25 junio 2013

BANCO MUNDIAL: Corrupto parasito mundial con mayusculas

El banco mundial , parte del mismo aparato parasito financiero mundial es explicado en pocos minutos por una antigua representante - honrada - de dicho banco.

 Excelente y corta explicacion de la decadencia e inmoralidad reinante en los que estan empeñados en controlarnos y convertir el mundo en un estado policial.



El presidente Barack Obama nominó al coreano estadounidense Jim Yong Kim, como presidente del Banco Mundial(BM).

Fuente Agencias 23 de marzo de 2012 08:01 hrsObama nomina a Jim Yonk Kim para Banco Mundial

21 junio 2013

libro: EL GOBIERNO MUNDIAL - Esteban Cabal

SINOPSIS:

El complot urdido desde hace 300 años por la élite financiera para apoderarse del mundo está llegando a su fase final: el Gobierno Mundial privado y plutocrático. Pero no será fácil: la globalización ha fracasado, el capitalismo ha caducado, el petróleo barato tiene los días contados y la humanidad está a punto de vivir convulsiones inimaginables durante la próxima década.

Éste libro pretende servir de brújula, orientar al lector para que entienda el complejo mundo en que vivimos y encuentre la salida del laberinto apocalíptico en el que ya estamos instalados. Nos descubre la verdadera identidad de los amos del mundo, el poder en la sombra, su idiosincrasia y su ideología. Nos desvela sus planes secretos, minuciosamente trazados para instaurar un Nuevo Orden Mundial totalitario. Nos enseña la manera de sobrevivir a la Gran Depresión que se avecina. Pero sobre todo nos quitará la venda de los ojos, mostrándonos con una lógica contundente la verdadera cara del poder.

Aderezado con divertidas anécdotas, cuenta con rigor y todo lujo de detalles la conspiración mundial y el perfil de sus protagonistas: personajes como Rockefeller, Rothschild o la Reina Isabel II; grupos secretos como la Mesa Redonda de Cecil Rhodes, el Club de los 300, Skull and Bones, el Club de los Bohemios, los Illuminati; organizaciones “discretas” como el CFR, el Club Bilderberg, la Comisión Trilateral o el Club de Roma; corrientes políticas como la Sociedad Fabiana; centros de control social como el Instituto Tavistock o la Corporación Rand; instituciones como la Reserva Federal, el Banco Mundial, el FMI, el BIS y la ONU.

Nos desvela el papel que juegan las corporaciones multinacionales, las agencias de inteligencia y los grandes medios de comunicación. Por último, analiza los entresijos de la nueva economía, el sistema monetario, la banca fraccionaria, los riesgos del dinero fiat imaginario, la burbuja crediticia y su relación con el petrodólar; nos demuestra que el actual sistema financiero conduce inexorablemente al colapso y la hecatombe social; expone las causas y consecuencias de la crisis ecológica y energética y analiza las posibles alternativas que nos permitirán vislumbrar un horizonte de paz, seguridad y sostenibilidad.

Siempre hubo imperios y emperadores, reyes, tiranos, caudillos, faraones, césares y califas que ambicionaron conquistar el mundo. “Es natural que los príncipes deseen extender su poder”, decía Maquiavelo. Algunos llegaron a dominar extensos territorios a sangre y fuego, convirtieron la política en una partida de Risk, intentaron ejercer el monopolio de la violencia para perpetuar su poder a lo largo de los siglos y las generaciones.
 
Pero todos los imperios fueron efímeros, acabaron corrompiéndose y siendo derrotados; a quien se alza en armas nunca le faltan enemigos. Las victorias generan odio y los vencidos volverán a revelarse siempre que puedan. Los romanos arrasaron Europa y, cuando creían que ya no quedaban enemigos, se enzarzaron en interminables guerras civiles.
Esteban Cabal desvela en su libro "Gobierno Mundial" un extraño informe secreto encargado por Nixon: "Un grupo de 15 eruditos, científicos e intelectuales, se reunieron durante tres años (la primera de sus reuniones fue en marzo de 1963 y la última en marzo de 1966, ambas se celebraron en Iron Mountain) y redactaron un informe titulado “Factibilidad y Conveniencia de la Paz” en el que analizaban las repercusiones sociales, políticas y económicas del posible advenimiento de la paz".


  "O te GLOBALIZAS O te BALCANIZAN"



El informe parte de la premisa de que “la guerra es en sí misma la base del sistema social”, y que es necesaria y deseable por ser la “principal fuerza estructuradora” y “el estabilizador económico esencial de las sociedades modernas”. Así pues, para erradicar la guerra sería preciso resideñar el sistema. Se propone un sistema alternativo, no basado en la guerra, que garantice los privilegios de clase y que necesariamente pasaría por establecer un gobierno mundial y, entre otras cuestiones, “la reintroducción de la esclavitud mediante la moderna tecnología y la política”.
 
El estudio, dirigido por miembros destacados del CFR, Bilderberg, la Trilateral y Skull & Bones, planteaba cuestiones escandalosas, como la necesidad de “presupuestar el número óptimo de muertes anuales a ocurrir en las guerras”.
Enric Durán, autor del prólogo de "GOBIERNO MUNDIAL":

"Si en 2005, cuando empecé mi acción ante los bancos, hubiera tenido información desde el 2012 como para saber cuál iba a ser el estado del mundo siete años después, hubiera seguido exactamente con mi mismo plan, aunque seguramente me habría costado bastante menos entender el funcionamiento del sistema bancario y ser más eficaz en la denuncia que acompañó la difusión pública de la misma en septiembre del 2008. 

Aunque llevaba ya unos cuantos años implicado en movimientos de resistencia global, mi conocimiento del poder oligárquico en el planeta fue muy parcial hasta el momento en que empecé a pedir los préstamos y mi cabeza no paró de buscar respuestas y generar nuevas preguntas. Con ello, los años 2006 y 2007, fueron de grandes descubrimientos en mi concepción del mundo. 


Leí casi todo lo que sobre el Club Bildeberg, la Trilateral y otras organizaciones secretas se había escrito en castellano hasta entonces, conocí la primera edición del video “El Dinero es deuda” que me dediqué a difundir, y tanto era la emoción que me leí en inglés, pese a las dificultades con la lengua, el libro “Web of debt” donde conocí más en detalle la historia mundial del sistema bancario. 

Ahora, aquellos tecnócratas financieros de los que apenas hace un lustro conocía su existencia en los libros de Bilderberg, estan dominando las políticas que afectan nuestras vidas de una forma tan evidente que genera una ineludible sensación de irrealidad. Son capaces de tumbar gobiernos en cosa de unos días. Colocan a dedo a presidentes de países que se hacen llamar democráticos. Se cargan sistemas sanitarios, mientras sin ninguna vergüenza, dedican recursos a salvar bancos demasiado grandes para caer. 

¿Qué pretenden? ¿Hasta dónde quieren llegar? Seguro que este libro de Esteban Cabal, sobre el Gobierno Mundial, nos puede ayudar a salir de muchas dudas, pero al mismo tiempo nos hará reforzar la importancia de nuevas preguntas. 

¿Qué estrategias seguir ante esos poderes financieros globales? Desde ya hace bastantes años, he creído en el valor de la autoorganización de las comunidades y de los pueblos. En la generación de autonomia, de autogestión, de capacidad de empoderamiento. En 2010 iniciamos la primera de las Cooperativas Integrales; prácticas como está se estan replicando alrededor del mundo con este nombre o con otros que pretenden lo mismo".

 
“No tengamos la inocencia o ingenuidad de creer todo lo que nos dicen; Tenemos que ser críticos. No tenemos la democracia, tenemos la Plutocracia, el poder de los ricos. El poder real lo tiene el dinero, las multinacionales”.
José Saramago 
“En la tierra hay suficiente para satisfacer las necesidades de todos, pero no tanto como para satisfacer la avaricia de algunos”. 
Mahatma Gandhi 
“El corazón del hombre es lo que debe hacerse rico, no sus arcas”.
Cicerón
 
Daniel Estulin en su página web: “Recomiendo el libro. Es un buen repaso a todos los temas de actualidad”.

 
"Consideración aparte merece la hipótesis de híbridos hombre-animal. Desde hace años ya se están produciendo cerdos y ratones con genes humanos por motivos de investigación, pero también para una eventual producción en serie, mediante clonación, para obtener órganos de recambio para trasplantar. ¿Cómo se establece cual será el porcentaje de genes humanos éticamente aceptable para trasplantar a otros animales? 

