eficiencia productiva que, en el mismo período, pudo bajar el precio medio de cada Ford T cerca de un 50%, doblar el salario mínimo en sus fábricas y lograr beneficios año tras año (frente a tantas “empresas” tecnológicas actuales en las que los beneficios, como Godot en la obra de Beckett, nunca llegan).


Pues bien, este salto tecnológico brutal se produjo, fundamentalmente, entre principios del s. XIX y el segundo tercio del s. XX, y supuso un enorme ahorro de tiempo.



Desde entonces, la productividad en los países desarrollados parece haberse ralentizado, conviviendo avances en el campo de la robótica y la automatización de rutinas con mejoras marginales poco destacables en multitud de productos, evoluciones más que revoluciones.

Esta disparidad entre la percepción generalizada de estar viviendo inmersos en increíbles avances tecnológicos y una mediocre mejora de la productividad causa cierta perplejidad.



Es cierto que muchas innovaciones recientes sólo están dirigidas a la miniaturización y a un ocio generalmente poco inteligente, más que a aumentar la productividad. Incluso el extraordinario invento de internet parece haber tenido un efecto relativamente efímero en la productividad y puede haber caído ya en manos de la ley de rendimientos decrecientes.



De hecho,

¡cuánto tiempo perdemos con ciertas aplicaciones de las nuevas tecnologías como el email o los teléfonos móviles, en los que tecleamos como taquígrafos enloquecidos salivando como perros de Pavlov cada vez que oímos el aviso de que alguien nos ha escrito alguna nadería!

¿Y qué decir del tiempo perdido en las redes sociales (o deberíamos decir asociales), esos instrumentos de propaganda y linchamiento organizado, de control de la población, de fomento de la esclavitud del qué dirán y de incitación a todo tipo de adicciones?

Así surge una pregunta incómoda para una sociedad que sufre de histeria tecnológica:
¿es comparable el salto producido entre 1800 y 1970 con el producido por los cambios tecnológicos del último medio siglo? Pongámoslo de otra manera.

¿Qué valoraría más un hogar africano pobre:
agua corriente, electricidad, teléfono fijo, electrodomésticos, fertilizantes, aire acondicionado y un coche, o un ordenador con internet, un móvil llenito de aplicaciones y un perfil en las redes sociales?

basado en articulo de Expansion 05/2017

13 septiembre 2016

ESTAMOS VIGILADOS y CONTROLADOS - INTERNET NO ES DEMOCRATICO

2018:
 
Stallman - uno de los creadores del sistema operativo linux - que sustituye gratuitamente al windows -  lucha tanto por la libertad personal y de la sociedad que en el bolso de sus pantalones nunca lleva un móvil.

Dice que apagarlo no sirve para que evitar que se anule la señal con la que se rastrea el movimiento de las personas. Este control le desagrada: «Cada dos o tres minutos el teléfono emite una señal y se puede saber dónde estás».

Asimismo, se muestra en contra de los coches autónomos. Explica que este sistema es una 'puerta trasera' para que «la Policía sepa en cada momento donde están las personas» y él nunca usará un vehículo Uber, ya que esta empresa controla dónde están los usuarios.

Libros borrados

El lema 'la cultura nos hace libres' no es extrapolable al mundo digital, según explicó ayer este programador. Alega que gracias al lector de libros de Amazon, esta empresa «espía todo lo que lee el usuario».

Además, recordó que en 2009 esta compañía borró de internet varios ejemplares del libro de George Orwell '1984'.

Esta decisión originó numerosas críticas y los dueños de esta compañía «prometieron que no volverían a cometer esta acción». Pero no cumplieron su palabra.  .....


