01 junio 2014

FUERZAS ESPECIALES - asesinos con licencia

ESTOS MUERTOS SIN BANDERA NO SALEN EN LA TV.

Washington está utilizando secretamente sus Fuerzas Especiales en 78 países

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Las Fuerzas Especiales fueron concebidas como un medio de utilizar recursos militares en la realización de operaciones de guerra no convencional  (sabotajes, terrorismo - asesinatos - desestabilizacion - propaganda - entrenamiento de fuerzas antigobiernos "hostiles", provocacion de motines, organizacion de asesinatos de opositores políticos.... )

En este momento, Washington ya está utilizando secretamente sus Fuerzas Especiales en 78 países. Sin embargo, sigue negando públicamente la existencia de sus misiones, a pesar de que el presupuesto anual de las Fuerzas Especiales estadounidenses ya sobrepasa los 10 000 millones de dólares.


video - resumen:
Publicado el 17 de mar. de 2014

En Guerras sucias, Jeremy Scahill, autor del bestseller Blackwater, nos adentra en las nuevas guerras encubiertas de Estados Unidos. Los soldados que libran esas batallas actúan dentro y fuera de los EE. UU. cumpliendo las órdenes dela Casa Blanca, y hace todo lo necesario para perseguir, capturar o matar a aquellos individuos que el presidente considere enemigos.

Guerras sucias desvela la existencia de unos soldados de élite que son reclutados entre las filas de los SEAL de la Armada, la Fuerza Delta, la antigua Blackwater (y otras empresas de seguridad privada), la División de Actividades Especiales de la CIA y el Mando Conjunto de Operaciones Especiales (JSOC) y que operan en más de un centenar de países. Las fuerzas de operaciones especiales están financiadas a través de «presupuestos reservados» y llevan a cabo misiones en zonas «no reconocidas», practican asesinatos selectivos, raptan y apresan individuos, y lanzan ataques con drones (aparatos aéreos no tripulados pero armados), aviones AC-130 y misiles de crucero. Y aunque fue la administración Bush la que desplegó estas milicias fantasma, el presidente Barack Obama ha expandido sus operaciones, dotándolas de mayor alcance y legitimidad.

Esta obra nos muestra las consecuencias de la declaración según la cual «el mundo es un campo de batalla» y, con ello, Scahill desvela la trama más importante de la política exterior estadounidense de nuestra época. El autor nos informa desde los diversos frentes que abarca su trascendente investigación (ya sea desde Afganistán, Yemen, Somalia u otros escenarios) y sondea las profundidades de la maquinaria estadounidense de asesinato global. Indaga sobre las guerras encubiertas de Estados Unidos, unas guerras que se libran en la sombra, fuera del alcance de la prensa, sin supervisión efectiva del Congreso ni posibilidad de debate público al respecto. Y, gracias a su capacidad de acceso a los hechos, nos relata la escalofriante historia de un ciudadano estadounidense que fue señalado como objetivo a eliminar por el gobierno de su propio país.

Mientras que los dirigentes estadounidenses implican cada vez más a su país en conflictos en todo el mundo, sentando las bases de un estado de desestabilización y caos a nivel mundial, los estadounidenses no sólo corren mayores riesgos, sino que también ven como están cambiando como nación. Scahill desenmascara a los guerreros en la sombra que libran esas guerras secretas y pone cara a las víctimas de esa violencia de la que nadie rinde cuentas y que se ha convertido en la política oficial. Mediante este valiente ejercicio de periodismo, Scahill pone de manifiesto la verdadera naturaleza de las guerras sucias que el gobierno de los Estados Unidos hace todo lo posible por ocultar.


La globalización de ese tipo de cuerpo militar apunta a seguir extendiendo la dictadura invisible del imperio Anglo - Americano.
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A veces sucede que un simple accidente propicia el descubrimiento de una «guerra secreta». Así sucedió en Sanaa, la capital de Yemen, donde un agente de la CIA y un miembro de las Fuerzas Especiales estadounidenses abatieron dos personas a tiros. Según la versión oficial, los muertos eran dos terroristas de al-Qaeda que querían secuestrarlos. El incidente, que no estaba nada claro, suscitó una ola de protestas contra el gobierno yemenita, que ya venía siendo objeto de duras críticas por permitir que los drones de la CIA sigan operando en Yemen desde una base en Arabia Saudita.

El Pentágono, según confirma el New York Times, ha intensificado las acciones de sus Fuerzas Especiales en Yemen, país de gran importancia debido a su estratégica posición en el estrecho de Bab el-Mandeb, entre el Océano Índico y el Mar Rojo, atravesado por las principales rutas petroleras y comerciales que conectan el Asia con Europa.

