? Porque nunca salen en la tv los carteles de la droga Americanos o Europeos que ganan mucho mas que los carteles de Sudamerica o Afganistan ?
Entrevista a Peter Dale Scott doctor en Ciencias Políticas, profesor emérito de Literatura Inglesa de la Universidad de California (Berkeley),
Entrevista a Peter Dale Scott doctor en Ciencias Políticas, profesor emérito de Literatura Inglesa de la Universidad de California (Berkeley),
poeta y
ex diplomático canadiense.
Maxime Chaix:
En su último libro, La Machine de guerre américaine, usted estudia profundamente lo que usted llama la «conexión narcótica global».
¿Puede aclararnos esa noción?
Peter Dale Scott:
Permítame, ante todo, definir lo que yo entiendo por «conexión narcótica». Las drogas no entran en Estados Unidos por arte de magia. Importantes cargamentos de droga son enviados a veces a ese país con el consentimiento y/o la complicidad directa de la CIA. Le voy a poner un ejemplo que yo mismo cito en La Machine de guerre américaine.
En ese libro yo menciono al general Ramón Guillén Dávila, director de una unidad antidroga creada por la CIA en Venezuela, quien fue inculpado en Miami por haber introducido clandestinamente una tonelada de cocaína en Estados Unidos. Según el New York Times, «la CIA, a pesar de las objeciones de la Drug Enforcement Administration [DEA], aprobó el envío de al menos una tonelada de cocaína pura al aeropuerto internacional de Miami [,] para obtener información sobre los cárteles colombianos de la droga».
En total, según el Wall Street Journal, el general Guillén posiblemente envió ilegalmente más de 22 toneladas de droga a Estados Unidos. Sin embargo, las autoridades estadounidenses nunca solicitaron a Venezuela la extradición de Guillén. Incluso, en 2007, cuando [Guillén] fue arrestado en su país por haber planificado un intento de asesinato contra [el presidente] Hugo Chávez, el acta de acusación contra ese individuo todavía estaba sellada en Miami. Lo cual no es sorprendente, sabiendo que se trataba de un aliado de la CIA.
Pero la conexión narcótica de la CIA no se limita a Estados Unidos y Venezuela sino que, desde los tiempos de la postguerra, ha ido extendiéndose progresivamente a través del mundo. En efecto, Estados Unidos ha tratado de ejercer su influencia en ciertas partes del mundo pero, siendo una democracia, no podía enviar el US Army a esas regiones. Así que desarrolló ejércitos de apoyo (proxy armies) financiados por los traficantes de droga locales. Ese modus operandi se convirtió poco a poco en una regla general. Ese es uno de los principales temas de mi libro La Machine de guerre américaine.
En ese libro yo estudio específicamente la operación Paper, que comenzó en 1950 con la utilización por parte de la CIA del ejército del KMT en Birmania, [fuerza] que organizaba el tráfico de droga en la región. Cuando resultó que aquel ejército era totalmente ineficaz, la CIA desarrolló su propia fuerza en Tailandia (bajo el nombre de PARU).
El oficial de inteligencia a cargo de esa fuerza reconoció que el PARU financiaba sus operaciones con importantes cantidades de droga.
Al restablecer el tráfico de droga en el sudeste asiático, el KMT –como ejército de apoyo– fue el preludio de lo que se convertiría en una costumbre de la CIA: colaborar en secreto con grupos financiados a través de la droga para hacer la guerra, como sucedió en Indochina y en el Mar de China meridional durante los años 1950, 60 y 70, en Afganistán y en Centroamérica en los años 1980, en Colombia en los años 1990, y nuevamente en Afganistán en 2001.
Los responsables son nuevamente los mismos sectores de la CIA, o sea los equipos encargados de organizar las operaciones clandestinas. Se puede observar como desde la época de la postguerra sus agentes, financiados con las ganancias que reportan esas operaciones con narcóticos, se mueven de continente en continente repitiendo el mismo esquema. Por eso es que podemos hablar de «conexión narcótica global».
Maxime Chaix: En La Machine de guerre américaine, usted señala además que la producción de droga se desarrolla bruscamente en los lugares donde Estados Unidos interviene con su ejército y/o sus servicios de inteligencia y que esa producción disminuye cuando terminan esas intervenciones. En Afganistán, en momentos en que la OTAN está retirando paulatinamente sus tropas, ¿piensa usted que la producción disminuirá cuando termine la retirada?
Peter Dale Scott: En el caso de Afganistán es interesante ver que durante los años 1970, a medida que el tráfico de droga disminuía en el sudeste asiático, la zona fronteriza pakistano-afgana se convertía poco a poco en punto central del tráfico internacional de opio. Finalmente, en 1980, la CIA se implicó de manera indirecta, pero masiva, contra la URSS en la guerra de Afganistán. Por cierto, Zbigniew Brzezinski se jactó ante Carter de haber organizado el Vietnam de los soviéticos. Pero también desató una epidemia de heroína en Estados Unidos. Antes de 1979 sólo entraban a ese país muy pequeñas cantidades de opio proveniente del Creciente de Oro. Pero en un solo año, el 60% de la heroína que entraba en Estados Unidos provenía de esa región, según las estadísticas oficiales.
Como yo mismo recuerdo en La Machine de guerre américaine, los costos sociales de aquella guerra alimentada por la droga aún siguen afectándonos. Por ejemplo, sólo en Pakistán existen hoy, al parecer, 5 millones de heroinómanos. Sin embargo, en 2001, Estados Unidos reactivó, con ayuda de los traficantes, sus intentos de imponer un proceso de edificación nacional a un cuasi-Estado que cuenta no menos de una docena de grupos étnicos importantes que hablan diferentes lenguas.
En esa época, estaba perfectamente claro que la intención de Estados Unidos era utilizar a los traficantes de droga para posicionarse en el terreno en Afganistán. En 2001, la CIA creó su propia coalición para luchar contra los talibanes reclutando –e incluso importando– traficantes de droga que ya había tenido como aliados en los años 1980.
Como en Laos –en 1959– y en Afganistán –en 1980–, la intervención estadounidense fue una bendición para los cárteles internacionales de la droga. Con la agravación del caos en las zonas rurales afganas y el aumento del tráfico aéreo, la producción se multiplicó por más de 2 pasando de 3 276 toneladas en el año 2000 (y sobre todo de las 185 toneladas producidas en 2001, año en que los talibanes prohibieron la producción de opio) a 8 200 toneladas en 2007.
Hoy en día es imposible determinar cómo evolucionará la producción de droga en Afganistán. Pero si Estados Unidos y la OTAN se limitan a retirarse dejando el caos tras de sí, todo el mundo sufrirá las consecuencias –con excepción de los traficantes de droga, que se aprovecharían entonces del desorden para [desarrollar] sus actividades ilícitas.
Sería por lo tanto indispensable establecer una colaboración entre Afganistán y todos los países vecinos, incluyendo China y Rusia (que puede ser considerada una nación vecina debido a sus fronteras con los Estados del Asia Central).
El Consejo Internacional sobre la Seguridad y el Desarrollo (ICOS) ha sugerido comprar y transformar el opio afgano para utilizarlo con fines médicos en los países del Tercer Mundo, que lo necesitan con gran urgencia. Pero Washington se opone a esa medida, difícil de poner en práctica sin un sistema de preservación del orden eficaz y sólido.
En todo caso, tenemos que dirigirnos hacia una solución multilateral en la que se incluya Irán, país muy afectado por el tráfico de droga proveniente de Afganistán. Se trata además del país más activo en la lucha contra la exportación de estupefacientes afganos y el que más pérdidas humanas está sufriendo por causa de ese tráfico. Por consiguiente, habría que reconocer a Irán como un aliado fundamental en la lucha contra esa plaga. Pero, por numerosas razones, ese país es considerado como un enemigo en el mundo occidental.
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Maxime Chaix: En su último libro, La Machine de guerre américaine, usted demuestra que una parte importante de los ingresos narcóticos [de la droga] alimenta el sistema bancario internacional, incluyendo los bancos de Estados Unidos, creando así una verdadera «narconomía». En ese contexto, ¿qué cree usted del caso HSBC?
Peter Dale Scott: Primeramente, el escándalo de lavado de dinero del HSBC nos lleva a pensar que la manipulación de ingresos narcóticos por parte de ese banco pudo contribuir al financiamiento del terrorismo –como ya había revelado una subcomisión del Senado en julio de 2012. Además, un nuevo informe senatorial ha estimado que «cada año, entre 300 000 millones y un millón de millones de dólares de origen criminal son lavados por los bancos a través del mundo y la mitad de esos fondos transitan por los bandos estadounidenses».
En ese contexto, las autoridades gubernamentales nos explican que no se desmantelará HSBC porque es demasiado importante en la arquitectura financiera occidental. Hay que recordar que Antonio María Costa, el director de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Crimen (ONUDC), recordó que en 2008 «los miles de millones de narcodólares impidieron el hundimiento del sistema en el peor momento de la crisis [financiera] global».
