Las corporaciones ocultas del Pentágono
La economía civil ‘pentagonizada’, y el Pentágono privatizado
34 mil millones de dólares es mucho dinero. .. según el Centro de Evaluaciones Estratégicas y Presupuestarias, la cifra calculada "tirando por lo bajo" es del “presupuesto negro” del Pentágono para el año 2009 – dinero para, entre otras cosas es para “compras y desarrollos secretos de armas,” para el que el Pentágono seguirá sin tener que rendir cuentas porque casi ningún estadounidense tendrá modo de saber para qué se gastó.
Pero la cosa no se queda ahi....
Una razón es suficientemente simple: El presupuesto de 541.000 millones de dólares propuesto para el Pentágono en el año 2009 ni siquiera incluye dinero para las guerras actuales.
Las guerras de Bush son todas pagadas por leyes “suplementarias” como los 162.000 millones de dólares que serán aprobados próximamente por el Congreso.
Pero la cosa no termina aqui ...
Si fuera contabilizado honestamente, el verdadero presupuesto anual del Pentágono, incluyendo todos los fondos “relacionados con las fuerzas armadas” guardaditos en otros sitios, es probablemente ahora más de 1 billón por año.
Si, 1.000.000.000.000 de dólares.
Existe, sin embargo, otro lado "furtivo" del Pentágono – el lado corporativo en el que una serie de compañías gigantes de las que jamás se oye, se tragan los dólares del contribuyente en cantidades fenomenales.
Nick Turse, autor del mejor informe de todos sobre como nuestras vidas son militarizadas, nuestra economía civil pentagonizada, y el Pentágono privatizado – estoy hablando de “The Complex: How the Military Invades Our Everyday Lives” [El Complejo: Como los militares invaden nuestras vidas de todos los días] – ahora se vuelve hacia el lado corporativo oculto del Pentágono para darnos una idea del inmenso agujero negro por el que se van nuestros dólares.
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“un mundo y un solo imperio”
o “un solo proyecto y el espectro de la dominación total (full-spectrum dominance/superiority)”.
Es decir, la política externa norteamericana se inspira en el (ilusorio) “excepcionalismo” del viejo “destino manifiesto”, una variante “del pueblo elegido por Dios, raza superior”, llamada a difundir en todo el mundo la democracia, la libertad y los derechos (siempre según la interpretación imperial que prestan a estos términos) y a considerarse (pretendidamente) “la nación indispensable y necesaria”, “ancla de la seguridad global” o el “único poder” (lonely power).
Ya en el siglo XVIII Edmund Burke (1729-1797) y en el siglo XIX el francés Alexis Tocqueville (1805-1859) presentían que el presidente norteamericano tenía más poderes que un monarca absolutista y que eso degeneraría en una military democracy (p. 55).
Efectivamente, con George W. Bush a raíz de los atentados a las Torres Gemelas”, se instauró una verdadera democracia militar, con la declaración de la war on terror y la publicación del patriotic act que suspendió los derechos civiles básicos hasta el habeas corpus y dio permiso para las torturas. Esto, ciertamente, configura un estado terrorista.
Como varios científicos norteamericanos, citados por Moniz Bandeira (p. 470), afirmaron: “ya no hay una democracia sino una economic élite domination a la cual debe someterse el presidente. Las decisiones son tomadas por el complejo industrial-militar (la máquina de guerra), por Wall Street (las finanzas), por poderosas organizaciones de negocios y por un pequeño número de norteamericanos muy influyentes.
Para garantizar el “espectro de la dominación total” mantienen las instalaciones militares por el mundo, la mayoría con ojivas nucleares y 16 agencias de seguridad con 107.035 agentes civiles y militares.
Como afirmó H. Kissinger: “la misión de América es llevar la democracia, si es necesario mediante el uso de la fuerza” (p.443).
En esta lógica, de 1776 a 2015, o sea, en los 239 años de existencia de los EUA, 218 han sido años de guerra y sólo 21 años de paz (p. 472).
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Las corporaciones ocultas del Pentágono
Cinco contratistas furtivos ganan miles de millones de dólares - Nick Turse:
Los máximos contratistas del Pentágono, tal como la muerte y los impuestos, nunca cambian.
Todos los años , los masivos traficantes de armas: Lockheed Martin, Boeing, y Northrop Grumman se clasificaron primero, segundo y tercero entre los contratistas del Departamento de Defensa,
Otros clientes habituales que reciben mega-pagos financiados con impuestos con la regularidad de un reloj incluyen a los gigantes de la defensa General Dynamics, Raytheon, el fabricante británico de armas BAE Systems, y la ex subsidiaria de Halliburton, KBR, así como BP, Shell, y otros peces gordos del complejo militar-petrolero.
Ahora, cuando el presupuesto básico del Pentágono pasa tarjeta a aproximadamente 541.000 millones de dólares por año – antes de tener en cuenta el financiamiento “suplementario” para las guerras en Iraq, Afganistán, y la Guerra Global "contra el Terror" del presidente, así como los gastos de seguridad nacional de otras agencias – hasta la considerable parte de 28.000 millones de dólares de Lockheed es un pequeño porcentaje del impresionante total.
Ademas, sumas importantes de dinero son dirigidas a otras compañías, la mayoría de ellas, incluyendo a algunas de las mayores, son casi desconocidas incluso por críticos opuestos a la guerra.
El año pasado, en un artículo intitulado "Washington's $8 Billion Shadow" [La sombra de 8.000 millones de dólares de Washington], Vanity Fair reveló un escándalo de uno de los más conocidos contratistas "furtivos":
SAIC (Science Applications International Corporation).
SAIC, sin embargo, es sólo uno de decenas de miles de contratistas del Pentágono.
Luego existe un selecto grupo que son "amos del universo" en el complejo militar-corporativo en permanente expansión, que consiguen regularmente más de mil millones de dólares de dinero público al año del Departamento de Defensa.
Son las “billion-dollar babies”.
Cuando se escucha algo de ellas , aparecen inofensivamente en las páginas de negocios de los periódicos.
Así que, ¿quiénes son algunos de los misteriosos contratistas de la defensa de los que probablemente jamás habéis oído hablar?
A continuación algunas instantáneas de cinco de las “billion-dollar babies” secretos del Pentágono, entresacadas en gran parte de sus propios documentos corporativos:
Se trata de la masiva sociedad de participación financiera del multimillonario inversionista Ronald Perelman. Tiene “intereses en una cartera diversificada de compañías públicas y privadas” que incluye al fabricante de cosméticos Revlon y a Panavision (los que hacen las cámaras que presentan programas como 24 y CSI en la televisión).
MacAndrews & Forbes podría parecer, a primera vista, un contratista improbable de la defensa, pero una de las compañías privadas que controla es AM General – los que hacen el Humvee militar.
200.000 Humvees han sido “construidos y entregados a las Fuerzas Armadas de EE.UU. y a más de 50
- naciones amigas -en el extranjero.”
Los Humvees constituyen, sólo una parte de la historia.....
AM General también ayudó a investigadores de la Universidad Carnegie Mellon a desarrollar robots para la empresa fantástica del Pentágono, el “Grand Challlenge” de la Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de la Defensa (DARPA), una competencia de vehículos robot autónomos.
El año pasado, AM General y General Dynamics Land Systems, subsidiaria del mega-fabricantes de armas General Dynamics, formaron una sociedad conjunta “para competir por el programa Conjunto de Vehículo Táctico Ligero (JLTV) del Ejército y del Cuerpo de Marines de EE.UU.”
No debiera sorprender a nadie descubrir que un alto mandamás corporativo de MacAndrews & Forbes, el vicepresidente ejecutivo y director administrativo, Barry F. Schwartz, haya contribuido por lo menos 10.000 dólares a Straight Talk America, el comité de acción política del candidato presidencial John McCain, quien dijo genialmente que le parecía “muy bien” si las tropas de EE.UU. ocupan Iraq durante “tal vez cien años” (si no “mil” o “un millón”).
Pero tambien hay "gastos de seguridad" para el interior. Recientemente, AM General vendió a la Patrulla de Fronteras del Departamento de Seguridad Interior “más de 100 camiones de la serie HUMMER 100, para uso en operaciones de seguridad fronteriza.”
Sociedad constituida durante la Guerra de Vietnam, DRS Technologies ha sido desde hace tiempo “un destacado proveedor de productos integrados, servicios y apoyo a las fuerzas militares, agencias de inteligencia y contratistas de primera en todo el mundo”; es decir han estado en el negocio de presentar productos que realzan algunas de las armas más letales del Departamento de Defensa, incluyendo "destructores , Tanques de batalla , Vehículos de combate, Helicópteros OH-58D Kiowa Warrior, Helicópteros AH-64 Apache, cazas jet F/A-18E/F Super Hornet y F-16 Fighting Falcon, cazas tácticos F-15 Eagle … [y] submarinos de varias clases ."
Incluso tienen “contratos que apoyan futuras plataformas militares, como Destructores , portaaviones y Barcos de Combate Litoral y..... Sistemas de Combate Futuro.”
