a las orillas del rio
Ébola, en la República Democrática del Congo. Aunque la enfermedad
estuvo relativamente controlada, por afectar a poblaciones pequeñas y
aisladas y porque su transmisión requiere de un contacto directo con el
enfermo, su diseminación a otros países era más que esperable, sobre
todo teniendo en cuenta las
, los factores que más influyen en el
incremento de su incidencia y en las altas tasas de mortalidad que se
describen.
En los cerca de 40 años transcurridos, los organismos
sanitarios internacionales han tenido tiempo suficiente para estudiar el
comportamiento de esta enfermedad, sin tratamiento específico, y de
implantar medidas para la
en la región y de
esta forma disminuir la enorme mortalidad evitable debido a este y a
otros muchos procesos infecciosos que merman la población africana y
afectan directamente a su desarrollo económico.
Sin embargo,
parece que las cosas sólo se han acelerado tras la infección del “hombre
blanco” personalizada en dos cooperantes estadounidenses y en el
cooperante español Miguel Pajares, perteneciente a la orden religiosa de
los hermanos hospitalarios de San Juan de Dios (OHSJD).
la directora general de la OMS, Margaret Chan, declara el
estado de emergencia internacional y el director de vacunas, Okwo Bélé,
informa de la existencia de dos productos farmacológicos experimentales
para combatir la enfermedad: el suero ZMapp y la vacuna que desarrolla
la farmacéutica británica
El suero ZMapp es un
producto de efectos desconocidos, nunca probado en humanos, por lo que
su administración debería tener las salvaguardas de un ensayo clínico.
Debido a que la infección por virus ébola suele ser virulenta y su
historia natural limitada en el tiempo (entre el contagio y el
desenlace, por curación o muerte, solo trascurren unas pocas semanas)
debería probarse su eficacia y seguridad en un pequeño número de
personas con suficiente información y criterio para comprender los
riesgos, no en una población amedrentada, con información sesgada y en
manos de la misma industria farmacéutica que pretende comercializar el
producto.
Las
acciones de la CF Canadiense Tekmira, que desarrolla el antídoto contra
el virus TKM-Ebola y que se habían disparado en bolsa tras declararse el
brote de la infección, se desploman un 12% el día en que fallece el
cooperante español.
en
el años 2009, en plena crisis económica, en España y en otros muchos
países, debido a la compra masiva de
fármacos cuya eficacia, no demostrada, se basaba en ensayos clínicos
sesgados y con baja calidad científica. A pesar de las nefastas
consecuencias de su gestión en la pandemia de gripe A, Margaret Chan
Y además, están los
antecedentes de la compañía farmacéutica (CF) Glaxo, que actualmente
desarrolla la vacuna contra el virus del ébola, que deberían alertar a
la comunidad internacional. En EEUU Glaxo es multada con 3000 millones
de euros por sobornar a los médicos a cambio de la prescripción de
antidepresivos en indicaciones no autorizadas, por ocultar efectos
adversos y por no tener en cuenta estudios que demostraban la ineficacia
de alguno de sus fármacos. También fue condenada por fabricar
medicamentos adulterados en su planta de Puerto Rico y declarada
culpable en Argentina por
Esta CF incluyó en su ensayo y administró la vacuna experimental a niños
menores de 3 años con un permiso de los padres falsificado, o con
progenitores analfabetos, hechos enormemente graves, similares a los
ocurridos en Kenia en 1996, descritos por John Le Carré en su conocida
novela El jardinero fiel”. La CF Glaxo acumula procesos judiciales en
China, Reino Unido, Jordania, Líbano, Polonia, o Irak, por corrupción y
malas prácticas.
En resumen, dados los antecedentes de los actores
implicados y dado que los errores en la gestión de esta crisis pueden
afectar gravemente a la salud y a la economía de los países afectados,
debe imponerse la transparencia en todo el proceso, comenzando con la
publicación de la identidad y los conflictos de interés de los expertos
en ética médica que han respaldado la decisión de los directivos de la
OMS de tratar con medicinas experimentales a la población africana,
además de suspender el derecho al secreto empresarial de las compañías
farmacéuticas involucradas. Toda la información sobre los ensayos
clínicos en curso y sobre la eficacia y los efectos adversos de los
fármacos experimentales debe estar disponible para los distintos
Servicios de Salud a nivel mundial.
Mientras el virus ha
tenido fronteras, allá en África, ese inframundo habitado por parias,
el orden de las cosas sigue su cauce. Los muertos no contaban, salvo
aquellos pertenecientes a organizaciones religiosas, misioneros,
médicos, enfermeras y personal auxiliar de organizaciones humanitarias,
de piel blanca, trasplantados al, eufemísticamente apodado, continente
negro.
Mucha víctimas del Ébola u otras enfermedades infeccionas han
pasado a la categoría de Santos y mártires.
Religiosos altruistas que
dan su vida por ayudar al desvalido. Una manera como cualquier otra de
salvar el alma y redimir el sentimiento de culpa propio de pecadores.
Igualmente, médicos, deportistas, actores y gente de la farándula hacen
campaña para apadrinar un niño, construir una escuela o levantar un
hospital. África es un buen lugar donde practicar la condición de buen
samaritano. Inclusive,
Comparte
tu riqueza con un pobre, Dios te recompensará en el cielo, pero antes
pasa por caja, la Iglesia te lo agradece. Sólo un dato: la orden San
Juan de Dios, a la cual pertenecía el sacerdote español repatriado de
Liberia y contagiado de Ébola, contaba en 2011 para su filial, Orden
Hospitalaria San Juan de Dios, con 12 millones de euros en productos
financieros de deuda pública del tesoro español y capitales de riesgo y
1,16 millones de euros en renta fija del Banco de Santander.