En realidad, todos los grandes bancos de importancia sistémica –no sólo el HSBC– han reconocido haber creado filiales (los privates banks) concebidas especialmente para el lavado de dinero sucio. Algunos han pagado fuertes multas, habitualmente mucho menos importantes que las ganancias generadas por el lavado de dinero. Y mientras dure esa impunidad, el sistema seguirá funcionando de esa manera.
Es un verdadero escándalo. Piense usted en un individuo cualquiera arrestado con unos cuantos gramos de cocaína en el bolsillo. Lo más probable es que vaya a la cárcel. Pero el banco HSBC puede haber lavado unos 7 000 millones de dólares de ingresos narcóticos a través de su filial mexicana sin que nadie vaya a la cárcel.
En realidad, la droga es uno de los principales factores que sostienen el dólar, lo cual explica el uso de la expresión «narconomía».
Esos 3 elementos están interconectados y alimentan los bancos de la misma manera. Es por eso que el sistema bancario global absorbe la mayoría del dinero de la droga. Así que en La Machine de guerre américaine yo estudio de qué manera una parte de esos ingresos narcóticos financia ciertas operaciones clandestinas estadounidenses. Y analizo además las consecuencias que se derivan.
Maxime Chaix: Hace 10 años, la administración Bush emprendía la guerra contra Irak, sin el aval del Consejo de Seguridad de la ONU. ¿Qué balance hace usted de ese conflicto, sobre todo en relación con sus costos humanos y financieros?
Peter Dale Scott: En mi opinión, ha habido dos grandes desastres en la política exterior reciente de Estados Unidos: la guerra de Vietnam, que no era necesaria, y la guerra de Irak, que lo era menos todavía.
En cuanto a los costos humanos y financieros, ese conflicto fue un desastre, tanto para Irak como para Estados Unidos. Pero el ex vicepresidente Dick Cheney acaba de declarar en un documental que él haría lo mismo [que antes] «al minuto».
Sin embargo, el Financial Times estimó recientemente que los contratistas habían firmado con el gobierno de Estados Unidos contratos por más de 138 000 millones de dólares en el marco de la reconstrucción de Irak.
Sólo la empresa KBR, filial de Halliburton –firma que dirigía el propio Dick Cheney antes de convertirse en vicepresidente [de Estados Unidos]– firmó desde 2003 una serie de contratos federales por al menos 39 500 millones de dólares. Recordemos también que a finales del año 2000 –un año antes del 11 de septiembre– Dick Cheney y Donald Rumsfeld firmaron juntos un importante estudio elaborado por el PNAC (el grupo de presión neoconservador conocido como Proyecto para el Nuevo Siglo Americano).
Aquel estudio, titulado «Reconstruir las Defensas de América» (Rebuilding America’s Defenses), reclamaba sobre todo un fuerte aumento del presupuesto de Defensa, el derrocamiento de Sadam Husein en Irak y mantener tropas estadounidenses en la región del Golfo Pérsico, incluso después de la caída del dictador iraquí. A pesar de los costos humanos y financieros de esa guerra, ciertas empresas privadas sacaron cuantiosas ganancias de ese conflicto, como yo mismo analizo en mi libro La Machine de guerre américaine. Para terminar, cuando se ven las gravísimas tensiones que hoy existen en el Medio Oriente entre los chiitas, respaldados por Irán, y los sunnitas, que cuentan con el apoyo de Arabia Saudita y Qatar, tenemos que recordar que la guerra contra Irak tuvo un impacto muy desestabilizador en toda esa región…
En su último libro, La Machine de guerre américaine, usted estudia profundamente lo que usted llama la «conexión narcótica global».
¿Puede aclararnos esa noción?
Permítame, ante todo, definir lo que yo entiendo por «conexión narcótica». Las drogas no entran en Estados Unidos por arte de magia. Importantes cargamentos de droga son enviados a veces a ese país con el consentimiento y/o la complicidad directa de la CIA. Le voy a poner un ejemplo que yo mismo cito en La Machine de guerre américaine.
En ese libro yo menciono al general Ramón Guillén Dávila, director de una unidad antidroga creada por la CIA en Venezuela, quien fue inculpado en Miami por haber introducido clandestinamente una tonelada de cocaína en Estados Unidos. Según el New York Times, «la CIA, a pesar de las objeciones de la Drug Enforcement Administration [DEA], aprobó el envío de al menos una tonelada de cocaína pura al aeropuerto internacional de Miami [,] para obtener información sobre los cárteles colombianos de la droga».
En total, según el Wall Street Journal, el general Guillén posiblemente envió ilegalmente más de 22 toneladas de droga a Estados Unidos. Sin embargo, las autoridades estadounidenses nunca solicitaron a Venezuela la extradición de Guillén. Incluso, en 2007, cuando [Guillén] fue arrestado en su país por haber planificado un intento de asesinato contra [el presidente] Hugo Chávez, el acta de acusación contra ese individuo todavía estaba sellada en Miami. Lo cual no es sorprendente, sabiendo que se trataba de un aliado de la CIA.
Pero la conexión narcótica de la CIA no se limita a Estados Unidos y Venezuela sino que, desde los tiempos de la postguerra, ha ido extendiéndose progresivamente a través del mundo. En efecto, Estados Unidos ha tratado de ejercer su influencia en ciertas partes del mundo pero, siendo una democracia, no podía enviar el US Army a esas regiones. Así que desarrolló ejércitos de apoyo (proxy armies) financiados por los traficantes de droga locales. Ese modus operandi se convirtió poco a poco en una regla general. Ese es uno de los principales temas de mi libro La Machine de guerre américaine.
En ese libro yo estudio específicamente la operación Paper, que comenzó en 1950 con la utilización por parte de la CIA del ejército del KMT en Birmania, [fuerza] que organizaba el tráfico de droga en la región. Cuando resultó que aquel ejército era totalmente ineficaz, la CIA desarrolló su propia fuerza en Tailandia (bajo el nombre de PARU).
El oficial de inteligencia a cargo de esa fuerza reconoció que el PARU financiaba sus operaciones con importantes cantidades de droga.
Al restablecer el tráfico de droga en el sudeste asiático, el KMT –como ejército de apoyo– fue el preludio de lo que se convertiría en una costumbre de la CIA: colaborar en secreto con grupos financiados a través de la droga para hacer la guerra, como sucedió en Indochina y en el Mar de China meridional durante los años 1950, 60 y 70, en Afganistán y en Centroamérica en los años 1980, en Colombia en los años 1990, y nuevamente en Afganistán en 2001.
Los responsables son nuevamente los mismos sectores de la CIA, o sea los equipos encargados de organizar las operaciones clandestinas. Se puede observar como desde la época de la postguerra sus agentes, financiados con las ganancias que reportan esas operaciones con narcóticos, se mueven de continente en continente repitiendo el mismo esquema. Por eso es que podemos hablar de «conexión narcótica global».
Maxime Chaix: En La Machine de guerre américaine, usted señala además que la producción de droga se desarrolla bruscamente en los lugares donde Estados Unidos interviene con su ejército y/o sus servicios de inteligencia y que esa producción disminuye cuando terminan esas intervenciones. En Afganistán, en momentos en que la OTAN está retirando paulatinamente sus tropas, ¿piensa usted que la producción disminuirá cuando termine la retirada?
Peter Dale Scott: En el caso de Afganistán es interesante ver que durante los años 1970, a medida que el tráfico de droga disminuía en el sudeste asiático, la zona fronteriza pakistano-afgana se convertía poco a poco en punto central del tráfico internacional de opio. Finalmente, en 1980, la CIA se implicó de manera indirecta, pero masiva, contra la URSS en la guerra de Afganistán. Por cierto, Zbigniew Brzezinski se jactó ante Carter de haber organizado el Vietnam de los soviéticos. Pero también desató una epidemia de heroína en Estados Unidos. Antes de 1979 sólo entraban a ese país muy pequeñas cantidades de opio proveniente del Creciente de Oro. Pero en un solo año, el 60% de la heroína que entraba en Estados Unidos provenía de esa región, según las estadísticas oficiales.
Como yo mismo recuerdo en La Machine de guerre américaine, los costos sociales de aquella guerra alimentada por la droga aún siguen afectándonos. Por ejemplo, sólo en Pakistán existen hoy, al parecer, 5 millones de heroinómanos. Sin embargo, en 2001, Estados Unidos reactivó, con ayuda de los traficantes, sus intentos de imponer un proceso de edificación nacional a un cuasi-Estado que cuenta no menos de una docena de grupos étnicos importantes que hablan diferentes lenguas.