Frente a Yemen, a sólo 30 kilómetros, en la costa africana del estrecho, se halla Yibuti, donde está estacionada la Task Force conjunta para el Cuerno de África, que cuenta con unos 4 000 hombres de las Fuerzas Especiales estadounidenses. Dotadas de helicópteros y aviones especiales, esas fuerzas efectúan incursiones nocturnas, sobre todo en la vecina Somalia y en Yemen, con el respaldo de francotiradores especializados y de expertos en técnicas de asesinato. Fuerzas especiales, que se hayan a la disposición del Mando de Estados Unidos en África (AfriCom), operan en Nigeria y en muchos otros países del continente africano. Esas fuerzas forman parte del Mando de Operaciones Especiales de Estados Unidos (UsSoCom) que, luego de haber sido utilizado por el [presidente] republicano Bush –fundamentalmente en Afganistán e Irak– ha adquirido ahora, con el [presidente] demócrata Obama, una nueva importancia.


En este libro, prácticamente convertido en objeto de culto, el almirante estadounidense McRaven describe las más descabelladas operaciones de comando de la historia, incluyendo el falso asesinato de Osama ben Laden en Pakistán.


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Spec Ops: Case Studies in Special Operations Warfare: 
 Theory and Practice

How can a small group of soldiers attack a numerically superior force in an entrenched position and hope to succeed? It may sound impossible, but this is what special operations is all about. Bill McRaven commands a team of SEALs, the U.S. Navy's elite special operations force. Accomplishing the seemingly impossible is the day-to-day business of McRaven and his SEALs and o.In SPEC OPS you learn the secrets of the trade: get on target fast and maintain relative superiority throughout the area of vulnerability. It worked for the Germans who clobbered the Belgians at Fort Eben Emael before they knew what hit them. It worked for the Israelis who dropped in at Entebbe and executed the perfect prisoner rescue. Special operations forces are able to beat the odds because their preparation, firepower, speed on target, and moral commitment give them the ultimate edge over their opponents. When you fight like this you almost can't lose.


La administración Obama –según escribe el Washington Post– «prefiere la acción encubierta antes que el uso de la fuerza convencional».

El comandante del UsSoCom, almirante William McRaven, declaró hace un mes ante una comisión senatorial que las fuerzas estadounidenses destinadas a la realización de operaciones especiales están operando en 78 países del mundo entero, ya sea en la realización de acciones directas o en funciones de entrenamiento de unidades locales.

El almirante no especificó en qué países y sólo dijo que en Afganistán se ha instaurado un nuevo mando de operaciones especiales, que incluye además las operaciones especiales de la OTAN. O sea, Washington no pone fin a su guerra en Afganistán, sólo la convierte en «encubierta».

Otras fuentes oficiales confirman que grupos de fuerzas especiales han sido desplegados en Jordania y Turquía, para entrenar y dirigir grupos armados en el marco de la «guerra secreta» contra Siria (como ya se hizo antes contra Libia).

Las Fuerzas Especiales se utilizan cada vez más a menudo en Europa oriental, sobre todo para entrenar a los neonazis que participaron después en el golpe de Estado de Kiev, como lo confirma una serie de documentos fotográficos que muestra neonazis ucranianos de UNA-UNSO entrenados en Estonia en 2006 [1].

Pero la mirada del UsSoCom va mucho más lejos y su «Visión 2020» prevé «la construcción de una red global de fuerzas para las operaciones especiales», incluyendo las de países aliados –como Italia–, red que estaría naturalmente bajo las órdenes de Estados Unidos. De esa manera, la decisión de irse a la guerra estaría aún más en manos de las cúpulas del poder y los parlamentos perderían el restringido poder de decisión que aún pudiera quedarles en ese campo. Y la guerra desaparecerá poco a poco del campo de visión de la opinión pública, ya demasiado acostumbrada a creer que sólo existe lo que puede verse, o más bien lo que nos dejan ver los grandes medios que tergiversan y falsifican la realidad.
http://www.azzellini.net/sites/azzellini.net/files/imagecache/Book-Cover/empresa_guerra_1.jpg
Así esta sucediendo con la campaña de la Casa Blanca por la liberación de las escolares nigerianas secuestradas,... mientras que en el Yemen bajo control de las Fuerzas Especiales de Estados Unidos miles de muchachas y de niñas provenientes de África se convierten cada año en esclavas sexuales de los potentados yemenitas y sauditas aliados de Washington.

Nota:

[1] «Manifestantes de Maidan fueron entrenados por la OTAN en 2006», Red Voltaire, 6 de febrero de 2014.
Documento adjunto:
SOF Vision 2020 (1997) [.pdf 4,9 Mb]
Manlio Dinuci: Geógrafo y politólogo. Últimas obras publicadas: Geocommunity Ed. Zanichelli 2013; Geografia del ventunesimo secolo, Zanichelli 2010; Escalation. Anatomia della guerra infinita, Ed. DeriveApprodi 2005.




Terroristas a sueldo entre otras actividades...