Ademas de esto, DRS Technologies ha seguido arrasando en 2008 en una serie de proyectos, incluyendo:
Un contrato millonario para unidades de refrigeración, miras térmicas de armas , Remolques Pesados de Movilidad Expandida para Munición M989A1 (a fin de transportar “numerosos Sistemas de Múltiple Lanzamiento de Cohetes, munición paletizada o no-paletiza ......asi hasta innumerables contratos por otras partidas.
Harris es “una compañía internacional de comunicaciones y tecnología de la información que sirve los mercados gubernamentales, de defensa y comerciales en más de 150 países.” Tiene un ingreso anual de más de 4.000 millones de dólares y una lista impresionante en su nómina de antiguo personal militar y otros conocedores del complejo militar-corporativo. Harris no sólo ayuda a, y hace negocios con, una serie de los mayores contratistas del Pentágono (como Lockheed Martin y BAE Systems), es también un participante activo en las ocupaciones en el extranjero. En su sitio en la Red, la compañía alardea de que “tecnología de Harris ha sido utilizada para una variedad de aplicaciones comerciales y de defensa, incluyendo la Guerra en Iraq, donde el sistema [de software de Harris] suministró representaciones detalladas, tridimensionales de Bagdad y de otros cruciales ciudades iraquíes.”
El año pasado, Harris firmó numerosos acuerdos con los militares, incluyendo contratos para crear un enlace de datos digitales de alta velocidad que transmite datos tácticos de vídeo, radar, acústicos y otros de sensores de los helicópteros MH-60R de la Armada a sus barcos anfitriones. También provee a la Armada computadoras avanzadas que suministran los “mapas altamente sofisticados e información crítica de misiones a través de visualizaciones en pantalla en la cabina del piloto” utilizadas por las tripulaciones en vuelo.
En los primeros seis meses de este año, Harris ha continuado su duro trabajo para el Complejo. En enero, la compañía fue “seleccionada por la Fuerza Aérea de EE.UU. para el programa de Operaciones de Red y Espacio y Mantenimiento (NSOM)” con “un contrato base y seis opciones que llevan el valor general potencial a 410 millones de dólares durante seis años y medio.” para suministrar “apoyo de operaciones y mantenimiento para la Red de Control Satelital de la 50 Ala Espacial de la Fuerza Aérea en sitios en todo el mundo.”
En mayo, la compañía “recibió un contrato de tres años, por 20 millones de dólares de L3 Communications [uno de los 10 máximos contratistas del Pentágono] a fin de suministrar productos y servicios para la próxima generación del Sistema de Captura de Ficheros Tácticos de Vídeo (TVCS)” – un sistema que integra la técnica de vídeo simultáneo en tiempo real para realzar los ejercicios de entrenamiento táctico – “que apoyará el entrenamiento en varios emplazamientos del Cuerpo de Marines de EE.UU. en todo EE.UU. y el mundo.” Ese mismo mes, Harris también “recibió un contrato potencial por cinco años y 85 millones de dólares de Entrega Indefinida/Cantidad Indefinida (IDIQ) de la Amada de EE.UU. para terminales satelitales multibanda de comunicación que proveerán comunicaciones avanzadas para portaaviones y otros barcos de cubiertas amplias.”
Además, Harris trabaja duro para el Interior. No sólo recibió la compañía el año pasado más de 3 millones de dólares del Departamento de Seguridad Interior, sino el experto en seguridad nacional, Tim Shorrock, señaló en su artículo “Domestic Spying, Inc.” de 2007 en CorpWatch que se señala específicamente que Harris y otros contratistas de la industria de la inteligencia “podrán beneficiarse de la expansión sin precedentes del sistema interior de inteligencia de EE.UU.”
Registrada todavía en documentos del Pentágono bajo su antiguo nombre: International Military and Government, LLC, Navistar es la subsidiaria militar de Navistar International Corporation – “una compañía de participación financiera cuyas unidades individuales suministran soluciones de transporte integradas y mejores en su clase.” Aunque la compañía ha servido a los militares de EE.UU. desde la Primera Guerra Mundial, es conocida, cuando lo es, por el público, por hacer algunos de los vehículos Resistentes a Minas Protegidos contra Emboscadas (MRAP) diseñados para frustrar las bombas iraquíes al borde de la ruta. Hasta abril de 2008, los militares de EE.UU. habían “pedido 5.214 vehículos de producción total MaxxPro MRAP” de Navistar y, el mismo mes, la compañía recibió “un contrato evaluado en más de 261 millones de dólares... para diseñar actualizaciones del blindaje utilizado en vehículos International MaxxPro MRAP.”
Pero Navistar hace más que MRAPs. Sólo el mes pasado, la compañía firmó un “contrato plurianual evaluado en cerca de 1.300 millones de dólares” con el Ejército de EE.UU. “para suministrar Vehículos Tácticos Medianos y repuestos a la Policía Nacional de Afganistán, al Ejército Nacional Afgano, y al Ministerio de Defensa iraquí.” Esto vino después de un contrato plurianual de 2005 del Ejército, por 430 millones de dólares, “por más de 2.900 vehículos y repuestos.”
Es bastante obvio que esta compañía está involucrada significativa, lucrativa, y orgullosamente en las ocupaciones de Iraq y Afganistán. Como lo describió a fines del año pasado Tom Feifar, gerente general de Partes Navistar para Global Defense and Export: “Es un honor formar parte del esfuerzo por apoyar a nuestros soldados.”
Compañía de servicios globales para la aviación en manos privadas, tiene subsidiarias en industrias relacionadas como ser la aviación en helicópteros (Evergreen Helicopters, Inc.), así como unos pocos esfuerzos no relacionados como ser producir “productos agrícolas, de viveros, y del vino” (Evergreen Agricultural Enterprises, Inc.). Evergreen ha estado en la nómina del Pentágono desde hace mucho tiempo. En 2004, Ed Connolly,
vicepresidente ejecutivo de Evergreen International Airlines, declaró: “Evergreen ha volado continuamente para el Comando de Movilidad Aérea [de la Fuerza Aérea de EE.UU.] desde 1975 y se enorgullece de continuar su antigua historia de apoyo las misiones globales de las Fuerzas Armadas de EE.UU. con calidad y servicios fiables.”
No es sorprendente que Evergreen haya estado íntimamente involucrada en la ocupación de Iraq. De hecho, en 2004, la compañía recibió “aproximadamente 200 condecoraciones por su apoyo a servicios internacionales de aerotransporte durante la guerra de Iraq” del Comando de Movilidad Aérea de la Fuerza Aérea. Un general de la Fuerza Aérea incluso entregó esas medallas y certificados de rendimiento a empleados de Evergreen.
En el informe 2006 de Amnistía Internacional: “Bajo el radar: vuelos secretos a la Tortura y la ‘Desaparición,’” la organización de derechos humanos señaló que Evergreen fue una de sólo un puñado de compañías privadas con permisos válidos para aterrizar en bases militares de EE.UU. en todo el mundo. Ese mismo año, la compañía incluso transportó a la personalidad de FOX News, Bill O'Reilly, y a su show televisivo a Kuwait e Iraq para ver y saludar a los soldados, firmar libros y fotos, y distribuir baratijas. Y recién el año pasado la compañía formó parte de un consorcio, incluyendo a prominentes transportadores comerciales como American, Delta, y United Airlines, al que el Pentágono adjudicó un “contrato firme a precio fijo por 1.031.154.403 dólares para servicios de aerotransporte internacional... [que] se espera será completado en septiembre de 2008.”
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La consolidación de Hollywood como sistema imperial tiene lugar cuando en el período de la 1a. Guerra Mundial, el resto de los países europeos entraron en una recesión de producción y exhibición.
El segundo asalto hacia los mercados internacionales y su apogeo se produce durante la segunda contienda bélica mundial. 1946 aparece algunas veces como el año de mayores beneficios originados por esta industria. Dos períodos bélicos afirman expansivamente el sistema. Algo tendrá que ver justamente en su producción sensible, en el tipo de imagen que necesitaban y aprovecharon a componer sus inversores y productores, la relación con los períodos de guerra.
La estructuración vertical y el control oligopólico, común en otros sectores comerciales, se apoderó ya desde entonces de la industria del cine.
Y más allá de que no se puede hablar de todas las películas porque ni las podremos abarcar seguramente, sabemos de boca de sus historiadores las maniobras y convergencias de grupos de poder que supuso el desarrollo de una industria como ésta. El Bank of Italy o la Banca Morgan se mencionan como los primeros aportes de capital que condicionaron el cine al imperativo de la rentabilidad comercial.
Un documento firmado en 1916 por Wilbur J. Carr en nombre del State Departament de los Estados Unidos exigía a los estudios “informes detallados sobre la situación del cine norteamericano: su volumen productivo y las condiciones de exportación... las distribuidoras que abastecían el mercado internacional y sus precios de alquiler”.
Se llegó a censar “el número de salas que exhibían regularmente películas americanas, su aforo y precio, se hicieron comentarios sobre la aceptación de las películas norteamericanas entre los públicos internacionales, etc...” A partir de estos informes se aprueba la resolución 121 de 1921 del Senado que pronunciaba explícitamente la defensa de su cinematografía...