Mientras tanto, el religioso español Miguel Pajares fue repatriado a un hospital de Madrid, desmantelado, que no cuenta con
medios, pero sí con el fármaco, enviado gentilmente por el Ejército
estadunidense para ser administrado como paliativo. Vía libre para experimentar en humanos.
Ahora, tras la muerte del
sacerdote español Miguel Pajares, el Comité de Ética de la Organización
Mundial de la Salud aprueba el uso experimental del fármaco en África
como opción para el tratamiento o prevención, aunque no se conozcan sus
efectos secundarios y su eficacia no esté comprobada.
Pero, oh
casualidad, el fármaco está agotado...
Utilizar el Zmapp en los
países afectados por el virus del Ébola amplía la población sobre la
cual experimentar, pero sobre todo facilita a sus dueños el control, a
pie de campo, de los posibles efectos secundarios, convirtiendo a África
en un laboratorio al aire libre.
Por el momento el brote actual ha
causado la muerte de más de mil personas, situando la tasa de mortalidad
entre 25 y 90 por ciento de los infectados. Pero nos olvidamos de que
los países afectados forman parte del tercer mundo, donde se desarrolla
la venta de armas, la extracción de materias primas y el comercio ilegal
de diamantes o animales exóticos por auténticas mafias y empresas
trasnacionales, donde los gobiernos hacen la vista gorda
.
No hay nada
mejor que una espléndida pandemia vírica para aumentar beneficios.
Sirva
como recordatorio que África, sus gentes y sus riquezas han sido
explotadas por potencias e imperios en nombre del progreso y la
civilización occidental. Bélgica, Holanda o Gran Bretaña. Sin olvidarnos
de Francia, España, Portugal, Alemania o Italia.
Desde el siglo XVI,
hombres, mujeres y niños fueron capturados, encadenados y transportados a
Europa y América, vendidos como esclavos. Reyes, cortesanos y burgueses
amasaron sus fortunas potenciando el comercio de carne humana.
Igualmente expropiaron sus territorios y establecieron sus lindes para
monocultivos, plantaciones de caucho, cacao, azúcar y cuanta materia
prima fuese capaz de generar ganancias. Asimismo, el marfil, las pieles y
los trofeos de caza fueron lucidos en las mansiones de Londres,
Ámsterdam, París, Bruselas, Brujas, Roma o Hamburgo.
El Ébola es una bendición para las empresas
farmacológicas. Además lo sufren africanos. Una
verdadera ventaja.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2014/08/17/opinion/018a1mun
Aunque
los telediarios y la prensa hablan todos los días de “estragos” y de
“catástrofe”, la realidad es que la epidemia del virus del Ébola sigue
manteniendo una magnitud bastante modesta.
La prensa habla de 2.400 muertos en toda África mientras escribo estas líneas, pero incluso esta cifra no acaba de ser exacta.
Si
accede a la página de la web de la Organización Mundial de la Salud
(OMS) que trata este tema, se dará cuenta de que de hecho hay 1.044
fallecimientos cuya causa oficial declarada es el virus del Ébola, según
la última actualización que ha hecho pública la OMS. El resto son por
el momento “probables” o “posibles” casos de muerte por ébola. (1)
Por
supuesto, se trata de 1.044 muertes innecesarias y lamentables, pero
debería compararse esta magnitud con la cifra de 1,4 millones de muertes
anuales por tuberculosis o con la de 855.000 muertes al año por
paludismo (y eso que éstas últimas están bajando tras el pico de 1,2
millones de muertes al año que alcanzó en 2004).
O con los más de 3.000
fallecimientos que provoca todos los años la gripe estacional en España,
teniendo en cuenta muertes directas y las producidas al potenciar otras
enfermedades en pacientes cardiorrespiratorios (de 3 a 5 millones en
todo el mundo según la OMS). (2)
Muy poco contagio
Las
imágenes de sanitarios con las mascarillas puestas y monos integrales
para acercarse a los enfermos sospechosos son delirantes y dignas de una
película mala de ciencia ficción.
Y es que el virus del Ébola no se transmite en absoluto con tanta facilidad.
Se
necesita un contacto directo con un líquido biológico como la sangre,
las heces o los vómitos u otros líquidos corporales de animales o
personas infectadas, tal como reconoce la OMS. No hay forma de que se
transmita por vía aérea. Es decir, aunque alguien hable o tosa, no
expandirá el virus del Ébola por el aire.
Dicho
de otro modo, el virus del Ébola es comparable al sida por su medio de
propagación. Hay que estar realmente en contacto con la sangre o un
líquido biológico del enfermo para exponerse al riesgo de contaminación.
Eso
significa, explica el profesor Bruno Marchou, jefe de servicio de
enfermedades infecciosas y tropicales del Hospital de Purpan, en
Toulouse, que el virus del Ébola: “no alcanzará el estadio de
pandemia. En Conakry (capital de la República de Guinea), hubo en un
inicio varias decenas de casos entre el personal hospitalario. Pudieron
superarlo aplicando medidas de higiene estándar sencillas que frenaron
la propagación del virus entre el personal”. (3)
Estas medidas de higiene no tienen nada de magia: “Quien
se ocupa de un paciente tiene que cubrirse las manos con guantes. Si el
paciente vomita, también hay que taparse la cara. Es el abecé de la
profesión, lo hacemos todos los días”, prosigue.