“Obama ha expandido y ha legitimado

 la guerra sucia”

Tengo 38 años. Nací en Chicago, vivo en Nueva York. Trabajo en The Nation. Soy internacionalista, creo que las naciones deben cooperar entre ellas, sus intereses mutuos a largo plazo son más valiosos que sus intereses individuales a corto plazo. Soy un ateo de cultura católica
MARC ARIAS
  En el 2008 nos contó cómo actuaba el ejército mercenario más poderoso del mundo. Con Blackwater se creó un nuevo modelo de hacer la guerra cuyo laboratorio fue Iraq, y que libró a Bush de tener que lidiar con la opinión pública y con otras naciones democráticas.

Aparecía usted día sí y día también en los medios norteamericanos. Hasta que el Congreso decidió investigar y el propietario de Blackwater, Erik Prince...
Un cristiano devoto. ... Huyó de EE.UU. y se instaló en los Emiratos Árabes. La empresa ha cambiado cuatro veces de nombre, Academi es el último.
¿Han mejorado las cosas con Obama? Han ido a peor, la fuerza que estoy investigando ahora, JSOC (Mando Conjunto de Operaciones Especiales), es otro tipo de bestia: el ejército oficial de EE.UU., una fuerza secreta, asesinos sofisticados sobre los que el Congreso no ejerce ningún control y que tienen los recursos que necesitan.

¿Cómo se financian? Con presupuestos reservados. Actúan en más de un centenar de países practicando asesinatos selectivos, lanzando ataques con drones (aviones no tripulados) y misiles, masacrando civiles, raptando individuos.

La Administración Bush desplegó estas milicias fantasma, pero es el Nobel de la Paz quien ha ampliado y ha legitimado sus operaciones.
Parece una broma. Obama ha enviado un mensaje muy claro al mundo: existen unas reglas para EE.UU. y otras para el resto del mundo.

Ya nos hemos acostumbrado a los daños colaterales. Personas que no han sido acusadas de ningún delito y que no representan ninguna amenaza inminente para EE.UU., ¿cómo definimos a esta gente? ¿Son terroristas? ¿Son militantes? ¿Son sospechosos?... EE.UU. está matando a personas cuya identidad desconoce, la mayoría civiles.

Curioso que miremos hacia otro lado. Ya ha pasado varias veces que para matar a un miembro de Al Qaeda han matado a toda la familia y vecinos.
¿Dónde se ubican estas fuerzas clandestinas especiales?

La base más grande está en Afganistán y desde allí lanzan operaciones encubiertas en Pakistán, Irán y el continente africano.

En su claramente último discurso que iba ante a utilizar la ONU, el ejército Obama dijo para ejercer su derecho de conseguir recursos energéticos.

Suena muy mal. Imperialismo puro y duro. Esas fuerzas también han llevado a cabo operaciones dentro de las fronteras de los países aliados de EE.UU. sin informar a sus gobiernos, ni al embajador de EE.UU., ni a la CIA.

¿Reportan al presidente? Sí. Lo que sabe el mundo acerca de estos mercenarios es que mataron a Osama bin Laden, pero desconocen los miles de ataques que llevaron a cabo ese mismo año, porque la Casa Blanca también está llevando a cabo una guerra contra los periodistas.

Explíquese. Ellos creen que la única información sobre las operaciones de seguridad nacional a la que deben tener acceso los periodistas son las historias oficiales que filtran a la prensa.

Hoy sabemos que la mitad de la información que nos dieron sobre el ataque a Bin Laden era falsa.

A los informadores de la prensa, fuentes sin nombre, se los considera espías. Sí, como el caso de Edward Snowden. Los teléfonos de los periodistas están intervenidos porque quieren desenmascarar sus fuentes, y eso es antidemocrático. 

Bajo el paraguas de la lucha antiterrorista cabe todo.

 La Casa Blanca decidió matar a Anuar el Aulaki, ciudadano norteamericano de religión musulmana, con un avión no tripulado en Yemen. No cuestiono si era o no un terrorista, pero estamos llegando a un punto de no retorno:
 un país dispuesto a matar a sus propios ciudadanos sin ni siquiera juzgarlos, donde el presidente puede actuar como un emperador y emitir un edicto diciendo: “Esta persona va a morir”. 

También mataron a su hijo de 16 años. Mientras comía en un restaurante con sus primos adolescentes. Los mataron a todos.

¿Y qué dicen los norteamericanos? Esta guerra contra el terrorismo en la que cabe todo parece un acontecimiento deportivo, no hubo más que ver cómo se celebró la muerte de Bin Laden. Al tercer día de ocupar el cargo, Obama ya ordenó un ataque en el que murieron civiles.

Han bombardeado bodas y funerales. Realizan lo que llaman double taps: bombardean un objetivo, y cuando llegan las fuerzas de emergencia, vuelven a bombardearlo, porque consideran que la gente que acude a recoger a los heridos también son terroristas; lo mismo hacen en funerales de talibanes o bodas, no dejan a nadie con vida.