El cine de Hollywood ha sido un asunto de Estado y de los altos circuitos financieros.
Las leyes favorecieron varias veces no ya el apoyo a una industria por considerarla importante como asunto cultural, sino a una producción de películas que se consideraba fundamental para la expansión comercial de EEUU en general, la exportación de su sistema de vida y el acercamiento a su constante obsesión desde siempre: convertir el mundo al capitalismo.
Este imaginario de Hollywood forma parte del nucleo de personalidad de cualquier joven , sea Polaco, Mexicano o Americano.
Deberiamos crear una especie de filmo-pedagogía social que desactive, un imperialismo audiovisual instalado durante nada menos que un siglo de existencia.
Emular el sistema de producción hollywoodense es una falacia absurda porque para hacerlo habría que dejarse poseer por su obsesión imperialista, conseguir las alianzas y coyunturas financieras que le dieron origen, los flujos de dinero y las legislaciones que lo fueron conformando durante todas las décadas del siglo pasado.
El intento permanente de afianzamiento de las industrias nacionales, tienen ese defecto de forma en su concepción: cada industria nacional no puede aspirar a ser y comportarse como la norteamericana porque la existencia de una industria como la de Hollywood, supone la desaparición del resto de las cinematografías. Su fin natural es el monopolio.
Ignacio Ramonet –director de Le Monde Diplomatique-:
“Estados unidos puebla nuestros sueños con una legión de héroes mediáticos. Caballos de Troya del amo dentro de la intimidad de nuestros cerebros. Mientras sólo adquiere, por ejemplo, el 1% de películas en el extranjero, inunda el mundo con las producciones de Hollywood”[16]
Esto lleva a la paradoja de que incluso en Europa circulen más fácilmente las películas de EEUU que las europeas, al respecto Carlos Pardo en su artículo “Hollywood vs. diversidad cultural” [17]señala: “…los únicos vínculos entre los espectadores de la Unión Europea son las películas de Hollywood”.
Imagina que un dinosaurio ha decidido aplastarte y enfila hacia ti y, entonces, tú, animal diminuto, decides que la mejor defensa es convertirte en un dinosaurio igual que él, que la mejor estrategia es perder toda identidad, mutar en dinosaurio sin serlo e imitar sus movimientos.
No te dará el tiempo, te aplastará.
Habrá que buscar estrategias de huida, de ataque, de defensa, fabricar formas de vida lejos de su paso, crear clandestinamente trampas gigantescas... cualquier maniobra menos las que te lleven a querer convertirte en un dinosaurio igual que él para poder defenderte de él.
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Decenas de miles de contratistas de la defensa – desde bien conocidas corporaciones “civiles” (como Coca-Cola, Kraft, Dell, Starbucks coffe, Oakley sunglasses, Ipods....) a pequeñísimas compañías – se han engordado con el Pentágono y sus guerras.
Cuando se termine por escribir la historia de la Guerra de Iraq, es muy probable que no sean mencionados estos cinco ‘billion-dollar babies’, ni la mayoría de los demás contratistas de la defensa involucrados en posibilitar la ocupación de EE.UU.
Hasta que comencemos a asumir el papel de semejantes corporaciones en la creación de la base material para una política exterior imperial, no llegaremos a comprender totalmente cómo trabaja el Pentágono y por qué vamos tan regularmente a la guerra en países lejanos, y los ocupamos.
From iPods to Starbucks coffee to Oakley sunglasses, Turse investigates the remarkable range of military incursions into the civilian world: the Pentagon's collaborations with Hollywood filmmakers, its outlandish schemes to weaponize the wild kingdom, its joint ventures with the World Wrestling Federation and NASCAR. He shows the inventive ways the military, desperate for new recruits, now targets children and young adults, tapping into the "culture of cool" by making 'friends' on MySpace.
A striking vision of a brave new world of remote-controlled rats and super-soldiers who need no sleep, The Complex will change our understanding of the militarization of America. We are a long way from Eisenhower's military-industrial complex: this is the essential book for understanding its twenty-first-century progeny.
Comments on The Complex
"Americans who still think they can free themselves from the clutches of the military-industrial complex need to read this book. The gimmicks the Pentagon uses to deceive, entrap, and enlist gullible 18 to 24 year-olds make signing up anything but voluntary. Nick Turse has produced a brilliant exposé of the Pentagon's pervasive influence in our lives."
-- Chalmers Johnson, author of Nemesis: The Last Days of the American Republic
"This is a deeply disturbing audit of the Pentagon's influence on American life, especially its subtle conscription of popular imagination and entertainment technology. If Nick Turse is right, the Matrix may be just around the corner."
-- Mike Davis, author of Buda's Wagon: A Brief History of the Car Bomb
"When President Eisenhower warned of the dangers to democracy posed by the military-industrial complex, he had no idea how far it would penetrate into every aspect of our everyday lives. In impressive detail, Nick Turse shows how the military is now tied to everything from your morning cup of Starbucks to the video games your kids play before turning in for the night. It's not just political anymore-it's personal. Turse has sounded the alarm about the militarization of everyday life. Now it's up to us to do something about it."
-- Bill Hartung, author of How Much Are You Making on the War Daddy?
"Nick Turse's searing, investigative journalism exposes how, with a growing contingent of corporate/entertainment/academic/media collaborators, the Pentagon has not only garrisoned the globe, but come home to dominate the United States. The Complex is indispensable reading."
-- Dahr Jamail, author of Beyond the Green Zone: Dispatches from an Unembedded Journalist in Occupied Iraq
"In his exhaustively researched first book concerning the extent to which the 'military industrial complex' has infiltrated the life of the average American, journalist Turse starts off by documenting how many times supposedly innocent consumer choices support major Pentagon contractors then covers similar ground in greater detail. Turse has up-to-date information on a previously well-covered subject and casts a wide net, including the movie industry, video gaming and military recruitment tactics in his analysis. Many of Turse's facts are purely economic, but some of them are astonishing. Who knew, for example, that in 2005, the Department of Defense spent $1.2 million on donuts in Kuwait?"
-- Publisher's Weekly
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Nick Turse es editor asociado y director de investigación de Tomdispatch.com.
Ha escrito para Los Angeles Times, San Francisco Chronicle, Adbusters, Nation, y regularmente para Tomdispatch.com. Su primer libro: “The Complex: How the Military Invades Our Everyday Lives,” una exploración del nuevo complejo militar-corporativo en EE.UU.
Su sitio en la red: Nick Turse.com ha sido recientemente remodelado y expandido.
http://www.tomdispatch.com/post/174948/nick_turse_the_pentagon_s_stealth_corporations
Cinco contratistas furtivos ganan miles de millones de dólares - Nick Turse:
Los máximos contratistas del Pentágono, tal como la muerte y los impuestos, nunca cambian.
Todos los años , los masivos traficantes de armas: Lockheed Martin, Boeing, y Northrop Grumman se clasificaron primero, segundo y tercero entre los contratistas del Departamento de Defensa,
Otros clientes habituales que reciben mega-pagos financiados con impuestos con la regularidad de un reloj incluyen a los gigantes de la defensa General Dynamics, Raytheon, el fabricante británico de armas BAE Systems, y la ex subsidiaria de Halliburton, KBR, así como BP, Shell, y otros peces gordos del complejo militar-petrolero.
Ahora, cuando el presupuesto básico del Pentágono pasa tarjeta a aproximadamente 541.000 millones de dólares por año – antes de tener en cuenta el financiamiento “suplementario” para las guerras en Iraq, Afganistán, y la Guerra Global "contra el Terror" del presidente, así como los gastos de seguridad nacional de otras agencias – hasta la considerable parte de 28.000 millones de dólares de Lockheed es un pequeño porcentaje del impresionante total.
Ademas, sumas importantes de dinero son dirigidas a otras compañías, la mayoría de ellas, incluyendo a algunas de las mayores, son casi desconocidas incluso por críticos opuestos a la guerra.
El año pasado, en un artículo intitulado "Washington's $8 Billion Shadow" [La sombra de 8.000 millones de dólares de Washington], Vanity Fair reveló un escándalo de uno de los más conocidos contratistas "furtivos":
SAIC (Science Applications International Corporation).
SAIC, sin embargo, es sólo uno de decenas de miles de contratistas del Pentágono.
Luego existe un selecto grupo que son "amos del universo" en el complejo militar-corporativo en permanente expansión, que consiguen regularmente más de mil millones de dólares de dinero público al año del Departamento de Defensa.
Son las “billion-dollar babies”.
Cuando se escucha algo de ellas , aparecen inofensivamente en las páginas de negocios de los periódicos.
Así que, ¿quiénes son algunos de los misteriosos contratistas de la defensa de los que probablemente jamás habéis oído hablar?