El problema no es irrelevante si se piensa que hace muchos años el profesor Branetto Chiarelli propuso producir con técnicas de procreación artificial un híbrido hombre-simio para destinarlo a trabajos "desagradables" o como "reserva" de órganos de trasplante. Contra la hipótesis del "hombre-mono" se levantó entonces una fuerte oposición desde el mundo de la cultura, la religión y la ciencia. Pero hoy, el híbrido hombre animal es ya una realidad y a nadie parece importarle si tiene uno, diez o más genes humanos, porque no sabemos hasta donde llegaremos en esta carrera, que sólo para órganos de trasplante, está considerada muy prometedora desde el punto de vista económico. ¿Y desde el punto de vista ético y social?".


"Abraham ben Elazar, más conocido como Henry Kissinger, es considerado como uno de los cerebros del Nuevo Orden Mundial. De origen judío-alemán, empezó como asesor de Nelson Rockefeller en los años 50, ostentó altas responsabilidades en la Administración en los años 60 y 70, con Kennedy, Jhonson, Nixon y Ford. Llegó a ser Vicepresidente de los Estados Unidos con Ford, secretario personal de Nixon, Jefe del Consejo Nacional de Seguridad y del Departamento de Estado, y Ministro de Asuntos Exteriores en repetidas ocasiones. 

Colaboró estrechamente con David Rockefeller en el elitista Consejo de Relaciones Exteriores, del que fue presidente. Del CFR han salido desde entonces todos los presidentes de los Estados Unidos excepto Ronald Regan, cuyo equipo estuvo formado mayoritariamente por miembros del CFR. También pertenece a la Comisión Trilateral, el Club de Bilderberg y otras organizaciones de la órbita Rockefeller. Su compañía de consulting Kissinger Associates, tiene como clientes a Estados deudores y a multinacionales acreedoras".  

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"Edward Herman, catedrático de la Universidad de Pensilvania, escribió: “el papel de Kissinger en el genocidio de Camboya, Chile y Timor le convierte en un criminal de guerra de primera clase”. Por su parte Kissinger, en su libro “Diplomacia”, cuyo primer capítulo se titula “El Nuevo Orden Mundial”, se expresa como un ganster cuando amenaza: “si el mundo realmente desea la paz, tendrá que aplicar las prescripciones morales que defienden los Estados Unidos”. Es un sarcasmo que un asesino golpista y conspirador permanente pretenda dar lecciones de moral al mundo. También lo es el hecho de que le fuera concedido el Premio Nobel de la Paz en 1973. En su libro “Armas nucleares y política exterior” mantenía que una guerra nuclear podría ser “beneficiosa”.

El último capítulo de otro libro suyo, escrito en 1994, se titula “Reconsideración del Nuevo Orden Mundial” y en él Kissinger, agente de Rockefeller, analiza los nuevos desafíos de la elite globalista tras el derrumbamiento de la Unión Soviética. Incluye una cita de Bill Clinton que dice “nuestro propósito básico debe consistir en extender y fortalecer la comunidad mundial”, a la que Kissinger se refiere con este comentario: “por tercera vez en este siglo los EEUU proclamaron así su intención de edificar un Nuevo Orden Mundial aplicando sus valores propios a todo el mundo”.

 

"El polaco Zbigniew Brzezinski, casado con una sobrina del que fuera Presidente de la República Checoslovaca Eduard Benes, fue reclutado por Rockefeller en 1971. Llegó a ser Consejero de Seguridad Nacional del gobierno de los Estados Unidos durante la Administración Carter, pero ya con anterioridad había sido nombrado director de la Comisión Trilateral, a la que él mismo definió como "el conjunto de potencias financieras e intelectuales mayor que el mundo haya conocido nunca".

Afirma que: “la sociedad será dominada por una elite de personas libres de valores tradicionales que no dudarán en realizar sus objetivos mediante técnicas depuradas con las que influirán en el comportamiento del pueblo y controlarán con todo detalle a la sociedad, hasta el punto que llegará a ser posible ejercer una vigilancia casi permanente sobre cada uno de los ciudadanos del planeta". En otro momento dijo: “esta elite buscará todos los medios para lograr sus fines políticos tales como las nuevas técnicas para influenciar el comportamiento de las masas, así como para lograr el control y la sumisión de la sociedad". Ni siquiera George Orwell, autor de la terrorífica novela “1984”, lo hubiera expresado mejor".


"La familia March es el tipo perfecto de dinastía plutocrática en versión española. Habita en la isla de Mallorca, en la enorme finca de s'Avall, la más grande del litoral de Mallorca, con kilómetros de playa, y posee una de las fortunas más grandes del mundo. El patriarca, abuelo de los actuales financieros March, fue Juan March Ordina, descendiente de judíos, que se hizo inmensamente rico con el estraperlo, el asalto a la Canadiense y la venta de armas y víveres a los gobiernos alemán y británico durante las dos Guerras Mundiales.

Juan March se retrataba y se justificaba a sí mismo cuando decía: “si robas un pan, te llamarán ladrón. Si robas un millón, te dirán estafador. Pero si robas cientos de millones, te llamarán magnate y se arrodillarán ante ti”. 

Su obsesión no era el dinero, era ganar dinero, y para ello cualquier artimaña estaba legitimada. Fue un auténtico pirata del Mediterráneo, contrabandeó con tabaco, marihuana (kif), alcohol y armas sin importarle lo más mínimo quién fuera el destinatario".

El Club se fundó en en 1954 en un hotel holandés llamado Bilderberg (de ahí su nombre). Esta es la única imagen que se conserva de la reunión fundacional. 

Después de más de medio siglo de existencia, Bilderberg se ha convertido en el Cuartel General de la elite globalista. Formalmente, su papel consiste en “dinamizar las relaciones transatlánticas a través del fortalecimiento de las Naciones Unidas”. En la práctica, este lobby trata de garantizar que América del Norte y Europa lleven la voz cantante en la escena internacional, y que los acuerdos alcanzados en su seno sean inmediatamente asumidos por el G-8, el grupo de los ocho países más poderosos económicamente del mundo (y su prolongación, el G-20, constituido tras la crisis económica internacional de 2008).



Este semi-clandestino "club privado" al que pertenecen las más destacadas personalidades de la elite económica, política, militar, académica y mediática, tiene su oficina principal en Leiden, Holanda. Sus resoluciones jamás se hacen públicas. Rockefeller, su máximo dinamizador, forma parte de su Consejo de Sabios, integrado únicamente por cuatro personas cuya identidad es toda una incógnita.




Fue con motivo de la batalla de Waterloo cuando los Rothschild asestaron su gran golpe. En 1815, las tropas francesas se enfrentaron en Bélgica a una coalición de ejércitos de Inglaterra, Prusia, Rusia y Austria. Allí estaba un emisario de Nathan Rothschild en pleno campo de batalla. Cuando se aseguró de que Wellington y el general prusiano Blücher habían triunfado, galopó hasta la costa francesa, cruzó el Canal de La Mancha y volvió a galopar hasta Londres. Al conocer la noticia, Rothschild entró en la Bolsa de Valores y empezó a vender frenéticamente todas sus acciones de English Consul, por lo que los agentes de Bolsa interpretaron que Napoleón había ganado en Waterloo. Cundió el pánico y los valores se desplomaron.





A última hora, agentes anónimos de Rothschild compraron cuantas acciones pudieron a precios ridículos. Cuando las primeras noticias confirmaron la victoria de Inglaterra y sus aliados, la Bolsa se recuperó de inmediato, pero ya era demasiado tarde para todo el mundo, excepto para Rothschild, que había conseguido multiplicar su fortuna por veinte en pocas horas con un paquete de acciones a precio de saldo. Aquel episodio daría lugar a un refrán anglosajón que dice: “Los Aliados ganaron la Batalla de Waterloo, pero realmente fue Rothschild quien la ganó”.


Existe un organismo bastante desconocido para la mayoría de los ciudadanos. Se llama Banco Internacional de Pagos (BIS por sus siglas en inglés) fundado en 1930. Su sede está en Basilea, Suiza. Este Banco, hermético, inviolable y sin responsabilidad ante nadie, también es una entidad privada en manos de los banqueros internacionales, y su actividad consiste en prestar dinero, con su correspondiente interés, a los Bancos Centrales. Funciona como cámara de compensación para el equilibrio de pagos entre naciones y se le conoce como “la gran bestia”.





El BIS colabora estrechamente con el FMI y ejerce su autoridad sobre el sistema financiero internacional. En realidad se trata de un Super-Banco Central privado integrado por 53 Bancos Centrales de todo el mundo. Desde su fundación, el BIS está controlado por seis Bancos Centrales: la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco de Japón (los dos son entidades privadas) y los cuatro Bancos más importantes de Europa, los de Alemania, Francia, Inglaterra e Italia, hoy integrados en el Banco Central Europeo, todos los cuales nacieron también como instituciones privadas.


