"La primera de todas las fuerzas que dirigen el mundo es la mentira" ------ J.L.Revel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
"El poder militar o monetario tienen fuerza, pero la fuerza definitiva la tiene la opinion publica, de ahi que haya que manipularla desde que nace"
Ya hemos olvidado como el autoatentado del 11s para en seco el movimiento ANTIGLOBALIZACION que destruia pueblos, culturas, economias y la calidad de vida en todo el planeta:
El plan globalista incluye la estrategia de deshumanizar al hombre.
Como
?
Haciendonos creer que los animales son como nosotros. Humanizando
animales y deshumanizando - animalizando - a los hombres.
Haciendonos creer que los ordenadores son cada vez mas humanos, mientras
nos convierten - a los humanos - en una especie de seres roboticos -
"suprahumanos" y a ser posible con mecanismos artificiales por nuestro cuerpo
Convirtiendote en un cacho de carne sin espiritu, sin alma, sin honor,
sin dignidad o.... llamalo como quieras
Planificando 24 horas al dia maratones y horas de gimnasio, como si fueramos
caballos de tiro y midiendo al ser humano por la musculatura y
fuerza bruta.
En
EEUU hay un enfrentamiento entre oligarquías que se traduce en un clima
de inestabilidad creado en informaciones poco sólidas como la que
difundió The Washington Post sobre la reunión de Trump con el canciller
de Rusia. "Hay suficiente evidencia de que buscan un golpe de Estado al
estilo Brasil", afirmó el sociólogo estadounidense James Petras.
Para
el experto, detrás de esto estarían la CIA y el FBI.
"Están montando
acusaciones, problemas con el gobierno, cosas frívolas que no tienen que
ver con la presidencia de un país. ¿Por qué? No es que quieran
disciplinarlo ni buscan una censura.
Buscan derrocar el gobierno. Están
montando investigaciones sin pruebas para justificar cualquier castigo,
cualquier medida grave", declaró Petras.
"Hay un sector de la oligarquía que quiere derrocar al otro", sintetizó.
Por
esta razón, Trump "busca respaldo en el Pentágono contra la CIA, el FBI
y el Consejo Nacional de Seguridad".
Busca "tener un contrapeso entre
los militares y generales, porque tiene miedo de que las fuerzas de
seguridad puedan crear información falsificada para tumbarlo". La actual
gira de Trump por Asia y Europa y la multimillonaria venta de armas a
Arabia Saudita es un ejemplo de eso:
"frente al golpe doméstico, busca
consolidar sus apoyos externos". Según Petras, Estados Unidos vive "una
de las crisis más importantes de su historia".
El experto se refirió también a la situación en Venezuela,
y consideró que "Trump sigue los pasos de Obama, sin tomar posiciones
más extremas", es decir, "va a apoyar un levantamiento contra el
gobierno electo y que la CIA siga financiando a los violentos de la
oposición, pero no va a iniciar nuevas medidas, ni va a montar una
invasión". En este momento Trump tiene que concentrarse en su situación
interna.
En Voces del Mundo se entrevistó, además, al matemático Hugo Scolnik, quien se refirió a la problemática de la ciberseguridad.
Consideró que uno de los temas más preocupantes en la actualidad es el
denominado 'Internet de las cosas'.
"Tenemos cada vez más dispositivos
conectados a Internet, autos, cámaras de seguridad, dispositivos
médicos, y en principio es bueno, pero la contrapartida es que esos
dispositivos en general no tienen medidas de seguridad adecuadas, ni
pueden tenerlas y eso abre la puerta a los hackers", afirmó.
No hay un lider en todo occidente que se atreva a decir un 10% de lo que afirma Trump - y es la verdad descarnada del sistema globalista actual- :
Si este tio es un paleto, como podriamos llamar a nuestro sumisos lideres ?
Piensa ir contra la mafia financiera e implantar de nuevo la GLASS - STEAGAL separando la banca financiera mafiosa de la banca verdadera - la comercial.
Volver a restablecer la identidad de cada pais y volver a tener raices de nuevo.....
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Enorme ofensa a las clases populares por parte del socioliberalismo:
la desregulación de la banca
Una política pública introducida por el
presidente Clinton fue la desregulación de la banca, eliminando la
separación entre la banca comercial y la banca de inversión (y que
exigía la Ley Glass-Steagall aprobada durante el mandato del presidente
Roosevelt), medida propuesta por su Secretario del Tesoro (equivalente
al Ministro de Finanzas), el Sr. Robert Rubin, que había sido codirector
de la banca Goldman Sachs antes de incorporarse al gobierno del
presidente Clinton.
Esta medida desreguladora tuvo dos impactos
sumamente negativos para el bienestar de las clases populares (y de la
economía). Tal desregulación del capital financiero favoreció las
burbujas especulativas, de las cuales la inmobiliaria afectó
particularmente a la clase trabajadora y a las clases medias de renta
baja, que tuvieron que endeudarse profundamente para pagar precios
abusivos de las viviendas, resultado del carácter especulativo de las
inversiones inmobiliarias.
Esta desregulación bancaria era resultado de
la complicidad nueva que se estableció entre Wall Street y el Partido
Demócrata, que ha sido una constante de la Tercera Vía, iniciada por
Clinton y continuada por Obama.
El resultado de tal complicidad es el
rescate que el gobierno federal hizo de la banca cuando las burbujas
especulativas estallaron, poniendo en peligro la viabilidad del sistema
financiero, que estaba metido en la especulación hasta la médula.
Es
significativo resaltar que ningún banquero haya ido a la cárcel, a pesar
de haber cometido delitos graves que afectaron muy negativamente el
bienestar de las clases populares.
En realidad, el enorme crecimiento de
las rentas del capital se debe, en parte, a la gran expansión del
capital financiero basada en un enorme endeudamiento de las clases
populares, consecuencia a su vez del descenso de las rentas del trabajo.
Hay que señalar que dirigentes de la empresa Enron terminaron en la
cárcel durante la Administración Bush.
No así los dirigentes de la banca
en la Administración Obama.
A tres semanas de su
salida, tras haber dejado al mundo y al mismo Estados Unidos (EU) en
pleno caos, el decepcionante Obama, después de ocho años aciagos,
aporreó la puerta presidencial y, en forma desesperada, intenta
encajonar tanto al presidente electo Trump como al zar ruso Vlady Putin
con el fin de impedir que consigan un acuerdo que pudiera derivar en un
G-2, en espera de la incorporación de China para un G-3, pese a los
anatemas de Trump.
Sin ninguna evidencia por el supuesto hackeo
ruso al Partido Demócrata, lo cual habría beneficiado la elección de
Trump, Obama tomó una serie de represalias, más simbólicas que
sustanciales, contra Rusia, al expulsar en forma teatral a 35 de sus
diplomáticos y al cerrar dos de sus instalaciones en Maryland.
El
zar Vlady Putin, como excelente judoca cinta negra que es, deslizó las
grotescas represalias de Obama, a sabiendas de su inminente salida y, en
lugar de optar por la reciprocidad, decidió no expulsar a ningún
diplomático estadunidense, a cuyo cuerpo, con sus hijos, invitó a
festejar la próxima Navidad del rito ortodoxo en el Kremlin.
Con un solo tuit, Trump calificó de muy inteligente la ausencia de represalias de Putin.
Más
allá de los arrebatos vengativos de Obama, quien fue derrotado por
Putin en los frentes de Crimea/Ucrania del Este (Donbass)/Siria, a mi
juicio, sus represalias denotan cinco objetivos:
1) detener, mediante el
petate del muerto ruso, la desintegración del acéfalo Partido
Demócrata, que fue vapuleado en el Colegio Electoral y perdió el control
de la Cámara de Representantes y el Senado. ¿Desea Obama quedarse con
el cadáver de su partido?;
2) incitar a la rebelión de los superhalcones
del Partido Republicano contra Trump;
3) obstaculizar a Trump en el
ámbito doméstico: desde el Obamacare (los seguros médicos del presidente
saliente) hasta la exploración petrolera en Dakota del
Norte/Ártico/Atlántico Norte;
4) impedir el acercamiento de Trump y
Putin que (en)marcaría el inicio de la solución de los contenciosos en
Siria y en Irak, al unísono de la expulsión de los yihadistas tolerados
por Obama, y
5) opacar la caída de Alepo, el alejamiento de Turquía y el
desastre en Afganistán.
Dígase lo que se diga, aunque sea
políticamente incorrecto, desde el punto de vista meramente
geoestratégico, Trump puede triunfar donde fracasó Obama: mediante su
espectacular acercamiento con Putin.
En estos momentos existe
mucha desinformación en EU.
Así como Baby Bush inventó las armas de
destrucción masiva de Saddam Hussein para ahorcarlo e invadir Irak,
ahora Obama parece haber inventado las noticias de destrucción masiva
con el fin de exorcizar a Rusia usando a tambor batiente a los otrora
venerables rotativos, hoy en franca decadencia, para la propagación de fake news (noticias falsas)”, como The New York Times (NYT) –controlado por el grupo del megaespeculador George Soros– y The Washington Post(WP) que sirve al establishment, contra quienes ha colisionado Trump, quien ha impulsado a las nubes a Fox News y utiliza Twitter como su personal arma letal.
El investigador Matt Taibbi, del portal Rolling Stone –que
no tiene ninguna proclividad por Trump–, ha tomado con pinzas los
anatemas de Obama contra el hackeo ruso y comenta que “algo apesta en
esta historia sobre Rusia (http://goo.gl/1we53F)”.
Por cierto, el portal Infowars arremete contra WP,
que colocó en su primera página, con el fin de hacer cundir el pánico
rusófobo, “un falso reporte sobre el hackeo ruso de la planta eléctrica
en Vermont (http://goo.gl/naC37q)”. ¡Fake news a lo que da!
A
partir del 20 de enero, si no sucede un accidente en el camino,
existirán muchos cadáveres entre los multimedia, porque alguien de las
dos partes miente por necesidad: los apologistas de Obama/Hillary o los
turiferarios de Trump.
Si después del día 20 se demuestra con
evidencias que los rusos hackearon al Partido Demócrata, será muy
difícil que Trump, con todo y su buena voluntad hacia Putin, revierta la
dinámica vengativa de su antecesor.
Y esto en EU, no se diga en
el mundo, es muy costoso porque una credibilidad mancillada, aunque
luego profiera la verdad, nunca más será tomada en cuenta por la
informada opinión publica.
Hasta un portal muy favorable a Obama, como The Hill, reconoce que el presidente saliente “busca amarrar las manos de Trump (http://goo.gl/GNs5HK)”.
David Klion, del rotativo británico The Guardian (controlado
por George Soros), pregunta: “¿Está usando Obama a Rusia para incrustar
una cuña entre Trump y el Partido Republicano (http://goo.gl/nmh5V2)?”
NYT y The Financial Times
prácticamente incitan a la rebelión del Partido Republicano contra el
acercamiento de Trump y Putin, y abultan la cifra de senadores
republicanos que desean sanciones más severas contra la presunta
intrusión rusa en los asuntos internos de EU.
¿Busca Obama relegirse en los próximos cuatro años?
No
hay que subestimar la oposición de los superhalcones del Partido
Republicano que encabeza el pugnaz John McCain, pero también, de acuerdo
con el ético y estético método dialéctico, hay que escuchar a la
contraparte, como el portal Breitbart, que expone el punto contrario a
los multimedia controlados por George Soros y Haim Saban (de Univision).
Kellyanne
Conway, portavoz de Trump, fustigó que las represalias de Obama contra
Rusia están diseñadas para encajonar al presidente electo, mientras Breitbart escudriña las “siete maneras en que Obama intenta sabotear a la administración Trump (http://goo.gl/2GgW8L)”.
Una
debilidad que detecto en la sanguinaria campaña de Obama/Hillary
–apuntalada por el control masivo de los multimedia por George Soros y
Haim Saban– es que exhiben a Trump como si fuera un vulgar títere de
Putin –un idiota útil al estilo leninista–, lo cual es inverosímil, ya
que ningún presidente de EU, sea quien fuere, pudiera soportar la ira
popular de ser expuesto como permisivo al desmantelamiento de los
servicios de inteligencia cibernéticos de su país.
Más aún: ¿cómo
demostrar que el presunto hackeo ruso, si lo hubiere, pudo haber
afectado el curso de la elección cuando Hillary y la pestilente
Fundación Clinton ya no podían ocultar tanto cadáver en sus repletos
clósets de corrupción?
Lo real es que Putin acabó derrotando a Obama, quien ha dejado un mundo caótico en los frentes doméstico y global.
Obama
será recordado como el presidente del caos y su derrota en Eurasia es
notable: desde Crimea/Ucrania, pasando por Siria/Irak, hasta
Afganistán/Pakistán.
Desde Yalta, después de la Segunda Guerra
Mundial, nunca había ocurrido que hoy EU estuviera ausente de tres
negociaciones fundamentales de paz:
1) Ucrania con el Acuerdo de Minsk
de Rusia/Ucrania/Bielorrusia/Francia/Alemania;
2) Siria: la próxima
cumbre entre Rusia/Turquía/Irán en Kazajstán, y
3) Afganistán: de
Rusia/China (¡supersic!)/Pakistán.