A continuación algunas instantáneas de cinco de las “billion-dollar babies” secretos del Pentágono, entresacadas en gran parte de sus propios documentos corporativos:
1. MacAndrews & Forbes Holdings Inc.Total en dólares del Departamento de Defensa en 2007: $3.360.739.032
Se trata de la masiva sociedad de participación financiera del multimillonario inversionista Ronald Perelman. Tiene “intereses en una cartera diversificada de compañías públicas y privadas” que incluye al fabricante de cosméticos Revlon y a Panavision (los que hacen las cámaras que presentan programas como 24 y CSI en la televisión).
MacAndrews & Forbes podría parecer, a primera vista, un contratista improbable de la defensa, pero una de las compañías privadas que controla es AM General – los que hacen el Humvee militar.
200.000 Humvees han sido “construidos y entregados a las Fuerzas Armadas de EE.UU. y a más de 50
- naciones amigas -en el extranjero.”
Los Humvees constituyen, sólo una parte de la historia.....
AM General también ayudó a investigadores de la Universidad Carnegie Mellon a desarrollar robots para la empresa fantástica del Pentágono, el “Grand Challlenge” de la Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de la Defensa (DARPA), una competencia de vehículos robot autónomos.
El año pasado, AM General y General Dynamics Land Systems, subsidiaria del mega-fabricantes de armas General Dynamics, formaron una sociedad conjunta “para competir por el programa Conjunto de Vehículo Táctico Ligero (JLTV) del Ejército y del Cuerpo de Marines de EE.UU.”
No debiera sorprender a nadie descubrir que un alto mandamás corporativo de MacAndrews & Forbes, el vicepresidente ejecutivo y director administrativo, Barry F. Schwartz, haya contribuido por lo menos 10.000 dólares a Straight Talk America, el comité de acción política del candidato presidencial John McCain, quien dijo genialmente que le parecía “muy bien” si las tropas de EE.UU. ocupan Iraq durante “tal vez cien años” (si no “mil” o “un millón”).
Pero tambien hay "gastos de seguridad" para el interior. Recientemente, AM General vendió a la Patrulla de Fronteras del Departamento de Seguridad Interior “más de 100 camiones de la serie HUMMER 100, para uso en operaciones de seguridad fronteriza.”
2. DRS Technologies, Inc.Total en dólares del Departamento de Defensa en 2007: $1.791.321.140
Sociedad constituida durante la Guerra de Vietnam, DRS Technologies ha sido desde hace tiempo “un destacado proveedor de productos integrados, servicios y apoyo a las fuerzas militares, agencias de inteligencia y contratistas de primera en todo el mundo”; es decir han estado en el negocio de presentar productos que realzan algunas de las armas más letales del Departamento de Defensa, incluyendo "destructores , Tanques de batalla , Vehículos de combate, Helicópteros OH-58D Kiowa Warrior, Helicópteros AH-64 Apache, cazas jet F/A-18E/F Super Hornet y F-16 Fighting Falcon, cazas tácticos F-15 Eagle … [y] submarinos de varias clases ."
Incluso tienen “contratos que apoyan futuras plataformas militares, como Destructores , portaaviones y Barcos de Combate Litoral y..... Sistemas de Combate Futuro.”
Ademas de esto, DRS Technologies ha seguido arrasando en 2008 en una serie de proyectos, incluyendo:
Un contrato millonario para unidades de refrigeración, miras térmicas de armas , Remolques Pesados de Movilidad Expandida para Munición M989A1 (a fin de transportar “numerosos Sistemas de Múltiple Lanzamiento de Cohetes, munición paletizada o no-paletiza ......asi hasta innumerables contratos por otras partidas.
3. Harris CorporationTotal en dólares del Departamento de Defensa en 2007: $1.501.163.834
Harris es “una compañía internacional de comunicaciones y tecnología de la información que sirve los mercados gubernamentales, de defensa y comerciales en más de 150 países.” Tiene un ingreso anual de más de 4.000 millones de dólares y una lista impresionante en su nómina de antiguo personal militar y otros conocedores del complejo militar-corporativo. Harris no sólo ayuda a, y hace negocios con, una serie de los mayores contratistas del Pentágono (como Lockheed Martin y BAE Systems), es también un participante activo en las ocupaciones en el extranjero. En su sitio en la Red, la compañía alardea de que “tecnología de Harris ha sido utilizada para una variedad de aplicaciones comerciales y de defensa, incluyendo la Guerra en Iraq, donde el sistema [de software de Harris] suministró representaciones detalladas, tridimensionales de Bagdad y de otros cruciales ciudades iraquíes.”
El año pasado, Harris firmó numerosos acuerdos con los militares, incluyendo contratos para crear un enlace de datos digitales de alta velocidad que transmite datos tácticos de vídeo, radar, acústicos y otros de sensores de los helicópteros MH-60R de la Armada a sus barcos anfitriones. También provee a la Armada computadoras avanzadas que suministran los “mapas altamente sofisticados e información crítica de misiones a través de visualizaciones en pantalla en la cabina del piloto” utilizadas por las tripulaciones en vuelo.
En los primeros seis meses de este año, Harris ha continuado su duro trabajo para el Complejo. En enero, la compañía fue “seleccionada por la Fuerza Aérea de EE.UU. para el programa de Operaciones de Red y Espacio y Mantenimiento (NSOM)” con “un contrato base y seis opciones que llevan el valor general potencial a 410 millones de dólares durante seis años y medio.” para suministrar “apoyo de operaciones y mantenimiento para la Red de Control Satelital de la 50 Ala Espacial de la Fuerza Aérea en sitios en todo el mundo.”
En mayo, la compañía “recibió un contrato de tres años, por 20 millones de dólares de L3 Communications [uno de los 10 máximos contratistas del Pentágono] a fin de suministrar productos y servicios para la próxima generación del Sistema de Captura de Ficheros Tácticos de Vídeo (TVCS)” – un sistema que integra la técnica de vídeo simultáneo en tiempo real para realzar los ejercicios de entrenamiento táctico – “que apoyará el entrenamiento en varios emplazamientos del Cuerpo de Marines de EE.UU. en todo EE.UU. y el mundo.” Ese mismo mes, Harris también “recibió un contrato potencial por cinco años y 85 millones de dólares de Entrega Indefinida/Cantidad Indefinida (IDIQ) de la Amada de EE.UU. para terminales satelitales multibanda de comunicación que proveerán comunicaciones avanzadas para portaaviones y otros barcos de cubiertas amplias.”
Además, Harris trabaja duro para el Interior. No sólo recibió la compañía el año pasado más de 3 millones de dólares del Departamento de Seguridad Interior, sino el experto en seguridad nacional, Tim Shorrock, señaló en su artículo “Domestic Spying, Inc.” de 2007 en CorpWatch que se señala específicamente que Harris y otros contratistas de la industria de la inteligencia “podrán beneficiarse de la expansión sin precedentes del sistema interior de inteligencia de EE.UU.”
4. Navistar DefenseTotal en dólares del Departamento de Defensa en 2007: $1.166.805.361
Registrada todavía en documentos del Pentágono bajo su antiguo nombre: International Military and Government, LLC, Navistar es la subsidiaria militar de Navistar International Corporation – “una compañía de participación financiera cuyas unidades individuales suministran soluciones de transporte integradas y mejores en su clase.” Aunque la compañía ha servido a los militares de EE.UU. desde la Primera Guerra Mundial, es conocida, cuando lo es, por el público, por hacer algunos de los vehículos Resistentes a Minas Protegidos contra Emboscadas (MRAP) diseñados para frustrar las bombas iraquíes al borde de la ruta. Hasta abril de 2008, los militares de EE.UU. habían “pedido 5.214 vehículos de producción total MaxxPro MRAP” de Navistar y, el mismo mes, la compañía recibió “un contrato evaluado en más de 261 millones de dólares... para diseñar actualizaciones del blindaje utilizado en vehículos International MaxxPro MRAP.”
Pero Navistar hace más que MRAPs. Sólo el mes pasado, la compañía firmó un “contrato plurianual evaluado en cerca de 1.300 millones de dólares” con el Ejército de EE.UU. “para suministrar Vehículos Tácticos Medianos y repuestos a la Policía Nacional de Afganistán, al Ejército Nacional Afgano, y al Ministerio de Defensa iraquí.” Esto vino después de un contrato plurianual de 2005 del Ejército, por 430 millones de dólares, “por más de 2.900 vehículos y repuestos.”
Es bastante obvio que esta compañía está involucrada significativa, lucrativa, y orgullosamente en las ocupaciones de Iraq y Afganistán. Como lo describió a fines del año pasado Tom Feifar, gerente general de Partes Navistar para Global Defense and Export: “Es un honor formar parte del esfuerzo por apoyar a nuestros soldados.”
5. Evergreen International AirlinesTotal en dólares del Departamento de Defensa en 2007: $1.105.610.723
Compañía de servicios globales para la aviación en manos privadas, tiene subsidiarias en industrias relacionadas como ser la aviación en helicópteros (Evergreen Helicopters, Inc.), así como unos pocos esfuerzos no relacionados como ser producir “productos agrícolas, de viveros, y del vino” (Evergreen Agricultural Enterprises, Inc.). Evergreen ha estado en la nómina del Pentágono desde hace mucho tiempo. En 2004, Ed Connolly,
vicepresidente ejecutivo de Evergreen International Airlines, declaró: “Evergreen ha volado continuamente para el Comando de Movilidad Aérea [de la Fuerza Aérea de EE.UU.] desde 1975 y se enorgullece de continuar su antigua historia de apoyo las misiones globales de las Fuerzas Armadas de EE.UU. con calidad y servicios fiables.”