El papel del BIS fue definido de la siguiente manera por el historiador Carroll Quigley, profesor de Clinton en la Escuela de Asuntos Exteriores de la Universidad de Georgetown y autor de Tragedy and Hope: “Los poderes del capital financiero tenían otro objetivo de largo alcance, nada menos que crear un sistema mundial de control económico en manos privadas capaz de dominar el sistema político de cada país y la economía mundial en conjunto. Este sistema sería controlado de un modo feudal por parte de los Bancos centrales del mundo, que actuarían poniéndose de acuerdo en secreto en frecuentes reuniones y conferencias privadas. En la cúspide de este sistema estaría el Banco Internacional de Pagos en Basilea, Suiza, un Banco privado propiedad de los Bancos centrales del mundo, y controlado por ellos, que eran ellos mismos corporaciones privadas”.
Resulta curioso observar la paradoja de lo que ha ocurrido en el último siglo. Los mismos que han provocado la pobreza, las guerras y la destrucción ambiental con la globalización económica, sus aventuras neo-coloniales y sus industrias contaminantes, han ayudado a crear instituciones supranacionales con el pretexto de que pueden contribuir a solucionar los problemas generados por ellos. Y ahora aprovechan el caos para incrementar su poder privado. Se postulan a sí mismos como salvadores, como los únicos capaces de gestionar la sociedad en medio de ese caos. Y despojan del poder a los ciudadanos y sus representantes públicos en las instituciones políticas. Cabe pensar que todo responde a un plan maquiavélico para perpetrar un golpe de Estado mundial. Detrás de una cosa así sólo puede estar la elite globalista: los banqueros internacionales y las corporaciones multinacionales. Ellos tienen las armas, el oro y el dinero, nosotros estamos indefensos. ¿Llegará a consolidarse el Nuevo Orden Mundial?
"En 2011 se conoció el resultado de la auditoría realizada por la Oficina Gubernamental de Rendición de a la FED, la primera que se practica a dicha institución desde que fuera creada en 1913. Los resultados son pasmosos. Nos lo cuenta Alai Amlatina en un artículo titulado “EE.UU: “Una estafa de 16 billones de dólares”: “en un plazo de poco más de dos años y medio, entre el 1º de Diciembre del 2007 y el 21 de Julio de 2010, la FED otorgó préstamos secretos a grandes corporaciones y empresas del sector financiero por valor de 16 billones de dólares, una cifra mayor que el PIB de los Estados Unidos que en el año 2010 fue de 14.5 billones de dólares y más elevada que la suma de los presupuestos del gobierno federal durante los últimos cuatro años”.
 
La auditoría reveló también que “659 millones de dólares fueron abonados a algunas de las instituciones financieras beneficiadas arbitrariamente por este programa para que administrasen el multimillonario rescate de bancos y corporaciones dispuesto como mecanismo de `salida´ de la nueva crisis general del capitalismo. De ese gigantesco total unos 3 billones fueron destinados a socorrer a grandes empresas y entidades financieras en Europa y Asia. El resto fue orientado al rescate de corporaciones estadounidenses, encabezadas por el Citibank, el Morgan Stanley, Merrill Lynch y el Bank of America, entre las más importantes. Todo esto mientras la crisis profundizaba hasta niveles desconocidos la desigualdad económica dentro de la población estadounidense a la vez que hundía a crecientes sectores sociales en la pobreza y la vulnerabilidad social”.

El libro de Esteban Cabal "GOBIERNO MUNDIAL" dedica un extenso capítulo a explicar el sistema monetario actual, la mega-estafa del dinero "fiat" imaginario perpetrada por la elite financiera, y la necesidad de desarrollar monedas alternativas y complementarias: "Como ya hemos explicado, históricamente, ha habido tres tipos de dinero: el dinero real, actualmente en desuso, el dinero fiduciario, que dejó de existir en 1971, y el dinero “fiat” o “fiat imaginario”, que es el que utilizamos ahora.


Conocer la diferencia entre estos tres tipos de dinero, cuya naturaleza es sustancialmente diferente, no es una cuestión baladí. Nos ayudará mucho a entender el mundo en que vivimos y a otear lo que se nos viene encima, porque el dinero físico que actualmente utilizamos tiene los dias contados; muy pronto todo el dinero será invisible y amenazará nuestra libertad. De hecho, ese nuevo dinero intangible ya está aquí entre nosotros, es dinero electrónico y constituye alrededor del 95% del total de la masa monetaria mundial, aunque cotidianamente apenas hagamos uso de él".

"En junio de 2010 el Club Bilderberg se reunió por segunda vez en España, en el Hotel Dolce de Sitges, Barcelona. La reunión giró, de nuevo, en torno a la crisis financiera, la posible guerra contra Irán y la difícil situación que vivían Grecia, Portugal Italia y España. El presidente del gobierno español, Zapatero, asistió para tranquilizar a los inversores internacionales ante el vencimiento de grandes cantidades de deuda española. Cientos de activistas se desplazaron a Sitges, acamparon en las inmediaciones del Hotel y se manifestaron durante los 4 días que duró la cumbre para llamar la atención sobre las actividades conspirativas de este lobby de la elite globalista. Reclamaron transparencia. Y lograron que la reunión de Bilderberg no pasara desapercibida. Muchos medios de comunicación se hicieron amplio eco de la noticia, no solo en España sino en todo el mundo. Durante los 4 días que duró el cónclave de los sumos sacerdotes del capitalismo, el investigador norteamericano Jim Tucker, el escrtitor Daniel Estulin y yo concedimos, en conjunto, un total de 400 entrevistas a la prensa nacional e internacional. La repercusión mediática fue enorme. Por primera vez en la historia el mundo conoció la existencia de este lobby plutocrático.
El 15 de agosto el presidente cubano Fidel Castro escribe un artículo titulado “La ONU, la impunidad y la guerra”, en el que se hace eco de los acuerdos tomados en Sitges por el Club Bilderberg: “La guerra contra Irán está ya decidida en los altos círculos del imperio, y sólo un esfuerzo extraordinario de la opinión mundial podría impedir que estalle en muy breve plazo”. Ese mismo mes Fidel Castro, impresionado por los libros de Estulin, invitó al escritor a visitar la Habana".

"Observemos la gráfica siguiente. Nos muestra que la producción de petróleo ha tenido poco recorrido. Desde el año 0 al año 4000 apenas representará un suspiro. Pensemos que la producción y utilización del petróleo es lo que nos ha permitido expandir paralelamente, de manera formidable, la riqueza real. No es difícil suponer que el descenso vertiginoso del petróleo y sus aplicaciones llevará aparejado un descenso igualmente vertiginoso de la riqueza mundial".

"A finales de 2011 se dio a conocer el análisis más completo jamás realizado en torno a las redes corporativas globales. Las conclusiones indican que existe una “súper entidad” compuesta de un reducido número de empresas estrechamente vinculadas —tanto que pueden considerarse una unidad— que controla prácticamente todo el pastel político-financiero del planeta. 

El estudio, realizado por los investigadores suizos Stefania Vitali, James B. Glattfelder y Stefano Battiston, sugiere que nuestra tendencia a desestimar la teoría conspiratoria, de lo que podemos llamar “corporatocracia”, se basa en nuestra inhabilidad de comprender los alcances de esta red de pertenencia corporativa global, la cual había demostrado ser demasiado compleja para análisis previos. 

Los resultados muestran que 737 compañías controlan 80% de la red corporativa transnacional y que solo 147 —lo que los investigadores llaman una “súper-entidad”— controlan más del 40% de esta red global. La lista de las primeras 50 compañías del ranking de control global incluye a Barclays, Axa, Capital Group Compnies, JP Morgan Chase, UBS, Merrill Lynch, Deutche Bank, Gold Sachs, Morgan Stanley, Babk of América, ING, BNP Paribas, etc. Es decir, las multinacionales de Bilderberg".


"El Comité de Asuntos Públicos Estadounidense-Israelí (AIPAC) es tal vez el lobby más poderoso del mundo. Su influencia se hace notar incluso en los casos más insospechados, como por ejemplo cuando, en la era Clinton, consiguió el perdón presidencial otorgado a favor de Marc Rich, un multimillonario fugitivo incluido en la lista de los más buscados del FBI, que había renunciado a su ciudadanía estadounidense antes de pagar los impuestos que debía. 