En las tres negociaciones de marras, Putin emerge como el gran triunfador, con la notoria ausencia de Obama.
A
mi juicio, como óptimo jugador de ajedrez, Putin invitará a Trump a las
tres negociaciones de paz a las que no convocó a Obama.
Tal es
la triste y cruda realidad del desastre de Obama, quien llegó con los
mejores auspicios y legó un mundo en pleno caos y a su país más
fracturado que nunca. www.alfredojalife.com
La expropiación del tiempo en el capitalismo actual
(incluye interesante video de Renan Vega Cantor)
En este texto se analiza un asunto crucial de la expropiación de
los bienes comunes en el mundo de hoy por parte del sistema,
pero sobre el cual poco se reflexiona.
Nos referimos a la expropiación
del tiempo de la mayor parte de los seres humanos.
La exposición parte
de recordar en forma breve la manera como la expropiación inicial del
tiempo, cuando surge el capitalismo industrial, estaba relacionada con
la conversión de campesinos y artesanos en obreros asalariados y se
limitaba al ámbito fabril.
Luego se consideran los rasgos generales de
la expropiación del tiempo en nuestra época, recalcando el papel que
desempeñan las tecnologías de la información y la comunicación.
Por
último, a partir de este análisis general se presenta el recuento de
algunos aspectos emblemáticos de expropiación del tiempo, tal como los
supermercados, la siesta, la noche, la comida rápida y la memoria y la
historia.
Con respecto al papel de las Nuevas Tecnologías de la Información
(NTI) valga señalar que se enfatiza en el papel que han desempeñado como
un factor importante, en la lógica del capital, de expropiar el tiempo
de la gente, tanto dentro como fueradel ámbito laboral.
Como este es el
objetivo prioritario de este ensayo, no se consideran las múltiples y
contradictorias posibilidades de esas NTI como medio de comunicación y
difusión de información, lo cual amerita otro tipo de estudio que queda
fuera del tema aquí propuesto.
1. Primeros momentos del capitalismo industrial
En un principio la expropiación del tiempo en el capitalismo
industrial estaba referida de forma preferente a los obreros y al ámbito
laboral, porque se trataba de convertir a antiguos campesinos y
artesanos, que tenían su propio manejo del tiempo –algo muy diferente al
tiempo abstracto del capitalismo, regido por el reloj-, con sus ritmo
lento y pausado, en el que se mezclaba la actividad productiva, con la
fiesta, el calendario religioso, el carnaval, el descanso, la vida en
común. Los trabajadores resistieron en este primer momento con la huida y
el abandono de los sitios del trabajo, proclamando de manera implícita
el “derecho a la pereza”, un principio prioritario en la resistencia a
la proletarización.
Cuando el capitalismo logró crear la primera generación de
trabajadores asalariados los disciplinó en concordancia con sus
intereses de valorización y de generación de ganancias y se empezó a
regir por la célebre máxima “el tiempo es oro”.
En este segundo momento,
los trabajadores habían sido sometidos y ya no luchaban contra el nuevo
ritmo temporal -el del cronómetro- sino por el acortamiento del tiempo
de trabajo, lo que indica que se había aceptado el nuevo ritmo temporal,
abstracto y vertiginoso del capital.
Un componente fundamental de la
lucha histórica de los trabajadores de todo el mundo, cuando ya habían
asumido su condición de asalariados, se centró en plantear la separación
entre el tiempo de trabajo en el ámbito fabril, y luego en todos los
sitios de trabajo (oficinas, escuelas, hospitales…) respecto al resto
del tiempo, lo cual se expresó en la lucha por los tres ochos (8 horas
de trabajo, 8 horas de estudio, 8 horas de descanso).
Esta lucha generó
importantes movilizaciones y épicas conquistas de la clase obrera, entre
las cuales la más relevante, por el simbolismo que connota, es la del
Primero de Mayo. Con esa celebración se trataba de arrancarle al capital
un día al año, en el cual los trabajadores no estaban sometidos al
ritmo infernal del despotismo del capital, y en ese día podían marchar,
gritar y protestar o desarrollar actividades propias de la cotidianidad
de los trabajadores.
Fueron estos espacios externos al escenario de la
fábrica, aunque ligados a la misma, en donde se gestó y se construyó una
cultura obrera. Esa cultura disfrutaba su tiempo libre a su manera:
jugando futbol, tomando trago en la taberna, fundando bibliotecas
populares, impulsando clubes contra el consumo de alcohol, fomentando la
publicación de libros, periódicos y revistas de los trabajadores,
organizando salidas a las afueras de los pueblos y ciudades en compañía
de sus familias…
Durante toda la época del fordismo, los trabajadores lograron
mantener la separación entre el tiempo de trabajo y el tiempo de ocio.
Incluso, en la época del Estado de Bienestar, y sus diversos remedos en
todo el mundo, los trabajadores obtuvieron como una de sus conquistas
fundamentales el derecho a disfrutar de vacaciones durante unas semanas
del año.
Para hacer frente a esta realidad, el capitalismo procedió a
mercantilizar el tiempo libre de los trabajadores y convertirlo en
tiempo de ocio, mediante el fomento del consumo individual y familiar y
haciendo que ese tiempo estuviera regido por la lógica del capital,
porque, por ejemplo, las vacaciones se disfrutan en hoteles, balnearios o
playas en las cuales se despliega una actividad mercantil que genera
ganancias.
Por esa razón, Herbert Marcuse señalaba que a una sociedad
libre corresponde un tiempo libre y a una sociedad represiva un tiempo
de ocio.
2. Generalización de la expropiación del tiempo
En el mundo contemporáneo, la expropiación del tiempo se ha
extendido a todos los ámbitos de la vida y no se limita, como antes, al
terreno laboral. En el capitalismo actual la expropiación del tiempo de
la vida se expresa, de manera paradójica, en lafalta de tiempo.
Esto es ocasionado por el culto a la velocidad, la aceleración de
ritmos, la dilatación de los trayectos de las ciudades, la incorporación
de las periferias urbanas mediante la generalización del automóvil, los
embotellamientos por el exceso de vehículos privados, la conversión del
ocio en una mercancía, la omnipresencia esclavizante del celular, el
sometimiento al televisor, frente al cual las personas pasan una buena
parte de su existencia, la ampliación de la jornada de trabajo…
Un dicho
africano expresa de manera contundente nuestra falta de tiempo: “Todos
los blancos tienen reloj, pero nunca tienen tiempo”(Chesneaux, 1996:
41).
Esta expropiación del tiempo de la vida está relacionada con la
definición del poder en términos del control del tiempo ajeno. En
concreto, para decirlo en términos de David Anisi:
Todos partimos de una igualdad básica.
Independientemente de nuestras coordenadas sociales, el día tiene
veinticuatro horas para todos. Técnicamente el tiempo es algo imposible
de producir. Sólo el ejercicio del poder, al apropiarnos del tiempo de
los demás, puede acrecentarlo. El poder se mide como la relación entre
el tiempo obtenido de los demás y el tiempo necesario para conseguir esa
movilización (Anisi, 2006: 14).
Hasta ahora, a importantes sectores de la sociedad el capitalismo
no les había podido expropiar su tiempo, si recordamos que “el tiempo es
el único recurso del cual pueden disponer gratuitamente los que viven
en el escalón más bajo de la sociedad” (Sennett, 2006: 14).
Esto era
aplicable a gran parte de la población que habitaba en los países
periféricos y también concernía a las personas que se encontraban en los
territorios de la antigua Unión Soviética y de Europa oriental. En el
caso de nuestros países, pobres y periféricos, al capitalismo sólo le
interesaban aquellas personas que pudieran convertirse en trabajadores
asalariados, fueran potenciales consumidores de mercancías materiales o
pudieran pagarse unas vacaciones –como manera de expropiarles el tiempo
libre, convertido en tiempo de ocio mercantil, comercializado en forma
de paquetes turísticos.
Las personas más pobres, que no podían, ni pueden, convertirse en
trabajadores asalariados, que no cuentan con dinero para consumir a
vasta escala y que tampoco tienen ingresos para ir de vacaciones, ahora
soportan la expropiación de su tiempo, por medio, principalmente, del
teléfono celular, convertido en un verdadero objeto de consumo masivo,
tan omnipresente hoy en día como los relojes de mano.
Todas las clases
sociales usan celulares, aunque de diferente precio y calidad, pero con
la misma finalidad de consumir tiempo en una comunicación perpetua, y en
la mayor parte de los casos innecesaria. Eso lo hacen también los
pobres, sin empleo y en condiciones indignas de vida (sin escuelas, sin
salud, sin ingresos económicos, sin ninguna perspectiva vital,
aprisionados en tugurios, sin agua potable…), que invierten lo poco que
tienen en la compra de un celular y en adquirir tarjetas para hablar. En
ese sentido, puede decirse que hoy ni siquiera los pobres pueden
disponer gratuitamente de su tiempo, pues se les ha expropiado y se les
ha obligado a usarlo de forma permanente en parlotear en el celular o en
ver televisión basura, con lo cual no sólo pierden su tiempo sino que
producen fabulosas ganancias a los emporios multinacionales que
controlan y manejan la economía de los teléfonos celulares.
En el caso de la antigua URSS y los países de Europa oriental, la
gente constata la magnitud de los cambios experimentados en los últimos
veinte años en el “tiempo perdido”. Las personas que hablan de la época
anterior a 1989-1991 coinciden en que antes les sobraba tiempo para
tener amigos, visitarlos, hablar con ellos, conversar y compartir.
Ahora, nada de eso existe, porque el capitalismo ha impuesto un ritmo
frenético y veloz, en el que ya no les queda tiempo para nada, ni para
los amigos, ni para disfrutar de alguna actividad cultural o de goce
personal (leer, ver una película, ir a un concierto o a una obra de
teatro), algo que no sólo era gratuito hace un cuarto de siglo sino que
convocaba a importantes sectores de la población.
Hoy predomina el
tiempo cuantitativo, vacío, homogéneo y abstracto, que se expresa, entre
otras muchas cosas, en la generalización de la televisión basura al más
puro estilo estadounidense. Las bibliotecas están vacías, se ha
reducido dramáticamente la lectura y la compra de libros. A cambio, la
mayor parte de la gente malvive en el rebusque diario para conseguir su
sustento y un ritmo vertiginoso caracteriza sus existencias
pauperizadas.[1]
En síntesis, con la universalización del capitalismo lo que hoy se
está viviendo es la plena “subsunción de la vida al capital”, que
implica que se han mercantilizado y sometido a la férula del tiempo
abstracto todos los aspectos de la vida. En concordancia con este
presupuesto, el capital ha rotó la distancia que separaba el tiempo de
trabajo y el tiempo libre, o el tiempo de la vida.
Eso se ha logrado con
la utilización de múltiples estrategias, entre las que sobresalen la
flexibilización laboral, que no es otra cosa sino el alargamiento de la
jornada de trabajo y el regreso a formas de explotación donde impera la
plusvalía absoluta, la deslocalización de empresas a otros países y
continentes, en los que se puede someter a vastos contingentes de
trabajadores a ritmos infernales y prolongados de explotación diaria
(jornadas de 15 o más horas de trabajo) y, sobre todo, el empleo de la
tecnología electrónica y digital. Este aspecto es tan crucial, que
amerita ser tratado con algún detalle.
Un primer dato, indicativo del fenómeno que comentamos, está
referido a un hecho que contraviene los anuncios de algunos teóricos del
trabajo, como André Gorz, quienes habían previsto la reducción del
tiempo de trabajo y el correlativo incremento del tiempo libre y de
ocio.
No obstante, se ha presentado una situación completamente opuesta a
lo anunciado: un incremento inesperado del tiempo de trabajo en el
mundo. Una persona nacida en 1935 llegó a trabajar 95 mil horas; a una
persona que nació en 1972 se le preveía una vida laboral de 40 mil
horas; y las personas recién empleadas en la primera década del siglo
XXI van a tener que trabajar 100 mil horas[2].
¡Toda una vida de trabajo!, en el sentido literal del término.
Si a eso
le agregamos que un habitante promedio de los Estados Unidos, el país
en donde el trabajo es una enfermedad, gasta 1.500 horas al año metido
en su automóvil (lo que en unos 30 años representa 45.000 horas),
podemos comprender el predominio del tiempo no libre en el capitalismo
de hoy.
De la misma manera, la introducción de aparatos microelectrónicos
en el ámbito laboral, especialmente el teléfono celular, ha roto la
separación entre tiempo de trabajo y tiempo libre, o, más exactamente,
el tiempo de trabajo ha absorbido el tiempo libre.
En este caso, “el
teléfono celular tomó el lugar de la cadena de montaje en la
organización del trabajo cognitivo: el infotrabajador debe ser ubicado
ininterrumpidamente y su condición es constantemente precaria” (Berardi
Biffo, 2010: 27).
Aunque no exista otro momento en la historia del capitalismo, como
el de las dos últimas décadas, en que tanto se hayan exaltado las
libertades individuales, en la práctica tenemos que el tiempo laboral se
ha celularizado y cada día se parece más al trabajo de los esclavos,
porqueya nadie puede disponer de su propio tiempo.
