"EMINENCIA" CORRUPTO HASTA LAS CEJAS:
El español Baselga, eminencia del cáncer y médico de Lequio, no declaró varios millones de dolares
- El director médico del Memorial Sloan Kettering Cancer Center (MSKCC) ha reconocido que no hizo públicos los pagos de laboratorios farmacéuticos.
- Así es José Baselga, el experto en cáncer en el que confían Lequio y Obregón
El término conflicto de interés puede
no ser conocido para la gran mayoría de la población, pero lo es -o, al
menos, ha de serlo- para cualquiera que se dedique a la investigación.
Es el caso del español José Baselga, una de las mayores eminencias en
el tratamiento del cáncer de mama del mundo y actual director médico del
uno de los centros oncológicos más prestigiosos, el Memorial Sloan Kettering Cancer Center (MSKCC).
El conflicto de interés se incluye en cualquier estudio publicado en una revista científica
seria, para que el lector sepa si los autores han recibido dinero que,
de alguna forma, pueda comprometer los resultados de la investigación.
Según desvela este sábado el diario The New York Times y la web de investigación periodística ProPublica, el oncólogo español -del que se ha hablado últimamente al haberle mencionado Alejandro Lequio como una de las razones para mandar a su hijo Álex a tratarse de su cáncer el MSKCC- habría fracasado estrepitosamente en su declaración de conflicto de intereses, al haber omitido declarar cobros de millones de dólares
por parte de laboratorios farmacéuticos, que le habrían pagado -todo
legal- por labores de asesoría y por adquirir compañías participadas por
el médico.
Uno de los ejemplos que cita el artículo es el laboratorio Roche, que habría abonado por estas labores a Baselga alrededor de tres millones de dólares
que el investigador no habría mencionado en sus declaraciones de
conflictos de interés en distintos artículos. En ningún momento se
cuestiona que esos pagos sean legales o lícitos, sino que se pone el
foco en que no los hizo públicos cuando tenía que haberlo hecho.......
https://www.elespanol.com/ciencia/salud/20180908/espanol-baselga-eminencia-lequio-declarar-millones-dolares/336466896_0.html
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Cabe señalar que la ciencia del siglo XXI es un tipo de ciencia diferente de la ciencia moderna de los siglos XVII al XX:
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Cabe señalar que la ciencia del siglo XXI es un tipo de ciencia diferente de la ciencia moderna de los siglos XVII al XX:
“se ha producido una transformación global, radical irreversible y estructural, en la forma en que la ciencia se organiza y se implementa” (Ziman, 1994).
Alrededor de 1950, Derek Price descubrió que la ciencia moderna había crecido de manera exponencial, y predijo que el carácter de la ciencia iba a cambiar durante la última parte del siglo XX hasta el punto en que dicho crecimiento se hiciera imposible.
Un aspecto de este cambio es que el ethos científico ya no se corresponde con las tradicionales normas de imparcialidad mertonianas[3] y con la divulgación pública; se ha subordinado a los valores corporativos.
Las normas mertonianas hacían que la ciencia fuese fiable; las nuevas normas descritas por Ziman no lo hacen. Como afirma Ziman, a los científicos se les recompensaba tradicionalmente por la práctica del comunitarismo, el universalismo, la imparcialidad, la originalidad y el escepticismo.
En el mundo corporativo, los científicos son recompensados en el puesto de trabajo por los resultados que son de propiedad exclusiva, limitados, bajo imposición de una autoridad, por encargo y realizados por expertos.
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