No es sorprendente que Evergreen haya estado íntimamente involucrada en la ocupación de Iraq. De hecho, en 2004, la compañía recibió “aproximadamente 200 condecoraciones por su apoyo a servicios internacionales de aerotransporte durante la guerra de Iraq” del Comando de Movilidad Aérea de la Fuerza Aérea. Un general de la Fuerza Aérea incluso entregó esas medallas y certificados de rendimiento a empleados de Evergreen.
En el informe 2006 de Amnistía Internacional: “Bajo el radar: vuelos secretos a la Tortura y la ‘Desaparición,’” la organización de derechos humanos señaló que Evergreen fue una de sólo un puñado de compañías privadas con permisos válidos para aterrizar en bases militares de EE.UU. en todo el mundo. Ese mismo año, la compañía incluso transportó a la personalidad de FOX News, Bill O'Reilly, y a su show televisivo a Kuwait e Iraq para ver y saludar a los soldados, firmar libros y fotos, y distribuir baratijas. Y recién el año pasado la compañía formó parte de un consorcio, incluyendo a prominentes transportadores comerciales como American, Delta, y United Airlines, al que el Pentágono adjudicó un “contrato firme a precio fijo por 1.031.154.403 dólares para servicios de aerotransporte internacional... [que] se espera será completado en septiembre de 2008.”
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La consolidación de Hollywood como sistema imperial tiene lugar cuando en el período de la 1a. Guerra Mundial, el resto de los países europeos entraron en una recesión de producción y exhibición.
El segundo asalto hacia los mercados internacionales y su apogeo se produce durante la segunda contienda bélica mundial. 1946 aparece algunas veces como el año de mayores beneficios originados por esta industria. Dos períodos bélicos afirman expansivamente el sistema. Algo tendrá que ver justamente en su producción sensible, en el tipo de imagen que necesitaban y aprovecharon a componer sus inversores y productores, la relación con los períodos de guerra.
La estructuración vertical y el control oligopólico, común en otros sectores comerciales, se apoderó ya desde entonces de la industria del cine.
Y más allá de que no se puede hablar de todas las películas porque ni las podremos abarcar seguramente, sabemos de boca de sus historiadores las maniobras y convergencias de grupos de poder que supuso el desarrollo de una industria como ésta. El Bank of Italy o la Banca Morgan se mencionan como los primeros aportes de capital que condicionaron el cine al imperativo de la rentabilidad comercial.
Un documento firmado en 1916 por Wilbur J. Carr en nombre del State Departament de los Estados Unidos exigía a los estudios “informes detallados sobre la situación del cine norteamericano: su volumen productivo y las condiciones de exportación... las distribuidoras que abastecían el mercado internacional y sus precios de alquiler”.
Se llegó a censar “el número de salas que exhibían regularmente películas americanas, su aforo y precio, se hicieron comentarios sobre la aceptación de las películas norteamericanas entre los públicos internacionales, etc...” A partir de estos informes se aprueba la resolución 121 de 1921 del Senado que pronunciaba explícitamente la defensa de su cinematografía...
El cine de Hollywood ha sido un asunto de Estado y de los altos circuitos financieros.
Las leyes favorecieron varias veces no ya el apoyo a una industria por considerarla importante como asunto cultural, sino a una producción de películas que se consideraba fundamental para la expansión comercial de EEUU en general, la exportación de su sistema de vida y el acercamiento a su constante obsesión desde siempre: convertir el mundo al capitalismo.
Este imaginario de Hollywood forma parte del nucleo de personalidad de cualquier joven , sea Polaco, Mexicano o Americano.
Deberiamos crear una especie de filmo-pedagogía social que desactive, un imperialismo audiovisual instalado durante nada menos que un siglo de existencia.
Emular el sistema de producción hollywoodense es una falacia absurda porque para hacerlo habría que dejarse poseer por su obsesión imperialista, conseguir las alianzas y coyunturas financieras que le dieron origen, los flujos de dinero y las legislaciones que lo fueron conformando durante todas las décadas del siglo pasado.
El intento permanente de afianzamiento de las industrias nacionales, tienen ese defecto de forma en su concepción: cada industria nacional no puede aspirar a ser y comportarse como la norteamericana porque la existencia de una industria como la de Hollywood, supone la desaparición del resto de las cinematografías. Su fin natural es el monopolio.
Ignacio Ramonet –director de Le Monde Diplomatique-:
“Estados unidos puebla nuestros sueños con una legión de héroes mediáticos. Caballos de Troya del amo dentro de la intimidad de nuestros cerebros. Mientras sólo adquiere, por ejemplo, el 1% de películas en el extranjero, inunda el mundo con las producciones de Hollywood”[16]
Esto lleva a la paradoja de que incluso en Europa circulen más fácilmente las películas de EEUU que las europeas, al respecto Carlos Pardo en su artículo “Hollywood vs. diversidad cultural” [17]señala: “…los únicos vínculos entre los espectadores de la Unión Europea son las películas de Hollywood”.
Imagina que un dinosaurio ha decidido aplastarte y enfila hacia ti y, entonces, tú, animal diminuto, decides que la mejor defensa es convertirte en un dinosaurio igual que él, que la mejor estrategia es perder toda identidad, mutar en dinosaurio sin serlo e imitar sus movimientos.
No te dará el tiempo, te aplastará.
Habrá que buscar estrategias de huida, de ataque, de defensa, fabricar formas de vida lejos de su paso, crear clandestinamente trampas gigantescas... cualquier maniobra menos las que te lleven a querer convertirte en un dinosaurio igual que él para poder defenderte de él.
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Decenas de miles de contratistas de la defensa – desde bien conocidas corporaciones “civiles” (como Coca-Cola, Kraft, Dell, Starbucks coffe, Oakley sunglasses, Ipods....) a pequeñísimas compañías – se han engordado con el Pentágono y sus guerras.
Cuando se termine por escribir la historia de la Guerra de Iraq, es muy probable que no sean mencionados estos cinco ‘billion-dollar babies’, ni la mayoría de los demás contratistas de la defensa involucrados en posibilitar la ocupación de EE.UU.
Hasta que comencemos a asumir el papel de semejantes corporaciones en la creación de la base material para una política exterior imperial, no llegaremos a comprender totalmente cómo trabaja el Pentágono y por qué vamos tan regularmente a la guerra en países lejanos, y los ocupamos.
From iPods to Starbucks coffee to Oakley sunglasses, Turse investigates the remarkable range of military incursions into the civilian world: the Pentagon's collaborations with Hollywood filmmakers, its outlandish schemes to weaponize the wild kingdom, its joint ventures with the World Wrestling Federation and NASCAR. He shows the inventive ways the military, desperate for new recruits, now targets children and young adults, tapping into the "culture of cool" by making 'friends' on MySpace.
A striking vision of a brave new world of remote-controlled rats and super-soldiers who need no sleep, The Complex will change our understanding of the militarization of America. We are a long way from Eisenhower's military-industrial complex: this is the essential book for understanding its twenty-first-century progeny.
Comments on The Complex
"Americans who still think they can free themselves from the clutches of the military-industrial complex need to read this book. The gimmicks the Pentagon uses to deceive, entrap, and enlist gullible 18 to 24 year-olds make signing up anything but voluntary. Nick Turse has produced a brilliant exposé of the Pentagon's pervasive influence in our lives."
-- Chalmers Johnson, author of Nemesis: The Last Days of the American Republic
"This is a deeply disturbing audit of the Pentagon's influence on American life, especially its subtle conscription of popular imagination and entertainment technology. If Nick Turse is right, the Matrix may be just around the corner."
-- Mike Davis, author of Buda's Wagon: A Brief History of the Car Bomb
"When President Eisenhower warned of the dangers to democracy posed by the military-industrial complex, he had no idea how far it would penetrate into every aspect of our everyday lives. In impressive detail, Nick Turse shows how the military is now tied to everything from your morning cup of Starbucks to the video games your kids play before turning in for the night. It's not just political anymore-it's personal. Turse has sounded the alarm about the militarization of everyday life. Now it's up to us to do something about it."
-- Bill Hartung, author of How Much Are You Making on the War Daddy?
"Nick Turse's searing, investigative journalism exposes how, with a growing contingent of corporate/entertainment/academic/media collaborators, the Pentagon has not only garrisoned the globe, but come home to dominate the United States. The Complex is indispensable reading."