«Una mortalidad de entre el 20 y el 90% de los casos»
Sandrine Cabu, de Médicos sin Fronteras, en una entrevista publicada en el diario francés Le Monde, cuenta que el virus del Ébola tiene “una tasa de mortalidad de entre el 20 y el 90% de los casos”.
¿A qué se debe una horquilla tan absurdamente amplia?
A
que el virus del Ébola es sobre todo peligroso cuando se trata mal. Las
personas mueren por deshidratación o hemorragias, pero el tratamiento
consiste entonces sencillamente en hidratar o en someter al paciente a
transfusiones, no en darle una vacuna ni un hipotético medicamento. No
hay que creer lo que pretende la industria farmacéutica, a la que le
encantaría poder vender a los gobiernos unos polvitos mágicos como
hicieron con el Tamiflu cuando se produjo la alarma por gripe AH1N1.
«Los nuevos medicamentos no son la solución contra el ébola»
La
solución contra la epidemia consiste en respetar medidas sencillas y de
sentido común: higiene, nutrición adecuada, vitamina C y vitamina D.
Según
Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y
Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, la herramienta más eficaz
contra el ébola es aplicar los cuidados básicos a los enfermos.
“La
verdadera prioridad debería ser crear infraestructuras médicas en los
países afectados para suministrar a los enfermos el apoyo médico básico
como la hidratación y la transfusión sanguínea. Esto surtiría mucho
mayor efecto sobre la salud que la distribución aleatoria de
medicamentos experimentales” (4)
Según Thomas E. Levy, autor de un artículo reciente sobre los remedios potenciales contra el virus del Ébola (5):
“Hasta
el día de hoy, no hay un solo virus sometido a prueba que no haya sido
inactivado por una cierta dosis de vitamina C. Uno de los medios
prioritarios para destruir el virus, o programar su destrucción por
parte del sistema inmunitario, es activar la ´reacción de Fenton´. En
pocas palabras: dicha reacción puede producirse en el interior del
virus, en las células donde los virus se replican y en la superficie de
los propios virus”.
Por
lo tanto, no hay razones para sospechar que el virus del Ébola se
transforme brutalmente en una pandemia en el continente africano, y
menos aún en el resto del mundo.
Pero no cabe duda de que esta psicosis puede servir a los intereses económicos de algunos.
Anuncio especial
Curar el ébola con una vacuna es como tratar la diabetes con píldoras
Las
promesas de las píldoras que lo curan todo son a menudo un obstáculo
que impide llegar a soluciones reales, naturales y… mucho más eficaces.
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Continúa el post de hoy:
Sembrar el pánico: un negocio muy lucrativo
El pánico en torno al virus del Ébola recuerda a la gripe aviar de 2005 y a la gripe porcina (AH1N1) de 2009.
Se
aprovecharon estas dos “pandemias inminentes” para manipular burdamente
a la opinión pública y así justificar una vacunación masiva de
poblaciones enteras que resultó acarrear terribles efectos secundarios,
entre ellos la narcolepsia, un grave trastorno del sueño, como ya
comentamos en Tener S@lud. (6)
En
2009, la OMS predijo que un tercio de la población mundial podría estar
afectada por la gripe AH1N1, con efectos impredecibles. El julio de
2009, la entonces ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, anunciaba
orgullosa que el Gobierno español había acordado con dos de las más
importantes empresas farmacéuticas del mundo la compra de la friolera de
37 millones de dosis de vacunas contra la gripe A al “módico” precio de
266 millones de euros. Doce meses después, sólo se habían vacunado tres
millones de personas. Millones de dosis se guardaron como “reserva
estratégica” (después se donaron a la Organización Panamericana de
Salud) y el resto tuvieron que ser destruidas (y con ello millones de
euros se volatilizaron).
En
cuanto al famoso medicamento antiviral “milagroso”, el Tamiflu, su
efecto real no era más que reducir la duración de los síntomas a menos
de un día, sin poner freno alguno al número de hospitalizaciones. Un
estudio británico concluyó que la distribución del Tamiflu contra la
gripe AH1N1 tuvo como único efecto… malgastar 500 millones de libras
esterlinas.
En
efecto, la temporada de gripe de 2009 resultó ser finalmente menos
grave de lo habitual, a pesar de la presencia de la cepa AH1N1. Además,
resultó que numerosos supuestos casos de gripe AH1N1 ni siquiera fueron
casos de gripe, sino simples resfriados, lo cual recuerda al famoso caso
del virus del Ébola en Berlín el mes pasado que finalmente acabó
siendo… una gastroenteritis.
Jugar con fuego
Los titulares excesivos con los que machaca la prensa día si y día no, según mi opinión, son muy peligrosos:
“La OMS decreta una emergencia de salud pública a nivel mundial”
France 24, 20 de agosto de 2014.