El sionista Marc Rich tiene también nacionalidad española, belga e israelí; es uno de los hombres más ricos y poderosos del mundo, pero casi nadie lo sabe. Controla tres de las 10 megacorporaciones secretas que manejan a su antojo el mercado de los alimentos y las materias primas: Glencore Intl., Trafigura y Phibro. Estas mega-corporaciones no cotizan en bolsa, operan desde paraísos fiscales, sobornan y chantajean a los gobiernos y mueven cientos de miles de millones de euros especulando con productos de primera necesidad. Son en buena medida responsables del hambre y la injusticia en el mundo, la desnutrición de cientos de miles de niños y la esclavitud de millones de trabajadores".


"Y ¿qué es el gobierno para un banquero? En una de sus obras el dramaturgo Bernard Shaw, miembro de la Sociedad Fabiana, puso en boca de Undershaft, personaje literario de profesión banquero, el siguiente diálogo: "¡El gobierno de tu país! Yo soy el gobierno de tu país, yo y Lazarus. ¿Crees que tú y unos cuantos principiantes como tú sentados en fila en esa institución de estúpido parloteo pueden gobernar a Undershaft y a Lazarus? No, amigo mío, ustedes harán lo que nos convenga. Harán la guerra cuando nos sirva. Comprenderán que el comercio necesita ciertas medidas cuando nosotros hayamos decidido esas medidas. Cuando yo necesite algo que aumente mis ganancias, ustedes descubrirán que mi voluntad es una necesidad nacional, y cuando los demás necesiten algo que disminuya mis ganancias, ustedes llamarán a la policía y al ejército. Como recompensa gozarán del apoyo de mis diarios y de la satisfacción de pensar que son grandes estadistas. Vuestras multitudes depositan sus votos y se imaginan que de esa forma gobiernan a sus gobernantes. ¡Votar! Cuando usted vota lo único que cambia son los nombres del Gabinete".


"Difícilmente se puede entender el proceso histórico, y aún el momento presente, sin hacer uso de la lógica hegeliana, la dialéctica que nos descubre las fuerzas contrapuestas (tesis y antítesis) y la síntesis resultante de la batalla librada por ellas. 


De la lucha entre la burguesía urbana y la monarquía absolutista feudal surgió, con la revolución francesa, la República, y la actual configuración del mundo basada en naciones-Estado. La lucha entre el socialismo de las clases obreras y el capitalismo burgués dio lugar, en la segunda mitad del siglo XX, al “Estado del Bienestar” que aún hoy disfrutamos: el régimen democrático, la seguridad social, las libertades ciudadanas, los derechos humanos...
 

El poder dominante siempre genera la oposición de un poder emergente que intenta derrocarlo, sustituirlo. ¿Cuáles son hoy, a la luz de la dialéctica de Hegel, los poderes enfrentados?"

"La última idea del Banco Mundial para los países más pobres del mundo es exigirles que entreguen el suministro de los servicios públicos más básicos, en especial el agua, a las corporaciones privadas. Esta medida ya ha causado aumentos de precios en varios países, y revueltas en otros.

El agua potable es un bien cada vez más escaso. En muchas regiones, los ríos y los canales subterráneos corren peligro de desaparecer o están gravemente contaminados. Las reservas mundiales disminuyen a medida que crece la población, el calentamiento global, la desertización y la actividad industrial. Sin embargo, la demanda mundial de agua dulce se duplica cada 20 años. Antes del año 2025 la demanda de agua excederá los recursos terrestres en un 56%.
 
Actualmente, uno de cada cinco habitantes del planeta no tiene acceso a agua potable y uno de cada tres carece de saneamientos adecuados. Cuatro millones de niños mueren cada año por enfermedades causadas por la contaminación de las aguas. El 20% de las especies acuáticas de agua dulce han desaparecido o están al borde de la extinción".
¿Alguien cree que la OTAN arrasó literalmente Libia en 2011 para derrocar a un dictador y devolver la libertad y la democracia al pueblo Libio? Los importantes yacimientos petrolíferos y acuíferos fueron la verdadera causa primordial de la guerra.
 
Michael T. Klare, profesor de Paz y Estudios de Seguridad Mundial en el Hampshire College, acaba de demostrar magistralmente que el agotamiento del petróleo hará inviables las aventuras bélicas en el futuro. Según sus cálculos, el gasto anual estimado de combustible en operaciones de combate norteamericanas en el sureste asiático asciende a 1.300 de millones de galones, casi 5.000 millones de litros de petróleo.
 
“Así las cosas –termina Klare-, el ejército norteamericano se ha transformado en un “servicio global de protección de petróleo” para beneficiar a las corporaciones multinacionales y consumidores estadounidenses, luchando en ultramar y estableciendo bases para asegurar que saquemos nuestra cantidad fija de petróleo al día. Sería a la vez triste e irónico que el ejército norteamericano luchase en guerras sólo con el propósito de garantizar el combustible suficiente para abastecer a sus propios aviones, barcos y tanques, consumiendo centenares de miles de millones de dólares al año que se podrían destinar al desarrollo de alternativas al petróleo”.
 
Lo que está claro es que las guerras, afortunadamente, ya no serán tan rentables como antes.
Ahora sabemos que los alimentos transgénicos pueden provocar alergias o reacciones inesperadas. En pruebas de laboratorio, están resultando ser mucho menos inocuos de lo que en un principio se dijo. Y además, el cultivo de plantas transgénicas, pese a los controles establecidos, está afectando negativamente al resto de cultivos tradicionales y poniendo en serio peligro la biodiversidad. Empresas multinacionales como Monsanto han sido ya sancionadas por violar los controles de polinización cruzada en sus campos transgénicos y producir el debilitamiento o esterilización de las plantaciones próximas. Incluso ha sido expulsada de algunos países.
 
Pero el daño ocasionado sobre los cultivos circundantes es ya irreversible y ninguna cantidad de dinero puede repararlo. A esto hay que añadir otras consecuencias más que probables, como la desaparición de numerosas especies de aves y otros animales que se verán afectados por la exterminación de insectos en las plantaciones fuertemente fumigadas. Por otra parte, existen serios indicios para pensar que los alimentos transgénicos están provocando la aparición de nuevas enfermedades y la reaparición de otras de origen infeccioso.
Los banqueros y sus multinacionales han implantado de facto una dictadura mundial del pensamiento único; ellos deciden en cada momento qué es lo “políticamente correcto” y determinan en cada caso la “razón de Estado”. Los políticos, jueces, militares y periodistas de niveles altos son sus subordinados y se limitan a transmitir ese “pensamiento único” y ejecutar sus órdenes. Pero si se quiere que la uniformidad social y la estandarización cultural sea completa, es preciso construir también un referente espiritual unificado. De eso también se ocupa la abultada nómina de científicos y técnicos al servicio de la elite globalista.

Los centros de control social de la elite globalista, además de trabajar para que el Gran Hermano orweliano sea una realidad, tienen un ambicioso proyecto: diseñar una especie de religión que sustituirá a todas las demás. Es imposible conquistar el mundo sin acabar antes con las antiguas creencias. Las religiones conforman toda una diversidad de estructuras de poder, iglesias y sectas, que deben ser derruidas. En el Nuevo Orden Mundial no cabe la diversidad de creencias, el pensamiento único es imprescindible.
 
En “Los ocho pecados mortales de la civilización”, Honrad Lorenz advirtió que “la humanidad está siendo adoctrinada por un falso código de valores, solamente apreciado por quienes lo manipulan”.
Nominalmente, no son de derechas ni de izquierdas. Financian a unos y a otros casi por igual. Son como aquellos que, después de unas elecciones, dicen: “¿has visto?, parecía que íbamos a ganar los de izquierdas y al final hemos ganado los de derechas”. En efecto, ellos siempre ganan. Cuando compiten dos candidatos, ellos financian a los dos, con lo que se aseguran futuras prebendas. No es extraño así que, a las reuniones del Club de Bilderberg, organizadas por la elite globalista para consensuar la política internacional, asistan políticos e intelectuales tanto de partidos de izquierdas como de derechas. Ellos se ríen de esos conceptos porque saben que la sociedad no es horizontal, no se divide entre los que están a la izquierda y los que están a la derecha, sino que es vertical, ellos están arriba y los demás abajo.
 