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UN ESTADO POLICIAL SIN RESISTENCIA:

LINK :

http://cincodias.com/cincodias/2016/11/16/videos/1479316105_337117.html#?id_externo_promo=15112013-home-lomasvisto-modulo-001-cds


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La compañía, que hasta ahora almacenaba en bases de datos distintas la información de sus usuarios en función de los servicios que utilizaba (Gmail, Google+, Picasa...), ha decidido ahora unificar todos estos datos lo que ha creado una gran polemica...
Una medida que implica que la compañía podrá integrar toda esa información personal, cruzarla y aprender así más de cada usuario....
PERO ES MUCHO MAS:

El empresario del sector de la tecnología desde 1998 e inversor privado en empresas de carácter innovador, y autor del blog Sumando ideas,Alejandro Suárez Sánchez-Ocaña ha presentando su nuevo libro Desnudando a Googleen el que pone de relieve cómo opera éste gigante de la Red y quiere hacer que el lector se cuestione cómo paga los servicios gratuitos o qué hace Google con sus datos personales.
Según los cálculos que hace usted en su libro Google ha tenido grandes beneficios en España y sin embargo su tributación en nuestro país ha sido muy escasa. ¿A que se debe esto?
La empresa que tiene como lema "poner a nuestra disposición toda la información del mundo", es extremadamente opaca con la suya propia. ¿Paradójico, verdad? Nadie sabe a ciencia cierta, ni Hacienda, cuánto dinero gana Google en España.
Yo estimo en mi libro que podría ser en 2010 una cantidad entre 450 y 550 millones de euros, incluso podría ser más por el perfil de los clientes de Google, que están basados en el long tail y es la única empresa que llega gracias a su fantástica segmentación publicitaria a miles de pymes, no sólo a grandes anunciantes.
En el año 2009, pese a tener un enorme volumen de ganancias, que podría llegar a representar entre el 45 y 55% del sector de la publicidad online en España, la compañía declaró un volumen de negocio de 18 millones de Euros, y un ridículo beneficio de 49.876 euros, pagando por lo tanto 26.419 euros en concepto de impuesto de sociedades.
Ojo, ésta empieza a ser una práctica habitual, no sólo de Google sino de muchas empresas multinacionales, especialmente americanas, en los sectores farmacéuticos y tecnológicos. No sólo Google comete estas prácticas, pero sí es un caso especialmente sangrante por su volumen y porcentaje del negocio de internet que representa, además de lo que implica como deslealtad a un país y sus ciudadanos en un momento como el actual, en que la Hacienda pública, por su necesidad de impuestos está aumentando la presión fiscal a nuestras empresas y asalariados, mientras hay enormes brechas como estas en el sistema.

LOS SERVICIOS SECRETOS DE WASHINGTON PUEDEN DESTRUIR A CUALQUIER PERSONA CON SOLO APRETAR UN BOTON: 
¿Ocurre igual en otro países de la Unión Europa?
Sí. Es una situación generalizada, y como digo en ella entran otras empresas tecnológicas como Facebook o Apple. Estas empresas aprovechan las facilidades o la ineptitud de nuestros gobernantes para venir a nuestros mercados invirtiendo lo mínimo, facturando lo máximo y repatriándolo. No podemos permitirnos esa situación.



Google y Facebook han incrementado el gasto federal de 'lobbying' para presionar a politicos
http://www.entrebits.com/noticias/google/google-y-facebook-multiplican-dinero-que-gastan-en-presionar-politicos.html