“Ébola sin control”
El País. 5 de septiembre de 2014
“Los científicos ven un futuro calamitoso en la crisis del ébola”
The Times. 12 de septiembre de 2014
Esta
psicosis está sembrando un desbarajuste en África, donde algunos
gobiernos ya han empezado a cerrar sus fronteras, movilizar a sus
ejércitos para reprimir a las poblaciones e incluso a aislar sin razón a
decenas de miles de desdichados, hombres y mujeres, ancianos y niños
puestos en cuarentena y que están protagonizando escenas desgarradoras,
como la huida de personas aisladas de hospitales y centros de
aislamiento, su persecución por parte de la población, toques de queda,
personas sanas hacinadas como sospechosas en habitáculos de pocos metros
bajo supervisión policial…
“Las
extraordinarias medidas que están imponiendo los países afectados por
la epidemia de ébola están generando los primeros problemas de seguridad
ciudadana. Este miércoles, las calles de Monrovia, la capital de
Liberia, fueron el escenario de enfrentamientos cuando decenas de
ciudadanos de West Point, barrio en torno al cual se ha decretado una
cuarentena sanitaria, comenzaron a arrojar piedras a la policía, que
respondió con gases lacrimógenos para dispersar a la multitud. Los
vecinos estaban muy enfadados porque se encontraron por la mañana todos
los accesos bloqueados con barricadas levantadas por la policía con
muebles y alambres de espino, lo que les impedía ir a trabajar o a
comprar al mercado”. El País (citando a la agencia AFP). 21 de agosto de 2014
«Disparar a matar»
El sábado 23 de agosto supimos que “El
Parlamento de Sierra Leona ha convertido en delito penado con hasta dos
años de cárcel alojar a enfermos de ébola, en un intento por frenar la
diseminación del mortífero virus, anunció el ministro de Justicia”, según publicó el diario El Mundo citando a la agencia Reuters. Y es que el miedo y el temor a ser estigmatizados ha hecho que muchas familias oculten a sus miembros afectados.
El
18 de agosto, todavía peor: el Gobierno de Liberia ordena a sus
soldados “disparar a matar” sobre todo aquel que intente cruzar la
frontera, supuestamente para evitar que se propague la epidemia. (7)
Estas
reacciones totalmente excesivas corren el riesgo de provocar una
verdadera catástrofe humanitaria, mucho más grave que el propio virus
del Ébola.
Del mismo modo, se empiezan a tomar medidas contra los africanos:
“A
escala internacional, los ciudadanos de esos países son sometidos a una
cuarentena cada vez más estricta con el cierre de fronteras, la
suspensión de vuelos por parte de la mayoría de compañías aéreas que los
ofrecen, la repatriación de los miembros de las familias del personal
diplomático en dichos países, la anulación de conferencias
internacionales, la deslocalización de acontecimientos deportivos, etc.”, apunta Le Nouvelle Observateur. (8)
En
Corea, han estallado verdaderas reacciones racistas contra los
africanos, a quienes se prohíbe entrar en determinadas tiendas. (9)
El mito del pasajero infectado en un avión
Al
escuchar a las autoridades y a los periodistas, podríamos creer que
puede estallar una epidemia de ébola en cualquier momento en Europa:
basta con que un africano afectado por la enfermedad llegue en avión y
desembarque.
Esta
hipótesis es totalmente irreal. Sólo pone de manifiesto una ignorancia
absoluta hacia lo que es en realidad el virus del Ébola.
No debemos sucumbir ni a la psicosis ni a una forma de racismo no declarado.
La
epidemia del virus del Ébola no podrá encauzarse correctamente en
África si no cesa toda forma de violencia y de represión. Hay que dejar
que cada paciente sea atendido tranquilamente por un personal con una
formación médica básica y que adopte las medidas de higiene adecuadas.
No
debemos enviar ni cargamentos de vacunas a África ni medicamentos. Eso
no serviría más que para enriquecer a los laboratorios farmacéuticos y
para provocar daños todavía más graves producidos por los efectos
secundarios de los medicamentos.
Fuentes:
- OMS (Organización Mundial de la Salud): “Brote de enfermedad por el virus del Ebola en África Occidental”
- Datos
del informe revelado en la XX Conferencia Internacional sobre el Sida,
celebrada en Melbourne (Australia) del 21 al 25 de julio de 2014.
- Ladepeche.fr. 14 de agosto de 2014
- USA Today. 6 de agosto de 2014
- Naturalhealth365.com. 3 de agosto de 2014
- Salud,
Nutrición y Bienestar: “Confirmado: miles de casos de narcolepsia
provocados por la vacuna contra la gripe A / H1N1″. 21 de Agosto de
2013.
- Sky news. “Shoot-on-sight order in Ebola-wary Liberia”. 18 de Agosto de 2014.
- Le Nouvelle Observateur: “Ebola: ignorance, paranoïa et mise en quarantaine”, 21 de agosto de 2014.
- Le Nouvelle Observateur: “Ebola: ignorance, paranoïa et mise en quarantaine”, 21 de agosto de 2014.
CienciayEspiritu | 21 septiembre,
------------
Ébola: la divulgación de una mentira
Juan-M. Dupuis
Aunque los telediarios y la prensa hablan todos los días de
“estragos” y de “catástrofe”, la realidad es que la epidemia del virus
del Ébola sigue manteniendo una magnitud bastante modesta.
La prensa habla de 2.400 muertos en toda África mientras escribo estas líneas, pero incluso esta cifra no acaba de ser exacta.
Si accede a la página de la web de la Organización Mundial de la Salud
(OMS) que trata este tema, se dará cuenta de que de hecho hay 1.044
fallecimientos cuya causa oficial declarada es el virus del Ébola,
según la última actualización que ha hecho pública la OMS. El resto son
por el momento “probables” o “posibles” casos de muerte por ébola. (1)
Por supuesto, se trata de 1.044 muertes innecesarias y lamentables, pero
debería compararse esta magnitud con la cifra de 1,4 millones de
muertes anuales por tuberculosis o con la de 855.000 muertes al año por
paludismo (y eso que éstas últimas están bajando tras el pico de 1,2
millones de muertes al año que alcanzó en 2004). O con los más de 3.000
fallecimientos que provoca todos los años la gripe estacional en
España, teniendo en cuenta muertes directas y las producidas al
potenciar otras enfermedades en pacientes cardiorrespiratorios (de 3 a 5
millones en todo el mundo según la OMS). (2)
Muy poco contagio
Las imágenes de sanitarios con las mascarillas puestas y monos
integrales para acercarse a los enfermos sospechosos son delirantes y
dignas de una película mala de ciencia ficción.