“La opinión será de izquierda en lo cultural, de centro en lo político y de derecha en lo económico y financiero” decía Jacobo Timerman, consumado pro-golpista. Tras la II Segunda Guerra Mundial, Henry Ford, admirador y colaborador de Hitler, aceptó que la Fundación que dirigía se hiciera cargo del “programa de acción progresista” que encaraba la naciente Agencia Central de Inteligencia (la CIA). En este sentido, seguiría los pasos que, desde 1912, había iniciado J. P. Morgan respecto a la “izquierda progre” de EEUU que, “en los momentos álgidos, siempre terminaba con una posición anglófila e incluso pro-guerra”. “El establishment actúa con las dos manos: con la derecha hace el trabajo sucio, con la izquierda tranquiliza a la gente para que todo siga como lo dejó la derecha y que el pueblo no se rebele, porque si no vuelve la tiranía de la derecha”. De manera que la elite globalista aplica la fórmula del Gatopardo: las cosas deben cambiar para que todo siga igual.
Phillip A. Benson, presidente de la asociación de los banqueros americanos, el 8 de junio de 1939 escribió: "no hay manera más directa de capturar el control de una nación que a través de su sistema del crédito".
 
Mayer Amschel Rothschild (1743-1812), fundador de la dinastía de banqueros que se adueñó de Europa a partir del siglo XIX, era consciente de ello. Se especializó en otorgar créditos a las casas reales y llegó a controlar el Banco de Inglaterra. En Frankfurt tuvo 10 hijos, la mitad varones. A los varones les envió a extender su negocio, abriendo sucursales en el extranjero. Salomón se estableció en Viena, Natham en Londres, Kart en Nápoles y James en Paris. El primogénito, Mayer Amschel, se quedó con él en Alemania al frente de la casa matriz. Los Rothschild alquilaron soldados a Guillermo I, fundador del II Reich, cobraron en oro que invirtieron en la Compañía Británica de las Indias Orientales.
 
En 1836, el presidente Andrew Jackson suprimió el Banco Nacional de los Estados Unidos controlado por los Rothschild. Ese mismo año Nathan Rothschild, administrador de la fortuna del clan, murió envenenado durante una reunión familiar y James le sucedió hasta 1868. Ya por entoces los Rothschild financiaron a los dos bandos enfrentados en la Guerra Civil entre 1861 y 1865 (el Norte a través de su agente americano August Belmont, y el Sur a través de los Erlanger, parientes de los Rothschild). Fue precisamente en 1865 cuando Jhon Wilkes por encargo de James Rothschild, asesinó al presidente Lincoln porque se negó a pagar los intereses de la deuda (dos años antes Lincoln se vió obligado a restablecer el Banco Nacional de los Estados Unidos controlado por los Rothschild para financiar la guerra).
 
Posteriormente, con ayuda de sus socios americanos, los Rockefeller, los Morgan, los Warburg, Khun Loeb y Belmont, crearon la Reserva Federal de Estados Unidos en 1913 y obtuvieron la autorización del gobierno norteamericano para emitir papel moneda, haciendo realidad el sueño del fundador de la dinastía, autor de la famosa frase: “permitidme fabricar y controlar el dinero de una nación y ya no me importará quién la gobierne, quién haga sus leyes”.
El petróleo ha representado en la historia de la humanidad lo que alguien dijo una vez que era la vida: “Un chispazo de luz, entre dos eternidades de oscuridad”. Según el Energy Watch Group, la producción mundial de petróleo pasó su cenit en 2006, entrando en una fase de declive de un 7% anual.
 
Las reservas mundiales de petróleo reconocidas oficialmente han sido sobrestimadas en un 46%. Esto supone que el resultado que arroja el cálculo que tradicionalmente se efectúa para proyectar la duración del petróleo (que resulta de dividir las cifras de reservas probadas por el consumo anual), pasaría de los 42 a los 28 años. A pesar de que esta medida se utiliza comúnmente, los geólogos reconocen que técnicamente es irrelevante, dado que los perfiles de extracción suelen seguir una forma de campana, como ya advirtió Hubbert hace más de cincuenta años.
 
El petróleo se agota y, sin embargo, el mundo consume más petróleo que nunca, sobre todo a raíz del tirón industrial que protagonizan India y China, países petrodependientes que, en su conjunto, cuentan con 2.400 millones de habitantes, más de un tercio de la población mundial.
 
La demanda global de petróleo crece a un ritmo del 5% anual, mientras que las reservas disminuyen un 3% cada año. Sería necesario aumentar un 8% la producción mundial para satisfacer la demanda y esto no va a ser posible. En la reunión de la Comisión Trilateral de 2007 los nervios estaban a flor de piel. Los asistentes convinieron en que la cuenta atrás en la crisis energética, el pico petrolero (peack oil), ha comenzado ya.
"La elite globalista tomó como fuente de inspiración ideológica el socialismo fabiano, por lo que conviene conocer la anatomía de esta poco conocida corriente poliítica. El socialismo fabiano es una variante del socialismo inglés. Representa el socialismo no marxista y ha tenido una notable influencia en el pensamiento político del siglo XX. Emergió en Gran Bretaña como una corriente heredera del socialismo utópico de Robert Owen.
 
Al igual que el socialismo clásico y el comunismo, pretende “transformar la sociedad”, pero de manera muy distinta a la de aquellos. “Ahora ningún filósofo busca otra cosa que el desarrollo gradual del nuevo orden partiendo del viejo, sin ninguna discontinuidad ni cambio abrupto”, dice Webb, fundador de esta corriente ideológica.
 
La London School of Económics, entidad financiada desde sus orígenes por los Rothschild, los Rockefeller y el Trust Huntington, es el buque insignia del fabianismo. El propio David Rockefeller reconoce en sus Memorias que no sólo estudió allí, sino que realizó su tesis doctoral sobre el socialismo fabiano. Anthony Giddens, el actual director de esa escuela, sostiene que “no hay una alternativa al capitalismo”.
El cuarto lugarteniente Rockefeller y Secretario General del Club de Bilderberg es el vizconde Etienne Davignon.
 
Su currículum lo dice todo: presidente y fundador de la European Round Table (Mesa Redonda de Industriales, lobby de las multinacionales europeas), ex vicepresidente de la Comisión Europea, miembro de la Trilateral y del Center for European Policy Studies, ministro belga de Exteriores, presidente de la Asociación para la Unión Monetaria en Europa, primer presidente de la Agencia Internacional de Energía, presidente de la Société Générale de Belgique, presidente de Airholding, vicepresidente de Suez-Tractebel, administrador de Kissinger Associates, Fortis, Accor, Fiat, BASF, Solvay, Gilead, Anglo-american Mining, entre otras corporaciones.
"La Ley del Mar, instituida por los fenicios, inventó el concepto de “persona jurídica” confiriendo al barco esa condición. A partir de entonces, los marineros dejaron de ser personas naturales para convertirse en “tripulación” (de ahí la palabra inglesa “member-ship”, miembro del barco). Los derechos de una persona inexistente (el barco) prevalecen sobre los de las personas reales (la tripulación). Desde ese momento, las personas dejan de serlo y se convierten en “contribuyentes”, “consumidores”, “ciudadanos”, etc., cuyos derechos están limitados y supeditados a “personas jurídicas” como Hacienda, las Corporaciones, el Estado, etc.
 
Al equiparar jurídicamente las “personas físicas” y las personas jurídicas” (sociedades), las personas naturales se ven obligadas a compartir o delegar derechos en personas inexistentes, ficticias, inventadas como argucia legal por los poderosos para imponer su voluntad. Las personas naturales ya no deben obedecer a su conciencia sino a las instituciones.
 
En los juicios de Nüremberg contra los nazis de alto rango por sus crímenes de guerra, éstos alegaron que “obedecían órdenes”. Sin embargo fueron condenados porque el Tribunal, con arreglo al Derecho Consuetudinario, estimó que deberían haber desobedecido las órdenes de sus superiores jerárquicos y haber obrado conforme al dictado de su conciencia. Los jueces invocaron “la Ley de Dios”. “Estipularon que las órdenes recibidas, no eximían a una persona de sus responsabilidades para con su conciencia”. Pero si esta doctrina se aplicara siempre, ningún ciudadano podría ser condenado por no pagar impuestos, por ejemplo, si considera que serán utilizados para financiar guerras.
 