En esa época, estaba perfectamente claro que la intención de Estados Unidos era utilizar a los traficantes de droga para posicionarse en el terreno en Afganistán. En 2001, la CIA creó su propia coalición para luchar contra los talibanes reclutando –e incluso importando– traficantes de droga que ya había tenido como aliados en los años 1980.
Como en Laos –en 1959– y en Afganistán –en 1980–, la intervención estadounidense fue una bendición para los cárteles internacionales de la droga. Con la agravación del caos en las zonas rurales afganas y el aumento del tráfico aéreo, la producción se multiplicó por más de 2 pasando de 3 276 toneladas en el año 2000 (y sobre todo de las 185 toneladas producidas en 2001, año en que los talibanes prohibieron la producción de opio) a 8 200 toneladas en 2007.
Hoy en día es imposible determinar cómo evolucionará la producción de droga en Afganistán. Pero si Estados Unidos y la OTAN se limitan a retirarse dejando el caos tras de sí, todo el mundo sufrirá las consecuencias –con excepción de los traficantes de droga, que se aprovecharían entonces del desorden para [desarrollar] sus actividades ilícitas.
Sería por lo tanto indispensable establecer una colaboración entre Afganistán y todos los países vecinos, incluyendo China y Rusia (que puede ser considerada una nación vecina debido a sus fronteras con los Estados del Asia Central).
El Consejo Internacional sobre la Seguridad y el Desarrollo (ICOS) ha sugerido comprar y transformar el opio afgano para utilizarlo con fines médicos en los países del Tercer Mundo, que lo necesitan con gran urgencia. Pero Washington se opone a esa medida, difícil de poner en práctica sin un sistema de preservación del orden eficaz y sólido.
En todo caso, tenemos que dirigirnos hacia una solución multilateral en la que se incluya Irán, país muy afectado por el tráfico de droga proveniente de Afganistán. Se trata además del país más activo en la lucha contra la exportación de estupefacientes afganos y el que más pérdidas humanas está sufriendo por causa de ese tráfico. Por consiguiente, habría que reconocer a Irán como un aliado fundamental en la lucha contra esa plaga. Pero, por numerosas razones, ese país es considerado como un enemigo en el mundo occidental.
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Maxime Chaix: En su último libro, La Machine de guerre américaine, usted demuestra que una parte importante de los ingresos narcóticos [de la droga] alimenta el sistema bancario internacional, incluyendo los bancos de Estados Unidos, creando así una verdadera «narconomía». En ese contexto, ¿qué cree usted del caso HSBC?
Peter Dale Scott: Primeramente, el escándalo de lavado de dinero del HSBC nos lleva a pensar que la manipulación de ingresos narcóticos por parte de ese banco pudo contribuir al financiamiento del terrorismo –como ya había revelado una subcomisión del Senado en julio de 2012. Además, un nuevo informe senatorial ha estimado que «cada año, entre 300 000 millones y un millón de millones de dólares de origen criminal son lavados por los bancos a través del mundo y la mitad de esos fondos transitan por los bandos estadounidenses».
En ese contexto, las autoridades gubernamentales nos explican que no se desmantelará HSBC porque es demasiado importante en la arquitectura financiera occidental. Hay que recordar que Antonio María Costa, el director de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Crimen (ONUDC), recordó que en 2008 «los miles de millones de narcodólares impidieron el hundimiento del sistema en el peor momento de la crisis [financiera] global».
En realidad, todos los grandes bancos de importancia sistémica –no sólo el HSBC– han reconocido haber creado filiales (los privates banks) concebidas especialmente para el lavado de dinero sucio. Algunos han pagado fuertes multas, habitualmente mucho menos importantes que las ganancias generadas por el lavado de dinero. Y mientras dure esa impunidad, el sistema seguirá funcionando de esa manera.
Es un verdadero escándalo. Piense usted en un individuo cualquiera arrestado con unos cuantos gramos de cocaína en el bolsillo. Lo más probable es que vaya a la cárcel. Pero el banco HSBC puede haber lavado unos 7 000 millones de dólares de ingresos narcóticos a través de su filial mexicana sin que nadie vaya a la cárcel.
En realidad, la droga es uno de los principales factores que sostienen el dólar, lo cual explica el uso de la expresión «narconomía».
Los 3 productos que más se intercambian en el comercio internacional
son, en primer lugar, el petróleo seguido por las armas y después la
droga.
Esos 3 elementos están interconectados y alimentan los bancos de la misma manera. Es por eso que el sistema bancario global absorbe la mayoría del dinero de la droga. Así que en La Machine de guerre américaine yo estudio de qué manera una parte de esos ingresos narcóticos financia ciertas operaciones clandestinas estadounidenses. Y analizo además las consecuencias que se derivan.
Maxime Chaix: Hace 10 años, la administración Bush emprendía la guerra contra Irak, sin el aval del Consejo de Seguridad de la ONU. ¿Qué balance hace usted de ese conflicto, sobre todo en relación con sus costos humanos y financieros?
Peter Dale Scott: En mi opinión, ha habido dos grandes desastres en la política exterior reciente de Estados Unidos: la guerra de Vietnam, que no era necesaria, y la guerra de Irak, que lo era menos todavía.
En cuanto a los costos humanos y financieros, ese conflicto fue un desastre, tanto para Irak como para Estados Unidos. Pero el ex vicepresidente Dick Cheney acaba de declarar en un documental que él haría lo mismo [que antes] «al minuto».
Sin embargo, el Financial Times estimó recientemente que los contratistas habían firmado con el gobierno de Estados Unidos contratos por más de 138 000 millones de dólares en el marco de la reconstrucción de Irak.
Sólo la empresa KBR, filial de Halliburton –firma que dirigía el propio Dick Cheney antes de convertirse en vicepresidente [de Estados Unidos]– firmó desde 2003 una serie de contratos federales por al menos 39 500 millones de dólares. Recordemos también que a finales del año 2000 –un año antes del 11 de septiembre– Dick Cheney y Donald Rumsfeld firmaron juntos un importante estudio elaborado por el PNAC (el grupo de presión neoconservador conocido como Proyecto para el Nuevo Siglo Americano).
Aquel estudio, titulado «Reconstruir las Defensas de América» (Rebuilding America’s Defenses), reclamaba sobre todo un fuerte aumento del presupuesto de Defensa, el derrocamiento de Sadam Husein en Irak y mantener tropas estadounidenses en la región del Golfo Pérsico, incluso después de la caída del dictador iraquí. A pesar de los costos humanos y financieros de esa guerra, ciertas empresas privadas sacaron cuantiosas ganancias de ese conflicto, como yo mismo analizo en mi libro La Machine de guerre américaine. Para terminar, cuando se ven las gravísimas tensiones que hoy existen en el Medio Oriente entre los chiitas, respaldados por Irán, y los sunnitas, que cuentan con el apoyo de Arabia Saudita y Qatar, tenemos que recordar que la guerra contra Irak tuvo un impacto muy desestabilizador en toda esa región…
Su
primer libro traducido al francés, The Road to 9/11, fue publicado en
septiembre de 2010 por Demi-Lune bajo el título La Route vers le Nouveau
Désordre Mondial [El Camino hacia el Nuevo Desorden Mundial] y le valió
los elogios del general de la fuerza aérea francesa Bernard Norlain en
el número 738 de la Revue Défense Nationale (marzo de 2011).
Su más reciente libro, La Machine de guerre américaine
[la Máquina de Guerra de Estados Unidos], fue publicado en francés por
Éditions Demi-Lune en octubre de 2012 y también fue recomendado por el
general Norlain en el número 757 de la Revue Défense Nationale (febrero
de 2013).
Peter Dale Scott publica artículos en la web de Red Voltaire.
LOS MEDICI SE HICIERON RICOS CON LA IMPORTACION DE OPIO
Entre la burguesía mercantil florentina era usual adoptar un escudo heráldico que hiciese también referencia a la profesión, y de ahí vienen las famosas palle (bolas) de los Medici, que representaban las píldoras de opio que importaban de Oriente con grandes beneficios.
Ellos pretendían que ese blasón simbolizaba las abolladuras que sufrió el escudo de un Medici en una batalla contra el Imperio, pero era un invento para reclamar una nobleza de espada que los Medici jamás poseyeron.
Desde que aparecieron los Medici en el siglo XIII se presentaron como amici del popolo minuto (amigos del bajo pueblo), es decir, encabezaban un partido populista en oposición los grandi (nobles), con quienes tuvieron sucesivos enfrentamientos.
...Sobrevivirían a estas querellas políticas de increíble violencia, y a mediados del siglo XV estaban a punto de convertirse en una de las familias más poderosas de Italia
Robert Parry destacó en Consortium News que el domingo 5 el diario New York Times publicó una reseña de la película Kill the Messenger (Mata al mensajero), en la que finalmente el diario admitió que el reportero Gary Webb del diario San José Mercury News, a quien el New York Times ayudo a vilipendiar y que lo llevo al suicidio, tenía razón.