Y es que el virus del Ébola no se transmite en absoluto con tanta facilidad.
Se necesita un contacto directo con un líquido biológico como la
sangre, las heces o los vómitos u otros líquidos corporales de animales
o personas infectadas, tal como reconoce la OMS. No hay forma de que
se transmita por vía aérea. Es decir, aunque alguien hable o tosa, no
expandirá el virus del Ébola por el aire.
Dicho de otro modo, el virus del Ébola es comparable al sida por su
medio de propagación. Hay que estar realmente en contacto con la sangre
o un líquido biológico del enfermo para exponerse al riesgo de
contaminación.
Eso significa, explica el profesor Bruno Marchou, jefe de servicio de
enfermedades infecciosas y tropicales del Hospital de Purpan, en
Toulouse, que el virus del Ébola: “
no alcanzará el estadio de
pandemia. En Conakry (capital de la República de Guinea), hubo en un
inicio varias decenas de casos entre el personal hospitalario. Pudieron
superarlo aplicando medidas de higiene estándar sencillas que frenaron
la propagación del virus entre el personal”. (3)
Estas medidas de higiene no tienen nada de magia: “
Quien se ocupa
de un paciente tiene que cubrirse las manos con guantes. Si el paciente
vomita, también hay que taparse la cara. Es el abecé de la profesión,
lo hacemos todos los días”, prosigue.
«Una mortalidad de entre el 20 y el 90% de los casos»
Sandrine Cabu, de Médicos sin Fronteras, en una entrevista publicada en el diario francés
Le Monde, cuenta que el virus del Ébola tiene “
una tasa de mortalidad de entre el 20 y el 90% de los casos”.
¿A qué se debe una horquilla tan absurdamente amplia?
A que el virus del Ébola es sobre todo peligroso cuando se trata mal.
Las personas mueren por deshidratación o hemorragias, pero el
tratamiento consiste entonces sencillamente en hidratar o en someter al
paciente a transfusiones, no en darle una vacuna ni un hipotético
medicamento.
No hay que creer lo que pretende la industria
farmacéutica, a la que le encantaría poder vender a los gobiernos unos
polvitos mágicos como hicieron con el Tamiflu cuando se produjo la
alarma por gripe AH1N1.
«Los nuevos medicamentos no son la solución contra el ébola»
La solución contra la epidemia consiste en respetar medidas
sencillas y de sentido común: higiene, nutrición adecuada, vitamina C y
vitamina D.
Según Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y
Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, la herramienta más eficaz
contra el ébola es aplicar los cuidados básicos a los enfermos.
“
La verdadera prioridad debería ser crear infraestructuras médicas
en los países afectados para suministrar a los enfermos el apoyo
médico básico como la hidratación y la transfusión sanguínea. Esto
surtiría mucho mayor efecto sobre la salud que la distribución
aleatoria de medicamentos experimentales” (4)
Según Thomas E. Levy, autor de un artículo reciente sobre los remedios potenciales contra el virus del Ébola (5):
“
Hasta el día de hoy, no hay un solo virus sometido a prueba que
no haya sido inactivado por una cierta dosis de vitamina C. Uno de los
medios prioritarios para destruir el virus, o programar su destrucción
por parte del sistema inmunitario, es activar la ´reacción de Fenton´.
En pocas palabras: dicha reacción puede producirse en el interior del
virus, en las células donde los virus se replican y en la superficie de
los propios virus”.
Por lo tanto, no hay razones para sospechar que el virus del Ébola se
transforme brutalmente en una pandemia en el continente africano, y
menos aún en el resto del mundo.
Pero no cabe duda de que esta psicosis puede servir a los intereses económicos de algunos.
Sembrar el pánico: un negocio muy lucrativo
El pánico en torno al virus del Ébola recuerda a la gripe aviar de 2005 y a la gripe porcina (AH1N1) de 2009.
Se aprovecharon estas dos “pandemias inminentes” para manipular
burdamente a la opinión pública y así justificar una vacunación masiva
de poblaciones enteras que resultó acarrear terribles efectos
secundarios, entre ellos la narcolepsia, un grave trastorno del sueño,
como ya comentamos en
Tener S@lud. (6)
En 2009, la OMS predijo que un tercio de la población mundial podría
estar afectada por la gripe AH1N1, con efectos impredecibles. El julio
de 2009, la entonces ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, anunciaba
orgullosa que el Gobierno español había acordado con dos de las más
importantes empresas farmacéuticas del mundo la compra de la friolera
de 37 millones de dosis de vacunas contra la gripe A al “módico” precio
de 266 millones de euros.
Doce meses después, sólo se habían vacunado
tres millones de personas. Millones de dosis se guardaron como “reserva
estratégica” (después se donaron a la Organización Panamericana de
Salud) y el resto tuvieron que ser destruidas (y con ello millones de
euros se volatilizaron).