El poder es hipócrita. Y su Derecho Romano es tremendamente injusto. Las Corporaciones nunca van a la cárcel aunque cometan los crímenes más horrorosos, pero las personas molestas para el establishment serán encerradas por motivos nimios, o por robar alimentos para dar de comer a sus hijos desnutrídos. En caso de guerra, una persona que mata a otra será considerada un héroe y galardonada, o un asesino si obedece órdenes del enemigo. Todo depende del Tribunal que le juzgue, aunque los hechos sean idénticos".
Una pista más sobre el libro GOBIERNO MUNDIAL, de Esteban Cabal. Se trata de un ensayo con mucho de historia, economía, política y filosofía, pero acaba con un cuento futurista titulado "2084: Fabiano II, Emperador del Mundo". Aquí os dejo la introducción: 

"Para finalizar, hagamos un ejercicio de fantasía, adentrémonos en el futuro. Imaginemos que el proyecto de la elite globalista ha triunfado y que estamos en el año 2084. Como pueden suponer, la elección del año no es casual, se inspira en la célebre novela de Orwell “1984”. Y el nombre del emperador evoca la Sociedad Fabiana, que a su vez se inspiró en el Emperador Fabiano I. 

Tenemos un Gobierno Único Mundial y una Empresa Única global. El Imperio plutocrático domina el mundo y su Emperador se llama Fabiano II. ¿Qué tipo de sociedad sería aquella? Pues dependerá de quién la describa.



Si lo hace un intelectual “orgánico”, nos dibujará una sociedad idílica, maravillosa, muy semejante a aquella por la que lucharon los socialistas y los comunistas de los siglos XIX y XX, aunque con ligeros matices.


Por el contrario, si el orador es un ciudadano común y corriente de esa sociedad, nos describirá un verdadero infierno, un lugar dantesco donde los hombres son esclavos y la libertad brilla por su ausencia. ¿Cómo es esto posible? Veamos qué dice el intelectual “orgánico” y luego el relato del ciudadano común. No será difícil entender la diferencia entre una y otra versión".


El aumento desmesurado del capital ficticio es la característica principal del moderno sistema financiero. Sólo un 5% del dinero que hay en el mundo es dinero físico, circula en forma de billetes y monedas. Ese dinero lo han fabricado y puesto en circulación los Bancos Centrales. Lo han fabricado también de la nada, puesto que se trata de dinero fiat, simples trozos de papel sin respaldo real. Pero al menos existe físicamente, aunque carece de valor intrínseco.

El resto del dinero, el 95% de la masa monetaria, es dinero fiat imaginario, ni siquiera existe físicamente. Lo crean los Bancos de la nada cuando conceden créditos, pero con un respaldo de reservas fraccionarias (suele ser un 10% que deben cuadrar en el balance). En contrapartida, cuando se devuelve el dinero de los préstamos, este desaparece.

En el caso de la moneda europea, el Banco Central Europeo había puesto en circulación, a fecha de 27 de enero de 2007, la cantidad de 530 billones de euros en billetes y monedas de dinero fiat. Pero, al mismo tiempo, existía la cantidad, totalmente imaginaria, de 2.903 billones de euros en saldos bancarios a favor de depositantes. La suma de las dos cantidades constituye el M1 o “circulante monetario”, es decir 3.433 billones de euros. Pasándolo a porcentaje tenemos que el 84,56% del dinero que usamos los europeos sólo existe en nuestra imaginación colectiva porque es dinero fiat imaginario. La desproporción es muchísimo mayor en el caso del dólar, que sigue siendo la moneda hegemónica en el mundo.
 

El agregado M3 comprende el efectivo en circulación, depósitos a la vista y a plazo hasta dos años, depósitos disponibles hasta 3 meses, cesiones temporales de deuda y fondos de inversión en activos del mercado monetario (FIAMM). El crecimiento de la masa monetaria en circulación en la eurozona, medido por el agregado M3, ha subido en torno a un 10 por ciento cada año desde 2005. El dinero imaginario sigue creciendo en la zona euro de forma descontrolada. Casi todo ese crecimiento se debe a la creación de dinero imaginario por parte de los Bancos vía créditos, sobre todo por la concesión de hipotecas inmobiliarias.


Todo esto es posible gracias a que los Bancos tienen la facultad de convertir pasivos en activos. 


"A causa del SIDA han muerto más de 40 millones de personas en África, la esperanza de vida se ha reducido 10 años en países como Uganda, Zimbabwe y Zambia, y la producción económica cayó un 15% en Kenia. Algunos expertos aseguran que detrás de la pobreza y el SIDA está la mano negra de la elite globalista. Un informe de los servicios de inteligencia españoles insinuaba, ya en el año 1987, la posibilidad de que el virus del SIDA hubiera sido creado en un laboratorio y que la expansión de la enfermedad podía enmarcarse en el contexto de una guerra de baja intensidad.
 

En un artículo del canadiense Donald W. Scott titulado “Armas bacteriológicas, ¿se ha creado el Sida en el laboratorio?” se afirma que el SIDA fue creado por el gobierno americano “a partir de una bacteria de la brucelosis combinada con el virus visna (de la oveja) del que se extrae el ADN para extraer la partícula denominada mycoplasma”. El mycoplasma Fermentans no es una bacteria ni un virus, es un agente patógeno creado en laboratorio por el Dr. Shyh-Ching Lo, diplomado de grado superior en el Instituto de Patología de las Fuerzas Armadas. El propio Shyh-Ching reconoció que este mycoplasma provoca muchas enfermedades, entre las que citó además del SIDA, el cáncer, el síndrome de fatiga crónica, la enfermedad de Crohn, la diabetes tipo 1, la esclerosis en placas, el Pakinson, la enfermedad de Wegener, la artritis reumatoide, el Alzheimer, etc.
 

Está sobradamente probado que muchas de las llamadas “nuevas enfermedades”, hasta hace poco completamente desconocidas o inexistentes, tienen su origen en los laboratorios de las multinacionales farmacéuticas y las Fuerzas Armadas que llevan a cabo pruebas secretas. El citado artículo se reproduce en “Los dossiers del Gobierno Mundial”, un libro de Anne Givaudan que también arremete contra las vacunas. Las vacunaciones masivas y a veces obligatorias (sobre todo para la población infantil) no solo se han mostrado completamente injustificadas e ineficaces en la mayoría de los casos, sino que además han causado muchas muertes y secuelas atroces por sus efectos adversos.
 

Detrás de las campañas de vacunación hay espurios intereses comerciales de los laboratorios farmacéuticos, que a menudo comercializan y se lucran con remedios contra las enfermedades que ellos mismos crean, pero también forman parte de pruebas secretas de los miembros de la elite globalista en el campo de la investigación militar para el desarrollo de armas secretas bacteriológicas e instrumentos de control social de la población".


"Cuando miramos la luna desde la Tierra sólo vemos una cara; la otra permanece oculta. De la misma manera, con la información que nos proporcionan los medios de propaganda del establishment, los diarios, las grandes cadenas de radio y televisión, incluso la nada inocua industria cinematográfica de Hoolywood, no podemos conocer lo que ocurre realmente en el mundo, sino sólo la parte que le conviene mostrar a la elite que pretende gobernar de manera efectiva en la sombra.
 

La prensa nos ha hurtado una parte esencial de la realidad y este libro pretende escudriñar esa parte que permanece velada, que no debe estar expuesta al criterio público para salvaguardar el sistema. Un sistema socialmente injusto y autodestructivo que solo funciona aterrorizando a la población, cronificando la guerra, esquilmando los recursos naturales, institucionalizando la usura. Un sistema condenado al colapso.
 

Más allá de las apariencias y pese al abultado volumen de información que manejamos, vivimos instalados en la corrupción, la mentira y el engaño. Donde quiera que enfoquemos la mirada hallaremos corrupción, mentira y engaño. El sistema bancario y monetario es una estafa. El sistema financiero, la globalización económica, la economía de casino en la que nos hemos instalado, es un engaño. El sistema sanitario y la industria farmacéutica son un fraude. El modelo productivo es injusto, el modelo energético es insostenible. Las instituciones de enseñanza, el estamento científico, el ejército, la judicatura, todo está corrompido".

"Larry Page, catedrático de economía, presidió un Banco durante 11 años. En su best-seller “El nuevo desorden económico” explica que “en tiempos de crisis económica la riqueza no se destruye, se transfiere”, y pronostica rotundamente que “va a haber un crash”, que “un pequeño grupo de gente va a ganar un montón de dinero al mismo tiempo”. En las reuniones del FMI algunos economistas anuncian un crash inminente.
 
El sistema financiero tiende al colapso por una razón muy simple y que todo economista honesto reconoce. Los pasivos valen varias veces más que los activos. Los activos están sobrevalorados. Mientras que no haya que liquidar los activos todo irá bien y se podrán ir creando más activos, más dinero imaginario, para respaldar a otros activos también de dinero imaginario. Pero el día en que disminuyan los ingresos en la base de la pirámide, el día que en que se dejen de crear nuevas deudas, el día en que el crecimiento económico se detenga, quizá por el encarecimiento del petróleo, que traerá como consecuencia el encarecimiento masivo de las mercancías y el desabastecimiento generalizado, ese día habrá que empezar a liquidar los activos y el sistema caerá como un castillo de naipes.
 