¿Y utiliza paraísos fiscales?
Eso es lo más sangrante. Hasta hace poco se entendía que estas empresas utilizaban la vía Irlandesa, con una fiscalidad más beneficiosa, para pagar menos impuestos, pero aun así estos quedaban en la Unión Europea. Una investigación de Bloomberg descubrió que esta es sólo la primera parada del camino, de ahí la mayoría del dinero (más del 90% que se recibe, no sólo de España sino también de otros países de Europa), viaja a Holanda, donde aprovechando las grietas del sistema es enviado a un paraíso fiscal, las Islas Bermudas. Así se va una enorme cantidad de dinero, más del 90% de lo que Google factura en Europa, y que hace que Google, sólo cotice por el 2,4% de sus ingresos fuera de los Estados Unidos gracias a estas técnicas de fiscalidad creativa denominadas Double Irish y Dutch Sandwich.
¿En el plano del mercado publicitario cual es la posición de Google en este momento? ¿Crees que Google es culpable directa o indirectamente los actuales problemas de los medios de comunicación?
Creo que los medios de comunicación son cada vez más dependientes de Google, a nivel de tráfico en Internet y de publicidad. Pero francamente creo que eso está sucediendo porque Google tiene un producto magnífico y sin competencia. Domina el tráfico y la publicidad desde una posición de casi monopolio. En un país como España Google tiene el 96% de cuota de búsquedas, por lo tanto es la fuente de tráfico en Internet por antonomasia, y podría tener prácticamente control sobre el 50% del mercado publicitario.
Pero también tiene cosas muy buenas, ¿no? El correo Gmail, las geolocalizaciones de Google Maps, YouTube?
Buenas no. Extraordinarias, útiles para el día a día y me atrevería a decir que vitales. Algunas de ellas son simple y llanamente productos imprescindibles, aunque ciertamente hace años que no presentan nada del nivel de los productos que menciona.
Si Google no existiera nuestra vida no sería igual y habría que inventarlo de inmediato. Es una empresa capaz de lo mejor, y también de cosas no tan buenas e inquietantes en otros campos como la privacidad, los derechos de autor, el cumplimiento de las legislaciones, y el abuso de posición dominante.
Google tiene una trayectoria extraordinaria. Es el Rey. Pero si el Rey está desnudo, también hay que decirlo. 
De eso trata mi libro, Desnudando a Google, precisamente de una visión crítica sobre algunas actividades de la empresa que hoy son inquietantes, y están siendo silenciadas.
¿Le preocupa la privacidad de los datos que enviamos a Google?
Más que preocuparme, me inquieta. No somos conscientes de lo que Google sabe de nosotros. Aún creemos que Google nos da productos gratis, y eso no es así, los intercambia por nuestra información para conocernos mejor, y tener nuestro perfil y segmentación publicitaria más precisa.
Eso puede ser un intercambio justo. Pero hemos de ser conscientes y así poder valorar si vale o no la pena. En mi opinión sí vale la pena en determinados productos. En otros resulta un precio caro.
¿Crees que queda algo del famoso Don't be Evil de Google?
¡Sí!. El marketing. En los últimos años Google ha abandonado su esencia. Quiero pensar y espero, que en esta nueva etapa con Larry Page al frente, se reconduzca la situación. 
Él ha dicho que quiere que la empresa retome el espíritu de start up dinámica que tuvo, es decir reconoce implícitamente que todo eso ha cambiado. Ojalá sea así, y seré el primero en aplaudirlo. Si continúan hacia el lado oscuro, tarde o temprano, los usuarios le darán la espalda.

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Google, una de las compañías que más gasta en lobbies

Dentro del “ecosistema” político estadounidense, además de los congresistas, senadores y demás políticos de profesión, podemos encontrar a los lobbies o grupos de presión; unas organizaciones que se dedican a ejercer influencia (y presión) sobre los poderes públicos para conseguir decisiones y legislaciones beneficiosas para los colectivos e intereses a los que representan. Organizaciones ecologistas, sindicales, grupos industriales o la industria de los derechos de autor son algunos ejemplos de grupos de presión que podemos encontrar en Washington D.C (aunque también comienzan a verse en Bruselas ante la Unión Europea) y, aunque nos pueda parecer una práctica algo anticuada, también es algo que utilizan grandes empresas del sector tecnológico.

Hablar de Google, en muchas ocasiones, es hablar de grandes cifras y números de récord, algo que parece que también se repite en el caso de la financiación de grupos de presión puesto que, en lo que llevamos de año, la compañía de Mountain View lleva invertidos más de 9 millones de dólares.

Si bien Google no es la entidad que más dinero lleva invertido este año en grupos de presión (el primer puesto lo ostenta la Cámara de Comercio de Estados Unidos con más de 55 millones de dólares), los de Mountain View ostentan el séptimo puesto de esta clasificación

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 lA AMENAZA PARA LA HUMANIDAD DE LOS MOVILES Y OTRAS TECNOLOGIAS:

TOMADO de UNA CARTA QUE CONTESTA IBN ABAD:


Me preguntas sobre el Smart phone. Ya podemos evaluar que lo que menos importa de este teléfono es la función del teléfono. Se trata de integrar todas esas aplicaciones en la conciencia del ciudadano “para revolucionar  su relación con su entorno” (así dicen). Lo llaman “El sexto sentido” y literalmente buscan eso, dar al ser humano un “sexto sentido”. De hecho, no ocultan que hay un proyecto con ese nombre de MIT Computer Science and Artificial Intelligence Laboratory. 