En cuanto al famoso medicamento antiviral “milagroso”, el Tamiflu, su
efecto real no era más que reducir la duración de los síntomas a menos
de un día, sin poner freno alguno al número de hospitalizaciones. Un
estudio británico concluyó que la distribución del Tamiflu contra la
gripe AH1N1 tuvo como único efecto... malgastar 500 millones de libras
esterlinas.
En efecto, la temporada de gripe de 2009 resultó ser finalmente menos
grave de lo habitual, a pesar de la presencia de la cepa AH1N1. Además,
resultó que numerosos supuestos casos de gripe AH1N1 ni siquiera
fueron casos de gripe, sino simples resfriados, lo cual recuerda al
famoso caso del virus del Ébola en Berlín el mes pasado que finalmente
acabó siendo... una gastroenteritis.
Jugar con fuego
Los titulares excesivos con los que machaca la prensa día si y día no, según mi opinión, son muy peligrosos:
“
La OMS decreta una emergencia de salud pública a nivel mundial”
France 24, 20 de agosto de 2014.
“
Ébola sin control”
El País. 5 de septiembre de 2014
“
Los científicos ven un futuro calamitoso en la crisis del ébola”
The Times. 12 de septiembre de 2014
Esta psicosis está sembrando un desbarajuste en África, donde algunos
gobiernos ya han empezado a cerrar sus fronteras, movilizar a sus
ejércitos para reprimir a las poblaciones e incluso a aislar sin razón a
decenas de miles de desdichados, hombres y mujeres, ancianos y niños
puestos en cuarentena y que están protagonizando escenas desgarradoras,
como la huida de personas aisladas de hospitales y centros de
aislamiento, su persecución por parte de la población, toques de queda,
personas sanas hacinadas como sospechosas en habitáculos de pocos
metros bajo supervisión policial…
“
Las extraordinarias medidas que están imponiendo los países
afectados por la epidemia de ébola están generando los primeros
problemas de seguridad ciudadana. Este miércoles, las calles de
Monrovia, la capital de Liberia, fueron el escenario de enfrentamientos
cuando decenas de ciudadanos de West Point, barrio en torno al cual se
ha decretado una cuarentena sanitaria, comenzaron a arrojar piedras a
la policía, que respondió con gases lacrimógenos para dispersar a la
multitud. Los vecinos estaban muy enfadados porque se encontraron por
la mañana todos los accesos bloqueados con barricadas levantadas por la
policía con muebles y alambres de espino, lo que les impedía ir a
trabajar o a comprar al mercado”.
El País (citando a la agencia
AFP). 21 de agosto de 2014
«Disparar a matar»
El sábado 23 de agosto supimos que “
El Parlamento de Sierra
Leona ha convertido en delito penado con hasta dos años de cárcel
alojar a enfermos de ébola, en un intento por frenar la diseminación del
mortífero virus, anunció el ministro de Justicia”, según publicó el diario
El Mundo citando a la agencia
Reuters. Y es que el miedo y el temor a ser estigmatizados ha hecho que muchas familias oculten a sus miembros afectados.
El 18 de agosto, todavía peor: el Gobierno de Liberia ordena a sus
soldados "disparar a matar" sobre todo aquel que intente cruzar la
frontera, supuestamente para evitar que se propague la epidemia. (7)
Estas reacciones totalmente excesivas corren el riesgo de provocar una
verdadera catástrofe humanitaria, mucho más grave que el propio virus
del Ébola.
Del mismo modo, se empiezan a tomar medidas contra los africanos:
“
A escala internacional, los ciudadanos de esos países son
sometidos a una cuarentena cada vez más estricta con el cierre de
fronteras, la suspensión de vuelos por parte de la mayoría de compañías
aéreas que los ofrecen, la repatriación de los miembros de las
familias del personal diplomático en dichos países, la anulación de
conferencias internacionales, la deslocalización de acontecimientos
deportivos, etc.”, apunta
Le Nouvelle Observateur. (8)
En Corea, han estallado verdaderas reacciones racistas contra los
africanos, a quienes se prohíbe entrar en determinadas tiendas. (9)
El mito del pasajero infectado en un avión
Al escuchar a las autoridades y a los periodistas, podríamos creer
que puede estallar una epidemia de ébola en cualquier momento en
Europa: basta con que un africano afectado por la enfermedad llegue en
avión y desembarque.
Esta hipótesis es totalmente irreal. Sólo pone de manifiesto una
ignorancia absoluta hacia lo que es en realidad el virus del Ébola.
No debemos sucumbir ni a la psicosis ni a una forma de racismo no declarado.
La epidemia del virus del Ébola no podrá encauzarse correctamente en
África si no cesa toda forma de violencia y de represión. Hay que dejar
que cada paciente sea atendido tranquilamente por un personal con una
formación médica básica y que adopte las medidas de higiene adecuadas.
No debemos enviar ni cargamentos de vacunas a África ni medicamentos.
Eso no serviría más que para enriquecer a los laboratorios
farmacéuticos y para provocar daños todavía más graves producidos por
los efectos secundarios de los medicamentos.
Creo que es imprescindible conocer la realidad que se esconde tras los
mensajes apocalípticos de amenazas colectivas biológicas y
contrarrestar la desinformación a la que nos vemos todos sometidos. Por
eso le animo a reenviar el e-mail de hoy a todo su entorno. Es nuestro
granito de arena para luchar contra los verdaderos estragos que está
causando esta enfermedad: la ignorancia y la manipulación.
http://www.saludnutricionbienestar.com/ebola-mentira/
22 de septiembre de 2014
For
a Nobel Peace Prize President, Barack Obama seems destined to go down
in history books as the President who presided over one of the most
aggressive series of wars ever waged by a bellicose Washington
Administration. Not even George Bush and Dick Cheney came close.