El tiempo no pertenece a los seres humanos concretos (y formalmente
libres) sino al ciclo integrado de trabajo. Sólo los desertores
escolares, los vagabundos, los fracasados, los ociosos desocupados
pueden disponer libremente de su tiempo (íd).
Lo que resulta más significativo con respecto a la mezcla del
tiempo de trabajo y el tiempo libre radica en que, por lo común, las
nuevas generaciones de trabajadores lo aceptan como algo normal,
especialmente los llamados trabajadores cognitivos, porque conciben al
trabajo como la parte más importante de su vida y ellos mismos tienden a
prolongar de manera voluntaria su jornada de trabajo.
Un cambio
antropológico y social tan importante se explica por múltiples razones:
la pérdida de vínculos humanos en las grandes ciudades en donde los
nexos entre las personas se han convertido en un envoltorio muerto y sin
placer; la mercantilización y el culto al consumo como la razón de ser
de la existencia humana y de los trabajadores, lo cual se complementa
con la crisis de los proyectos emancipatorios; el culto a los artefactos
tecnológicos como sustitutos de las relaciones con otros seres humanos;
el éxito del capital en imponer su ideología individualista en la que
se atenúa y se reducen, y en algunos sectores, desaparecen, las luchas
colectivas y se enfatiza la cuestión del triunfo individual, que en
forma supuesta se alcanzaría subordinándose por completo a los intereses
del capital.
En resumen,
el efecto que se produjo en la vida
cotidiana durante las últimas décadas es el de una des-solidarización
generalizada. El imperativo de la competencia se volvió dominante en el
trabajo, en la comunicación, en la cultura, a través de una sistemática
transformación del otro en un competidor e incluso en un enemigo. Una
máquina de guerra se esconde en todo nicho de la vida cotidiana (ibíd.:
87).
Como se ha impuesto la lógica de la mercantilización absoluta y del
consumo como sinónimo de felicidad humana, se concibe que se debe
trabajar y endeudarse, es decir, dedicar mayor tiempo al trabajo, con la
expectativa ingenua de obtener más dinero para comprar más mercancías,
que permitirán el disfrute del tiempo libre, el cual cada vez es más
lejano, precisamente porque la vida no alcanza para trabajar tanto y
conseguir dinero para pagar las deudas que se han adquirido en la
perspectiva de tener algún día tiempo libre.
Así,
Cuanto más tiempo dedicamos a la adquisición
de medios para poder consumir, tanto menos nos queda para poder
disfrutar el mundo disponible. Cuanto más invirtamos nuestras energías
nerviosas en la adquisición de dinero, tanto menos podemos invertir en
el goce [...] Para tener más poder económico (más dinero, más crédito)
es necesario prestar más tiempo al trabajo socialmente homologado. Pero
esto supone reducir el tiempo de goce, de experimentación, de vida.
La riqueza entendida como goce disminuye
proporcionalmente al aumento de la riqueza como valor económico, por la
simple razón de que el tiempo mental está destinado a acumular más que a
gozar (íd).
La utilización de los artefactos microelectrónicos y digitales en
el trabajo además de hacer que desaparezca el tiempo libre, fragmentan y
precarizan aún más la actividad laboral. Esa precarización no es
solamente una cuestión jurídica, en la cual los individuos no tienen
derechos, sino que además supone “la disolución de la persona como
agente de la acción productiva y la fragmentación del tiempo vivido”
(ibíd.: 91).
Esto quiere decir que en el plano de la organización del
trabajo se generaliza la individualización de las tareas, hasta el punto
que el colectivo trabajador puede ser disuelto, como ocurre en el
llamado trabajo en red, donde ciertos individuos se conectan durante un
tiempo para realizar un determinado proyecto, luego se desconectan y se
vuelven a conectar en el momento en que tienen un nuevo proyecto. De
esta forma, se pone en marcha la “dinámica de la descolectivización”, un
logro muy importante para el capitalismo de nuestra época, porque
el trabajo se organiza en pequeñas unidades
que auto administran su producción, las empresas apelan más ampliamente
a los temporarios y a los contratados, y practican la terciarización en
una gran escala. Los antiguos colectivos no funcionan y los
trabajadores compiten unos con otros, con efectos profundamente
desestructurantes sobre las solidaridades obreras (Castel, 2010: 24s.).
Por ello, el capital reclama su derecho de moverse libremente por
el mundo para “encontrar el fragmento de tiempo humano en disposición de
ser explotado por el salario más miserable” y luego de usarlo lo tira a
la basura. Esto es posible porque el tiempo de trabajo ha sido
fractalizado, es decir, se ha reducido a fragmentos mínimos que luego se
pueden recomponer y por eso el capital busca el lugar donde impera el
salario más miserable.
Aunque la persona que trabaja es jurídicamente
libre, el control de su tiempo por un poder extraño, el del capital, lo
hace esclavo; sencillamente, “su tiempo no le pertenece, porque está a
disposición del ciberespacio productivo recombinante” (Berardi Bifo,
2010: 92).
A esta nueva forma se le puede denominar el esclavismo
celular, lo cual se evidencia de manera contundente en el BlackBerry, un
aparato que reproduce el nombre de un instrumento usado en la época de
la esclavitud en los Estados Unidos, que se ataba en los tobillos de los
esclavos para que no huyeran, para que su tiempo siguiera
perteneciendo, por la fuerza bruta, a los esclavistas. Algo similar
sucede hoy, cuando el BlackBerry mantiene a la gente esclava de otros,
principalmente de los patronos y empresarios, siempre atados de manos y
cerebro a ese aparatejo insoportable.
El tiempo laboral de los trabajadores cognitivos se ha celularizado
porque se divide en fragmentos, en células, que de manera
despersonalizada el capital hace circular por la red, y se mantiene una
conectividad perpetúa, a través del teléfono celular, que obliga a que
los trabajadores precarizados estén disponibles como esclavos
posmodernos, cuando el capital los requiera.
Esto es posible porque
ahora “la persona no es más que el residuo irrelevante, intercambiable,
precario del proceso de producción de valor. En consecuencia, no puede
reivindicar derecho alguno ni puede identificarse como singularidad”,
por ende es un esclavo celular y del celular (íd.).
El trabajador se
convierte así en un código de barras, que no importa como ser humano,
por su subjetividad, sino sólo porque es una pieza más de un engranaje
conectado en red, a través de la computadora, Internet y, en la forma
más íntima, a través del teléfono celular.
Y, entre paréntesis, si el objetivo es convertir a los seres
humanos que trabajan en un simple código de barras, como el de cualquier
objeto mercantil que se vende en un supermercado, también se transforma
la escuela y la universidad para hacerlas funcionales a este propósito.
No otra cosa es lo que está sucediendo en nuestros días con las
transformaciones educativas cuya finalidad es producir terminales
humanos que sean compatibles con un circuito productivo, porque ya el
objetivo explícito del capital es transformar a los seres humanos en
engranajes de la producción de valor en el capitalismo y para lograrlo, o
sea, convertirlos en códigos de barras, hay que eliminar las
diferencias culturales e históricas en los procesos de enseñanza.
Eso se
expresa, por ejemplo, en la nueva lengua de la escuela, con sus
estándares universales de créditos, competencias, movilidad
internacional, saberes comunes y homogéneos, acreditación externa, todo
lo cual no es sino la legalización administrativa y pretendidamente
pedagógica de nuestra conversión en códigos de barras.
Y esto tiene que ver con los saberes de forma directa. En efecto,
La producción del espacio productivo del
saber se articula en estrecha relación con la construcción de la
tecnosfera digital de red. La dinámica de la red muestra una fundamental
duplicidad: por un lado, su expansión requiere un potenciamiento de los
agentes sociales del saber. Pero, por otro lado, y al mismo tiempo,
somete la transmisión de saber a automatismos tecno-linguisticos
modelados según el paradigma de la competencia económica.
Todo agente de sentido, si quiere volverse
productivo, operativo, debe ser compatible con el formato que regula los
intercambios y vuelve posible la interoperabilidad generalizada en el
sistema (ibíd.: 98).
En tales circunstancias, la potencia del Internet no es otra cosa
que una potencia de despersonalización a vasta escala, de liquidación de
la singularidad y de la individualidad. Se han creado “las condiciones
para la reproducción ampliada de un saber sin pensamiento, de un saber
permanente funcional, operacional, desprovisto de cualquier dispositivo
de auto-dirección (ibíd.: 98s.)”.
Por supuesto, esto genera patologías entre la población en general y
entre los trabajadores en particular, porque la comunicación
obligatoria se ha convertido en una epidemia. Su lógica es simple pero
destructiva de la psiquis individual: si quieres sobrevivir en el
capitalismo actual tienes que ser competitivo y para serlo requieres
estar conectado todo el tiempo, recibir y enviar información sin pausa,
manejar una masa creciente de datos, suministrar tu tiempo, siempre, a
quien lo requiera.
Ya no eres dueño de tu tiempo nunca, ni de día, ni de
noche, ni los fines de semana, siempre debes estar dispuesto a dar tu
tiempo a quien te lo compre a bajo precio. Esto genera un estrés
permanente, porque debe estarse atento a la información que recibes y la
que se te solicita, a la par que tu tiempo disponible para la
afectividad y las relaciones personales prácticamente se reduce a cero.
Con estas dos tendencias se devasta el psiquismo individual. En estas
condiciones, se presenta un cambio trascendental:
Mientras el capital necesitó extraer
energías físicas de sus explotados y esclavos, la enfermedad mental
podía ser relativamente marginalizada. Poco le importaba al capital tu
sufrimiento psíquico mientras pudieras apretar tuercas y manejar un
torno. Aunque estuvieras tan triste como una mosca sola en una botella,
tu productividad se resentía poco, porque tus músculos funcionaban. Hoy
el capitalismo necesita energías mentales, energías psíquicas. Y son
precisamente ésas las que se están destruyendo. Por eso las enfermedades
mentales están estallando en el centro de la escena social (ibíd.: 179).
Todo esto lo ha hecho posible el capital, porque desde el momento
en que surge la medición del tiempo, en horas, minutos y segundos, se
puede comprar y vender, es decir, el tiempo se convierte en una
mercancía. Hasta no hace mucho tiempo esto aparecía como algo etéreo,
pero hoy se hace evidente de una manera gráfica. En Colombia, y
suponemos que eso se reproduce en otros países del mundo, las personas
que alquilan celulares tienen unas avisos en papel en los que se puede
leer:
“Se venden minutos”, lema comercial que también agitan a viva voz,
diciendo “minutos a 100 pesos”.
Incluso, las empresas comercializadoras
de los teléfonos celulares no les importa tanto, o por lo menos de
manera exclusiva, que la gente tenga un Móvil, sino que lo use sin
pausa, que hable no ya minutos sino horas o días, lo que ha logrado
plenamente. Por eso, esas empresas ofrecen tarjetas que cada vez tienen
más minutos. Así, se venden tarjetas con las que se puede hablar durante
2.000 o 3.000 o 5.000 minutos.
La gente las compra y se ve obligada a
consumirlas en un tiempo determinado. Es decir, que de manera forzada
tiene que hablar durante 50 o más horas en un corto lapso de tiempo,
unos dos o tres meses. Esto, aparte de generar una verdadera neurosis
individual y colectiva y un chismorroteo insustancial para comunicarse
cosas triviales que no requieren de ninguna conexión telefónica, es un
espectacular negocio para las empresas de telefonía celular, a costa del
tiempo de la gente.
Todo lo señalado constituye una verdadera expropiación del tiempo
personal y produce una neurosis colectiva, que todos los días soportamos
en el bus, en la universidad, en los teatros, en donde sea, porque
tarde o temprano el insoportable sonido del celular interrumpe cualquier
actividad, por sublime que fuese, como el hacer el amor.
Al respecto,
en España se dice que un 40 por ciento de las personas interrumpen
relaciones sexuales para contestar el celular. Aparte de la expropiación
del tiempo personal hay otra expropiación igualmente grave, la de la
dignidad individual, la de la autoestima, porque hasta se ha perdido la
pena y la vergüenza: antes una conversación telefónica era algo privado,
de la que no tenía por qué enterarse nadie que estuviera cerca. Hoy,
eso es cosa del pasado, ya que la gente habla y cuenta sus cosas
personales delante de cualquiera. Esta expropiación de la dignidad es
como un esnobismo público permanente, como se evidencia con las mal
llamadas redes sociales (Facebook y similares), en las que se socializan
por la red, y en forma visual, hasta las relaciones íntimas.
La generalización de la conectividad perpetua tiene como
consecuencia que la gente sienta la necesidad imperiosa de estarse
comunicándose todo el tiempo, enviando mensajes, averiguando o que le
averigüen dónde está y qué está haciendo. Si no se puede comunicar o no
le contestan cunde el pánico, se siente abandonado. Lo paradójico radica
en que la gente se comunica todo el tiempo, pero eso no es un resultado
del enriquecimiento de las relaciones sociales, sino todo lo contrario,
de la muerte de cualquier relación social. Esto indica que estamos
viviendo una catástrofe temporal, porque en la comunicación virtual y
digital
la presencia del cuerpo del otro se vuelve
superflua, cuando no incomoda y molesta. No queda tiempo para ocuparse
de la presencia del otro. Desde el punto de vista económico, el otro
debe aparecer como información, como virtualidad y, por tanto, debe ser
elaborado con rapidez y evacuado en su materialidad (ibíd.: 184).