Es lo que llaman guerra preventiva. Sin duda va a haber un efecto rebote, lo que están haciendo es fomentar el terrorismo con terrorismo..., ¿o cómo lo llamamos?

17 oct. 2013   La Vanguardia

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(video mas abajo
El ex director de la Oficina de Valoración Neta, Andrew Marshall, es un buen ejemplo de los escritores al servicio del horror de Washington - Pentagono

Como ejemplo de lo que postulan veamos una lista de nuevas especialidades de guerra: 
campos nucleares de batalla, 
guerra cósmica, 
guerra tradicional, 
guerra irregular, 
guerra virtual, 
contrainsurgencia, 
defensa interna en el extranjero, 
guerra no convencional, 
dominación de espectro total, 
seguridad interna (diferente a defensa), 
operaciónes de estabilidad, 
seguridad de post-guerra, 
poder inteligente, 
poder suave, 
asistencia humanitaria militarizada, 
complejos de seguridad y 
“construcción de naciones”. 

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las empresas de seguridad británicas que trabajan en Irak. Y antes de sumergirme en la escandalosa trama de intereses y corrupción de Erinys, que protege en el mundo a compañías como Siemens, Fluor y la BBC, hago un alto para referirme a Aegis, otra firma del Reino Unido.
En 2004, esta empresa recibió 201 millones de euros para coordinar el trabajo de todas las empresas de seguridad y proteger la zona verde de Bagdad. Apenas un año más tarde, la oficina del Inspector General para la Reconstrucción de Irak sacó a la luz el resultado de una auditoria que afirma que Aegis no ha entrenado a sus empleados para utilizar las armas que usan, y que no ha seguido algunas de las reglas de la Oficina Regional de Coordinación. Esta auditoria también critica al Pentágono por no supervisar las labores de Aegis. Y concluye que no hay certeza de que la compañía británica esté “brindando la mejor seguridad posible a los miembros del gobierno, a los contratistas extranjeros y a sus instalaciones”.

De lo que sí no queda duda es de que los muchachos de Aegis pasan un magnífico rato en Irak disparando a todo vehículo que se les acerca, según muestra el vídeo que ellos mismo filmaron. Como ya comenté en post anteriores, al referirme a los crímenes de Blackwater y Unity, estas empresas, destinadas a proteger a políticos y a intereses occidentales, se han convertido en la pesadilla de los iraquíes de a pie. Y más aún, por el hecho de que tienen licencia para matar, pues según lo establecido por Paul Bremer III en 2003, no pueden ser juzgadas por sus crímenes.

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La Edad de Oro de las operaciones especiales 2012

Es mas que significativo  el entusiasmo de OBAMA  por instigar o expandir guerras secretas, realizadas fuera de vista y por comandos.

El Comando de Operaciones Especiales de EE.UU. (USSOCOM) con sus fuerzas operativas –Boinas Verdes, Rangers del Ejército, SEALs de la Armada, y cosas semejantes – precedieron su presidencia por décadas.

Sin embargo, recién bajo Obama esos guerreros secretos han llegado al pináculo de la jerarquía del prestigio militar de EE.UU.

Obama ha provisto a toda la “comunidad” de operaciones especiales de un estatus privilegiado que otorga a los operadores especiales máxima autonomía mientras los aísla de las tribulaciones de la política, los presupuestos, etc. 
Es posible que el Congreso exija que el Pentágono haga algunos (muy modestos) ajustes presupuestarios, pero una cosa es segura: nadie va a decir a USSOCOM que se ponga a dieta

Lo que quieran los de operaciones especiales, lo obtendrán, y sin muchas preguntas – y virtualmente ninguna de esas serán formuladas en público.

El presupuesto de USSOCOM se ha cuadruplicado desde el 11-S. 


Monsanto compra Blackwater, el mayor ejercito 
de mercenarios del mundo

Un informe realizado por Jeremy Scahill en The Nation reveló que el ejército mercenario más grande del mundo, (más tarde llamado Xe Services y, más recientemente, “Academi”) servicios de inteligencia clandestinas Blackwater fue vendida a la multinacional Monsanto


El orden de batalla de operaciones especiales se ha expandido correspondientemente. 

En la actualidad, se calcula que tienen en su nómica a unos 66.000 colaboradores uniformados y civiles, una duplicación de la cantidad desde 2001 y se proyecta más crecimiento. 
Sin embargo, esta expansión ya había comenzado bajo el predecesor de Obama. Su contribución esencial ha sido la ampliación del mandato de operaciones especiales. Como lo describió un observador, la Casa Blanca de Obama le “soltó la correa” al Comando de Operaciones Especiales.

En consecuencia, los activos de USSOCOM van actualmente a más sitios y emprenden más misiones, mientras gozan de mayor libertad de acción que nunca antes.