-- Dahr Jamail, author of Beyond the Green Zone: Dispatches from an Unembedded Journalist in Occupied Iraq
"In his exhaustively researched first book concerning the extent to which the 'military industrial complex' has infiltrated the life of the average American, journalist Turse starts off by documenting how many times supposedly innocent consumer choices support major Pentagon contractors then covers similar ground in greater detail. Turse has up-to-date information on a previously well-covered subject and casts a wide net, including the movie industry, video gaming and military recruitment tactics in his analysis. Many of Turse's facts are purely economic, but some of them are astonishing. Who knew, for example, that in 2005, the Department of Defense spent $1.2 million on donuts in Kuwait?"
-- Publisher's Weekly
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Nick Turse es editor asociado y director de investigación de Tomdispatch.com.
Ha escrito para Los Angeles Times, San Francisco Chronicle, Adbusters, Nation, y regularmente para Tomdispatch.com. Su primer libro: “The Complex: How the Military Invades Our Everyday Lives,” una exploración del nuevo complejo militar-corporativo en EE.UU.
Su sitio en la red: Nick Turse.com ha sido recientemente remodelado y expandido.
http://www.tomdispatch.com/post/174948/nick_turse_the_pentagon_s_stealth_corporations
Hollywood y el Pentágono han copulado en la oscuridad desde los inicios de la industria del cine y de paso han copulado con tu mente con una incesante - a veces sutil, a veces explícita - propaganda, que es lo que sustenta la demencia planetaria que permite que vivamos en guerra.
Parte fundamental del entretenimiento es que el producto final no revela lo que hay detrás: esto es lo que ha sido llamado "la magia del cine". No vemos los monumentales sets (maquetas, animaciones digitales o cartón); no vemos a los cientos de personas que participan para lograr una toma; no vemos, en lo absoluto, las cámaras, las luces, los micrófonos y toda la tecnología que permite que la imagen con todo su brillo y poder entre a tu mente. Pero tampoco vemos, a menos de que seamos muy atentos, la ideología y la propaganda que motiva, de raíz, los programas y películas de "mero entretenimiento" que millones de personas ven todos los días.
Como expondremos aquí, basándonos en datos verificables, todossomos objeto de una operación propagandística de control mental, que tiene uno de sus frentes más claros y mentalmente más invasivos en la relación entre el Ejército de Estados Unidos y Hollywood, tanto, que es apropiado hablar de estas industrias como una sola de Entretenimiento-Militar (o Military-Entertainment Complex, como se le llama en inglés).
Esta estrecha relación se basa en una conveniente dependencia entre ambas industrias. Por una parte Hollywood necesita de los "juguetes" del Ejército para filmar cualquier escena de guerra o incluso del género futurista (usando tecnología que dé verosimilitud); por otra parte, el Pentágono necesita de la difusión, del marketing de Hollywood para promover un perenne estado de guerra, convencer a los ciudadanos de enlistarse en la milicia o mostrarse complacientes con un Estado que tolera que sus contribuciones sean usadas para financiar la monstruosa máquina bélica. La publicidad directa, el Ejército lo ha notado, no es tan efectiva como la glorificación de la guerra y la empatía que logran, con todo el arte dramático, los magos del show business, los forjadores de sueños del bosque sagrado de Hollywood. Además existe un lazo profundo entre los grandes estudios de Hollywood, sus dueños y los dueños de las grandes compañías como General Electric, NBC yUniversal, que también tienen participación en la industria militar. Un negocio redondo.
Cuando podríamos pensar que la sociedad está cansada de la guerra, se viene, necesariamente para dinamizar esta economía neuropolítica, una cuantiosa camada de cintas que exaltan el espíritu de la guerra y lo incrustan en la profundidad de la psique de los ciudadanos - que a fin de cuentas son los que pagan, lo mismo los boletos de cine que los misiles y aviones de guerra.
David Sirota, cuyo trabajo encomiamos por dar a conocer en el mainstream la colusión entre Hollywood y el Pentágono, advierte que se aproxima una serie de películas cuyo objetivo es ensalzar a los Navy Seals y, claro, reforzar la ideología pro-guerra. El director Peter Berg acepta incluso que en su próximo tributo cinematográfico a los Seals contó con la aprobación del Pentágono. "La idea de una vieja cinta de combate, en la que la política está muy clara - apoyamos a estos hombres - fue más atractiva para ellos", dijo Berg, haciendo notar que la película será "un desinhibido tributo a la valentía de los Seals". Saquen los violines, las gotas perladas de su sudor en close-up, los lentes de nightvision y las ráfagas de artillería de última generación.
La renombrada dierctora Kathryn Bigelow (primera mujer en ganar el Oscar al mejor director y esposa del agente de la industria militar, James Cameron) es la elegida para dirigir la oda fílmica a la captura de Osama bin Laden. La película hará uso de información clasificada brindada por la CIA y evidentemente contará una historia para que se regodee el Pentágono. "La misión fue un triunfo estadounidense, tanto heroico como apartidista, y no hay ninguna base para sostener que nuestra película representará esta enorme victoria de otra forma", dijo Bigelow, endulzando los bigotes de los peces gordos del Pentágono.
Ahora veamos que esta connivencia, como brazo de propaganda, es tan vieja casi como la industria del cine y mucho más sutil y poderosa que lo hecho por Goebbels.
¡¡Fuego amigo!! Una breve historia de amor entre Hollywood y la Industria Militar
David L. Robb documenta en su libro Operation Hollywood la enorme cantidad de películas que han sido subvencionadas y avaladas por la industria militar. Esta sociedad, que a fin de cuentas hace su merchandising sobre la mente de las masas, se sella cuando Estados Unidos entró a la Primera Guerra Mundial, estableciéndose paralelamente el Comité de Información Pública que formula las pautas a seguir para promover el apoyo doméstico. En 1917 el diario de la industria del cine, Motion Pictures News, proclama: "Todo individuo trabajando en la industria ha prometido proveer afiches, películas, tráilers y negativos para esparcir la propaganda necesaria para la inmediata movilización de los grandes recursos de la nación".
La ganadora del primer Premio de la Academia a la Mejor Película, Wings (una especie de proto Top Gun de 1927), contó con todo el apoyo del Pentágono.
Con la entrada de Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial la colaboración se expandió niveles inéditos. Los estudios de Hollywood produjeron, a la velocidad de las palomitas de maíz, una serie de dramas de guerra para exaltar el heroismo del esfuerzo estadounidense en combate. Numerosas películas se produjeron, pero quizás la más conocida sea el documentalWhy We Fight, presentado en siete entregas (1942-1945), obra del brillante director Frank Capra (italiano de origen), quien en cierta medida jugó el mismo papel que Leni Riefenstahl en la Alemania Nazi.
En los años 50 la milicia trabajó con Lassie para mostrar nueva tecnología militar y produjo "Mouse Reels" para el Mickey Mouse Club: uno de los programas mostraba a unos niños visitando el primer submarino nuclear (eso es lo que se llama formar futuros). Al respecto el periodista David Robb descubrió un memorándum del Pentágono, de esa misma época, en el que sea hacía notar que la producción mediática enfocada en los niños "es una excelente oportunidad para introducir a una nueva generación a la Marina nuclear".
Los niños siguen siendo el blanco del Pentágono. Como afirma David Sirota en su nuevo libro Back to Our Future, buena parte de la industria de los videojuegos fue subsidiada en el inicio por contratistas militares, de donde se entiende por qué la mayoría de los primeros juegos tuvieron una inclinación marcial (Atari Combat, Misile Command, Contra, etc.) Y si bien esto es algo que aún prevalece, será el tema de un artículo próximo.
Sin embargo, la influencia del Pentágono no se limita a películas de guerra o videojuegos. La comedia disparatada Stripes, con Bill Murray, fue drásticamente alterada en su preproducción, evitando mencionar las bases militares y la influencia del Ejército de Estados Unidos en América Latina.
Jurassic Park III (2001) recibió dos helicópteros Seahawk, cuatro vehículos anfibios de asalto y ochenta miembros de la fuerza naval para redar una playa al final de la película (porque además, por si lo anterior no bastara, en la nueva gama de películas de Navy Seals se obliga a los soldados a ser actores). Esto se dio bajo el acuerdo de hacer "product placement" militar. Un beauty shot muestra el logo de la Fuerza Naval durante el momento cumbre del rescate de los protagonistas y se incluyó una línea de diálogo donde se agradece a los marines (esos héroes de la forzada imaginaria pop).
Se sabe bien que películas como Rambo y Top Gun aumentan el reclutamiento militar. Según la Fuerza Naval, el estreno de Top Gun hizo que aumentara hasta 400% el número de jóvenes que se enlistaron para la aviación naval. Tanto se entusiamó el Ejército por dicha película que incluso organizaron eventos de reclutamiento en las salas de cine - pretendiendo vorazmente canalizar la fresca inspiración pro militar de la cinta. "Los chicos salían de la sala con los ojos tan grandes como platillos y decían '¿Dónde firmo'", declaró el mariscal David Georgi ("¡Hey! ¡Tú puedes ser el próximo Maverick!"). Incluso hoy en día, como parte de ese tenebroso feedback, se nombran misiones militares con personajes y códigos de la película Top Gun y otras fantasías militares de los ochenta, implantando estos memes en las psiques de "Los lobeznos que han crecido y han ido Irak", según se refiere el Ejército a esa generación.