Algunos se preguntarán: ¿por qué están tan sobrevalorados los activos? Pues porque los Bancos, mediante el sistema de reserva fraccionaria, pueden prestar más dinero del que realmente poseen. Esto es posible porque los Bancos crean dinero de la nada cada vez que conceden un préstamo. Este dinero que crean los Bancos se llama dinero financiero o dinero fiat imaginario.
 
En realidad, ni el dinero físico ni el virtual valen más que la confianza que todos depositamos en él. El dinero virtual o imaginario va a más, es la semilla de una brutal estafa masiva. Los Bancos crean dinero financiero mediante el acto de “hacer líquidas las deudas”, eufemismo que oculta la verdad. ¿Es justo que una deuda pueda hacerse líquida? ¿Puede un pasivo ser a la vez un activo?"
"Otro de los best-seller de la Nueva Era muy del agrado de los plutócratas, se titula “Quién se ha llevado mi queso”, de Spencer Jhonson, un psicólogo que escribe libros para ejecutivos. Se subtitula “cómo adaptarnos a un mundo en constante cambio”. Es un breve relato sobre unos ratoncillos que encuentran un tesoro: un enorme queso.
 
Los ratoncillos somos nosotros y el cuento una metáfora sobre el miedo a cambiar. Cuando el queso se acaba aparece otro, y otro, en el mismo lugar. ¡Un filón! Pero un día ya no aparecen más quesos y los ratoncillos empiezan a sentir hambre. Siguen allí esperando que un nuevo queso vuelva a aparecer milagrosamente, no se atreven a huir hacia un destino incierto. Pero uno de ellos tiene el valor de intentarlo y, después de un azaroso viaje lleno de desventuras, obtiene su merecida recompensa: encuentra otro queso.
 
Los directivos de las multinacionales están encantados con este libro, han regalado millones de copias a sus empleados. ¿Por qué? Pues porque les ayudará a mentalizarse para aceptar su carta de despido cuando les llegue. ¡Se te ha acabado este queso! ¡Corre a buscar otro por ahí!
 
Este libro incluye en su contraportada algunas frases de recomendación firmadas por directivos de multinacionales como Mercedes Benz, Xerox, Whirlpool, Bellsouth y Merril Lynch Internacional".
"Antes de finalizar el siglo XVIII la existencia de un incipiente gobierno mundial en la sombra, representado por el Comité de los 300, era ya un secreto a voces. En 1770 Sir William Pitt Amherst, miembro de la Casa de los Lores, llegó a decir: “Detrás del trono hay algo más grande que el Rey mismo. El mundo está gobernando por personajes muy distintos de los que imaginan los que no están detrás de la escena”. Más tarde Pitt Amherst ostentó el cargo de embajador en China en 1816, fue Gobernador General de la India entre 1823 y 1828 y declaró la guerra a Birmania (hoy Myanmar), lo que ocasionaría 15.000 bajas al Imperio Británico. 

Entre los precursores de ese poder secreto destacan dos apellidos ilustres que comenzarían a adquirir un enorme protagonismo en la escena mundial a partir del siglo XVIII: Rothschild y Rockefeller.
 

En 1733 desembarca en Norteamérica una familia alemana de origen judío apellidada Rockefeller que no tardará en convertirse en el clan más poderoso de los Estados Unidos, dueño del monopolio petrolero a través de la compañía Standard Oil (hoy Exxon Mobil y otras) y fundador del Chase Manhattan Bank.

Diez años más tarde, en 1743, nacería en el barrio judío de Frankfurt (hoy sede del Banco Central Europeo) Mayer Amschel Rothschild, patriarca de la dinastía de banqueros más poderosa del mundo. A él pertenecen estas palabras pronunciadas en 1790: “Permitidme fabricar y controlar el dinero de una nación y ya no me importará quién la gobierne, quién haga sus leyes”.
 

Los Rothschild y los Rockefeller se asociaron y ocuparon la cúspide del gobierno mundial en la sombra durante los siglos XIX y XX. Pero ya en el XVIII despuntaban como los líderes natos de la elite plutocrática. En 1773, un joven Rothschild con apenas 30 años de edad, fue capaz de reunir en Frankfurt a 12 miembros de la elite financiera internacional y exponer su plan secreto, de 25 puntos, para saquear y dominar el mundo".
"El dinero fiduciario comenzó a existir cuando empezaron a expedirse certificados de depósito de las monedas de oro y plata. Era simplemente un papel firmado por el banquero al cual le habíamos confiado nuestras monedas, y en el que se reconocía nuestro derecho a recuperarlas en cualquier momento. A veces también podía ser un “pagaré” emitido por el Banco, al portador, a la vista y sin fecha de caducidad. Con este billete o “pagaré” podíamos acudir al mercado sin necesidad de transportar el oro o la plata.
 
A los billetes de Banco o pagarés, se les llamó dinero fiduciario por la raíz latina del vocablo “fido”, que significa “confío”. El dinero fiduciario estaba vinculado al “patrón oro”, es decir, tomaba como referencia el oro que previamente habíamos depositado en el Banco, y el Banco estaba obligado a cambiar sus billetes por el oro correspondiente en el momento que lo solicitáramos, de manera que conservaba un valor real en la medida en que confiábamos en nuestro Banco.
 
Sin embargo, con la aparición de la banca, el sistema monetario y el dinero fiduciario, la picaresca de los banqueros y los gobernantes dio lugar a cierto tipo de fraudes o estafas. En ocasiones, sobre todo en la Baja Edad Media, se acuñaban monedas cuyo peso no se correspondía con el valor nominal de las mismas. Otras veces se adulteraba el oro o la plata con aleaciones que le restaban valor. O se concedían créditos sin tener oro o dinero suficiente para respaldarlos, con lo que se comenzó a especular con riqueza inexistente, traída del futuro. Este último tipo de fraude a veces sólo era descubierto cuando el Banco quebraba.
 
Todas estas modalidades de fraude, que hoy se hacen masivamente y de forma legal, tienen siempre como consecuencia la inflación, el aumento del precio de las mercancías y los salarios. Y es que, cuando la riqueza real de bienes materiales deja de ser equivalente a la masa monetaria, la economía se expande artificialmente, el valor adquisitivo de la moneda disminuye y el alza de precios es inevitable, dando lugar a la inflación".
"David Rockefeller fue el conspirador mundial por excelencia, el Rey de los cenáculos ocultos. A sus órdenes trabajaron los agentes secretos de la CIA, el MI6, el MOSSAD y especialmente la INTERPOL, que es obra suya. 

Ningún medio de comunicación masivo se atrevería jamás a desvelar los planes secretos de Rockefeller y sus amigos. Siempre guardaron un sospechoso silencio en torno a las secretas actividades de las dinastías de banqueros norteamericanos: los Morgan, los Davison, los Harriman, los Khun Loeb, los Lazard, los Schiff o los Warburg y, por supuesto, los Rockefeller.
 
En 1991, en referencia al informe del Centro para el Desarrollo Mundial, David Rockefeller confesó: “estamos agradecidos con el Washington Post, el New York Times, la revista Time, y otras grandes publicaciones cuyos directores han acudido a nuestras reuniones y han respetado sus promesas de discresión (silencio) durante casi 40 años. Hubiera sido imposible para nosotros haber desarrollado nuestro plan para el mundo si hubieramos sido objeto de publicidad durante todos estos años".
El excéntrico y supuestamente filantrópico David Rockefeller, que tiene ya casi un siglo de vida, es sin duda el personaje más trepidante y controvertido de esta casta de usureros a la que nos referimos. Muy pronto, cuando los diarios anuncien su fallecimiento, tendremos ocasión de conocer su insólita biografía. Descubriremos datos que nos apabullarán.
 
El fundador de la dinastía Rockefeller fue el abuelo de David, de nombre John Davison Rockefeller, descendiente de judíos alemanes llegados a EEUU en 1733. Junto con la saga de los Morgan y el grupo bancario Warburg-Lehman-Kuhn&Loeb, constituyó el triunvirato plutocrático del llamado Eastern Establishment. Su imperio económico se gestó durante los años de la Guerra de Secesión (1861-1865) que enfrentó a los terratenientes esclavistas del sur con los comerciantes e industriales del norte y que se saldó con 600.000 muertos".
"La fascinación de Brzezinski por la tecnología aplicada al control social encaja perfectamente con los planes de la elite plutocrática, que ya ha desarrollado nuevos y espeluznantes artilugios, como el microchip subcutáneo con localizador que pretenden hacer obligatorio para toda la población mundial y que sustituiría, unificándolos, a los actuales carnés de identidad, pasaportes, tarjetas de crédito, carnés de conducir, tarjetas de la Seguridad Social, etc., posibilitando la desaparición del dinero físico.