En conclusión,
acabamos por amar lo lejano y por odiar lo
cercano porque este último está presente, porque huele, porque hace
ruido, porque molesta, a diferencia de lo lejano que se puede hacer
desaparecer con el zapping… Estar más cerca de quien está lejos que de
quien está a nuestro lado es un fenómeno de disolución política de la
especie humana. La pérdida del propio cuerpo comporta la pérdida del
cuerpo de los demás en beneficio de una especie de espectralidad de lo
lejano (Virilio/Petit, 1996: 42, 46).
En consonancia con el tiempo virtual, instantáneo e inmediato, se
impone la velocidad, esa cierta forma de fascismo que tanto denunció en
su momento Pierre Paolo Pasolini, al señalar el impacto de la tecnología
en la vida de la gente en su Italia de las décadas de 1960 y 1970. Y el
culto a la velocidad está en la base de las diversas formas de
expropiación del tiempo en el mundo contemporáneo, las cuales ameritan
un breve análisis.
a) Expropiación del tiempo en el centro comercial y en los supermercados
Un espacio que rompe brutalmente el tiempo son los centros
comerciales y los hipermercados, que establecen una jornada interrumpida
de quince o más horas y todos los días de la semana. Los dueños de
estos supermercados determinan que no se cierre al mediodía, pauta que
siguen otros almacenes y establecimientos.
Así se fractura el horario de
la siesta y se quiebra a los pequeños comerciantes y artesanos. Esto
tiene también consecuencias sobre el tiempo libre y el tiempo urbano,
porque “cualquier instante de nuestro tiempo libre se rellena por algún
tipo de conexión comercial, convirtiendo así al tiempo en el más escaso
de todos los recursos” (cit. en Angulo/Unzueta). Entre esos efectos se
encuentran que la gente que trabaja durante un horario prolongado y/o
los fines de semana descuida a sus hijos y familiares, se incrementa el
uso del automóvil privado y, por ende, los embotellamientos y la
contaminación.
En algunos supermercados de los Estados Unidos se registra una de
las más aberrantes formas de expropiación del tiempo de los
trabajadores, cuando de manera casi inverosímil, ni siquiera se les
permite que vayan al sanitario, en razón de lo cual esos trabajadores se
ven obligados a usar pañales en el sitio de trabajo, dada la amplitud
de la jornada laboral[3] (cit. en Carr, 2011).
Debe agregarse a tan degradante expropiación del tiempo de la gente
y de expropiación de su dignidad personal, la generalización del
control y la vigilancia sobre los trabajadores, situación que justifican
los empresarios con el argumento que deben protegerse contra el robo de
tiempo por parte de los empleados. Se ha vuelto algo normal, y no lo es
de ningún modo, que los empresarios vigilen a sus trabajadores de día y
de noche, en el puesto de trabajo y fuera de él, que husmeen en sus
correos electrónicos si usan Internet, graben y registren sus
movimientos, controlen sus actividades personales mediante el celular y
los mantengan en contacto permanente, incluso en los instantes en que
los trabajadores están en sus casas o en sus “momentos de ocio”.
En el centro comercial el logos cartesiano ha desaparecido para dar
paso a la implacable lógica mercantil, que se resume en la frase
“Consumo, luego existo” y ese es, desde luego, no sólo un consumo de
mercancías sino de tiempo, medido cuantitativamente en dinero, que
expresa una auténtica colonización del tiempo personal. El supermercado y
el centro comercial expropian
-
b) Expropiación del tiempo de la comida
La expropiación del tiempo de la gente barre todas aquellas
costumbres y tradiciones, inscritas en un tiempo lento, de la modorra,
de la quietud, todas las cuales son despreciadas por el capitalismo como
expresión de atraso, de pereza, de falta de competitividad, de
ineficiencia, de improductividad y de mil calificativos por el estilo.
Tal cosa sucede con el acortamiento, desaparición o transformación de
cosas tan humanas como comer con tranquilidad o hacer la siesta.
Fast Food no sólo es un tipo de comida sino un estilo de
vida, con una temporalidad acelerada, en la que se pierden los nexos
sociales que históricamente se han creado alrededor de la mesa. No vamos
a referirnos a sus consecuencias sobre la salud de la gente, sino a los
efectos que tiene en términos de expropiación del tiempo.
La comida es
una de las formas culturales más importantes para cualquier sociedad,
porque en torno a ella se tejen relaciones humanas, en la medida en que
se preparan, se consumen y se degustan los alimentos, los cuales a lo
largo del tiempo gestan tradiciones y costumbres que dan identidad a los
pueblos, porque “comer no es una mera actividad biológica sino también
una actividad vibrantemente cultural” (Mintz, 2003: 78).
El comer en
términos culturales se ha basado hasta no hace muchos años en el sentido
de la lentitud, uno de los lujos más preciosos que existen, porque una
buena comida requiere y necesita tiempo, en su preparación y en su
degustación.
Esto queda hecho añicos con la imposición de la comida rápida, cuyo
símbolo principal esta constituido por los restaurantes McDonald’s, los
cuales constituyen un modelo a pequeña escala de lo que es el
capitalismo realmente existente. Primero, en términos laborales, la
fuerza de trabajo empleada en esos restaurantes es una de las peores
expresiones de la flexibilización y la precarización laboral, tanto por
los bajos salarios, como por las mismas condiciones de trabajo en la que
no existe la posibilidad de protestar y de organizarse sindicalmente.
Aunque a primera vista parezca que el trabajador de McDonald’s es
polivalente, porque realiza una serie de faenas en la venta de
hamburguesas, en realidad esa labor es profundamente monótona y
rutinaria, típica del fordismo, en la que se le prohíbe que tome
cualquier iniciativa y no puede ni hablar con los clientes.
Segundo, en
términos de los consumidores, el objetivo de los McDonald’s es llenar de
comida a los comensales para que estos devoren rápido y sin pestañear.
Que coman lo más posible en el menor tiempo, y desocupen el restaurante,
el cual es diseñado sin ningún atractivo interesante y obliga a la
gente a comer e irse de inmediato. Como de lo que se trata es de
promover la rapidez, los platos que ofrecen los restaurantes de Fast Food son
pocos, estandarizados y producidos en serie. De esta forma, no sólo se
come rápido sino siempre lo mismo, con el pretexto de que así se gana
tiempo.
El argumento dominante para justificar la generalización del
McDonald’s es que el capitalismo actual es profundamente vertiginoso y
la forma de comer también lo debe ser.
Se supone que así se está
beneficiando al consumidor, lo que en el caso de la comida chatarra es
completamente falso, y no sólo por los problemas nutricionales y de
salud que origina, sino porque altera aspectos fundamentales de las
relaciones sociales de las personas que, cuando comen, cada vez son más
solitarios y acelerados, porque necesitan tiempo para el trabajo, al
cual se le deben dedicar la mayor parte de las energías individuales. El
Fast Food no deja tiempo ni para la compañía, ni la solidaridad, ni la hospitalidad.
Habría que preguntarse, además, cuál es el costo humano y ambiental
de la comida rápida, es decir, en que medida la temporalidad acelerada
de los McDonald’s destruye la temporalidad pausada de la naturaleza y de
las sociedades campesinas. ¿En cuantos días o semanas se destruyen los
bosques del mundo, resultado de lentos procesos de evolución natural, en
los cuales se va a producir el pasto que alimenta a las vacas, que van a
ser factorías de carne de las que sale la materia prima de las
hamburguesas?
En este caso, la rapidez que se le imprime al comer suprime la
importancia de los saberes locales, sacrificados a nombre de un
universal superior, la hamburguesa made in USA, y donde se
aplican unas mismas formulas química y recetas que uniformizan y
degradan el gusto y empobrecen los saberes del mundo.
En contraposición,
debe reivindicarse la alimentación lenta, en la cual se respeten las
tradiciones alimenticias locales, y la alimentación refleje valores
humanos de buen vivir y compartir, más allá de la eficiencia y la
predictibilidad de lo que se va a consumir, que recupere los saberes
artesanales que se transmiten de generación en generación y respete lo
autóctono y lo natural de un territorio determinado y se constituya en
un espacio para compartir con familiares y amigos. No por azar, los
partidarios de la Slow food (comida lenta) tienen como símbolo al
caracol, tal como lo explica Carlo Petrini: “Emblema de la lentitud,
este animal cosmopolita y prudente es un amuleto contra la velocidad, la
exasperación, la distracción del hombre demasiado impaciente para
sentir y gustar, ávido para recordar lo que recién ha terminado de
devorar” (Petrini, 2006).
-
c) Expropiación de la siesta
En cuanto a la siesta se refiere, se ha hecho dominante su
desprecio por considerarla como el mejor ejemplo de lo que genera el
atraso y el subdesarrollo, porque quienes practican y reivindican la
siesta son vistos como perezosos e improductivos. La siesta en esa
perspectiva es una tradición de holgazanes, que pierden el tiempo y no
les gusta trabajar y quien la hace derrocha el dinero y el tiempo de
otros, porque mientras duerme plácidamente los demás trabajan como
bestias, como quien dice la persona que hace la siesta es vista como un
parasito.
En contra de tan discutibles opiniones, propias del tiempo
capitalista que sólo mide la importancia de las cosas y de las prácticas
humanas por su carácter mercantilista y productor de ganancia, la
siesta puede considerarse como un derecho humano fundamental, porque
desde el punto de vista biológico el organismo necesita descansar no
sólo durante la noche sino una vez al día, además que ese breve lapso de
tiempo después del almuerzo en que se puede dormir resulta
trascendental para desarrollar todas las actividades individuales. La
siesta ayuda en el rendimiento individual, incrementa la capacidad de
atender y concentrarse en determinada labor, contribuye a mejorar la
vida sexual, la memoria y el genio, retrasa el envejecimiento, reduce el
estrés y la ansiedad. Según Sara C. Mednick, psicóloga y experta en el
sueño humano, la siesta es tan importante que "hace que el cerebro opere
con la máxima eficiencia, que el cuerpo sea más ágil y sano y, por
encima de todo, no tiene efectos colaterales"[4].
Si todo esto es cierto, la expropiación de la siesta se constituye
en un atentado contra la salud de los seres humanos y por eso hoy
adquiere mucho sentido plantearse una revolución de la siesta, que la
reivindique como un derecho humano fundamental, en estos tiempos
vertiginosos en que no queda tiempo para aquello que no esté regido por
la lógica de la ganancia y de la acumulación.
-
d) La expropiación del tiempo de la noche
Hasta no hace muchas décadas la noche estaba consagrada al descanso
y al reposo, salvo en las fábricas donde desde finales del siglo XIX,
tras la invención de la luz eléctrica, el capitalismo había implantado
la jornada perpetua de 24 horas de trabajo, en unidades productivas que
nunca cerraban y en las cuales las máquinas no se detenían jamás.
A ese
ritmo febril se tuvieron que acoplar a la fuerza los obreros, que
debieron repartirse los turnos y laborar en la noche. Esa fue la primera
expropiación del tiempo nocturno, un momento en el cual nuestro reloj
biológico, por disposición genética, nos dice que debemos dedicarnos a
descansar, porque nuestro organismo está adecuado para eso y no para
estar despierto y menos trabajando.
Después, cuando la luz salió de las fábricas y se extendió por las
ciudades, en el siglo XX, se alargó el tiempo cotidiano de la gente, que
podía salir y deambular en la noche. En el último medio siglo en casi
todo el mundo se presentó otro cambio drástico que se proyecta hasta el
día de hoy, consistente en que la televisión se fue convirtiendo en un
instrumento permanente en los hogares y cada vez se fue ampliando más el
tiempo de transmisión televisiva, hasta durar hoy las 24 horas del día.
En este caso, se asiste a la expropiación del tiempo personal de las
familias que empezaron a dedicarle una parte sustancial de sus vidas a
ver televisión, que en algunos casos, como en los Estados Unidos, supone
que cada persona vea en promedio siete horas diarias de televisión, en
razón de lo cual ese aparato se ha convertido en uno de los principales
medios de educación de nuestra época.
Esta expropiación de la noche que acompaña la desbocada
urbanización en el mundo produce cambios significativos en el
comportamiento de los seres humanos y una modificación brusca del
entorno natural y de los ecosistemas, así como de las costumbres y
hábitos temporales de las personas, que pierden todo vínculo evidente y
directo con la naturaleza y sólo se relacionan con el medio artificial,
principalmente con la luz eléctrica.
Ya lo decía Pasolini en uno de sus
últimos escritos que se habían acabado las luciérnagas en la Italia de
comienzos de la década de 1960 y que las nuevas generaciones no tenían
ni idea que aquéllas habían existido y, por lo tanto, no podían quejarse
por su desaparición. En donde habían luciérnagas ahora aparecían
centros comerciales, propiedad de capital transnacional, y en contra de
esa presunta modernización en la que se adora el cemento, la luz de neón
y el fulgor y sonido de los artefactos electrónicos, Pasolini declara:
“Yo, por más multinacional que sea, daría toda la Montedison (un centro
comercial) por una luciérnaga” (Passolini, 1983).