Echa un vistazo; esto es sólo un aperitivo publicitario que intenta convencer a sabe Dios quién:

Este proyecto de CSAIL (un laboratorio ligado a Rockefeller Foundation) está desarrollado por el mismo Director de Investigación de Samsung, Pranav Mistry. Aunque el proyecto ya es monstruoso a fecha de hoy, tampoco ocultan que su goal va más allá: integrar todo en dispositivos internos y manejarlos a través de interfaces cerebrales. Es decir, que del touch-screen se pasará al think-screen. Buscan eso y no lo ocultan: las aplicaciones no se van a descargar en ningún “teléfono” sino en interfaces cerebrales, en nuestra cabecita. Insisto que quien está detrás de esto son los mismos que después te venden el Galaxy, el Android y todo eso.

Prefiero pensar que estas barbaridades están lejos y ciertamente supongo sin ser entendido en tecnología que aún falta bastante para desarrollarlo. Pero ya lo dicen y ya intentan promocionarlo como atractivo. Lo importante es fijarse en lo que ya es realidad hoy.  Por tu edad recordarás cuando hace sólo quince años comenzó todo esto de los teléfonos móviles en masa, que la gente tenía vergüenza de usar uno en público. Y en pocos años, se las apañaron para hacerlos imprescindibles. Luego los comenzaron a usar en masa a nivel corporativo y de empresa. El funcionario pensaba entonces, “basta con tener apagado el móvil para que no me localicen”, pero ahora eso ya no funciona: hoy, en muchos trabajos (por no decir todos) es impensable no disponer de teléfono móvil y mucho más raro resulta tenerlo y estar desconectado.  

La última generación de teléfonos ya disponen de una localización GPS bastante sofisticada y aunque hoy se presente como “opcional” (como el “móvil” a los trabajadores de hace diez años), repentinamente se pasará del “opcional” al “¿Qué haces que no tienes el GPS conectado?”, y finalmente a saber en qué lugar estamos a cada momento, a todas horas, durante el trabajo y fuera de él. Comenzará, como siempre, a nivel corporativo… y después familiar, social, integral. A fecha de hoy, si no se hace un esfuerzo para ser tildado de anti-social y bicho raro, ya nadie tiene vida privada.

Pero volviendo a los proyectos de CSAIL-Samsung  y a Mistry, para mi lo más difícil de entender es por qué la gente se deja seducir por estas cosas, y las valoran como buenas o se limitan al no sé-no contesto. Eso es lo que me aterra: la gente no se da cuenta de qué tienen en el bolso y para qué y a quién están pagando su Smart-phone

No comprenden la relación entre toda esta locura (que poco a poco va dejando de parecernos "futurista") y su presente cotidiano.  
Si realmente “El Sexto Sentido” triunfa, se haría la primera división de castas biotecnológica: los que lo tienen y los que no lo tienen. Esto parece una locura de ciencia-ficción… ¡pero ya ocurre hoy! Por mi trabajo, tengo contacto con alumnos jóvenes de varias clases sociales de muy diferentes escuelas, y ya hay una fractura social: los que tienen iPhone y los que no lo tienen. Quien sea profesor sabrá que en los últimos cinco años las aulas se han convertido en un infierno gracias a los teléfonos móviles y a los malditos tablets. Pues bien, compruébese que el paria del S.XXI no es el harapiento, el de otra raza, o de otra religión… el paria, el dalit, el marginado es el que no tiene el Smart-phone

Digo el que no tiene el Smart-Phone y no el que no tiene “teléfono móvil”, porque hasta el joven más miserable dispone de un teléfono móvil. Sin duda los objetivos transhumanistas traerían consigo una bicefalia de la humanidad más monstruosa que cualquier división de clases o régimen racista: los humanos al uso, y los otros, fraudulentos dioses de pacotilla. Sin embargo, esa bicefalia ya se puede evaluar hoy, en 2013, con una división social apabullante causada por el acceso tecnológico.