Después de una década en la cual Iraq y Afganistán absorbieron la mayor parte de la atención, áreas hasta ahora "descuidadas" de África, Asia y Latinoamérica están recibiendo más consideración.

Los operadores especiales, que ya operan en docenas de países en todo el mundo –120 a fines de este año– realizan actividades que van desde el reconocimiento y el "contraterrorismo" a "ayuda humanitaria"  y “acción directa”. La consigna tradicional de las fuerzas especiales del Ejército es “De Oppresso Liber” (“Liberar a los oprimidos”).

Una consigna más apta para las fuerzas especiales en su conjunto podría ser “¡Pronto llegaremos a un país del Tercer Mundo cerca del tuyo!”

El reemplazo de fuerzas convencionales por fuerzas de operaciones especiales como el instrumento militar preferido de EE.UU. –la “fuerza elegida” según el jefe de USSOCOM, almirante William McRaven– marca la terminación de un reposicionamiento cultural de décadas de duración del soldado estadounidense. El soldado que solía ser representado por los tipos de los icónicos Willie y Joe del caricaturista Bill Mauldin, ya no existe, su sitio ha sido reemplazado por el guerrero profesional de elite de la actualidad. Las creaciones de Mauldin eran héroes, pero no superhéroes. Los anónimos, famosos, SEALs que mataron a Osama bin Laden son Avengers de sangre y hueso. Willie y Joe eran “nosotros”. Los SEALs son cualesquiera, pero no “nosotros”. Ocupan un pedestal muy por sobre los simples mortales. EE.UU. teleadicto se siente sobrecogido ante su pericia y bravura.

Esta transformación cultural tiene importantes implicaciones políticas. Representa la máxima manifestación del abismo que ahora separa a los militares y a la sociedad. Lamentada sobre el papel por algunos, incluidos el ex secretario de Defensa Robert Gates y el ex jefe del Estado Mayor Conjunto, almirante Mike Mullen, esta brecha civil-militar solo ha aumentado con el pasar de las décadas y es aceptada como la norma en la actualidad. Una consecuencia es que el pueblo estadounidense ha perdido los derechos de propietario de su ejército, y que ahora tiene menos control sobre el empleo de fuerzas de EE.UU. que los neoyorquinos sobre la dirección de los Knicks o de los Yankees.

Como espectadores y admiradores, podemos aceptar tal cual el testimonio de expertos (incluso si ese testimonio es pocas veces desinteresado) que nos aseguran que los SEALs, Rangers, Boinas Verdes, etc. son lo mejor de lo mejor, y que están listos para ser desplegados de inmediato para que los estadounidenses puedan dormir tranquilos en sus camas. Si EE.UU. está verdaderamente involucrado, como ha dicho el almirante McRaven, en “una lucha generacional”, seguramente querremos tener a esos sujetos de nuestra parte.

A pesar de todo, permitir que la guerra en la sombra se convierta en la nueva manera estadounidense de librar la guerra no deja de tener desventajas. Lo que sigue son tres motivos por los cuales deberíamos pensarlo dos veces antes de entregar la seguridad global al almirante McRaven y a sus asociados.

Adiós responsabilización. La autonomía y la responsabilización existen en proporción inversa. Al aceptar la primera uno se despide de la segunda. En la práctica, lo único que el público sabe sobre actividades de operaciones especiales es lo que el aparato de seguridad decide divulgar. ¿Es posible depender de los que hablan por ese aparato en Washington para que digan la verdad? 

No más de lo que puedes depender de JPMorgan Chase para que administren prudentemente tu dinero. De acuerdo, una vez que están en el terreno, la mayoría de los soldados harán lo correcto la mayor parte del tiempo. Ocasionalmente, sin embargo, incluso miembros de una fuerza de elite se apartarán del camino correcto. (Hasta hace algunas semanas, la mayoría de los estadounidenses consideraban que los agentes del Servicio Secreto de la Casa Blanca formaban parte de una fuerza de elite.) Los estadounidenses sienten una fuerte tendencia de confiar en los militares. Pero como dijo una vez un famoso republicano: confía, pero verifica. No hay verificación de las cosas que se mantienen secretas. Dar rienda suelta a USSOCOM es una receta para mala conducta.

Hola presidencia imperial. Desde el punto de vista de un presidente, una de las cosas atractivas respecto a las fuerzas especiales es que puede enviarlas a cualquier parte cada vez que quiera hacerlo para que hagan cualquier cosa que ordene. No hay necesidad de pedir permiso o de explicar. Emplear USSOCOM como tus propias fuerzas armadas privadas significa que nunca tengas que disculparte. Cuando el presidente Clinton intervino en Bosnia o Kosovo, cuando el presidente Bush invadió Afganistán e Iraq, por lo menos salieron en televisión para informarnos. Por superficiales que hayan sido las consultas, la Casa Blanca por lo menos discutió las cosas con los dirigentes en el Congreso. De cuando en cuando, los miembros del Congreso incluso votaron para indicar aprobación o desaprobación de alguna acción militar. 