Así como han desaparecido las luciérnagas, también han desaparecido
las estrellas en la noche, o mejor, nunca las vemos porque no tenemos
ni tiempo ni espacio para mirar hacia arriba. La luz artificial nos
ciega o estamos resguardados, los que podemos, en nuestras cuatro
paredes ante la luz espectral del televisor.
-
e) La expropiación de la memoria y del pasado
Haremos mención al aspecto crucial de la expropiación de la memoria
y del pasado de las sociedades, las culturas y los seres humanos.
Para
comenzar, un punto de partida crítico está referido a la manera como el
abuso de los artefactos electrónicos, de manera principal Internet y el
Celular, están alterando el funcionamiento del cerebro en general y de
la memoria en particular. Al respecto valga señalar que las denominadas
tecnologías intelectuales tienen un impacto directo sobre el
funcionamiento del cerebro, hasta tal punto que, según estudios
neurológicos, lo que se está alterando es nuestro propio cerebro y no
solamente la forma en que nos comunicamos.
Esto lo han confirmado
estudios en los que se señala el impacto contundente sobre la memoria a
largo plazo, la más importante que tenemos, y la memoria a corto plazo.
La primera memoria guarda recuerdos que duran mucho tiempo, incluso de
por vida. La segunda aloja recuerdos que duran muy poco, en muchos casos
sólo unos cuantos segundos. La memoria a largo plazo es la sede del
entendimiento, porque no sólo almacena datos y hechos sino, lo más
importante, conceptos y esquemas, los cuales permiten organizar datos
dispersos. Como lo dice John Swellwr, un estudioso del asunto: “Nuestra
capacidad intelectual proviene en gran medida de los esquemas que hemos
adquirido durante largos períodos de tiempo. Entendemos conceptos de
nuestras áreas de pericia porque tenemos esquemas asociados a dichos
conceptos” (cit. en Carr, 2011: 153).
Ahora resulta que con la sobrecarga de información a que estamos
expuestos todos los días por los sistemas microelectrónicos nos
saturamos de datos que asume la memoria de corto plazo, sin poderla
conectar con la información almacenada en la memoria de largo plazo. En
tal caso, no estamos en capacidad de distinguir lo relevante de lo
irrelevante, o en otras palabras, estamos perdiendo la memoria y “nos
convertimos en descerebrados consumidores de datos” (ibíd.: 153).
Lo que resulta sintomático de la presión a que está siendo sometido
nuestro cerebro y nuestra memoria de largo plazo se muestra con el
hecho que, en gran medida, los cultores de la inteligencia artificial
están adecuando la memoria de corto plazo a la lógica de funcionamiento
de los ordenadores, lo que quiere decir que “entrenamos nuestros
cerebros para que presten atención a tonterías”, algo que tiene funestas
consecuencias sobre nuestra vida intelectual.
En resumen:
Las funciones mentales que están perdiendo
la “batalla neuronal por la supervivencia de las más ocupadas” son
aquellas que fomentan el pensamiento tranquilo, lineal, las que
utilizamos al atravesar una narración extensa o un argumento elaborado,
aquellas a las que recurrimos cuando reflexionamos sobre nuestras
experiencias o contemplamos un fenómeno externo o interno.
Las ganadoras
son aquellas funciones que nos ayudan a localizar, clasificar y evaluar
rápidamente fragmentos de información dispares en forma y contenido,
los que nos permiten mantener nuestra orientación mental mientras nos
bombardean los estímulos. Estas funciones son, no por casualidad, muy
similares a las realizadas por los ordenadores, que están programados
para la transferencia a alta velocidad de datos dentro y fuera de la
memoria. Una vez más, parece que estamos adoptando en nosotros mismos
las características de una tecnología intelectual novedosa y popular
(cf. ibíd: 174s.).
Para los apologistas de las Nuevas Tecnologías de la Información
esto significa que el cerebro se reduce a un instrumento que procesa
datos y, en tal caso, la inteligencia humana ya no se diferencia de la
llamada inteligencia artificial. Esta concepción taylorista aplicada al
cerebro, la reproduce muy bien Google, cuyos gestores conciben a la
inteligencia como un proceso mecánico, constituido por una serie de
pasos que se pueden aislar, medir y optimizar, como el taylorismo ha
hecho con la división de tiempos y tareas para producir tornillos o
automóviles.
En esta perspectiva, no resulta sorprendente que se confundan la
memoria de los seres humanos con los espacios en que se almacena
información de los computadores y a eso se le llame memoria, sin rubor
alguno.
La confusión resulta crítica porque de allí se desprende que el
computador puede remplazar a nuestra memoria biológica. No por azar,
ciertos apologistas de la tecnología lo dicen sin titubear:
“Con un clic
en Google, memorizar largos pasajes o hechos históricos” ya es algo
obsoleto y en tal caso memorizar se considera una “pérdida de tiempo”
(Don Tapscotott, cit. en Carr, 2011: 220).
Desde luego, si reducimos la
memoria humana a una simple caja que almacena información de corto
plazo, eso puede ser asumido por los computadores, pero si concebimos a
la memoria como una característica exclusivamente humana y que no se
reduce a recordar información desechable sino que es esencial para
nuestra vida, porque no sólo nos permite recordar sino sentir, pensar y
sobrevivir, tener emociones y empatía, las cosas cambian sustancialmente
porque la memoria está viva, y la que se llama memoria informática no.
Las transformaciones que están generando las Nuevas Tecnologías de
la Información sobre nuestro cerebro y memoria se relacionan con la
lógica del capitalismo actual de inscribir a los seres humanos en el
corto plazo, o más exactamente, en el carácter instantáneo del tiempo
comercial, un perpetuo presente, sin pasado ni futuro. El ritmo
vertiginoso y acelerado del capitalismo sólo deja tiempo para consumir y
tirar a la basura, con lo cual se anulan las diferencias temporales.
Ahora, “el proceso productivo se presenta objetivamente como un gran
flujo informático que atraviesa los espacios tradicionales
destruyéndolas y que anula las distancias temporales con una inaudita
aceleración del tiempo (casi hasta la desaparición de las temporalidades
tradicionales: noche, día, laborable, festivo, etcétera)” (Barcellona,
1992: 23). De esta forma se nos ha robado el tiempo y el espacio, y por
tanto no hay lugar para la memoria, salvo que esta se puede convertir
también en una mercancía, en un bien de consumo, lo cual la transforma y
la aplasta, porque deja de ser un patrimonio crítico del individuo y de
la sociedad y deviene en un artefacto insustancial que se reduce a la
memoria informática, como indicamos más arriba.
En esas condiciones desaparece el ser humano como un sujeto
histórico, con vínculos profundos con su pasado personal y social, para
quedar reducido a un mero consumidor, que vive en un presente eterno,
sin antes ni después. De ahí que, entre otras cosas, en las reformas
educativas implementados en los últimos años en diversos países del
mundo se proponga de manera clara el abandono a las nociones temporales,
para que los estudiantes se doten de competencias laborales y
empresariales, atadas a la producción y al consumo inmediatos, como
cosas que son presentadas como las únicas útiles que existen.
Esto no es
otra cosa sino hundirnos en la barbarie, que, según Philip Rieff, es
“la ausencia de memoria histórica. Y esto es precisamente lo que
caracteriza la mentalidad mecanicista del tecnólogo” (cit. en Riechmann,
2006: 231).
Desde otro punto de vista, la expropiación de la memoria fortalece
al capitalismo, si la ubicamos en la perspectiva que su expansión
mundial aniquila otros espacios y otras temporalidades. En ese sentido,
El tiempo real corre el riego de hacernos
perder el pasado y el futuro a favor de una “presentificación” que
supone una amputación del volumen del tiempo. El tiempo es volumen. No
es sólo un espacio tiempo en el sentido de la relatividad. El volumen y
profundidad del sentido, y el advenimiento de un tiempo mundial único
que liquide la multiplicidad de tiempos locales es una perdida
considerable de la geografía y de la historia (Virilio/Petit, 1996: 79).
Debe enfatizarse que existe otro elemento adicional, la
expropiación de la memoria de las luchas de los oprimidos, cuyas gestas y
logros, que se han materializado en importantes rebeliones y
revoluciones a lo largo de los últimos siglos, han desaparecido del
imaginario de las generaciones contemporáneas que han sido “educadas” en
la lógica capitalista y neoliberal del fin de la historia y en la
ideología TINA (There is no alternative) que los obliga a pensar que este es el único mundo posible, y tolerable y, además de todo, es insuperable.
Por todo ello, y para terminar, un proceso revolucionario en el
mundo de hoy debe recuperar otra visión del tiempo, en el que se
reivindique la lentitud, la quietud, el goce por disfrutar cosas
fundamentales de la vida que necesitan de tiempo, la recuperación de la
memoria de los vencidos y de sus luchas, para iluminar el tenebroso
presente capitalista, porque, como decía Oscar Wilde, el socialismo
necesita muchas tardes libres.
O, para decirlo con Pier Paolo Passolini,
hay que reivindicar los tiempos lentos del ser, en los cuales se pueda
contemplar
un mundo agrícola con bosques y leñadores,
la comida “sencilla”, la interpretación estética clásica [...], las
costumbres repetidas hasta el infinito, las relaciones duraderas y
absolutas, las despedidas desgarradoras, los pasmosos regresos a un
mundo que no ha cambiado (Pasolini, 1981: 149).
Vega
Cantor, Renán. Historiador. Profesor titular de la Universidad
Pedagógica Nacional de Bogotá, Colombia. Doctor de la Universidad de
París VIII. Diplomado de la Universidad de París I, en Historia de
América Latina. Autor y compilador de los libros Marx y el siglo XXI (2
volúmenes), Editorial Pensamiento Crítico, Bogotá, 1998-1999; El Caos
Planetario, Ediciones Herramienta, 1999; Gente muy Rebelde (4
volúmenes), Editorial Pensamiento Crítico, Bogotá, 2002; Neoliberalismo:
mito y realidad; Entre sus últimos trabajos podemos mencionar: Los
economistas neoliberales, nuevos criminales de guerra: El genocidio
económico y social del capitalismo contemporáneo (2010).
La República Bolivariana de Venezuela le entregó en 2008 el Premio
Libertador por su obra Un mundo incierto, un mundo para aprender y
enseñar. Dirige la revista CEPA (Centro Estratégico de Pensamiento
Alternativo). Es integrante del Consejo Asesor de la Revista
Herramienta, en la que ha publicado varios de sus trabajos..
Bibliografía
Altvater Elmar / MahnkopfBirgit, La globalización de la inseguridad. Trabajo en negro, dinero sucio y política informal. Ediciones Paidós: Buenos Aires, 2008.
Ademas de brutales
crisis económicas, termina su mandato
dejando al mundo al borde de la tercer guerra mundial, aunque para
muchos, incluyendo al Papa Francisco, esa guerra ya ha empezado hace más
de un año.
No conforme con esto Obama, alentó como sucesor, a
quien ha hecho lo indecible por generar este estado de cosas. Los cinco
años de Hilary Clinton, al mando del Departamento de Estado, son la
razón fundamental de que hoy ya nadie se sienta seguro en ningún lugar
del mundo,
Las aberrantes políticas del tándem Obama-Clinton, son la
causa fundamental de la revolucion social en toda Europa,
como única respuesta a los millones de refugiados que con los bombardeos
“quirúrgicos” del Pentágono lanzaron a las playas, y caminos europeos,
sin contar los miles que quedaron en el fondo del Mediterráneo.
Esta invasión de víctimas de las políticas guerreristas de Obama, y
llevadas a cabo por Clinton, como un efecto dominó, no solo provocó el
Brexit, sino el de poner a la Unión Europea, al borde de la disolución.
Las
políticas que también la Unión Europea, fomentó con la presion de
Washington, son la razón de la guerra en Ucrania, lo que obligó a Moscú a
intervenir, en defensa propia.
En Ucrania la OTAN, pretendía terminar
de enhebrar en toda la frontera occidental rusa, un peligroso cerco, que
desde ya el presidente ruso Vladimir Putin no iba a tolerar.
La torpeza
del Departamento de Estado, ya en manos de John Kerry, que poco y nada
pudo hacer para enderezar la nave definitivamente escorada por Clinton
terminaron por darle visibilidad mundial al presidente Putin, quien se
ha convertido en un líder global que Rusia no tenía desde los tiempos de
Stalin, y a una China, a quien prácticamente obligaron a salir de su
milenario mutismo.
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Los emails de Hillary Clinton y sus amigos de la Hermandad Musulmana
por
Thierry Meyssan
La
investigación del FBI sobre los emails privados de Hillary Clinton ya
no está relacionada con una negligencia en materia de normas de
seguridad sino con un complot tendiente a sustraer a los servidores
del gobierno federal todo rastro de su correspondencia.
Esto parece
incluir intercambios de mensajes sobre financiamiento ilegal o la
corrupción de terceros vinculados a las relaciones del matrimonio
Clinton con la Hermandad Musulmana y los yihadistas.....sigue en link:
Uno de los personajes más siniestros que venimos padeciendo en el mundo durante las últimas décadas se llama Hillary Clinton, avalada por una larga trayectoria de patrocinio de los grupos terroristas a nivel global, golpes de estado, asesinatos, desestabilizaciones y matanzas desde el puesto que ha desempeñado como Secretaria de Estado.