First, before the ink was even dry on
his Nobel Prize certificate, Obama announced the Afghanistan “surge”,
pouring another 30,000 US military into that destroyed part of the
world. Then came Obama’s war against Libya’s Qaddafi, followed rapidly
by his war to try to topple Syria’s Bashar al Assad. Soon after came
Obama’s “war for democracy in Ukraine,” otherwise better called Obama’s
attempt to provoke Russia into a new war confrontation with NATO by
backing a gaggle of Ukrainian oligarchs, criminals and outright
neo-nazis in Kiev. In July of this year, Obama’s Administration was
pushing the President to launch a second try at bombing Syria back to
the Stone Age, allegedly to destroy ISIS, a looney Jihadist Sunni sect
that was said to be a joint venture of the CIA and Israeli intelligence.
Now Obama’s advisers, no doubt led by
the blood-thirsty National Security Adviser, Susan Rice, have come up
with a new war. This is the War Against Ebola. On September 16,
President Obama solemnly declared the war. He announced, to the surprise
of most sane citizens, that he had ordered 3,000 American troops, the
so-called “boots on the ground” that the Pentagon refuses to agree to in
Syria, to wage a war against….a virus?
In a carefully stage-managed appearance
at the US Centers for Disease Control (CDC), Obama read a bone-chilling
speech. He called the alleged Ebola outbreaks in west Africa, “a global
threat, and it demands a truly global response. This is an epidemic that
is not just a threat to regional security. It’s a potential threat to
global security, if these countries break down, if their economies break
down, if people panic,” Obama continued, conjuring images that would
have made Andromeda Strain novelist Michael Chrichton drool with envy.
Obama added, “That has profound effects on all of us, even if we are not
directly contracting the disease. This outbreak is already spiraling
out of control.”
With that hair-raising introduction, the President of the world’s
greatest Superpower announced his response. In his role as
Commander-in-Chief of the United States of America announced he has
ordered 3,000 US troops to west Africa in what he called, “the largest
international response in the history of the CDC.” He didn’t make clear
if their job would be to shoot the virus wherever it reared its ugly
head, or to shoot any poor hapless African suspected of having Ebola.
Little does it matter that the US military doesn’t have anywhere near
3,000 troops with the slightest training in public health.
Before we all panic and line up to receive the millions of doses of
untested and reportedly highly dangerous “Ebola vaccines” the major
drug-makers are preparing to dump on the market, some peculiarities of
this Ebola outbreak in Africa are worth noting.
CERTIFIED EBOLA DEATHS?
The World Health Organization, under the
Director, Dr Margaret Chan, in a press conference on September 13,
sounded the alarm, warning that Ebola in west Africa was surging out of
control. “In the three hardest hit countries, Guinea, Liberia and Sierra
Leone, the number of new patients is moving far faster than the
capacity to manage them,” Chan claimed. WHO claims that almost half of
301 health-care workers dealing with alleged Ebola patients have
themselves died, and that 2,400 people out of 4,784 cases in Africa have
died of
Ebola.
On August 8, Chan declared the African Ebola situation a “Public Health
Emergency of International Concern,” whatever that is supposed to mean.
A major problem for Chan and her
backers, however, is that her Ebola statistics are very, very dubious.
For those whose memory is short, this is the same Dr Margaret Chan at
WHO in Geneva who was guilty in 2009 of trying to panic the world into
taking unproven vaccines for “Swine Flu” influenza, by declaring a
Global Pandemic with statistics calling every case of symptoms that of
the common cold to be “Swine Flu,” whether it was runny nose, coughing,
sneezing, sore throat. That changed WHO definition of Swine Flu allowed
the statistics of the disease to be declared Pandemic. It was an utter
fraud, a criminal fraud Chan carried out, wittingly or unwittingly (she
could be simply stupid but evidence suggests otherwise), on behalf of
the major US and EU pharmaceutical cartel.
In a recent Washington Post
article it was admitted that sixty-nine percent of all the Ebola cases
in Liberia registered by WHO have not been laboratory confirmed through
blood tests. Liberia is the epicenter of the Ebola alarm in west Africa.
More than half of the alleged Ebola deaths, 1,224, and nearly half of
all cases, 2,046, have been in Liberia says WHO.
And the US FDA
diagnostic test used for the lab confirmation of Ebola is so flawed that
the FDA has prohibited anyone from claiming they are safe or effective.
¿Los humanos portamos el virus del ébola? El miedo al mismo seguro
La Liga para la Libertad de Vacunación ha
difundido un informe con el que pretende “reorientar” el debate sobre
los efectos del virus del ébola. Para esta entidad el ébola es tan
común que los humanos lo portamos y sólo las malas condiciones de vida lo hacen “maligno”. ¿Existe una campaña de marketing del miedo al ébola? Para ellos sí… y para mí también.
Desde la Liga dicen que
" ni ha habido epidemia, ni el reservorio está en
el murciélago, ni existen fármacos adecuados y menos vacunas que
disminuyan esta situación infecciosa. Este virus y sus modificaciones está presente en las personas,
animales, vegetales y seres minerales de manera natural, simbiótica,
saprófita y como todas las moléculas ADN/ARN ejerce una función
básica necesaria para el desarrollo de la vida biológica de los
minerales, vegetales y animales”.