"Cerca de tres décadas desde que salieron las historias por primera vez en 1985 acerca del tráfico de cocaína de los Contras nicaragüenses, finalmente el New York Times admitió que las denuncias eran ciertas, aunque este reconocimiento tardío apareció enterrado en la reseña de una película en el periódico del domingo.
"La reseña se trata de la nueva película, Kill the Messenger [que se estrenó el 10 de octubre], la cual revive las acusaciones a la Contra sobre la cocaína en el contexto de la trágica historia del periodista Gary Webb, quien a su vez había retomando las acusaciones en 1996, sólo para que el New York Times y otros periódicos importantes lanzaran una vendetta en su contra que destruyó su carrera y en última instancia lo llevó al suicidio...
"Así que fue un buen detalle, que el Times planteara francamente que el escándalo que durante mucho tiempo se negó, realmente si ocurrió, aunque la declaración haya aparecido escondida en la reseña de una película que apareció en la página AR-14 de la edición de Nueva York. Y el comentarista del Times aún no puede afrontar el hecho de que su periódico formó parte de una pandilla que agredió a un periodista honesto quien en realidad tenía la historia correcta".
Como periodista de la agencia Associated Press en la década de 1980, Parry fue uno de los primeros en exponer la operación de tráfico de cocaína de la Contra nicaragüense, y en la década de 1990 fue uno de los pocos que, junto con la revista Executive Intelligence Review (EIR), defendió a Webb en contra de los sicarios, específicamente, del Times, del Washigton Post, y del Los Angeles Times.
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La Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos. estableció una norma de trabajo en agosto de 2013:
La nueva norma de la CIA la estableció el actuar director, John Brennan Así lo confirmó a Efe el portavoz de la CIA,
Dean Boyd, quien precisó que la agencia ha hecho pública esta nueva norma para no dar argumentos a los terroristas que 'justifican' sus ataques a los cooperantes en que las campañas de vacunación en países como Pakistán son realmente una tapadera para operaciones occidentales de espionaje(pues era verdad).
La nueva norma de la CIA la estableció el actuar director, John Brennan, después de recibir las quejas de destacados responsables de la sanidad pública estadounidense.
Los decanos de doce facultades de salud pública escribieron una carta al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en enero de 2013 para protestar por la operación en la que la CIA usó al médico paquistaní Shakil Afridi para conseguir muestras de ADN que pudieran confirmar la ? presencia de Bin Laden ? en la zona a través de una falsa campaña de vacunación contra la polio en Abbottabad.
Esa controvertida operación fracasó y Afridi fue condenado por traición a 23 años de cárcel.
Consecuencias "Encubrir operaciones de inteligencia con servicio público humanitario ha provocado consecuencias colaterales que han afectado a toda la comunidad de la salud pública", escribieron los decanos en una misiva al presidente, según una información que publicó en exclusiva The Washington Post en la madrugada de este martes. La nueva norma de la CIA rige en todo el mundo Según confirmó a Efe una portavoz de la Casa Blanca, el Gobierno respondió a los decanos el pasado viernes y prometió que la CIA no repetirá ese tipo de prácticas. "La agencia no hará uso de los programas de vacunación para sus operaciones, lo que incluye a todos los trabajadores de estas campañas. Tampoco buscará obtener o utilizar -para sus operaciones- las muestras de ADN o de otro material genético recabadas con estos programas", promete el Gobierno en su carta. La misiva es firmada por la asistente en Seguridad Nacional de la Administración de Obama, Lisa Monaco, según confirmó a Efe la portavoz del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, Caitlin Hayden. "La nueva norma de la CIA rige en todo el mundo, y tanto para ciudadanos estadounidenses como para los que no lo son. Como dice la carta, la Administración apoya completamente esta norma, que demuestra nuestro apoyo a la salud global y nuestro compromiso continuo con la erradicación de la polio", explicó Hayden.
Ver más en: http://www.20minutos.com/noticia/13426/0/cia-no-usara/falsas-campanas-vacunacion/operaciones/#xtor=AD-1&xts=513357
Peter Dale Scott publica artículos en la web de Red Voltaire.
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LOS MEDICI SE HICIERON RICOS CON LA IMPORTACION DE OPIO
Entre la burguesía mercantil florentina era usual adoptar un escudo heráldico que hiciese también referencia a la profesión, y de ahí vienen las famosas palle (bolas) de los Medici, que representaban las píldoras de opio que importaban de Oriente con grandes beneficios.
Ellos pretendían que ese blasón simbolizaba las abolladuras que sufrió el escudo de un Medici en una batalla contra el Imperio, pero era un invento para reclamar una nobleza de espada que los Medici jamás poseyeron.
Desde que aparecieron los Medici en el siglo XIII se presentaron como amici del popolo minuto (amigos del bajo pueblo), es decir, encabezaban un partido populista en oposición los grandi (nobles), con quienes tuvieron sucesivos enfrentamientos.
...Sobrevivirían a estas querellas políticas de increíble violencia, y a mediados del siglo XV estaban a punto de convertirse en una de las familias más poderosas de Italia
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El New York Times finalmente admite que Gary Webb estaba en lo cierto respecto a la operación de la Contra y el tráfico de cocaína
11 de Octubre de 2014 —Robert Parry destacó en Consortium News que el domingo 5 el diario New York Times publicó una reseña de la película Kill the Messenger (Mata al mensajero), en la que finalmente el diario admitió que el reportero Gary Webb del diario San José Mercury News, a quien el New York Times ayudo a vilipendiar y que lo llevo al suicidio, tenía razón.
"Cerca de tres décadas desde que salieron las historias por primera vez en 1985 acerca del tráfico de cocaína de los Contras nicaragüenses, finalmente el New York Times admitió que las denuncias eran ciertas, aunque este reconocimiento tardío apareció enterrado en la reseña de una película en el periódico del domingo.
"La reseña se trata de la nueva película, Kill the Messenger [que se estrenó el 10 de octubre], la cual revive las acusaciones a la Contra sobre la cocaína en el contexto de la trágica historia del periodista Gary Webb, quien a su vez había retomando las acusaciones en 1996, sólo para que el New York Times y otros periódicos importantes lanzaran una vendetta en su contra que destruyó su carrera y en última instancia lo llevó al suicidio...
"Así que fue un buen detalle, que el Times planteara francamente que el escándalo que durante mucho tiempo se negó, realmente si ocurrió, aunque la declaración haya aparecido escondida en la reseña de una película que apareció en la página AR-14 de la edición de Nueva York. Y el comentarista del Times aún no puede afrontar el hecho de que su periódico formó parte de una pandilla que agredió a un periodista honesto quien en realidad tenía la historia correcta".
Como periodista de la agencia Associated Press en la década de 1980, Parry fue uno de los primeros en exponer la operación de tráfico de cocaína de la Contra nicaragüense, y en la década de 1990 fue uno de los pocos que, junto con la revista Executive Intelligence Review (EIR), defendió a Webb en contra de los sicarios, específicamente, del Times, del Washigton Post, y del Los Angeles Times.
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La CIA confirma que no usará falsas campañas de vacunación en sus operaciones
CIA???
La técnica se utilizó durante la búsqueda de Osama bin Laden (pero si ya estaba muerto¡¡¡¡.
Un falso programa contra la polio se implementó para obtener el ADN
de Osama.
Las campañas son una tapadera para operaciones de espionaje.
La Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos. estableció una norma de trabajo en agosto de 2013:
La nueva norma de la CIA la estableció el actuar director, John Brennan Así lo confirmó a Efe el portavoz de la CIA,
Dean Boyd, quien precisó que la agencia ha hecho pública esta nueva norma para no dar argumentos a los terroristas que 'justifican' sus ataques a los cooperantes en que las campañas de vacunación en países como Pakistán son realmente una tapadera para operaciones occidentales de espionaje(pues era verdad).
La nueva norma de la CIA la estableció el actuar director, John Brennan, después de recibir las quejas de destacados responsables de la sanidad pública estadounidense.
Los decanos de doce facultades de salud pública escribieron una carta al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en enero de 2013 para protestar por la operación en la que la CIA usó al médico paquistaní Shakil Afridi para conseguir muestras de ADN que pudieran confirmar la ? presencia de Bin Laden ? en la zona a través de una falsa campaña de vacunación contra la polio en Abbottabad.
Esa controvertida operación fracasó y Afridi fue condenado por traición a 23 años de cárcel.