Washington no combate a Daesh, sólo lo mueve por Hasan Nasrallah
Washington ha emitido últimamente numerosas declaraciones contra el Emirato Islámico (Daesh), aunque sin asestarle el menor golpe en el terreno.
Pero sí bombardeó a las fuerzas de la República Árabe Siria que luchaban contra la organización terrorista. Basta localizar al Emirato Islámico en un mapa y observar su desplazamiento para entender la estrategia de Estados Unidos.
Cada semana que pasa la candidata demócrata Hillary Clintonnos muestra su verdadera cara - a pesar del apoyo de los medios a nivel MUNDIAL - y nuevos datos sobre como lleva años patrocinando terroristas lo confirman. Esto no hace mas que empeorar su ya mala reputación que no es visible claramente por el inmenso aparto propagandistico a su favor.
WikiLeaks sigue revelando manchas en su biografía que la conectan con financiación secreta de los yihadistas del Estado Islámico (EI) y el tráfico de armas en Siria.
Esta semana se conocía que la candidata del Partido Demócrata formó parte de la dirección del gigante de la construcción francésLAFARGE, al que se acusa de financiar en secreto al Estado Islámico.
El portal de noticias The Canary informa basándose en varias investigaciones que LAFARGE llegó a un acuerdo lucrativo con la organización yihadista para maximizar las ganancias de sus operaciones locales de producción de cemento e incluso compró petróleo a los yihadistas.
¿Qué se puede esperar de este personaje sin escrúpulos que, según todos los indicios, ha amañado su candidatura y que tiene en su haber crímenes masivos y la destrucción de varios países?
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Cuando el mundo entero quedaba conmocionado, en octubre de 2011, al hacerse público el video del brutal asesinato del Coronel Muamar el Gaddafi a manos de los mercenarios de la OTAN – en la misma TVE taparon la noticia con una información sobre ETA-, ella exclamó feliz entre sonoras carcajadas: “Venimos, vimos y murió” (parafraseando el “Vine, Ví y Vencí” de Julio César).
Esta muestra de alegría fue recibida con júbilo por los propagandísticos medios norteamericanos. Había logrado aplastar al gobierno libio.
Los gobiernos libios de la Yamahiriyah habían llevado a cabo una auténtica revolución, expulsando a los invasores, cerrando las bases extranjeras, cortando el petróleo a la BP y a otras compañías depredadoras y tomando las riendas de un país al que situaron en los más altos estándares de calidad de vida.. Entonces no habia de un emigrante de Libano...
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¿Preparados para la guerra nuclear?
Hillary Clinton no se cansa de
decir que Estados Unidos no está en guerra contra el islam. De hecho,
Estados Unidos está en guerra en Afganistán, Irak, Siria, Yemen,
Somalia, y zonas tribales de Pakistán; involucrado en una guerra
encubierta en Irán; y ha destruido totalmente Libia. No es difícil hacer
las cuentas.
Además, la frustrada conversación sobre que ahora
Washington avanzaría un Plan C para Siria es algo absurdo. Nunca ha
habido un Plan B; solo un Plan A, que pretendía meter a Rusia en otro
Afganistán.
No funcionó debido a la demolición controlada de Ucrania.
Y
no funcionará en Siria, mientras Moscú tenga la voluntad de proporcionar
mucho apoyo aéreo y misilístico pero no de involucrar fuerzas
importantes de infantería. Ese es un trabajo para el ejército árabe
sirio (SAA, por sus siglas en inglés), Irán y sus milicias chiíes, y
Hezbollah.
Ash Carter ha amenazado a Rusia con “consecuencias”.
Después de hacer saltar por los aires el alto al fuego, el Pentágono
–apoyado por la Jefatura de Estado Mayor Conjunta– está dando pábulo a
la idea de “posibles ataques” contra la fuerza aérea siria para
“castigar al régimen” por lo que en realidad hizo el Pentágono:
torpedear el cese del fuego.
Es imposible maquillar esto. Rápidamente,
el general Igor Konashenkov, portavoz del ministerio de Defensa ruso,
envió un mensaje a “nuestros colegas de Washington”:
“si creéis que
podéis conseguir algo lanzando una guerra abierta ‘en la sombra’ contra
Rusia más vale que os lo penséis dos veces. Rusia tendrá en la mira a
cualquier avión furtivo o no identificado que intente atacar blancos del
gobierno sirio y lo derribará. Entonces, la única cuestión es si acaso
un Pentágono fuera de control –mediante ataques con bandera falsa u
otros– obligaría a que la fuerza aérea de Rusia derribara aviones de
combate estadounidenses y si Moscú tiene el poder de fuego para realizar
estas acciones”.
Por lo tanto en este lapso de tres meses de
“agonía” de la era Obama, antes de la probable entronización de la Reina
de la Guerra, la cuestión es si el Pentágono se arriesgará a lanzar la
Tercera Guerra Mundial debido a “la caída de Aleppo”.
En
última instancia, las cosas están encaminadas a ir cada vez peor.
El
gobierno de Estados Unidos mantiene abierta la opción de ser el primero
en atacar con armas nucleares contra Rusia. Hillary apoya con firmeza
esta posibilidad, mientras que Trump ha dejado claro que él “no sería el
primero en atacar”.
La posibilidad de que la profesional del
‘eje del mal’ Hillary Clinton tenga el dedo sobre el botón nuclear debe
ser considerada como la cuestión primordial de vida o muerte en este
circo global en el que vivimos.
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Hillary Clinton and her State Department were actively arming Islamic
jihadists, which includes the Islamic State (ISIS) in Syria.
ver abajo
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.....SIguiendo con LIBIA ----, Entre sus logros –nunca alcanzados en los Estados Unidos- estaban el pleno empleo, la medicina universal y gratuita, préstamos sin interés y una esperanza de vida similar a la de Alemania (78 años). Hoy Libia está destruida pero en su territorio mantiene Estados Unidos un vivero de mercenarios que exporta a otros países. Ello aparte de haber robado 200.000 millones de dólares de los bancos libios, de controlar el petróleo y de impedir que se implantara en África el dinar de oro, una moneda que habría sustituido al dólar y al euro. Todo un logro debido en gran medida a doña Hillary Clinton.
Intrigas, mentiras, promesas incumplidas, sobornos, asesinatos, terrorismo…Una falta de escrúpulos no conocida ni entre los tiranos más famosos de la historia, ella está detrás de conspiraciones y de crímenes inconcebibles en cualquier mente humana. Recordemos su cara de felicidad cuando veía a través de la pantalla el supuesto asesinato de BinLaden a manos de un batallón de los Estados Unidos que, también supuestamente, invadió Pakistán para cometer el crimen. Es imposible desde luego que a BinLaden lo asesinaran tres veces pero su actitud define muy bien a esta persona vinculada de modo permanente al crimen y a la mentira.
Un caso para los anales de la historia es el del llamado Estado Islámico, ISIS, o Daesh, cuya creación se debe también a la inspiración de este ser abyecto llamado Hillary Clinton. “Ya todo el mundo entendió que el Emirato Islámico fue creado en Iraq por Estados Unidos en 2006.
Pero ahora nos dicen que esa organización terrorista se volvió en contra de su creador –obsérvese que eso fue lo mismo que ya nos dijeron sobre al-Qaeda.-
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Filtraciones de Wikileaks revelan que Hillary
Clinton mintió ante el Congreso sobre su desconocimiento de la venta de
armas a EIIL y Al-Qaeda.
El fundador del portal de filtraciones Wikileaks, Julian Assange, citado el domingo por la página Web canadiense
Global Research, desveló que tiene 1700 correos electrónicos que evidencian el falso testimonio de la candidata demócrata cuando ante un comité especial del Congreso aseguró no haber participado ni estado al tanto de la venta de armas a los “rebeldes” sirios.
Afirmó que la exsecretaria de Estado de EE.UU. estaba completamente al tanto de la complicidad de Estados Unidos en la crisis de Libia a la hora de armar a los insurgentes para poner fin al Gobierno del exdictador libio Muamar Gadafi. Se sostiene que esas armas luego terminaron en manos del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe).
En este contexto, declaró que la política estadounidense mintió durante su comparecencia en el Congreso, que se celebró tras los ataques contra el consulado de Estados Unidos en Bengasi, el 11 de septiembre de 2012. En dicha reunión Clinton juró que desconocía de las transferencias de armas a Libia, Turquía y Siria en los meses previos a los atentados.
Assange enfatizó que Wikileaks tiene acceso a otros correos electrónicos que son más importantes para la candidata a la Presidencia de EE.UU.
La cuestión de que Clinton fue informada del despliegue de barcos con armas en Libia fue planeado por primera vez por el senador republicano Rand Paul, quien censura la intervención de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Libia en 2011 y el respaldo de los republicanos radicales a la entonces secretaria de Estado norteamericano Hillary Clinton para lanzar una guerra contra el país africano.
En numerosas ocasiones, Paul ha señalado que las políticas de la Administración del presidente Barack Obama y algunos políticos estadounidenses han ayudado a la expansión del terrorismo en el Oriente Medio.
Gobernador de Indiana acusa a Obama y Clinton de crear a Daesh
El presidente de EE.UU., Barack Obama, y Hillary Clinton, aspirante a la Presidencia del país, en la tercera noche de la Convención Nacional Demócrata en Filadelfia, 27 de julio de 2016. Daesh fue creado gracias a las políticas del presidente de EE.UU., Barack Obama y de su exsecretaria de Estado, Hillary Clinton (2009-2012), dijo un político estadounidense.
En un comunicado emitido el domingo, el gobernador de Indiana, Michael Pence, que además es vicepresidente propuesto por el candidato presidencial republicano estadounidense, Donald Trump, acusó a Obama
y Clinton de tomar “decisiones desastrosas” que provocaron la muerte del capitán del Ejército estadounidense Humayun Khan en Irak.
El político republicano prosiguió diciendo que tanto él como Trump coinciden en que el capitán difunto era un “héroe”, cuya familia merece el respeto de cada estadounidense.
El capitán Khan sacrificó su vida para defender nuestro país ante una guerra global contra el terrorismo. Como consecuencia de las decisiones desastrosas de Barack Obama y Hillary Clinton, Oriente Medio que era estable en ese tiempo, ya está invadido por Daesh. Esto no debe continuar”, enfatizó el gobernador de Indiana, Michael Pence
“El capitán Khan sacrificó su vida para defender nuestro país ante una guerra global contra el terrorismo. Como consecuencia de las decisiones desastrosas de Barack Obama y Hillary Clinton, Oriente Medio que era estable en ese tiempo, ya está invadido por (el grupo terrorista) EIIL (Daesh, en árabe). Esto no debe continuar”, enfatizó Pence. Khizr Khan, padre del capitán difunto del Ejército estadounidense Humayun S. M. al lado de su esposa, en el último día de la Convención Nacional Demócrata en Filadelfia, 28 de julio de 2016.
El gobernador de Indiana aprovechó la ocasión para ganar más votos para Trump en las elecciones generales y prometió que la futura Administración del magnate proisraelí, suspenderá la inmigración de países “patrocinadores del terrorismo”, reforzará el sector militar para derrocar a Daesh y reducirá la posibilidad de que otras familias estadounidenses sufrieran la pérdida de seres queridos en conflictos armados.
Las declaraciones de Pence se produjeron después de que Khizr Khan, padre del soldado difunto, en su mencionado discurso desde el escenario de la Convención Nacional Demócrata (DNC, en inglés), arremetiera contra la visión que tiene Trump del Islam y los musulmanes y expresara su apoyo a la candidata demócrata Hillary Clinton, al llamar a “todos los inmigrantes musulmanes y todos los inmigrantes” a votar por ella.
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Diana Johnstone es quizá una de las comentaristas de la política europea y estadounidense más reputadas en la izquierda. Colaboradora, entre otros, de Counterpunch, Johnstone, que se hizo conocida en Europa por sus críticas a la política occidental durante las guerras en los Balcanes, acaba de sacar un libro sobre Hillary Clinton titulado La reina del caos. La entrevistó para lamarea.com Àngel Ferrero.
Los medios estadounidenses han centrado su atención estas primarias en Donald Trump. Pero en su opinión, Hillary Clinton también debería ser motivo de preocupación. La ha descrito como ‘la reina del caos’. ¿Por qué?
Trump consigue titulares porque es una novedad, un showman que dice cosas chocantes. Es visto como un intruso en un espectáculo electoral diseñado para transformar a Clinton en la “primera mujer presidenta de América”. ¿Por qué la llamo reina del caos? En primer lugar, por Libia. Hillary Cinton fue en gran medida responsable de la guerra que hundió a Libia en el caos, un caos que se extiende hacia el resto de África e incluso Europa. Ha defendido más guerra al Oriente Medio.