En el caso de las operaciones especiales, no se requiere notificación o consulta alguna. El presidente y sus acólitos tienen mano libre. Sobre la base de los precedentes establecidos por Obama, presidentes estúpidos y temerarios aprovecharán esta prerrogativa no menos que los hábiles y bien intencionados.

¿Y entonces qué…? Mientras fuerzas de operaciones especiales estadounidenses recorren el mundo asesinando malhechores, la famosa pregunta planteada por David Petraeus al comenzar la invasión de Iraq –“Decidme cómo terminará esto”– se eleva al nivel de un enigma talmúdico. Ciertamente hay numerosos malhechores que no nos quieren (primordial pero no necesariamente en el Gran Medio Oriente). ¿Cuántos tendrá que liquidar USSOCOM antes de haber cumplido su tarea? La respuesta a esa pregunta se hace tanto más difícil en vista de que algunas de las matanzas tienen el efecto de sumar nuevos reclutas a las filas de los adversarios.

En breve, la entrega de la guerra a operadores especiales rompe un vínculo que es ya demasiado tenue entre la guerra y la política; se convierte en guerra por sí sola. ¿Recordáis la “Guerra global contra el terror” de George W. Bush? En realidad, su guerra nunca fue verdaderamente global. Una guerra librada en un mundo de operaciones privadas primero puede convertirse en verdaderamente global – e interminable. En ese caso, la “lucha generacional” del almirante McRaven probablemente se convertirá en una profecía auto-realizada.

Andrew J. Bacevich es profesor de historia y relaciones internacionales en la Universidad Boston y colaborador regular de TomDispatch. Es editor del nuevo libro The Short American Century , que acaba de ser publicado por Harvard University Press.
Copyright 2012 Andrew J. Bacevich      © 2012 TomDispatch. All rights reserved.


Un ejemplo de estos nuevos escenarios de guerra es un reportaje de Jeremy Scahill publicado en The Nation (Blackwater’s Black Ops, 15/9/2010) en el que reveló que el ejército mercenario más grande del mundo, Blackwater (ahora llamado Xe Services) vendió servicios clandestinos de espionaje a la trasnacional Monsanto.


Los pesticidas causan Parkinson. Un grupo de científicos dirigidos por Francisco Pan-Montojo ha confirmado la relación directa entre la exposición crónica a pesticidas y el Parkinson y la proteína implicada en la progresión de la enfermedad, según un estudio publicado en la revista Scientific Reports.
El citado no es el único trabajo que refuerza esta evidencia de que las sustancias que contienen muchos alimentos como restos de su proceso industrializado de producción nos enferman de Parkinson pero ahonda más si cabe en que esta es una de las principales causas.

http://www.migueljara.com/2012/12/01/el-parkinson-esta-causado-por-los-pesticidas-cotidianos/

 Casa Blanca
Mientras que la primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama. ocupa parte de los terrenos de la Casa Blanca para plantar un jardín orgánico, su marido promueve una agenda de OGM (organismos genéticamente modificados) dentro de su administración....


Blackwater cambió de nombre en 2009, luego de hacerse famosa en el mundo por las denuncias sobre sus abusos en Iraq, incluidas masacres de civiles.
Su trabajo puede estar en cualquier pais - desde introducir armas ilegales en Afganistan, hasta entrenar ilegalmente francotiradores en la policia de Taiwan....


Abu Dabi contrata mercenarios de Blackwater para combatir futuras revueltas

Desde la Antigua Roma hasta nuestros días la receta perfecta para combatir revueltas populares ha sido siempre la misma: Mercenarios.
Enlace: ELPAÍS.com


Sigue siendo el mayor contratista privado del Departamento de Estado de Estados Unidos en servicios de seguridad, es decir para practicar el terrorismo de Estado dándole al gobierno la posibilidad de negarlo.

Muchos militares y ex oficiales de la CIA trabajan para Blackwater o alguna de las empresas vinculadas que creó para desviar la atención de su mala fama y generar más lucro vendiendo sus nefastos servicios –que van desde información y espionaje hasta infiltración, cabildeo político y entrenamiento paramilitar– a otros gobiernos, bancos y empresas trasnacionales.

Según Scahill los negocios con trasnacionales –como Monsanto, Chevron, y gigantes financieros como Barclays y Deutsche Bank– se canalizan a través de dos empresas que son propiedad de Erik Prince, dueño de Blackwater:
Total Intelligence Solutions y Terrorism Research Center.
Éstas comparten oficiales y directivos de Blackwater.

Uno de ellos, Cofer Black, conocido por su brutalidad siendo uno de los directores de la CIA, fue quien hizo contacto con Monsanto en 2008 como directivo de Total Intelligence, concertando el contrato con la compañía, para espiar e infiltrar a organizaciones de activistas por los derechos de los animales, contra los transgénicos y otras sucias actividades del gigante biotecnológico.