En eso, también, yo soy otro paria. Y no te puedes imaginar lo difícil que es hacer vida normal sin eso. A nivel laboral, si tuviera tiempo, escribiría un libro enorme sobre las trabas que encuentro cada día en haber decidido, sencillamente, prescindir del teléfono móvil. Eso, sin nombrar, lo enrarecido que se han vuelto los ambientes más cotidianos, en restaurantes, salas de espera, ascensores, transporte público… ¿pero qué hace toda esa gente mirando para abajo en la entrepierna, sacando fotos y videos de todo, con un tic espasmódico en el pulgar?

Yo opino como tú, querido colega: todo esto no va a funcionar. No va a triunfar. Se va a ir por el retrete antes de lo que nos pensamos. Se va a caer por su propio peso. El quid es saber torear todos los despropósitos que nos van a presentar por el camino. Por eso creo que tu respuesta de la guitarra es la más inteligente. Si sabes cuán hermosa es la vida (la vida real, no la virtual), si conoces la profundidad de nuestra alma, la belleza de una guitarra, de una amistad, de un cante, de un baile, del arte… entonces jamás te van a convencer para renunciar a ello por una máquina. Pueden hacer las locuras que quieran, desarrollar lo que quieran, imponer aparatos, vendernos la moto… sabemos lo que hay en un rasgueo de Paco de Lucía o en un alap de Nikhil Banerjee. Sabemos que eso no lo va a hacer un robot. El resto,  todos esos cacharros son ridículos y se acabarán oxidando.

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No seáis incautos: Facebook financiado y 
herramienta de la CIA

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¿Quienes recaban información sobre perfiles de las personas?
El sistema que utilizó facebook para crecer fué el de enviar correos electrónicos a los contactos de las personas que se habian hecho su cuenta, de esa forma planificada, creció. Menos mal que desde el primer momento, nunca, ni aún no teniendo la información que tengo ahora, me hice cuenta en facebook. Y no me la voy a hacer. La CIA y las élites desarrollan herramientas para tratar como borregos a la gente, lo mínimo que podemos hacer por la gente, es decirle: Oye, que Facebook es de la CIA.
Aunque se presenta como un inofensivo sitio web de redes sociales, que tiene como finalidad facilitar las relaciones interpersonales. el portal Facebook que reúne a más de 70 millones de usuarios a nivel mundial es en realidad un experimento de manipulación global. El popular Facebook es una sofisticada  herramienta financiada por lá Agencia Central de Inteligencia, CIA que no sólo la utiliza para el reclutamiento de agentes y la recopilación de información a lo largo y ancho del planeta, sino también para montar operaciones encubiertas.
Uno recibe generalmente por correo electrónico un mensaje como el de aquí arriba, de parte de un amigo que con buenas intenciones -y sin saber lo que esto implica-, lo invita a inscribirse y participar en Facebook.
Lo que no saben es que esos datos van a parar directamente a los discos duros de las computadoras de  la Agencia Central de Inteligencia de los EEUU.
El controversial sistema Beacon que utiliza Facebook hace un seguimiento de las actividades de todos los usuarios y sus asociados, incluyendo aquellos que nunca se registraron en Facebook o los que desactivaron sus cuentas con este sitio Web.
En Facebook participan los 16 servicios de inteligencia de los Estados Unidos, comenzando por la CIA, el Pentágono y el Departamento de Defensa. Todo lo colectan y todo lo guardan. Nada se les escapa: fotos, correos electrónicos, conversaciones, imágenes, música y cualquier otra información relevante. Con eso establecen perfiles psicopolíticos y cuadros de contactos de cada usuario.