Mi opinión no es que Hillary Clinton “también debería” ser motivo de preocupación. Ella es el principal motivo de preocupación. Clinton promete apoyar más a Israel contra los palestinos. Está totalmente comprometida con la alianza de facto entre Arabia Saudí e Israel que tiene como objetivo derrocar a Assad, fragmentar Siria y destruir la alianza chií entre Irán, Assad y Hezbolá. Esto aumenta el riesgo de confrontación militar con Rusia y Oriente Medio. Al mismo tiempo, Hillary Clinton defiende una política beligerante hacia Rusia en su frontera con Ucrania. Los medios de comunicación de masas en Occidente se niegan a darse que cuenta que muchos observadores serios, como por ejemplo John Pilger y Ralph Nader, temen que Hillary Clinton nos conduzca, sin advertirlo, a la Tercera Guerra Mundial.
Trump no se ajusta a ese molde. Con sus comentarios groseros, Trump se desvía radicalmente del patrón de lugares comunes que oímos de los políticos estadounidenses. Pero los medios de comunicación establecidos han sido lentos en reconocer que el pueblo estadounidense está completamente cansado de políticos que se ajustan al patrón. Ese patrón está personificado por Hillary Clinton. Los medios de comunicación europeos han presentado en su mayoría a Hillary Clinton como la alternativa sensata y moderada al bárbaro de Trump. Sin embargo, Trump, el “bárbaro”, está a favor de reconstruir la infraestructura del país en vez de gastar el dinero en guerras en el extranjero. Es un empresario, no un ideólogo.
Trump ha afirmado claramente su intención de poner fin a la peligrosa demonización de Putin para desarrollar relaciones comerciales con Rusia, lo que sería positivo para Estados Unidos, para Europa y para la paz mundial. Extrañamente, antes de decidir presentarse como republicano, para consternación de los líderes del Partido Republicano, Trump era conocido como demócrata, y estaba a favor de políticas sociales relativamente progresistas, a la izquierda de los actuales republicanos o incluso Hillary Clinton.
Trump es impredecible. Su reciente discurso en AIPAC, el principal lobby pro-israelí, fue excesivamente hostil hacia Irán, y en 2011 cayó en la propaganda que condujo a la guerra contra Libia, incluso si ahora, retrospectivamente, la critica. Es un lobo solitario y nadie sabe quiénes son sus asesores políticos, pero hay esperanza de que arroje fuera de la política a los neoconservadores e intervencionistas liberales que han dominado la política exterior estadounidense los últimos quince años.
Los asesores de Clinton destacan su experiencia, en particular como secretaria de Estado. Muchos se ha escrito sobre esta experiencia y no siempre de manera positiva. ¿Cuál fue su papel en Libia, Siria o Honduras?
Hay dos cosas que decir sobre la famosa experiencia de Hillary Clinton. La primera es observar que su experiencia no es el motivo de su candidatura, sino, más bien, la candidatura es el motivo de su experiencia. En otras palabras, Hillary no es candidata debido a que su maravillosa experiencia haya inspirado a la gente a escogerla como aspirante a la presidencia. Es más correcto decir que ha acumulado ese currículo justamente para cualificarse como presidente.
Durante unos veinte años, la máquina clintonita que domina el Partido Demócrata ha planeado que Hillary se convierta en “la primera mujer presidenta de EEUU” y su carrera se ha diseñado con ese fin: primero senadora de Nueva York, después secretaria de Estado.
Lo segundo concierne al contenido y la calidad de esa famosa experiencia. Se ha empecinado en demostrar que es dura, que tiene potencial para ser presidenta. En el Senado votó a favor de la guerra de Irak. Desarrolló una relación muy cercana con el intervencionista más agresivo de sus colegas, el senador republicano por Arizona John McCain. Se unió a los chovinistas religiosos republicanos para apoyar medidas como hacer que quemar la bandera estadounidense fuese un crimen federal. Como secretaria de Estado, trabajó con “neoconservadores” y esencialmente adoptó una política neoconservadora utilizando el poder de Estados Unidos para rediseñar el mundo.
Respecto a Honduras, su primera importante tarea como secretaria de Estado fue proporcionar cobertura diplomática para el golpe militar de derechas que derrocó al presidente Manuel Zelaya. Desde entonces Honduras se ha convertido en la capital con más asesinatos del mundo.
En cuanto a Libia, persuadió al presidente Obama para derrocar el régimen de Gaddafi utilizando la doctrina de “responsabilidad para proteger” (R2P) como pretexto, basándose en falsas informaciones. Bloqueó activamente los esfuerzos de gobiernos latinoamericanos y africanos para mediar, e incluso previno los esfuerzos de la inteligencia militar estadounidense para negociar un compromiso que permitiese a Gaddafi ceder el poder pacíficamente.
Continuó esa misma línea agresiva con Siria, presionando al presidente Obama para que incrementase el apoyo a los rebeldes anti-Assad e incluso para imponer una “zona de exclusión aérea” basada en el modelo libio, arriesgándose a una guerra con Rusia. Si se examina atentamente, su “experiencia” más que cualificarla para el puesto de presidente, la descalifica.
Como secretaria de Estado, Clinton anunció en 2012 un “pivote” a Asia oriental en la política exterior estadounidense. ¿Qué tipo de política podríamos esperar de Clinton hacia China?
Básicamente este “pivote” significa un desplazamiento del poder militar estadounidense, en particular naval, desde Europa y Oriente medio al Pacífico occidental. Supuestamente, porque debido a su creciente poder económico China ha de ser una “amenaza” potencial en términos militares. El “pivote” implica la creación de alianzas antichinas entre otros Estados de la región, lo que con toda probablidad incrementará las tensiones, y rodeando a China con una política militar agresiva se la empuja efectivamente a una carrera armamentística. Hillary Clinton apuesta por esta política y si llegase a la presidencia la intensificaría.
Clinton dijo en 2008 que Vladímir Putin no “tiene alma”. Robert Kagan y otros “intervencionistas liberales” que jugaron un papel destacado en la crisis en Ucrania la apoyan. ¿Su política hacia Rusia sería de una mayor confrontación que la del resto de candidatos?
Su política sería claramente de una mayor confrontación hacia Rusia que las de Donald Trump. El contrincante republicano de Trump, Ted Cruz, es un fanático evangélico de extrema derecha que sería tan malo como Clinton, o quizá peor. Comparte la misma creencia semirreligiosa de Clinton en el rol “excepcional” de Estados Unidos para modelar el mundo a su imagen. Por otra parte, Bernie Sanders se opuso a la guerra de Iraq. No ha hablado demasiado de política internacional, pero su carácter razonable sugiere que sería más juicioso que cualquiera de los demás.
Los asesores de Clinton tratan de destacar su intento de reformar el sistema sanitario estadounidense. ¿Fue ese intento de reforma realmente un avance y tan importante como dicen que fue?
En enero de 1993, pocos días después de asumir la presidencia, Bill Clinton mostró su intención de promocionar la carrera política de su esposa nombrándola presidenta de una comisión especial para la reforma del sistema nacional de sanidad. El objetivo era llevar a cabo un plan de cobertura sanitaria basado en lo que se denominó “competitividad gestionada” entre compañías privadas. El director de esa comisión, Ira Magaziner, un asesor muy próximo a Clinton, fue quien diseñó el plan. El papel de Hillary era vender políticamente el plan, especialmente al Congreso. Y en eso fracasó por completo. El “plan Clinton”, de unas 1.342 páginas, fue considerado demasiado complicado de entender y a mediados de 1994 perdió prácticamente todo el apoyo político. Finalmente se extinguió en el Congreso.
Respondiendo a la pregunta, el plan básicamente no era suyo, sino de Ira Magaziner. Como había de depender de las aseguradoras privadas, orientadas al beneficio, como ocurre con el Obama Care, ciertamente no era un avance, como sí que lo es el sistema universal que defiende Bernie Sanders.
La campaña de Clinton ha recibido notoriamente dinero de varios hedge funds. ¿Cómo cree que podría determinar su política económica si consigue llegar a la presidencia?
Cuando los Clinton abandonaron la Casa Blanca en enero de 2001, Hillary Clinton lamentó estar “no sólo sin blanca, sino en deuda”. Eso cambió muy pronto. Hablando figuradamente, los Clintons se trasladaron de la Casa Blanca a Wall Street, de la presidencia al mundo de las finanzas. Los banqueros de Wall Street compraron una segunda mansión para los Clinton en el Estado de Nueva York (que se sumó a la que tienen en Washington DC) prestándoles primero el dinero y luego pagándoles millones de dólares por ofrecer conferencias.
Sus amistades en el sector bancario les permitieron crear una fundación familiar ahora valorada en dos mil millones de dólares. Los fondos de la campaña proceden de fondos de inversión amigos que colaboran de buen grado. Su hija, Chelsea, trabajó para un fondo de inversión antes de casarse con Marc Mezvinsky, quien creó su propio fondo de inversión después de trabajar para Goldman Sachs.
En pocas palabras, los Clinton se sumergieron por completo en el mundo de las finanzas, que se convirtió en parte de su familia. Es difícil imaginar que Hillary se mostrase tan desagradecida como para llevar a cabo políticas contrarias a los intereses de su familia adoptiva.
Se dice que la política de identidad es otro de los pilares de su campaña. Quienes apoyan a Clinton afirman que votándola se romperá el techo de cristal y que por primera vez en la historia una mujer entrará en la Casa Blanca. Desde varios medios has protestado contra esta interpretación.
Una razón fundamental para que se diese la alianza de Wall Street con los Clinton es que los autoproclamados “nuevos demócratas” encabezados por Bill Clinton lograron cambiar la ideología del Partido Demócrata de la igualdad social a la igualdad de oportunidades.
En vez de luchar por las políticas tradicionales del New Deal que tenían como objetivo incrementar los estándares de vida de la mayoría, los Clinton luchan por los derechos de las mujeres y las minorías a “tener éxito” individualmente, a “romper techos de cristal”, avanzar en sus carreras y enriquecerse. Esta “política de la identidad” quebró la solidaridad de la clase trabajadora haciendo que la gente se centrase en la identidad étnica, racial o sexual. Es una forma de política del “divide y vencerás”.
Hillary Clinton busca persuadir a las mujeres de que su ambición es la de todas ellas, y que votándola están votando por ellas mismas y su éxito futuro. Este argumento parece funcionar mejor entre las mujeres de su generación, que se identificaron con Hillary y simpatizaron con el apoyo leal a su marido, a pesar de sus flirteos. Sin embargo, la mayoría de las jóvenes estadounidenses no se han dejado llevar por este argumento y buscan motivos más sólidos a la hora de votar.
Las mujeres deberían trabajar juntas por las causas de las mujeres, como el mismo salario por el mismo trabajo, o la disponibilidad de centros infantiles para las mujeres trabajadoras. Pero Hillary es una persona, no una causa. No hay ninguna prueba de que las mujeres en general se hayan beneficiado en el pasado de tener a una reina o una presidenta. Es más, aunque la elección de Barack Obama hizo felices a los afroamericanos por motivos simbólicos, la situación de la población afroamericana ha ido empeorando.
Mujeres jóvenes, como Tulsi Gabbard o Rosario Dawson, consideran que poner fin a un régimen de guerras y cambios de régimen y proporcionar a todo el mundo una buena educación y sanidad son criterios mucho más significativos a la hora de escoger un candidato.
¿Por qué las minorías siguen apoyando a Clinton en vez de a Sanders?
Está cambiando. Hillary Clinton ganó el voto negro en las primarias demócratas en los Estados del sur profundo. Fue a comienzos de la campaña, antes de que Bernie fuese conocido. En el sur profundo, muchos afroamericanos estaban desencantados porque muchos de ellos estaban en prisión o habían estado en prisión, y la mayoría de votantes son mujeres mayores que asisten regularmente a la iglesia, donde escuchan a los predicadores pro-Clinton, no lo que se dice en Internet.
En el norte las cosas son diferentes, y el mensaje de Sanders está consiguiendo extenderse. Lo apoyan la mayor parte de intelectuales afroamericanos y de afromericanos del mundo del entretenimiento. Ésta es la primera elección presidencial donde Internet juega un papel clave. Especialmente la gente joven, que no confía en los medios de comunicación establecidos. Es suficiente leer los comentarios de los lectores estadounidenses en Internet para darse cuenta de que Hillary Clinton está considerada ampliamente como una mentirosa, una hipócrita, una belicista y un instrumento de Wall Street.
¿Cómo ves la campaña de Bernie Sanders? Es visto como la esperanza de la izquierda, pero tras la presidencia de Obama también hay cierto escepticismo. Algunos comentaristas han señalado su apoyo a intervenciones militares estadounidenses en el pasado.
A diferencia de Obama, quien prometió un “cambio” vago, Bernie Sanders es muy concreto a la hora de hablar de los cambios que se tienen que hacer en política doméstica. E insiste en que él solo no puede hacerlo. Su insistencia en que se precisa una revolución política para conseguir sus metas está realmente inspirando el movimiento de masas que necesitaría. Es lo suficientemente experimentado y tozudo como para evitar que el partido le secuestre, como ocurrió con Obama.
En cuanto a la política exterior, Sanders se opuso firmemente y de manera razonada a la guerra de 2003 en Irak, pero como la mayor parte de la izquierda, se dejó llevar por los argumentos en favor de las “guerras humanitarias”, como la desastrosa destrucción de Libia.