Consecuencias "Encubrir operaciones de inteligencia con servicio público humanitario ha provocado consecuencias colaterales que han afectado a toda la comunidad de la salud pública", escribieron los decanos en una misiva al presidente, según una información que publicó en exclusiva The Washington Post en la madrugada de este martes. La nueva norma de la CIA rige en todo el mundo Según confirmó a Efe una portavoz de la Casa Blanca, el Gobierno respondió a los decanos el pasado viernes y prometió que la CIA no repetirá ese tipo de prácticas. "La agencia no hará uso de los programas de vacunación para sus operaciones, lo que incluye a todos los trabajadores de estas campañas. Tampoco buscará obtener o utilizar -para sus operaciones- las muestras de ADN o de otro material genético recabadas con estos programas", promete el Gobierno en su carta. La misiva es firmada por la asistente en Seguridad Nacional de la Administración de Obama, Lisa Monaco, según confirmó a Efe la portavoz del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, Caitlin Hayden. "La nueva norma de la CIA rige en todo el mundo, y tanto para ciudadanos estadounidenses como para los que no lo son. Como dice la carta, la Administración apoya completamente esta norma, que demuestra nuestro apoyo a la salud global y nuestro compromiso continuo con la erradicación de la polio", explicó Hayden.
Ver más en: http://www.20minutos.com/noticia/13426/0/cia-no-usara/falsas-campanas-vacunacion/operaciones/#xtor=AD-1&xts=513357
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2014:
¿Se acuerdan de cuando Venezuela y Bolivia
expulsaron la DEA de sus países, acusándola de espionaje?
Pues tenían razón…
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=185251
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TODO EMPEZO CON LAS GUERRAS DEL OPIO:
El fraude de la guerra contra las drogas.
ejemplo histórico: China .
Actualmente la producción de opio está deliberadamente concentrada en Afganistán, pero no siempre fue así. Si preguntas a la gente cual es el origen histórico de la drogadicción a los opiáceos la mayoría contestarán que China. Pero se equivocan.
El opio sale de la planta – papaver somniferum album, conocida como adormidera y de la que se extrae la morfina y la heroína. El opio se conoce en China hace milenios, ya es citado en la 1º farmacopea, en el año 2000 antes de JC considerada como la más antigua de la humanidad [1].
Aunque su uso médico está descrito en textos chinos mucho más antiguos que se remontan al siglo VIII antes de J.C., como reconoció la Comisión Real del opio en uno de sus informes [2]. La medicina china, lo utilizaba por sus propiedades terapéuticas (que aún seguimos empleando en forma de productos derivados como la morfina o la codeína), fundamentalmente como medicina o para aliviar los sufrimientos ligados a la vejez.
Realmente el comercio de la droga empezó en el siglo XVI y no lo emprendieron los chinos si no los portugueses y los holandeses que transportaban el opio desde la India e Indonesia donde se cultivaba.
De forma que en 1659 el comercio del opio seguía en importancia al de las especias y en 1750 los holandeses cargaban más de 100 toneladas anuales de opio en Indonesia.
No eran solo los beneficios lo que les interesaba en el tráfico de opio, era “un medio útil para quebrantar la resistencia moral de los indonesios que se oponían a su sistema de hacienda, semiservil pero cada vez más rentable” [3].
Pero la producción y el tráfico a nivel masivo fue orquestada por el Imperio Británico a partir de su colonia: India.
En la India contrariamente a lo que comúnmente se piensa no había hambre antes de la invasión británica.
El principal motivo del hambre en la India fue que las compañías británicas destruyeron su agricultura de subsistencia y también su industria,
especialmente la textil.
Los hindúes fueron obligados a abandonar el cultivo de productos básicos, incluyendo los alimentos, y a sustituirlos por cultivos para exportar a Inglaterra como el té y también el opio bajo la explotación de las compañías británicas [4].
Inglaterra implantó el cultivo masivo del opio especialmente en la región India de Bengala, que hoy es Bangladesh, desde 1757. La India fue administrada y prácticamente gobernada por la compañía British East India Company (BEIC – British East India Co.) que abrió una oficina en Cantón en 1715 y comenzó a inundar el país con el opio bengalí. Esta ciudad y su puerto era la única plaza comercial internacional que China permitía a los occidentales.
Hasta entonces Gran Bretaña compraba productos a China como especias, seda y té, que pagaba en plata puesto que los chinos no tenían interés en sus mercancías europeas y despreciaban sus “modales bárbaros”.
Uno de los motivos de introducir el opio, pero no el único, era compensar la desequilibrada balanza comercial inglesa.
“…debemos intentar sin pausa encontrar en otras partes del mundo nuevas aperturas para nuestra industria (del opio)…(Lord Palmerston)”
“El puerto “libre” de Hong Kong, en realidad fue creado para ser el eje del libre tráfico de drogas de Gran Bretaña y así se mantuvo durante más de un siglo.”
En 1783 el primer ministro británico Lord Shelbourne desarrolló hasta tal punto el negocio de la droga que lo convirtió en una de las principales fuentes de beneficios para la Corona británica, y naturalmente se establecieron sólidas alianzas con las familias más poderosas:
Matheson, Kesswick, Swire, Dent, Baring, Rothschild, y sus instituciones Jardine Matheson, Chartered Bank, Peninsular and Orient steam Navigation Co., etc.[5]
De modo que el tráfico de opio se convirtió prácticamente en la política oficial de los bancos y la Corona Británica. China intentó resistirse a la introducción del opio en el país por las compañías inglesas pues sabía que era un caballo de Troya y que el imperio tenía intenciones de extenderse y dominarla.
En este contexto el opio era ya considerado acertadamente como un arma de guerra, y la opiomanía que generaba, una forma de debilitar la resistencia a la penetración del imperio británico que era perfectamente consciente de ello:
“no hay el menor motivo para temer que China se convierta en potencia militar de importancia alguna, ya que el vicio agota las energías y la vitalidad de la nación”[6].
En 1799, China reafirmó su prohibición de importar opio, pero las compañías británicas hicieron caso omiso y siguieron haciéndolo en mayor cantidad. En 1830 el número de cajas de opio exportadas a China se cuadruplicó (18.956) y el opio había llegado ya a ser el artículo más importante del comercio internacional [7]. En 1836 el número de cajas de opio exportadas a China sobrepasó las 30.000.
En 1838, las autoridades chinas impusieron legalmente la pena de muerte a todos los comerciantes y traficantes de opio chinos, pero no a los británicos. Lin Tse-Hsu comisionado del emperador para el opio, escribió a la reina Victoria de Inglaterra preguntándole si “permitiría la importación a su propio país de una sustancia tan venenosa y le pidió prohibir a sus súbditos traerla a China”.[8] Por supuesto la carta no surtió el más mínimo efecto.
En 1839, las autoridades chinas se negaron a seguir permitiendo las importaciones ilegales de opio a las compañías inglesas. El emperador envió a Cantón a Lin Tse Hsü, para acabar con la penetración desastrosa del opio.
El emisario imperial exigió la entrega de todo el opio almacenado y puso sitio al enclave europeo. A las seis semanas de asedio, los mercaderes capitularon.
Se quemaron todos los depósitos de opio y los traficantes británicos fueron expulsados de China. Esto sirvió de excusa al gobierno británico que inmediatamente le declaró la guerra a China y envió desde la India su fuerza naval.
El origen de la guerra, como de hecho lo es para la gran mayoría de las guerras, fue económico, se trataba de proteger su lucrativo negocio del opio y seguir debilitando a la población china convirtiéndola en adicta para de someterla más fácilmente.
En 1841 Lord Palmerston, primer ministro británico, en un memorando al gobernador de la India había afirmado: “…debemos intentar sin pausa encontrar en otras partes del mundo nuevas aperturas para nuestra industria (del opio)… Si nuestra expedición china tiene éxito, Abisinia, Arabia, los países hindúes y los nuevos mercados de China permitirán en un futuro no lejano la ampliación de nuestro comercio exterior”
Pero los planes británicos iban más lejos y apuntaban también a América, como veremos. La flota de guerra británica se apoderó de Shanghai y remontó el Yangtsé hasta Nanking.
China perdió la guerra, se vio forzada a firmar el Tratado de Nanking (1842) y abrió las puertas a los comerciantes de opio declarado “artículo de comercio legítimo”. China pagó 21 millones de libras en plata y tuvo que aceptar que el puerto de Hong Kong fuese gobernado por los británicos, declarándolo “puerto libre”.
Libre desde luego para convertirse en el centro mundial del tráfico de drogas para beneficio del imperio comercial británico. Además otros cinco puertos, incluyendo el de Shanghai, se abrieron al libre comercio lo que aumentó la explotación económica del país.
Lord Palmerston confirmó la importancia de haber ganado la guerra para la narco-economía. “No hay duda que este acontecimiento, que conformará un hito en el progreso de la civilización de las razas humanas, concede las ventajas más importantes para los intereses comerciales de Inglaterra”[10]. Una flota invasora franco británica fue derrotada en Taku en 1859.
En Europa se orquestó una campaña de propaganda demonizadora de China, siempre conveniente antes de empezar una guerra, y Lord Palmerston declaró que “había que darles una lección a esas pérfidas hordas” que habían tenido la osadía de defender su país.