Google sustituirá a los trabajadores no calificados con robots


Un nuevo proyecto ambicioso de Google busca sustituir a la gente con robots en los trabajos no calificados. Los robots existentes ya están suficientemente desarrollados para desplazarse y mover cosas. Lo que falta es un avance en software y sensores.

Hasta ahora la mayor parte del ensamblaje de productos electrónicos era responsabilidad humana, a pesar de que según la política de Google, de acuerdo con su cofundador Larry Page, es necesario automatizar y aplicar las tecnologías siempre y cuando se pueda para liberar a la gente de tener que hacer un trabajo monótono y repetitivo.

Otro ámbito de aplicación de las nuevas tecnologías es la gran parte de logística: los robots sustituirán a los humanos en el trabajo de cargar y transportar las cosas en las fabricas, y a las casas de los clientes.
Esta última idea está de actualidad estos días: el gigante Amazon, el mayor minorista en línea del mundo, busca también modernizar la forma de entrega de los productos a los consumidores, y anunció que en los próximos años este trabajo será realizado por ‘drones’.

Hasta ahora Google no ha revelado mucha información sobre el nuevo proyecto, sin embargo ya ha invertido una cantidad significativa de recursos, según el periódico the ‘New York Times’. El dirigente del proyecto es Andy Rubin, exjefe y cofundador de Android, otro exitoso proyecto de Google.
Rubin no parece contar con escasos recursos: en los últimos seis meses ya ha adquirido por lo menos siete compañías innovadoras de tecnologías robóticas y de inteligencia artificial de Japón y EE.UU., que ya han tenido sus propios desarrollos impresionantes en la construcción de robots, y parece que este no es el límite.

'Microsoft desaparecerá en cinco o diez años y 

Facebook en tres'

Europa Press | Bilbao
Actualizado lunes 29/07/2013 09:54 horas 

El presidente de la Fundación de Software Libre de Europa (FSFE),Karsten Gerloff, ha denunciado que "para Google y Facebook somos productos, no clientes" y ha alertado de que esas mismas compañías, "sin ningún aviso previo, están nutriendo a los servicios secretos". Asimismo, ha considerado que "Microsoft desaparecerá en cinco o diez años" y Facebook, en tres.

En su ponencia, pronunciada en la Euskal Encounter que se celebró hasta este domingo en el

BEC de Barakaldo (Bizkaia), Gerloff ha criticado duramente a las multinacionales del sector y ha dicho que "algunas corporaciones roban nuestra información. Nosotros no solo les damos datos, sino también nuestra confianza, pues pensamos que van a proteger nuestra privacidad".

Sin embargo, ha denunciado que esas mismas compañías, "sin ningún aviso previo, están nutriendo a los servicios secretos". "Para ellassomos productos, no clientes. Tus datos son el producto que vende Google", ha advertido.

El experto ha añadido que estas multinacionales "han cogido nuestros ordenadores, nuestras redes, y encima han erigido unas estructuras de control", y ha explicado que en este reparto de tareas "Facebook define quiénes somos. Amazon establece lo que queremos y Google determina lo que pensamos".

El presidente de FSFE ha calificado la situación actual de "traición", y ha puesto como ejemplo "la entrega por parte de Yahoo de información confidencial de sus clientes al Gobierno chino". "Ahora lo hacen todos", ha lamentado.

También ha arremetido contra los dirigentes políticos, a los que censura su "ausencia total de conciencia" en cuestiones relacionadas con los derechos humanos básicos. "Una vez que han entendido cómo funciona Internet, lo han convertido en una herramienta de opresión. Ahora mismo sabemos que nos escuchan, que no somos libres", ha denunciado.

Pese a todo, no ve tan claro el futuro de dichas compañías. "Si Google quiere sobrevivir a largo plazo, tendrá que reinventarse. Microsoft todavía no lo ha hecho. Por eso, creo que va a desaparecer dentro de cinco o diez años", ha dicho.

Por otro lado, ha considerado que cuando Facebook "vaya cuesta abajo, será muy rápido". "A Facebook le doy tres años. Es una ley matemática. Pasó con MySpace y sé que volverá a pasar", ha augurado.