Scahill cuenta con copias de los correos electrónicos de Cofer Black posteriores a la reunión con Wilson de Monsanto, donde les explica a otros ex agentes de la CIA, usando sus direcciones electrónicas de Blackwater, que la discusión con Wilson fue que Total Intelligence se convertiría en el brazo de inteligencia de Monsanto, espiando activistas y otras acciones, incluido que nuestra gente se integre legalmente a esos grupos.

No asombra que una empresa de ciencias de la muerte como Monsanto, que se ha dedicado desde sus orígenes a producir tóxicos y desparramar venenos, desde el Agente Naranja hasta los PCB (policlorobifenilos), agrotóxicos, hormonas y semillas transgénicas, se asocie con otra empresa de matones.

BILL GATES compro 500.000 acciones de Monsanto,  (Fundación Bill y Melinda Gates), que con esto se quita definitavamente su disfraz filantrópico.
Se trata de un casamiento entre los dos monopolios más brutales de la historia del industrialismo:
Bill Gates controla más de 90 por ciento del mercado de programas patentados de computación y Monsanto cerca de 90 por ciento del mercado mundial de semillas transgénicas y la mayoría del mercado global de semillas comerciales.

No existen en ningún otro rubro industrial monopolios tan vastos, cuya propia existencia es una negación del cacareado principio de competencia de mercado del capitalismo.





Tanto Gates como Monsanto son muy agresivos en la defensa de sus mal habidos monopolios.

Aunque Bill Gates intente decir que la Fundación no está ligada a sus actividades comerciales, todo lo que ésta hace demuestra lo contrario:

gran parte de sus donaciones terminan favoreciendo las inversiones comerciales del magnate, además de que en realidad no dona nada, sino que en lugar de pagar impuestos a las arcas públicas, invierte sus ganancias donde le favorezca económicamente, incluida como propaganda de sus supuestas buenas intenciones.

Por el contrario, sus donaciones financian proyectos tan destructivos como la geoingeniería o la sustitución de medicinas naturales y comunitarias por medicamentos patentados de alta tecnología en las zonas más pobres del mundo. Qué coincidencia, el ex secretario de Salud Julio Frenk y Ernesto Zedillo son consejeros de la Fundación.

Al igual que Monsanto, Gates se dedica también a tratar de destruir la agricultura campesina en todo el planeta, principalmente a través de la llamada Alianza para una Revolución Verde en África

 Ésta funciona como caballo de Troya para despojar a los campesinos africanos pobres de sus semillas tradicionales, sustituyéndolas por semillas de las empresas primero, y finalmente por transgénicos.

Para ello, la Fundación contrató en 2006, justamente a Robert Horsch, un director de Monsanto.

Ahora Gates, venteando mayores ganancias, se fue directo a la fuente.

Blackwater, Monsanto y Gates son tres caras de la misma figura: la máquina de guerra contra el planeta y la mayoría de la gente que lo habita, sean campesinos y campesinas, indígenas, comunidades locales, gente que quiere compartir información y conocimientos o cualquier otro que no quiera estar en la égida de lucro y destrucción del capitalismo.



EL MUNDO SERIA MAS BELLO  SIN  MONSANTO 


*La autora es investigadora del Grupo ETC
http://www.jornada.unam.mx/2010/10/09/index.php?section=opinion&article=024a1eco