Es un virus ARN que pertenece a la familia Filoviridae, la misma
que el virus Marburgo descrito en 1967 y que se observó a partir del
primer brote referido en 1976 entre los ribereños del río Ébola (antiguo Congo). Su letalidad depende entre otras cosas del estado general de la población.
Si la alimentación es suficiente, si el desarrollo económico es
progresivo y sostenible, si la estabilidad sociopolítica impera, si no
existen procesos bélicos en el territorio y si no se producen
desigualdades, la infección es benigna y se presenta como un proceso viral idéntico a la varicela, resfriado, malaria, gripe y dengue benigno.
" Las manifestaciones más frecuentes pueden ser fiebre,
cefalea, erupción maculopapulosa, diarrea, tos, artralgia y cansancio
generalizado”, argumentan los cinco médicos que han realizado el
informe.
Añaden que como toda viriasis, si las condiciones de vida son
de hambre, pobreza, desigualdad, enfrentamiento bélicos y gran
precariedad sociopolítica, la posible evolución benigna inicial deriva
hacia una malignización al igual que la viruela terminal, el sarampión negro, el dengue grave y la malaria letal. En
esta situación es frecuente la aparición de alteraciones graves de la
coagulación, siendo la hemorragia generalizada interna (respiratoria,
digestiva o de cualquier órgano) la que causará la muerte rápida de la persona afectada.
Sobre porqué atravesamos por una racha “informativa” sobre el ébola
destacan motivos geoestratégicos y político-económicos:
"En el territorio geográfico de África en el que se ha descrito
esta infección aparecen datos de gran interés para entender lo que
sucede. Las situaciones difundidas sobre la infección Ébola por los
medios de comunicación en fecha 2 de septiembre se han producido
mayoritariamente en Liberia, Guinea Conakry, Costa de Marfil y Sierra Leona (África Occidental). Estos territorios se caracterizan por tener en sus suelos una gran riqueza de hierro, diamantes, azúcar, caucho, coca, bauxita, aluminio, oro, uranio, algodón café, cacao, marfil, rutilo y cacahuete”.
Distribución geográfica del ébola en Guinea, Liberia y Sierra Leona. Gráfico: OMS.
Son todas ellas materias que manufacturadas son de gran
utilización y por lo tanto muy buscadas por la industria del
consumo. Esa zona del mundo lleva decenios envuelta en conflictos bélicos
internacionales debido a la extracción masiva de sus materiales por
las potencias industriales y de luchas civiles desde su independencia
en 1960 y sobre todo desde 1980.
La población existente supera un desempleo del 80% y malvive con una pobreza superior al 68%. Su
alta natalidad actual y el desempleo enorme hacen que las migraciones
internas hacia las ciudades populosas y externas hacia otros países
sean frecuentes y elevadas. Todas estas circunstancias hacen que una infección viral pueda convertirse en una situación mortal.
Cualquier infección viral o no del tipo viruela, dengue, malaria, sarampión y ébola, en
estas condiciones de vida puede presentar una Tasa de Letalidad
(muertes en relación a las personas afectadas) que oscila entre un
mínimo del 25% y un máximo del 90%. En agosto de 2014 la letalidad ha
rondado el 60%. Sin embargo, continúan desde la Liga
"es bueno recordar que no se trata de una epidemia, como han
dado a entender los medios de comunicación, sino de una
endemia. Estamos hablando de 3.000 personas afectadas de un total de
42.000.000 de habitantes entre los cuatro países susodichos. Si hacemos
el cálculo vemos que la Tasa de Morbilidad ha sido del
7/100.000 habitantes siempre inferior a la tasa morbilidad 10/100.000 habitantes considerada internacionalmente como mínima para clasificarla como epidemia“.
La Liga considera que la información vertida por los medios de comunicación y con el respaldo de las autoridades sanitarias internacionales ha estado, por general, manipulada.
"La industria farmacológica ha creado un terreno propio para
dar a conocer sus productos estrella vendibles a muy corto plazo como
son los medicamentos antivirales (monoclonales como el ZMapp) y las próximas vacunas (combinación del virus del resfriado común o gripe y virus ébola desactivado).
Todo este proceso de producción ha desencadenado intensos movimientos
bursátiles en el mes de agosto de 2014 que indican desplazamientos de
capital de unas inversiones a otras. Es el mismo cuento explicado en el
verano del 2009 para acelerar la producción de productos de consumo farmacéutico sin ninguna eficacia ni utilidad“.
Me ha llamado la atención que todas las personas portemos el virus de ébola,
no lo sabía. Sobre las riquezas de los países afectados por la
endemia, concepto que me parece razonable (no sería una epidemia, no)
comentar que no le veo mucha relación y que eso va a ocurrir casi
siempre que se desate un problema de salud pública similar en cualquier
otro sitio. Es decir, cada espacio geográfico del planeta tiene sus
riquezas particulares. No le veo relación a lo uno con lo otro.
Comentarios similares surgieron el domingo por la noche en el espacio televisivo Cuarto milenio, presentado por Iker Jiménez en la cadena Cuatro, al que me invitaron para hablar del ébola (min. 20).
Sí estoy de acuerdo y es lo que fui a explicar al programa, que hay
unos claros intereses financieros en acelerar la producción y venta de
remedios de patente para combatir el ébola y las farmacéuticas, como ocurrió con la falsa pandemia de gripe A de 2009, se ven favorecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) al declarar el estado de emergencia. Asistimos pues a una campaña de marketing del miedo al ébola que favorece los intereses financieros de las industrias sanitarias.