Gran Bretaña junto con Francia invadió Pekín el año siguiente y dieron muestras de su refinada civilización saqueando la ciudad, quemando sus templos y santuarios.
En esta Segunda Guerra del Opio de 1860 China también fue derrotada. El emperador se vio obligado mediante el tratado de Tientsin a aceptar incluso el estacionamiento de tropas extranjeras en su capital, además de ceder totalmente Hong Kong y Macao a los británicos y de abrir otros 10 puertos.
La pequeña isla de Hong Kong ya había sido utilizada desde hacía años como embarcadero para el tráfico de opio. El puerto “libre” de Hong Kong, en realidad fue creado para ser el eje del libre tráfico de drogas de Gran Bretaña y así se mantuvo durante más de un siglo.
En 1860 los británicos fundaron el Shanghai Honk Kong Bank of Commerce (HSBC) para gestionar los suculentos beneficios de su tráfico mundial de opio.
Las compañías británicas consiguieron controlar la mayor parte del comercio del opio en el país y lo duplicaron nuevamente hacia 1880, mientras extendían la droga por todo el mundo abriendo nuevos mercados en nombre del liberalismo económico. Pero el opio no era su única mercancía criminal, otra fuente de ingresos de los británicos era el tráfico humano.
Desde 1840 las compañías inglesas que traficaban con esclavos negros africanos introdujeron en la costa oeste de Estados Unidos cientos de miles de chinos pobres que en realidad eran trabajadores esclavos adictos al opio, los coolíes.
Los británicos lo llamaron “tráfico de puercos”.
Los banqueros ingleses establecieron relaciones con los banqueros norteamericanos y se siguieron importando cantidades crecientes de esclavos chinos; sólo en el año 1846 se calcula que entraron 117.000 coolíes con 230.000 libras de goma de opio y 53.000 libras de opio preparado para ser fumado[11].
Aunque en 1862 el presidente Lincoln prohibió el tráfico de coolíes, este continuó hasta el siglo XX. Un buen ejemplo de que los intereses de los banqueros ya predominaban sobre las decisiones de los políticos y lo mismo sucedía en Inglaterra. Por ejemplo, Beeching menciona en su libro que con el dinero del opio y el apoyo de la monarquía británica, Lord Shelbourne “compró en 1873 el Parlamento Inglés íntegro”[12].
En 1875, en Estados Unidos las estadísticas oficiales calculaban que había ya 120.000 norteamericanos adictos al opio, además de los miles de coolíes chinos [13].
Hacia 1885, los banqueros británicos habían conseguido que el opio llegase a ser una de las mercancías más valiosas que circulaban por el comercio internacional [14].
Sin embargo los chinos a pesar de haber perdido las dos guerras del opio, no se sometieron y hubo continuas revueltas contra la ocupación colonial, a la que se fueron sumando otros países.
La más importante duró desde noviembre de 1899 hasta el 7 de septiembre de 1901. Fue una revolución de campesinos chinos contra las concesiones a los extranjeros. Se la conoce como «Levantamiento Yìhétuán Qǐyì, “los puños rectos y armoniosos” o en Occidente como el levantamiento de los boxers (boxeadores) por su entrenamiento en las artes marciales.
Inglaterra, en esta última guerra contra los nacionalistas chinos, recibió ayuda de una coalición formada en orden de importancia por japoneses, rusos, británicos, franceses, estadounidenses, alemanes, italianos, austro-húngaros, y portugueses de modo que finalmente los boxers fueron aplastados.
En un año entre 50.000 y 100.000 rebeldes fueron muertos durante la represión de la insurrección.
Occidente impuso a China «reparaciones» muy elevadas por las guerras que él mismo había causado y desangró su maltrecha economía. La base económica y financiera del desarrollo del país fue aniquilada.
En 1900 el 56 % de Asia era ya una posesión colonial, que se sumaba al 90 % de Africa [15].
El saqueo perpetrado en Asia siguió al cometido en Africa y América latina empobreciendo a sus habitantes y dejando millones de drogadictos. No olvides que el “mundo occidental desarrollado” lo está gracias al robo sistemático de recursos en todos los continentes que permitió su industrialización.
En 1905 se produjo la primera reacción internacional contra la expansión de la drogadicción fomentada por Inglaterra; se firmó en La Haya una tímida convención para intentar controlar la introducción de opio en Occidente.
Pero los británicos la boicotearon con éxito y siguieron con su lucrativo negocio creando un floreciente mercado no declarado, y con otras artimañas, como por ejemplo pedir en 1911 como garantía de sus préstamos bancarios a Persia sus ganancias del opio.
En 1923 se presentó a la Comisión del Opio de la Liga de las Naciones (la organización que luego se convertiría en a ONU) una propuesta para reducir un tímido 10% de la producción y del consumo del opio. La tradicional oposición de Inglaterra hizo que se rechazara y que los delegados estadounidenses y chinos abandonaran la sesión.
Solo se acordó crear un Consejo central de narcóticos que se limitaría a reunir información y que fue calificado como “la junta de contrabandistas”[16].
En 1927 los británicos seguían obteniendo oficialmente al menos el 20% de sus ingresos coloniales del Lejano Oriente del tráfico del opio [17]. Pero esta cifra probablemente era falsa.
El opio inglés siguió abriéndose paso en Occidente produciendo millones de adictos y un desastre social que persiste hasta nuestros días en su forma más tóxica: la heroína. No es pues aventurado afirmar que la gloria del imperio británico y la prosperidad de sus élites se basa en gran parte en el narcotráfico del que tienen el honor de ser sus primeros beneficiarios.
FUENTE: http://www.laindependientedigital.com/el-fraude-de-la-guerra-contra-las-drogas.html
todo sigue igual:
HSBC lavó mil 100 mdd del narco en sucursales de Sinaloa, denuncian en EU.
(HSBC= Shanghai Honk Kong Bank of Commerce)
Familiares de estadunidenses asesinados por cárteles mexicanos denunciaron que entre 2006 y 2008 las sucursales HSBC en Sinaloa recibieron depósitos por aproximadamente mil 100 millones de dólares del crimen organizado que posteriormente se transfirieron a Estados Unidos.
La denuncia contra ese grupo financiero fue presentada en la corte del distrito Sur de Texas por parientes de Víctor Ávila y Jaime Zapata, agentes del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés); Arthur y Lesley Redelfs, funcionarios del Consulado de Estados Unidos en Ciudad Juárez, Chihuahua, y de Rafael Morales, Jaime Morales y Guadalupe Morales, asesinados después de haber sido secuestrados en una boda realizada en Juárez.
Esta es la primera ocasión que víctimas del crimen organizado centran sus demandas contra el financiamiento y cuentas bancarias de los capos que lavan dinero en el sistema financiero internacional.
La acusación precisa que el Grupo Financiero HSBC lavó en México y Estados Unidos millones de dólares que permitieron financiar las “actividades terroristas” de los cárteles de Juárez, Sinaloa y Los Zetas, en México, así como del cártel del Norte del Valle, en Colombia.
FUENTE: https://www.proceso.com.mx/429817/hsbc-lavo-cerca-de-900-mdd-del-crimen-organizado-denuncian-en-eu
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TODO EMPEZO CON LAS GUERRAS DEL OPIO:
El fraude de la guerra contra las drogas.
ejemplo histórico: China .
Actualmente la producción de opio está deliberadamente concentrada en Afganistán, pero no siempre fue así. Si preguntas a la gente cual es el origen histórico de la drogadicción a los opiáceos la mayoría contestarán que China. Pero se equivocan.
El opio sale de la planta – papaver somniferum album, conocida como adormidera y de la que se extrae la morfina y la heroína. El opio se conoce en China hace milenios, ya es citado en la 1º farmacopea, en el año 2000 antes de JC considerada como la más antigua de la humanidad [1].
Aunque su uso médico está descrito en textos chinos mucho más antiguos que se remontan al siglo VIII antes de J.C., como reconoció la Comisión Real del opio en uno de sus informes [2]. La medicina china, lo utilizaba por sus propiedades terapéuticas (que aún seguimos empleando en forma de productos derivados como la morfina o la codeína), fundamentalmente como medicina o para aliviar los sufrimientos ligados a la vejez.
Realmente el comercio de la droga empezó en el siglo XVI y no lo emprendieron los chinos si no los portugueses y los holandeses que transportaban el opio desde la India e Indonesia donde se cultivaba.
De forma que en 1659 el comercio del opio seguía en importancia al de las especias y en 1750 los holandeses cargaban más de 100 toneladas anuales de opio en Indonesia.
No eran solo los beneficios lo que les interesaba en el tráfico de opio, era “un medio útil para quebrantar la resistencia moral de los indonesios que se oponían a su sistema de hacienda, semiservil pero cada vez más rentable” [3].
Pero la producción y el tráfico a nivel masivo fue orquestada por el Imperio Británico a partir de su colonia: India.