articulo completo: 
Un reporte de Jeremy Scahill publicado en The Nation (Blackwater’s Black Ops, 15/9/2010) reveló que el ejército mercenario más grande del mundo, Blackwater (ahora llamado Xe Services) le vendió servicios clandestinos de espionaje a la trasnacional Monsanto. Blackwater cambió de nombre en 2009, luego de hacerse famosa en el mundo por las denuncias sobre sus abusos en Irak, incluidas masacres de civiles. Sigue siendo el mayor contratista privado del Departamento de Estado de Estados Unidos en servicios de seguridad, es decir para practicar el terrorismo de Estado dándole al gobierno la posibilidad de negarlo.
Muchos militares y ex oficiales de la CIA trabajan para Blackwater o alguna de las empresas vinculadas que creó para desviar la atención de su mala fama y generar más lucros vendiendo sus nefastos servicios –que van desde información y espionaje hasta infiltración, cabildeo político y entrenamiento paramilitar– a otros gobiernos, bancos y empresas trasnacionales. Según Scahill los negocios con trasnacionales –como Monsanto, Chevron, y gigantes financieros como Barclays y Deutsche Bank– se canalizan a través de dos empresas que son propiedad de Erik Prince, dueño de Blackwater: Total Intelligence Solutions y Terrorism Research Center. Éstas comparten oficiales y directivos de Blackwater.
Uno de ellos, Cofer Black, conocido por su brutalidad siendo uno de los directores de la CIA, fue quien hizo contacto con Monsanto en 2008 como directivo de Total Intelligence, concertando el contrato con la compañía, para espiar e infiltrar a organizaciones de activistas por los derechos de los animales, contra los transgénicos y otras sucias actividades del gigante biotecnológico.
Contactado por Scahill, el ejecutivo Kevin Wilson de Monsanto se negó a hablar, pero posteriormente confirmó a The Nation que habían contratado a Total Intelligence en 2008 y 2009, según Monsanto solamente para hacer seguimiento de información pública de sus opositores. Dijo además, que Total Intelligence era una entidad totalmente separada de Blackwater.
Sin embargo, Scahill cuenta con copias de los correos electrónicos de Cofer Black posteriores a la reunión con Wilson de Monsanto, donde les explica a otros ex agentes de la CIA, usando sus direcciones electrónicas de Blackwater, que la discusión con Wilson fue que Total Intelligence se convertiría en el brazo de inteligencia de Monsanto, espiando activistas y otras acciones, incluido que nuestra gente se integre legalmente a esos grupos. Monsanto pagó a Total Intelligence 127 mil dólares en 2008 y 105 mil dólares en 2009.
No asombra que una empresa de ciencias de la muerte como Monsanto, que se ha dedicado desde sus orígenes a producir tóxicos y desparramar venenos, desde el Agente Naranja hasta los PCB (policlorobifenilos), agrotóxicos, hormonas y semillas transgénicas, se asocie con otra empresa de matones.
Casi al mismo tiempo que la publicación de este artículo en The Nation, la Vía Campesina denunció la compra de 500 mil acciones de Monsanto, por más de 23 millones de dólares por la Fundación Bill y Melinda Gates, que con esto se terminó de sacar su careta de filantrópica. Otra asociación que no sorprende.
Se trata de un casamiento entre los dos monopolios más brutales de la historia del industrialismo: Bill Gates controla más de 90 por ciento del mercado de programas patentados de computación y Monsanto cerca de 90 por ciento del mercado mundial de semillas transgénicas y la mayoría del mercado global de semillas comerciales. No existen en ningún otro rubro industrial monopolios tan vastos, cuya propia existencia es una negación del cacareado principio de competencia de mercado del capitalismo. Tanto Gates como Monsanto son muy agresivos en la defensa de sus mal habidos monopolios.

Aunque Bill Gates intente decir que la Fundación no está ligada a sus actividades comerciales, todo lo que ésta hace demuestra lo contrario: gran parte de sus donaciones terminan favoreciendo las inversiones comerciales del magnate, además de que en realidad no dona nada, sino que en lugar de pagar impuestos a las arcas públicas, invierte sus ganancias donde le favorezca económicamente, incluida como propaganda de sus supuestas buenas intenciones. Por el contrario, sus donaciones financian proyectos tan destructivos como la geoingeniería o la sustitución de medicinas naturales y comunitarias por medicamentos patentados de alta tecnología en las zonas más pobres del mundo. Qué coincidencia, el ex secretario de Salud Julio Frenk y Ernesto Zedillo son consejeros de la Fundación.

Al igual que Monsanto, Gates se dedica también a tratar de destruir la agricultura campesina en todo el planeta, principalmente a través de la llamada Alianza para una Revolución Verde en África (AGRA). Ésta funciona como caballo de Troya para despojar a los campesinos africanos pobres de sus semillas tradicionales, sustituyéndolas por semillas de las empresas primero, y finalmente por transgénicos. Para ello, la Fundación contrató en 2006, justamente a Robert Horsch, un director de Monsanto. Ahora Gates, venteando mayores ganancias, se fue directo a la fuente.

Silvia Ribeiro es investigadora del Grupo ETC
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2010/10/09/opinion/024a1eco

Monsanto declarado culpable por primera vez en Francia


Monsanto es responsable de los daños causados de Paul François tras la inhalación del producto Lasso”, 
podemos leer en la sentencia del Tribunal de Gran Instancia de Lyon. 
En consecuencia, el Tribunal “condena a Monsanto completamente a Paul François por los daños ocasionados” precisa la sentencia del Tribunal, tras la consulta a un médico especialista del hospital Rothschild en Paris. El 27 de abril de 2004, Paul François, un agricultor de cereales de Bernac (Charentes) de 47 años de edad está incapacitado, habiendo recibido en la cara los vapores de Lasso, un potente pesticida producido por el líder mundial de la agroquímica, al abrir la cuba de un vaporizador. De repente tuvo nauseas y después problemas de salud como (tartamudear, vértigo, dolor de cabeza, problemas musculares…) obligándole a dejar su trabajo durante casi un año. 
En mayo de 2005, un año después de haber inhalado los vapores, los análisis revelaron en su organismo residuos de monoclorobenzeno, un disolvente presente en un 50% en el producto Lasso, al lado del principio activo del anacloro. 
Tres años más tarde, el que se ha convertido en el portavoz de las víctimas de los pesticidas


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