El objetivo de su fundación es que "la gente sea consciente de que puede decidir cuál va a ser la tecnología de mañana y en qué tipo de mundo vamos a vivir". Por ello, el experto alemán ha señalado que "siempre hay que estar alerta y observar los nuevos sistemas". "Tienes que preguntarte: ¿Quién lo controla?". Asimismo, planteó que "se pueden hacer cosas muy sencillas" para evitar dicho control, tales como construir sistemas "que no tienen punto central de control, en los que cada uno de nosotros habla con el otro. Eso ya no es una utopía", ha señañado.

Por tanto, Gerloff anima a todo el mundo "a poner un servidor en cada casa. Los routers, por ejemplo, pueden funcionar como pequeños servidores". De esta forma, ha dicho, "sería posible dar otros pasos, como salir de Facebook, o cambiar el correo electrónico a una compañía pequeña". "El software libre nos da todas las herramientas para hacerlo", ha asegurado.

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La informática de la dominación no es coercitiva, está basada en la servidumbre voluntaria. Lo que en realidad explotan las plataformas digitales no es nuestro trabajo gratuito, sino el tiempo que pasamos allí dentro, en su casa, dejándonos seccionar en partículas comercialmente relevantes para la perfilación.

Creemos en una Red libre, democrática, gratuita, transparente, imparcial. Creemos en una Red revolucionaria, capaz de destituir las jerarquías establecidas en pro de una participación amplia, difusa, popular. Creemos en la circulación gratuita de los contenidos en contra del predominio de los carteles mediáticos y los obsoletos detentores de copyright. Creemos en todo esto, y sin embargo…

Nada de todo esto es verdad: Red abierta no significa Red libre, pues es propiedad de unos pocos, poderosos amos. Publicar en Red no quiere decir hacer público. La libertad no es gratis, cuesta muchísimo. Y la gratuidad es una trampa que nos lleva a la exposición máxima de sí y de las relaciones personales. ¿Red libre y democrática? ¿En manos de quién están los datos de los ciudadanos? ¿Cómo se utilizan? ¿Y cómo se puede invertir la tendencia a la delegación tecnocrática?

Las tecnologías de la dominación tienen características muy definidas. Su objetivo es liberarnos de la libertad, de la fatiga de elegir. Pero podemos decidir cómo acabar con la delegación y organizarnos de otros modos, manteniendo y ampliando las esferas de la intimidad no regaladas a la obscenidad automatizada, a la pornografía emocional de la transparencia radical.

Ippolita es un colectivo de investigación interdisciplinario activo desde 2005. Desarrolla una reflexión de amplio alcance sobre las «tecnologías de la dominación» y los efectos sociales relacionados. Practica escrituras convivenciales en textos de circulación transversal, desde el submundo de las comunidades hacker a las aulas universitarias. Promueve formaciones teórico-prácticas de autodefensa digital y validación de las fuentes online para académicos, periodistas, grupos de afinidad, gente curiosa.
Entre los ensayos publicados:
Open non è free. Comunità digitali tra etica hacker e mercato globale (Milán, Elèuthera 2005);
El lado oscuro de Google (Barcelona, Virus, 2009), traducido al francés y al inglés;
En el acuario de Facebook (Madrid, Enclave, 2012, traducido al francés y al inglés. http://ippolita.net


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Israel nos espía 

aunque no estes  conectado a red ¡¡

7 noviembre, 2014 Por admin ordenador
TdE/Un ordenador no conectado a Internet ya no será garantía de seguridad. En efecto, un equipo de investigadores israelitas ha desarrollado un método que permite acceder de forma remota a un ordenador desconectado de la red.
El “malware” Airhopper, desarrollado por dichos investigadores de la Universidad Ben Gurion, puede, a través de señales electromagnéticas infectar un ordenador que no esté conectado a Internet y que no lleve ningún soporte de almacenamiento externo.
Este software malicioso permite extraer datos de forma remota gracias a que utiliza la misma tarjeta gráfica del equipo para emitir pequeñas señales electromagnéticas con el cable del monitor de manera de antena cada vez que se da a una tecla.