Asesores especiales militares reciben un nombramiento especial para asegurarse que los directores no intenten introducir innovaciones fuera del guión que se alejen de las directrices del Pentágono. El mariscal David Georgi, asesor de la película Clear and Present Danger, le dijo a Robb: "Siempre está en la mente de los productores intentar darle un giro a la película en la dirección original que nos habían presentado [...]. Es mi trabajo como consejero técnico asegurarme que la película no se desvíe sustancialmente de la versión aprobada" (Operation Hollywood, p. 38).
Esta intereferencia es tal que hoy en día ni siquiera la tratan de ocultar. La Oficina de Entrenimiento de la Fuerza Aérea incluso tiene su propio sitio web Wings over Hollywood y la CIA nombró en el 2001 a su asesor oficial para la industria del cine.
Después del 11 de septiembre el principal asesor político de George W. Bush, Karl Rove, se reunió con los jefes de las grandes casas productoras para obtener su apoyo en la guerra contra el terror.
En junio de este año, Michelle Obama reunió a 500 productores, escritores y actores en Los Ángeles para pedirles que incorporaran más historias militares familiares al entretenimiento como parte de la iniciativa de la Casa Blanca "Joining Forces".
Entre las películas más recientes que han contado con el apoyo de equipo militar se encuentran los blockbusters Trasnformers 3 y Battle of Los Angeles (una película en la que el Ejército lucha contra unos OVNIs, algo que podría ser parte de la nueva gran agenda de programación predictiva del Pentágono: extraterrestres y transhumanismo).
En contraste, hay que resaltar las películas que no recibieron apoyo de la industria militar porque sus directores se negaron a modificar la historia: The Last Detail (1973), Apocalypse Now (1979), An Officer and a Gentleman (1982), Born on the Fourth of the July (1989) y Forrest Gump (1994).
Por otra parte, como señala David Robb, la manera preferencial en la que el Pentágono apoya a ciertas películas y a otras no es una violación de la Primera Enmienda de Estados Unidos, en la que se hace manifiesto no solo el derecho a la libre expresión, sino también que el gobierno no deberá favorecer una expresión sobre otra. La infraestrcutura militar de Estados Unidos le pertenece a los ciudadanos, por lo cual, en teoría, no debería de comportarse como una corporación privada en la que se puede escoger, arbitrariamente, con qué empresa se trabaja. En todo caso se debería de licitar el uso de su tecnología a cualquier película y no solo a aquellas que aceptan glorificar sus intereses.
Hoy en día un manojo de compañías controlan el cine en Estados Unidos, princpalmente Disney, AOL-Time Warner, Sony, General Electric, News Corporation y Seagram. Los intereses de estas compañías generalmente están alineados con los de la industria militar y sus contratistas, como parte de una gran obra (sangrienta) de ficción planetaria. Como dijera Rupert Murdoch en el 2003, después de la invasión de Irak, una ocupación exitosa bajaría los precios de petróleo y beneficiaría la economía: "Esto sería más grande que cualquier reducción de impuestos en cualquier país".
Lo que vemos, y hay que llamarlo por su nombre, es una sociedad semisecreta, a caballo entre el poder político-militar y el poder de entretenimiento-económico, intercalando posiciones hasta fundirse en un aparato de control único. La sociedad del espectáculo en la que vivimos no es solamente la casualidad del mercado libre y de la naturaleza humana de buscar entretenimiento o de consumir historias. Lo sabían los grandes políticos griegos: el teatro es el perfecto escenario de adoctrinamiento justamente porque los ciudadanos no lo rechazan reempaquetado, glamorizado y supuestamente libre de la ideología política oficial. El cine es el aparato de adoctrinamiento más poderoso inventado hasta la fecha porque simula la realidad al incorporar todas las artes en un mismo flujo, convirtiéndose en una extensión de nuestros sueños, de nuestras imágenes mentales y, por lo tanto, penetra el inconsciente, donde implanta sus semillas. Esta frase de F.Scott Fitzgerald (citado por Jason Horsley) encierra la magnitud de esta brujería:
"La películas nos han robado nuestros sueños. De todas las traiciones esta es la peor".
Sueños minados, mentes militarizadas. Para que el mundo permita que siga sana y campante la industria de la guerra (algo totalmente demente) se necesita una imperceptible lobotomía de la mente global. ¿De qué otra forma aceptaría un joven ir a morir a una tierra lejana solamente para que los CEOs de las grandes compañis petroleras, de los bancos, de las grandes productoras, engrosen los ceros en sus cheques a fin de año? ¿De qué otra forma odiaríamos a los habitantes de un país que no conocemos y que no nos han hecho nada (solo han agredido un supuesto ideal), que viven a miles de kilómetros, si no somos bombardeados mentalmente para conseguir el efecto de que percibamos a estas personas como malignas y pensemos que debemos destruirlas en pro de la libertad o alguna otra abstracción?
Así que si alguna vez te habías preguntado por qué incluyen balaceras y persecuciones injustificadas en casi todas las películas de Hollywood, ahí tienes tu respuesta. Ahora pide que te regresen un cerebro que pueda estar en paz.
Parte fundamental del entretenimiento es que el producto final no revela lo que hay detrás: esto es lo que ha sido llamado "la magia del cine". No vemos los monumentales sets (maquetas, animaciones digitales o cartón); no vemos a los cientos de personas que participan para lograr una toma; no vemos, en lo absoluto, las cámaras, las luces, los micrófonos y toda la tecnología que permite que la imagen con todo su brillo y poder entre a tu mente. Pero tampoco vemos, a menos de que seamos muy atentos, la ideología y la propaganda que motiva, de raíz, los programas y películas de "mero entretenimiento" que millones de personas ven todos los días.
Como expondremos aquí, basándonos en datos verificables, todossomos objeto de una operación propagandística de control mental, que tiene uno de sus frentes más claros y mentalmente más invasivos en la relación entre el Ejército de Estados Unidos y Hollywood, tanto, que es apropiado hablar de estas industrias como una sola de Entretenimiento-Militar (o Military-Entertainment Complex, como se le llama en inglés).
Esta estrecha relación se basa en una conveniente dependencia entre ambas industrias. Por una parte Hollywood necesita de los "juguetes" del Ejército para filmar cualquier escena de guerra o incluso del género futurista (usando tecnología que dé verosimilitud); por otra parte, el Pentágono necesita de la difusión, del marketing de Hollywood para promover un perenne estado de guerra, convencer a los ciudadanos de enlistarse en la milicia o mostrarse complacientes con un Estado que tolera que sus contribuciones sean usadas para financiar la monstruosa máquina bélica. La publicidad directa, el Ejército lo ha notado, no es tan efectiva como la glorificación de la guerra y la empatía que logran, con todo el arte dramático, los magos del show business, los forjadores de sueños del bosque sagrado de Hollywood. Además existe un lazo profundo entre los grandes estudios de Hollywood, sus dueños y los dueños de las grandes compañías como General Electric, NBC yUniversal, que también tienen participación en la industria militar. Un negocio redondo.
Cuando podríamos pensar que la sociedad está cansada de la guerra, se viene, necesariamente para dinamizar esta economía neuropolítica, una cuantiosa camada de cintas que exaltan el espíritu de la guerra y lo incrustan en la profundidad de la psique de los ciudadanos - que a fin de cuentas son los que pagan, lo mismo los boletos de cine que los misiles y aviones de guerra.
David Sirota, cuyo trabajo encomiamos por dar a conocer en el mainstream la colusión entre Hollywood y el Pentágono, advierte que se aproxima una serie de películas cuyo objetivo es ensalzar a los Navy Seals y, claro, reforzar la ideología pro-guerra. El director Peter Berg acepta incluso que en su próximo tributo cinematográfico a los Seals contó con la aprobación del Pentágono. "La idea de una vieja cinta de combate, en la que la política está muy clara - apoyamos a estos hombres - fue más atractiva para ellos", dijo Berg, haciendo notar que la película será "un desinhibido tributo a la valentía de los Seals". Saquen los violines, las gotas perladas de su sudor en close-up, los lentes de nightvision y las ráfagas de artillería de última generación.
La renombrada dierctora Kathryn Bigelow (primera mujer en ganar el Oscar al mejor director y esposa del agente de la industria militar, James Cameron) es la elegida para dirigir la oda fílmica a la captura de Osama bin Laden. La película hará uso de información clasificada brindada por la CIA y evidentemente contará una historia para que se regodee el Pentágono. "La misión fue un triunfo estadounidense, tanto heroico como apartidista, y no hay ninguna base para sostener que nuestra película representará esta enorme victoria de otra forma", dijo Bigelow, endulzando los bigotes de los peces gordos del Pentágono.
Ahora veamos que esta connivencia, como brazo de propaganda, es tan vieja casi como la industria del cine y mucho más sutil y poderosa que lo hecho por Goebbels.