Pero este tipo de desastres han comenzado a educar a la gente, y puede que hayan servido de lección al propio Sanders. La gente puede aprender. Puede oír, entre quienes le apoyan, a antibelicistas como la congresista Tulsi Gabbard de Hawai, que presentó su dimisión en el Comité Nacional Demócrata para apoyar a Sanders. Hay una contradicción obvia entre el gasto militar y el programa de Sanders para reconstruir EEUU. Sanders ofrece una mayor esperanza porque viene con un movimiento nuevo, joven y entusiasta, mientras que Hillary viene con el complejo militar-industrial y Trump viene consigo mismo.
Actualmente vive en Francia. ¿Cómo ve la situación en el país? ¿Qué explica el ascenso del Frente Nacional, en paralelo a otras fuerzas de la nueva derecha (o nacional-conservadoras)?
Los partidos establecidos siguen las mismas políticas impopulares en Europa y en EEUU y eso, naturalmente, lleva a la gente a buscar algo diferente.
El control local de los servicios sociales se sacrifica a la necesidad de “atraer inversores”, en otras palabras, a dar al capital financiero la libertad de modelar sociedades dependiendo de sus opciones de inversión. La excusa es que, atrayendo inversores, se crearán empleos, pero esto no ocurre.
Puesto que la clave de estas políticas es romper las barreras nacionales para permitir al capital financiero ganar acceso, es normal que la gente acuda a los llamados partidos “nacionalistas” que aseguran querer restaurar la soberanía nacional. Como en Europa sobreviven los fantasmas del nazismo, “soberanía nacional” se confunde con “nacionalismo”, y “nacionalismo” se equipara con guerra. Estas suposiciones hacen que el debate en la izquierda sea imposible y termine favoreciendo a los partidos de derecha, que no sufren de este odio al Estado nacional.
En vez de actuar con horror a la derecha, la izquierda necesita ver las cuestiones que afectan realmente a la gente con claridad.
En el pasado ha criticado a la izquierda (o a una parte considerable de ella) por apoyar las llamadas “intervenciones humanitarias”. ¿Qué opina de la ‘nueva izquierda’ o ‘nueva nueva izquierda’ en países como Grecia o España?
La propaganda neoliberal dominante justifica la intervención militar por motivos humanitarios, para “proteger” a la gente de “dictadores”. Esta propaganda ha tenido mucho éxito, especialmente en la izquierda, donde con frecuencia se acepta como una versión contemporánea del “internacionalismo” de la vieja izquierda, cuando en realidad es todo lo opuesto: no se trata de las Brigadas Internacionales y su idealismo, combatiendo por una causa progresista, sino del Ejército estadounidense bombardeando países en nombre de alguna minoría que puede acabar demostrándose como un grupo mafioso o terroristas islámicos. Honestamente, creo que este libro es una aportación a la crítica de la política intervencionista liberal, y lamento que no esté disponible en español, aunque hay ediciones en inglés, francés, italiano, portugués, alemán y sueco.
Ángel Ferrero - La marea
El 8 de julio de 2016, mientras el Ejército Árabe Sirio luchaba contra varios grupos terroristas –entre los que se hallaba el Emirato Islámico– al este de Homs, aviones de la US Air Force aportaron apoyo aéreo a esos terroristas durante 4 horas, lo cual permitió al Daesh preparar y efectuar la voladura de un importante tramo del gasoducto que conecta Siria con Iraq e Irán”, escribe Thierry Meyssan (Red Voltaire).
Hillary Clinton, que fue durante mucho tiempo la principal ejecutora de
la política de Barack Obama desde el Departamento de Estado (Relaciones
Exteriores),
expresa la continuidad de la política imperialista,
sionista, belicista, representando por las transnacionales, las
finanzas, el gran capital.
Es la candidata de los nazifascistas de
Israel y del establishment de EU
Recientemente Hillary Clinton se vio envuelta en un escándalo a causa de la utilización de sus correos electrónicos. A fin de burlar el control oficial, utilizó su correo privado -hdr22@clintonemail.com- para tratar asuntos de estado.
El problema no es que Hillary sea una corrupta y criminal - Todo el mundo lo sabe -
El problema es que a sus votantes no les importa
Hay numerosas fotos de fechas anteriores que acreditan cómo aviones de los Estados Unidos han venido abasteciendo de armamento a las filas del Estado Islámico; hay incluso varias en la que aparece un amplio despliegue de tropas de ese engendro, que circulan libre y retadoramente por territorio de Iraq llamando extraordinariamente la atención, sin problema alguno y sin miedo a ser bombardeados.
Pero lo más elocuente han sido las declaraciones de la ex -vicepresidenta del gobierno de los Estados Unidos, Hillary Clinton, que en una entrevista concedida al medio digital The Atlantic admitió que el Estado Islámico había sido creado por la Casa Blanca pero que se le escapó de las manos. “Hemos fracasado en crear una guerrilla anti-Assad creíble… El fracaso de este proyecto ha llevado al horror al que estamos asistiendo hoy en Iraq”.
Fue el pirata informático rumano Marcel Lazar Lehel, conocido en internet como "Guccifer", quien descubrió el caso. Tras difundir los correos, Marcel Lazar, fue víctima de una terrible persecución que culminó con una acción execrable por parte de Rumanía, que lo extraditó a Estado Unidos. Las legislaciones de todos los países de mundo prohíben la extradición de sus propios ciudadanos a terceros países, pero Rumanía volvió a dar muestras de su servilismo.
En lugar de detener a Hillary Clinton y someterla a juicio por poner en riesgo la seguridad del estado, el FBI prefirió concentrar su fuego contra este hombre, mucho más débil que la candidata a la Presidencia de Estados Unidos. Ahora ha aparecido ahorcado en la celda de la prisión de Virginia en donde permanecía aislado.
Durante la etapa de su marido en la Casa Blanca, en 1995, los Clinton ya se vieron implicados en el suicidio de Vince Foster, un empleado de la Presidencia.
Nos preguntamos qué podría sucederles a Edward Snowden o a Julian Assange en caso de caer en sus manos.
Hillary Clinton, alumna aventajada de Brzezinski, carece de principios y su ambición desmedida puede llevarla hasta a la declaración de una guerra mundial, en caso de acceder a la Casa Blanca. Porque ella es solo un peón del poder financiero global. Atando cabos sobre Hillary Clinton", publicado en el periódico sigital "Visión Z", de Bolivia Julio de 2016
Ayer la primera dama de este país, Hillary Rodham Clinton, hizo su aparición frente al edificio del Tribunal federal, a pocas cuadras de la Casa Blanca, para comparecer ante un gran jurado que investiga posibles acciones criminales en el escándalo de Whitewater. 27 de enero de 1996
" Estoy contenta de poder responder a las preguntas del gran jurado , dijo poco después de descender de su limosina.
Me dispongo a decirles todo lo que sé..."
..........LA HAN DEJADO LIBRE ...
PERO EL CASO CONTINUA
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La mala sombra de Hillary Una nueva publicación de e-mails denota proximidad entre el Departamento de Estado y su fundación familiar La candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, durante un acto electoral el pasado jueves en Warren, Michigan (Sean Proctor / Bloomberg) LA VANGUARDIA Actualizado a 14/08/2016 Si el coronel de Gabriel García Márquez no tenía quien le escribiera, a Hillary Clinton parece que le sobran los remitentes. Le persigue la sombra de los e-mails, por el uso de un servidor privado, ubicado en su casa de Chappaqua (estado de Nueva York), cuando ocupaba el cargo de secretaria de Estado en el primer gobierno de Barack Obama. Esa mala sombra se ha aferrado a la candidata demócrata y no está dispuesta a abandonarla en toda la campaña. No se la quita de encima y eso le impide, aseguran los expertos, disponer de un control total de su campaña a la presidencia. Que el FBI recomendara no imputarle cargos criminales, y el Departamento aceptara ese consejo, no ha supuesto poner el sello de caso cerrado. Porque el asunto, más allá de que no supusiera un peligro para la seguridad nacional, tiene otras aristas a partir de la exhibición pública de las intimidades registradas en internet. Así, por el pleito legal planteado por el grupo conservador Judicial Watch, esta semana se ha permitido el acceso a una nueva ronda de correos electrónicos, en los que se observa un solapamiento entre la fundación Clinton y el Departamento de Estado en la época que lo dirigía Hillary. “Pagar para jugar”, es la expresión literal utilizada en medios republicanos y que Donald Trump, el nominado del Great Old Party (GOP), ha repetido en sus últimos discursos electorales. Estos nuevos documentos plantean dudas de si la fundación caritativa medió o utilizó sus influencias para “premiar” a sus donantes con ciertas ventajas ante el Departamento de Estado. Esta sospecha, surgida en el pasado, siempre la ha negado Hillary Clinton. Su equipo ha redoblado esfuerzos a la vista de intercambios de “conversaciones electrónicas” como la protagonizada por Douglas Band, durante mucho tiempo ayudante de Bill Clinton una vez que dejó la Casa Blanca. Band envió en el mes de abril del 2009 un e-mail a dos asesoras de la secretaria de Estado, en concreto a Huma Abedin –luego fue a la fundación de la familia y ahora es la vicepresidenta de la campaña de la candidata– y Cheryl Mills, con el comentario de “muy importante”. Bajo ese calificativo, urgía para que un alto cargo del departamento en Líbano se reuniera con Gilbert Chagoury, multimillonario y contribuyente a la iniciativa privada de los Clinton. Chagoury, nigeriano con raíces libanesas, dedicado al sector inmobiliario y propietario de hoteles, quería mantener una conversación. “Como sabéis, él es un personaje clave allí, también para nosotros, y adora Líbano”, relató Band. Abedin le respondió que el contacto ideal era Jeffrey Feltman, que hacía poco había dejado el puesto de embajador en ese país del oeste asiático. “Seguro que le conoces, contactaré con él”, señaló Abedin. Chagoury, que ha donado grandes cantidades a la Clinton Global Initiative y al que el año 2000 Suiza le impuso una sanción de 66 millones de dólares por blanqueo, cuenta con intereses financieros a nivel global. En su respuesta, Band le insiste a Abedin que “mejor que le llames tú, esto es muy importante”. Este intercambio es el momento estelar de los 44 e-mails (296 páginas), que no figuran entre los 55.000 que Clinton entregó previamente al Departamento de Estado. Los activistas conservadores lo citaron de inmediato como una prueba de que Clinton, mientras ejercía de jefa de la diplomacia de Estados Unidos, ignoró el acuerdo de mantener los asuntos de la fundación familiar al margen de sus obligaciones en el Departamento de Estado. “Es una violación de ese acuerdo”, concluyó Tom Fitton, presiente de Judicial Watch, en declaraciones a los medios. “El Departamento de Estado y la Fundación Clinton trabajaron mano a mano en términos de política y de donativos”, subrayó Fitton al The New York Times. Desde otra perspectiva, y analizando el mismo intercambio, la campaña de la demócrata emitió un comunicado de contestación. “Ninguno de esos e-mails implica a la secretaria o está relacionado con el trabajo de la fundación”. Según este texto, se trata de “comunicaciones entre sus ayudantes y un ayudante personal del presidente (Bill Clinton) y, en realidad, la recomendación fue para un antiguo miembro del equipo de la secretaria que no estaba empleado por la fundación”. Mark Corallo, portavoz en Washington de Chagoury, hizo público un pronunciamiento donde remarcó que el empresario buscó contactar con alguien del departamento por su conocimiento interno de Líbano de cara a las elecciones de junio del 2009. “Solo quería hacer llegar sus observaciones”, reiteró Corallo. Además, señaló que esa conversación nunca se celebró. La controversia ha crecido debido a que en anteriores partidas de correos electrónicos ya se vinculaba al equipo de Bill Clinton o de la fundación con el Departamento de Estado cuando Hillary estaba al frente, incluso para aprobar discursos que el expresidente Clinton debía de pronunciar. Según Fitton, aunque no hubiera intercambio de favores con Chagoury, su capacidad de comunicación ya denota el aroma de la corrupción. Desde la campaña de Clinton terciaron que sólo buscan crear una conspiración donde no existe. Pero la sombra no le pierde la pista a Hillary.
La POLITICA es el arte de disfrazar de interés general el interés particular. . . Thiandiere
FINES del BLOG
En Expediente JoanFliZ se exponen los cientos de problemas que afectan al planeta debidos sobre todo a la corrupción y falta de etica existente en muchos que llamariamos sociopatas - en su mente solo existe una palabra PODER - y a que una mayoria de la poblacion "cree" en el mundo "matrix", o sea en "la realidad" que nos ha creado una pequeña pero inteligente "elite" mundial para su propio beneficio.
EnSOLUCIONES JoanFliz agrupamos algunos de los cientos de héroes anonimos para los medios de masas, que han imaginado formas de mejorar la vida de todos nosotros y del planeta con el que formamos un mismo organismo.
Estas ideas y ejemplos quiza nos puedan inspirar a usar nuestro tiempo finito mientras viajamos en lo que llamamos vida.
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El mito de las VACUNAS y ANTIBIOTICOS. NO FUERON LAS CAUSAS DE MEJORIA DE LA SALUD