En la India contrariamente a lo que comúnmente se piensa no había hambre antes de la invasión británica.
El principal motivo del hambre en la India fue que las compañías británicas destruyeron su agricultura de subsistencia y también su industria,
especialmente la textil.
Los hindúes fueron obligados a abandonar el cultivo de productos básicos, incluyendo los alimentos, y a sustituirlos por cultivos para exportar a Inglaterra como el té y también el opio bajo la explotación de las compañías británicas [4].
Inglaterra implantó el cultivo masivo del opio especialmente en la región India de Bengala, que hoy es Bangladesh, desde 1757. La India fue administrada y prácticamente gobernada por la compañía British East India Company (BEIC – British East India Co.) que abrió una oficina en Cantón en 1715 y comenzó a inundar el país con el opio bengalí. Esta ciudad y su puerto era la única plaza comercial internacional que China permitía a los occidentales.
Hasta entonces Gran Bretaña compraba productos a China como especias, seda y té, que pagaba en plata puesto que los chinos no tenían interés en sus mercancías europeas y despreciaban sus “modales bárbaros”.
Uno de los motivos de introducir el opio, pero no el único, era compensar la desequilibrada balanza comercial inglesa.
“…debemos intentar sin pausa encontrar en otras partes del mundo nuevas aperturas para nuestra industria (del opio)…(Lord Palmerston)”
“El puerto “libre” de Hong Kong, en realidad fue creado para ser el eje del libre tráfico de drogas de Gran Bretaña y así se mantuvo durante más de un siglo.”
En 1783 el primer ministro británico Lord Shelbourne desarrolló hasta tal punto el negocio de la droga que lo convirtió en una de las principales fuentes de beneficios para la Corona británica, y naturalmente se establecieron sólidas alianzas con las familias más poderosas:
Matheson, Kesswick, Swire, Dent, Baring, Rothschild, y sus instituciones Jardine Matheson, Chartered Bank, Peninsular and Orient steam Navigation Co., etc.[5]
De modo que el tráfico de opio se convirtió prácticamente en la política oficial de los bancos y la Corona Británica. China intentó resistirse a la introducción del opio en el país por las compañías inglesas pues sabía que era un caballo de Troya y que el imperio tenía intenciones de extenderse y dominarla.
En este contexto el opio era ya considerado acertadamente como un arma de guerra, y la opiomanía que generaba, una forma de debilitar la resistencia a la penetración del imperio británico que era perfectamente consciente de ello:
“no hay el menor motivo para temer que China se convierta en potencia militar de importancia alguna, ya que el vicio agota las energías y la vitalidad de la nación”[6].
En 1799, China reafirmó su prohibición de importar opio, pero las compañías británicas hicieron caso omiso y siguieron haciéndolo en mayor cantidad. En 1830 el número de cajas de opio exportadas a China se cuadruplicó (18.956) y el opio había llegado ya a ser el artículo más importante del comercio internacional [7]. En 1836 el número de cajas de opio exportadas a China sobrepasó las 30.000.
En 1838, las autoridades chinas impusieron legalmente la pena de muerte a todos los comerciantes y traficantes de opio chinos, pero no a los británicos. Lin Tse-Hsu comisionado del emperador para el opio, escribió a la reina Victoria de Inglaterra preguntándole si “permitiría la importación a su propio país de una sustancia tan venenosa y le pidió prohibir a sus súbditos traerla a China”.[8] Por supuesto la carta no surtió el más mínimo efecto.
En 1839, las autoridades chinas se negaron a seguir permitiendo las importaciones ilegales de opio a las compañías inglesas. El emperador envió a Cantón a Lin Tse Hsü, para acabar con la penetración desastrosa del opio.
El emisario imperial exigió la entrega de todo el opio almacenado y puso sitio al enclave europeo. A las seis semanas de asedio, los mercaderes capitularon.
Se quemaron todos los depósitos de opio y los traficantes británicos fueron expulsados de China. Esto sirvió de excusa al gobierno británico que inmediatamente le declaró la guerra a China y envió desde la India su fuerza naval.
El origen de la guerra, como de hecho lo es para la gran mayoría de las guerras, fue económico, se trataba de proteger su lucrativo negocio del opio y seguir debilitando a la población china convirtiéndola en adicta para de someterla más fácilmente.
En 1841 Lord Palmerston, primer ministro británico, en un memorando al gobernador de la India había afirmado: “…debemos intentar sin pausa encontrar en otras partes del mundo nuevas aperturas para nuestra industria (del opio)… Si nuestra expedición china tiene éxito, Abisinia, Arabia, los países hindúes y los nuevos mercados de China permitirán en un futuro no lejano la ampliación de nuestro comercio exterior”
Pero los planes británicos iban más lejos y apuntaban también a América, como veremos. La flota de guerra británica se apoderó de Shanghai y remontó el Yangtsé hasta Nanking.
China perdió la guerra, se vio forzada a firmar el Tratado de Nanking (1842) y abrió las puertas a los comerciantes de opio declarado “artículo de comercio legítimo”. China pagó 21 millones de libras en plata y tuvo que aceptar que el puerto de Hong Kong fuese gobernado por los británicos, declarándolo “puerto libre”.
Libre desde luego para convertirse en el centro mundial del tráfico de drogas para beneficio del imperio comercial británico. Además otros cinco puertos, incluyendo el de Shanghai, se abrieron al libre comercio lo que aumentó la explotación económica del país.
Lord Palmerston confirmó la importancia de haber ganado la guerra para la narco-economía. “No hay duda que este acontecimiento, que conformará un hito en el progreso de la civilización de las razas humanas, concede las ventajas más importantes para los intereses comerciales de Inglaterra”[10]. Una flota invasora franco británica fue derrotada en Taku en 1859.
En Europa se orquestó una campaña de propaganda demonizadora de China, siempre conveniente antes de empezar una guerra, y Lord Palmerston declaró que “había que darles una lección a esas pérfidas hordas” que habían tenido la osadía de defender su país.
Gran Bretaña junto con Francia invadió Pekín el año siguiente y dieron muestras de su refinada civilización saqueando la ciudad, quemando sus templos y santuarios.
En esta Segunda Guerra del Opio de 1860 China también fue derrotada. El emperador se vio obligado mediante el tratado de Tientsin a aceptar incluso el estacionamiento de tropas extranjeras en su capital, además de ceder totalmente Hong Kong y Macao a los británicos y de abrir otros 10 puertos.
La pequeña isla de Hong Kong ya había sido utilizada desde hacía años como embarcadero para el tráfico de opio. El puerto “libre” de Hong Kong, en realidad fue creado para ser el eje del libre tráfico de drogas de Gran Bretaña y así se mantuvo durante más de un siglo.
En 1860 los británicos fundaron el Shanghai Honk Kong Bank of Commerce (HSBC) para gestionar los suculentos beneficios de su tráfico mundial de opio.
Las compañías británicas consiguieron controlar la mayor parte del comercio del opio en el país y lo duplicaron nuevamente hacia 1880, mientras extendían la droga por todo el mundo abriendo nuevos mercados en nombre del liberalismo económico. Pero el opio no era su única mercancía criminal, otra fuente de ingresos de los británicos era el tráfico humano.
Desde 1840 las compañías inglesas que traficaban con esclavos negros africanos introdujeron en la costa oeste de Estados Unidos cientos de miles de chinos pobres que en realidad eran trabajadores esclavos adictos al opio, los coolíes.
Los británicos lo llamaron “tráfico de puercos”.
Los banqueros ingleses establecieron relaciones con los banqueros norteamericanos y se siguieron importando cantidades crecientes de esclavos chinos; sólo en el año 1846 se calcula que entraron 117.000 coolíes con 230.000 libras de goma de opio y 53.000 libras de opio preparado para ser fumado[11].
Aunque en 1862 el presidente Lincoln prohibió el tráfico de coolíes, este continuó hasta el siglo XX. Un buen ejemplo de que los intereses de los banqueros ya predominaban sobre las decisiones de los políticos y lo mismo sucedía en Inglaterra. Por ejemplo, Beeching menciona en su libro que con el dinero del opio y el apoyo de la monarquía británica, Lord Shelbourne “compró en 1873 el Parlamento Inglés íntegro”[12].
En 1875, en Estados Unidos las estadísticas oficiales calculaban que había ya 120.000 norteamericanos adictos al opio, además de los miles de coolíes chinos [13].
Hacia 1885, los banqueros británicos habían conseguido que el opio llegase a ser una de las mercancías más valiosas que circulaban por el comercio internacional [14].
Sin embargo los chinos a pesar de haber perdido las dos guerras del opio, no se sometieron y hubo continuas revueltas contra la ocupación colonial, a la que se fueron sumando otros países.