¡¡Fuego amigo!! Una breve historia de amor entre Hollywood y la Industria Militar
David L. Robb documenta en su libro Operation Hollywood la enorme cantidad de películas que han sido subvencionadas y avaladas por la industria militar. Esta sociedad, que a fin de cuentas hace su merchandising sobre la mente de las masas, se sella cuando Estados Unidos entró a la Primera Guerra Mundial, estableciéndose paralelamente el Comité de Información Pública que formula las pautas a seguir para promover el apoyo doméstico. En 1917 el diario de la industria del cine, Motion Pictures News, proclama: "Todo individuo trabajando en la industria ha prometido proveer afiches, películas, tráilers y negativos para esparcir la propaganda necesaria para la inmediata movilización de los grandes recursos de la nación".
La ganadora del primer Premio de la Academia a la Mejor Película, Wings (una especie de proto Top Gun de 1927), contó con todo el apoyo del Pentágono.
Con la entrada de Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial la colaboración se expandió niveles inéditos. Los estudios de Hollywood produjeron, a la velocidad de las palomitas de maíz, una serie de dramas de guerra para exaltar el heroismo del esfuerzo estadounidense en combate. Numerosas películas se produjeron, pero quizás la más conocida sea el documentalWhy We Fight, presentado en siete entregas (1942-1945), obra del brillante director Frank Capra (italiano de origen), quien en cierta medida jugó el mismo papel que Leni Riefenstahl en la Alemania Nazi.
En los años 50 la milicia trabajó con Lassie para mostrar nueva tecnología militar y produjo "Mouse Reels" para el Mickey Mouse Club: uno de los programas mostraba a unos niños visitando el primer submarino nuclear (eso es lo que se llama formar futuros). Al respecto el periodista David Robb descubrió un memorándum del Pentágono, de esa misma época, en el que sea hacía notar que la producción mediática enfocada en los niños "es una excelente oportunidad para introducir a una nueva generación a la Marina nuclear".
Los niños siguen siendo el blanco del Pentágono. Como afirma David Sirota en su nuevo libro Back to Our Future, buena parte de la industria de los videojuegos fue subsidiada en el inicio por contratistas militares, de donde se entiende por qué la mayoría de los primeros juegos tuvieron una inclinación marcial (Atari Combat, Misile Command, Contra, etc.) Y si bien esto es algo que aún prevalece, será el tema de un artículo próximo.
Sin embargo, la influencia del Pentágono no se limita a películas de guerra o videojuegos. La comedia disparatada Stripes, con Bill Murray, fue drásticamente alterada en su preproducción, evitando mencionar las bases militares y la influencia del Ejército de Estados Unidos en América Latina.
Jurassic Park III (2001) recibió dos helicópteros Seahawk, cuatro vehículos anfibios de asalto y ochenta miembros de la fuerza naval para redar una playa al final de la película (porque además, por si lo anterior no bastara, en la nueva gama de películas de Navy Seals se obliga a los soldados a ser actores). Esto se dio bajo el acuerdo de hacer "product placement" militar. Un beauty shot muestra el logo de la Fuerza Naval durante el momento cumbre del rescate de los protagonistas y se incluyó una línea de diálogo donde se agradece a los marines (esos héroes de la forzada imaginaria pop).
Se sabe bien que películas como Rambo y Top Gun aumentan el reclutamiento militar. Según la Fuerza Naval, el estreno de Top Gun hizo que aumentara hasta 400% el número de jóvenes que se enlistaron para la aviación naval. Tanto se entusiamó el Ejército por dicha película que incluso organizaron eventos de reclutamiento en las salas de cine - pretendiendo vorazmente canalizar la fresca inspiración pro militar de la cinta. "Los chicos salían de la sala con los ojos tan grandes como platillos y decían '¿Dónde firmo'", declaró el mariscal David Georgi ("¡Hey! ¡Tú puedes ser el próximo Maverick!"). Incluso hoy en día, como parte de ese tenebroso feedback, se nombran misiones militares con personajes y códigos de la película Top Gun y otras fantasías militares de los ochenta, implantando estos memes en las psiques de "Los lobeznos que han crecido y han ido Irak", según se refiere el Ejército a esa generación.
Asesores especiales militares reciben un nombramiento especial para asegurarse que los directores no intenten introducir innovaciones fuera del guión que se alejen de las directrices del Pentágono. El mariscal David Georgi, asesor de la película Clear and Present Danger, le dijo a Robb: "Siempre está en la mente de los productores intentar darle un giro a la película en la dirección original que nos habían presentado [...]. Es mi trabajo como consejero técnico asegurarme que la película no se desvíe sustancialmente de la versión aprobada" (Operation Hollywood, p. 38).
Esta intereferencia es tal que hoy en día ni siquiera la tratan de ocultar. La Oficina de Entrenimiento de la Fuerza Aérea incluso tiene su propio sitio web Wings over Hollywood y la CIA nombró en el 2001 a su asesor oficial para la industria del cine.
Después del 11 de septiembre el principal asesor político de George W. Bush, Karl Rove, se reunió con los jefes de las grandes casas productoras para obtener su apoyo en la guerra contra el terror.
En junio de este año, Michelle Obama reunió a 500 productores, escritores y actores en Los Ángeles para pedirles que incorporaran más historias militares familiares al entretenimiento como parte de la iniciativa de la Casa Blanca "Joining Forces".
Entre las películas más recientes que han contado con el apoyo de equipo militar se encuentran los blockbusters Trasnformers 3 y Battle of Los Angeles (una película en la que el Ejército lucha contra unos OVNIs, algo que podría ser parte de la nueva gran agenda de programación predictiva del Pentágono: extraterrestres y transhumanismo).
En contraste, hay que resaltar las películas que no recibieron apoyo de la industria militar porque sus directores se negaron a modificar la historia: The Last Detail (1973), Apocalypse Now (1979), An Officer and a Gentleman (1982), Born on the Fourth of the July (1989) y Forrest Gump (1994).
Por otra parte, como señala David Robb, la manera preferencial en la que el Pentágono apoya a ciertas películas y a otras no es una violación de la Primera Enmienda de Estados Unidos, en la que se hace manifiesto no solo el derecho a la libre expresión, sino también que el gobierno no deberá favorecer una expresión sobre otra. La infraestrcutura militar de Estados Unidos le pertenece a los ciudadanos, por lo cual, en teoría, no debería de comportarse como una corporación privada en la que se puede escoger, arbitrariamente, con qué empresa se trabaja. En todo caso se debería de licitar el uso de su tecnología a cualquier película y no solo a aquellas que aceptan glorificar sus intereses.
Hoy en día un manojo de compañías controlan el cine en Estados Unidos, princpalmente Disney, AOL-Time Warner, Sony, General Electric, News Corporation y Seagram. Los intereses de estas compañías generalmente están alineados con los de la industria militar y sus contratistas, como parte de una gran obra (sangrienta) de ficción planetaria. Como dijera Rupert Murdoch en el 2003, después de la invasión de Irak, una ocupación exitosa bajaría los precios de petróleo y beneficiaría la economía: "Esto sería más grande que cualquier reducción de impuestos en cualquier país".
Lo que vemos, y hay que llamarlo por su nombre, es una sociedad semisecreta, a caballo entre el poder político-militar y el poder de entretenimiento-económico, intercalando posiciones hasta fundirse en un aparato de control único. La sociedad del espectáculo en la que vivimos no es solamente la casualidad del mercado libre y de la naturaleza humana de buscar entretenimiento o de consumir historias. Lo sabían los grandes políticos griegos: el teatro es el perfecto escenario de adoctrinamiento justamente porque los ciudadanos no lo rechazan reempaquetado, glamorizado y supuestamente libre de la ideología política oficial. El cine es el aparato de adoctrinamiento más poderoso inventado hasta la fecha porque simula la realidad al incorporar todas las artes en un mismo flujo, convirtiéndose en una extensión de nuestros sueños, de nuestras imágenes mentales y, por lo tanto, penetra el inconsciente, donde implanta sus semillas. Esta frase de F.Scott Fitzgerald (citado por Jason Horsley) encierra la magnitud de esta brujería:
"La películas nos han robado nuestros sueños. De todas las traiciones esta es la peor".
Sueños minados, mentes militarizadas. Para que el mundo permita que siga sana y campante la industria de la guerra (algo totalmente demente) se necesita una imperceptible lobotomía de la mente global. ¿De qué otra forma aceptaría un joven ir a morir a una tierra lejana solamente para que los CEOs de las grandes compañis petroleras, de los bancos, de las grandes productoras, engrosen los ceros en sus cheques a fin de año? ¿De qué otra forma odiaríamos a los habitantes de un país que no conocemos y que no nos han hecho nada (solo han agredido un supuesto ideal), que viven a miles de kilómetros, si no somos bombardeados mentalmente para conseguir el efecto de que percibamos a estas personas como malignas y pensemos que debemos destruirlas en pro de la libertad o alguna otra abstracción?
Así que si alguna vez te habías preguntado por qué incluyen balaceras y persecuciones injustificadas en casi todas las películas de Hollywood, ahí tienes tu respuesta. Ahora pide que te regresen un cerebro que pueda estar en paz.
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