La más importante duró desde noviembre de 1899 hasta el 7 de septiembre de 1901. Fue una revolución de campesinos chinos contra las concesiones a los extranjeros. Se la conoce como «Levantamiento Yìhétuán Qǐyì, “los puños rectos y armoniosos” o en Occidente como el levantamiento de los boxers (boxeadores) por su entrenamiento en las artes marciales.
Inglaterra, en esta última guerra contra los nacionalistas chinos, recibió ayuda de una coalición formada en orden de importancia por japoneses, rusos, británicos, franceses, estadounidenses, alemanes, italianos, austro-húngaros, y portugueses de modo que finalmente los boxers fueron aplastados.
En un año entre 50.000 y 100.000 rebeldes fueron muertos durante la represión de la insurrección.
Occidente impuso a China «reparaciones» muy elevadas por las guerras que él mismo había causado y desangró su maltrecha economía. La base económica y financiera del desarrollo del país fue aniquilada.
En 1900 el 56 % de Asia era ya una posesión colonial, que se sumaba al 90 % de Africa [15].
El saqueo perpetrado en Asia siguió al cometido en Africa y América latina empobreciendo a sus habitantes y dejando millones de drogadictos. No olvides que el “mundo occidental desarrollado” lo está gracias al robo sistemático de recursos en todos los continentes que permitió su industrialización.
En 1905 se produjo la primera reacción internacional contra la expansión de la drogadicción fomentada por Inglaterra; se firmó en La Haya una tímida convención para intentar controlar la introducción de opio en Occidente.
Pero los británicos la boicotearon con éxito y siguieron con su lucrativo negocio creando un floreciente mercado no declarado, y con otras artimañas, como por ejemplo pedir en 1911 como garantía de sus préstamos bancarios a Persia sus ganancias del opio.
En 1923 se presentó a la Comisión del Opio de la Liga de las Naciones (la organización que luego se convertiría en a ONU) una propuesta para reducir un tímido 10% de la producción y del consumo del opio. La tradicional oposición de Inglaterra hizo que se rechazara y que los delegados estadounidenses y chinos abandonaran la sesión.
Solo se acordó crear un Consejo central de narcóticos que se limitaría a reunir información y que fue calificado como “la junta de contrabandistas”[16].
En 1927 los británicos seguían obteniendo oficialmente al menos el 20% de sus ingresos coloniales del Lejano Oriente del tráfico del opio [17]. Pero esta cifra probablemente era falsa.
El opio inglés siguió abriéndose paso en Occidente produciendo millones de adictos y un desastre social que persiste hasta nuestros días en su forma más tóxica: la heroína. No es pues aventurado afirmar que la gloria del imperio británico y la prosperidad de sus élites se basa en gran parte en el narcotráfico del que tienen el honor de ser sus primeros beneficiarios.
FUENTE: http://www.laindependientedigital.com/el-fraude-de-la-guerra-contra-las-drogas.html
todo sigue igual:
HSBC lavó mil 100 mdd del narco en sucursales de Sinaloa, denuncian en EU.
(HSBC= Shanghai Honk Kong Bank of Commerce)
Familiares de estadunidenses asesinados por cárteles mexicanos denunciaron que entre 2006 y 2008 las sucursales HSBC en Sinaloa recibieron depósitos por aproximadamente mil 100 millones de dólares del crimen organizado que posteriormente se transfirieron a Estados Unidos.
La denuncia contra ese grupo financiero fue presentada en la corte del distrito Sur de Texas por parientes de Víctor Ávila y Jaime Zapata, agentes del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés); Arthur y Lesley Redelfs, funcionarios del Consulado de Estados Unidos en Ciudad Juárez, Chihuahua, y de Rafael Morales, Jaime Morales y Guadalupe Morales, asesinados después de haber sido secuestrados en una boda realizada en Juárez.
Esta es la primera ocasión que víctimas del crimen organizado centran sus demandas contra el financiamiento y cuentas bancarias de los capos que lavan dinero en el sistema financiero internacional.
La acusación precisa que el Grupo Financiero HSBC lavó en México y Estados Unidos millones de dólares que permitieron financiar las “actividades terroristas” de los cárteles de Juárez, Sinaloa y Los Zetas, en México, así como del cártel del Norte del Valle, en Colombia.
FUENTE: https://www.proceso.com.mx/429817/hsbc-lavo-cerca-de-900-mdd-del-crimen-organizado-denuncian-en-eu
La CIA confirma que no
usará falsas campañas de vacunación en sus operaciones
CIA
Logotipo de la CIA, la central de inteligencia de los EE UU. (ARCHIVO)
La técnica se utilizó durante la búsqueda de Osama bin Laden.
Un falso programa contra la polio se implementó para obtener el ADN
de Osama.
Las campañas son una tapadera para operaciones de espionaje.
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EFE. 20.05.2014 - 19:33h PST
La Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos. estableció
una norma de trabajo en agosto de 2013 por la que se comprometió a no
volver a usar en sus operaciones falsas campañas de vacunación, como
ocurrió hace tres años durante la búsqueda del ahora fallecido líder de
Al Qaeda, Osama bin Laden.
La nueva norma de la CIA la estableció el actuar director, John Brennan
Así lo confirmó a Efe el portavoz de la CIA, Dean Boyd, quien precisó
que la agencia ha hecho pública esta nueva norma para no dar argumentos a
los terroristas que 'justifican' sus ataques a los cooperantes en que
las campañas de vacunación en países como Pakistán son realmente una
tapadera para operaciones occidentales de espionaje.
"Es importante recordar que los grupos militantes tienen una larga
historia de ataques a los cooperantes que desempeñan tareas humanitarias
en Pakistán y que esos ataques comenzaron años antes de la redada al
complejo donde vivía Bin Laden y años antes de las informaciones
periodísticas sobre campañas de vacunación patrocinadas por la CIA",
defendió el portavoz de la agencia.
La nueva norma de la CIA la estableció el actuar director, John Brennan,
después de recibir las quejas de destacados responsables de la sanidad
pública estadounidense.
Los decanos de doce facultades de salud pública escribieron una carta al
presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en enero de 2013 para
protestar por la operación en la que la CIA usó al médico paquistaní
Shakil Afridi para conseguir muestras de ADN que pudieran confirmar la
presencia de Bin Laden en la zona a través de una falsa campaña de
vacunación contra la polio en Abbottabad.
Esa controvertida operación fracasó y Afridi fue condenado por traición a
23 años de cárcel.
Consecuencias
"Encubrir operaciones de inteligencia con servicio público humanitario
ha provocado consecuencias colaterales que han afectado a toda la
comunidad de la salud pública", escribieron los decanos en una misiva al
presidente, según una información que publicó en exclusiva The
Washington Post en la madrugada de este martes.
La nueva norma de la CIA rige en todo el mundo Según confirmó a Efe una
portavoz de la Casa Blanca, el Gobierno respondió a los decanos el
pasado viernes y prometió que la CIA no repetirá ese tipo de prácticas.
"La agencia no hará uso de los programas de vacunación para sus
operaciones, lo que incluye a todos los trabajadores de estas campañas.
Tampoco buscará obtener o utilizar -para sus operaciones- las muestras
de ADN o de otro material genético recabadas con estos programas",
promete el Gobierno en su carta.
La misiva es firmada por la asistente en Seguridad Nacional de la
Administración de Obama, Lisa Monaco, según confirmó a Efe la portavoz
del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, Caitlin Hayden.
"La nueva norma de la CIA rige en todo el mundo, y tanto para ciudadanos
estadounidenses como para los que no lo son. Como dice la carta, la
Administración apoya completamente esta norma, que demuestra nuestro
apoyo a la salud global y nuestro compromiso continuo con la
erradicación de la polio", explicó Hayden.
Ver más en: http://www.20minutos.com/noticia/13426/0/cia-no-usara/falsas-campanas-vacunacion/operaciones/#xtor=AD-1&xts=513357
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Según los datos publicados por las Naciones Unidas, la producción de cocaína en el país se redujo en un 11% durante el pasado año, que marca el cuarto año consecutivo de disminución constante.
Fue hace sólo siete años cuando la DEA dejó Bolivia y tan sólo tres años después de eso, ya se ven los progresos y beneficios.
La estrategia empleada por el gobierno boliviano puede ser una sorpresa para muchos prohibicionistas porque no implica ninguna táctica relacionada con la aplicación de “mano dura” ni con un estado policial.
El gobierno de Evo Morales se ha centrado en encontrar cultivos alternativos para los agricultores que les permitan ganar más dinero que el cultivo de coca.
“Bolivia ha adoptado una política basada en el diálogo, donde se permite el cultivo de coca en las zonas tradicionales, junto con el desarrollo alternativo en otros”, afirma Antonino de Leo, representante de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en Bolivia.
Fuente: http://theantimedia.org/cocaine-production-plummets-after-dea-kicked-out-of-bolivia/ http://en.institutomanquehue.org/countries/bolivia/with-no-dea-in-sight,-bolivia-keeps-reducing-coca-crops.html