Otro invento terrible que ya nos tiene preparado la elite ha sido diseñado por la compañía estadounidense Nielsen Media Research en colaboración con el Centro de Investigación David Sarnoff (organismo controlado por el CFR y la Sociedad Pilgrims). Se trata de un dispositivo que, una vez instalado en el televisor, permite observar e identificar desde una estación de seguimiento a los espectadores sentados frente a la pequeña pantalla. Este dispositivo evoca “el ojo que todo lo ve”, el Horus egipcio que aparece en los billetes de dólar. El “ojo que todo lo ve” no es sólo un recurso literario en la novela de Orwell 1984. Ya existen millones de cámaras instaladas en carreteras, calles, empresas y locales públicos, y millones de webcam en hogares de todo el mundo. Sin contar con los modernos sistemas operativos del monopolio Microsoft, como el Windows Media, que rastrea sin cesar todos nuestros movimientos a través de la red y permite leer nuestros correos privados de Outlook, el estado de nuestras cuentas corrientes cuando accedemos a la web de nuestro Banco, las palabras clave que utilizamos en los buscadores como Google y el contenido de las páginas que visitamos en Internet".
"Las actividades para establecer un gobierno mundial comenzaron hace 300 años cuando, en el siglo XVIII, un grupo de trescientos hombres se conjuraron para conquistar el mundo, para instaurar una dictadura global plutocrática, y diseñaron planes secretos de dominación que aún hoy orientan la agenda oculta de las instituciones internacionales, la “Hoja de Ruta” de la humanidad.
 
Aquel cenáculo conspirativo se fraguó en Londres, la capital del Imperio Británico, en 1729, por iniciativa de la Compañía Británica de las Indias Orientales. Se le llamó el Comité de los 300, “la elite de la City". Teóricamente era un club privado de reflexión, dedicado a los negocios, al debate sobre temas comerciales y bancarios. En realidad se trataba de una sociedad secreta cuyo objetivo era instaurar un gobierno mundial dirigido por los banqueros internacionales y las dinastías aristocráticas.
 
El Comité de los 300, hábilmente metamorfoseado durante el siglo XX en múltiples organizaciones, ha consolidado y ampliado su influencia por todo el mundo y está a punto de lograr sus propósitos tal como veremos a continuación. Los acontecimientos históricos que se citan aquí ocurrieron de verdad, podemos comprobarlo en las hemerotecas y bibliotecas y son fundamentales para entender el mensaje de este libro.
 
He incluido algunos capítulos descriptivos sobre las organizaciones que se mencionan reiteradamente en el texto, y a las que pertenecen o pertenecieron la mayoría de los personajes que irán apareciendo: el Comité de los 300, la Mesa Redonda de Cecil Rhodes, el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR), el Real Instituto de Relaciones Internacionales (RIIA), el Club de Bilderberg, la Comisión Trilateral, el Club de Roma, la Sociedad Fabiana, instituciones de control social como Tavistock o la Corporación Rand, órdenes masónicas y sociedades secretas como los Illuminati, la logia Skull & Bones de la Universidad de Yale o el Club de los Bohemios".
"En 1884 nace la Sociedad Fabiana en Gran Bretaña como una corriente heredera del socialismo utópico. El matrimonio Webb dirigió sus primeros pasos. Estaba compuesta por intelectuales, científicos, escritores y políticos, como Annie Besant (sucesora de Blavatsky al frente de la Sociedad Teosófica), Toynbee (alumno de Ruskin), el filósofo Bertrand Russell y los escritores Virginia Wolff, Bernard Shaw, H. G. Wells y George Orwell (estos dos últimos abandonaron luego la sociedad). También el gran economista Keynes perteneció durante algún tiempo.
 
La Sociedad Fabiana creó la London Economic School, donde se formaron las elites capitalistas y globalistas. El magnate David Rockefeller estudió en ella y dedicó su tesis doctoral al fabianismo. Para los fabianos, el capitalismo y el socialismo no son sistemas antagónicos, sino que pueden confluir en un mismo modelo productivo. El futuro gobierno mundial privado no se fundamentará sobre el libre mercado y la libre competencia, sino sobre una economía social, planificada y monopolista.
 
Las ideas políticas del matrimonio Webb inspiraron la filosofía del “capitalismo sin fronteras” de Ayn Rand, autora de “La Rebelión de Atlas”, y fueron adoptadas como propias por el cártel que desde hace siglos controla la banca y las finanzas internacionales. Para ellos, la política debe subordinarse a la economía, a las necesidades de los grandes empresarios y las multinacionales".
Charles Albert Eric Goodhart es una de las pocas personas que conoce a fondo la naturaleza perversa del sistema monetario actual. Educado en la elitista Universidad de Harvard, fue profesor de la no menos elitista London School of Economics, la Universidad fabiana de Londres financiada por la dinastía de los Rockefeller. Por si fuera poco, fue miembro, durante tres años, del Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra.
 
Nadie como este anciano economista, autor del libro “El Banco Central y el sistema financiero”, conoce las intenciones de la elite financiera. Pues bien, a sus 78 años Goodhart se ha soltado la melena y nos ha advertido del riesgo que corremos si consentimos la privatización del euro, que ya es una realidad.
 
Para Goodhart "el dinero es una forma de soberanía, y, como tal, no puede ser entendido sin referencia al Estado". Esto lleva directamente a la sugerencia por algunos que el dinero es una convención social lo que, a su vez, lleva a la indicación de que el dinero moderno es una institución social y un bien público. Una vara de medir el precio de las cosas (bienes y servicios) para que estas puedan ser intercambiadas. Pero si los políticos a espaldas del pueblo, aprovechándose de su pasividad, de su falta de criterio, entregan a manos privadas (artículo 123 del Tratado de Lisboa, procedente del artículo 104 del Tratado de Maastricht proveniente de la ley francesa 73.7 de 1973) la creación del dinero, el dinero deja de ser una forma de soberanía y se convierte en una forma de dominación, en una deuda perpetua que no deja de crecer. Una deuda que convierte en pobres a los que crean riqueza y en ricos a los que no crean nada. El euro actual es dinero deuda, no es un bien público y es urgente que los pueblos de Europa comprendan la trascendencia de este hecho, y exijan a sus gobernantes, la restitución, la vuelta, el regreso al dinero soberano, al dinero como institución social, al dinero como bien público".
"Para Umar Ibrahim, “en el Islam, el dinero no puede ser rentado o gravado con intereses. El nuevo desafío que surge de la propia Ley Islámica es: ¿por qué necesitamos Bancos? La eliminación de estas instituciones usureras es nuestra principal tarea para este siglo. Es necesario que los Bancos sean eliminados y que surjan nuevas instituciones para reemplazar algunos de los servicios que son aceptables, como la custodia de dinero contra el peligro de robo o transferir y transportar dinero de un lugar a otro. Las nuevas instituciones no podrán aumentar el dinero que guardan, ni cargar intereses sobre eventuales préstamos, eliminándose así el deseo de prestar dinero como prioridad absoluta. Sólo si las restricciones para emitir dinero son consideradas junto con la prohibición del interés podremos ofrecer soluciones a nuestra comunidad islámica y al mundo. Para hacerlo, no necesitamos Bancos”.
 
Pero Umar Ibrahim se equivoca cuando propugna restablecer el patrón oro y afirma que “una moneda de oro es independiente del sistema financiero”. Esa es una declaración ingenua, ya que el oro es hoy día una materia prima más, como cualquier otra, y su precio se regula diariamente en el mercado de valores. Las fluctuaciones de su precio de mercado son artificiales, están vinculadas directamente a la especulación bursátil y dependen por completo de los banqueros internacionales. Es más, todo el oro del mundo es insuficiente para respaldar cualquier moneda internacional, y el precio actual está artificialmente inflado por la especulación.
 
Regresar al patrón oro es inviable además porque las reservas ya no están en los Bancos Centrales, salvo una pequeña parte, y la mayoría de los lingotes de oro se encuentran almacenados en un solo país: Suiza. Un informe de 2006 firmado por el Banco británico Cheuvreux, de Crédit Agricole, considera que las reservas reales de los Bancos centrales podrían estar de 10.000 a 15.000 toneladas por debajo de las 31.000 reconocidas en ese año. Por otra parte, el oro en poder de los países musulmanes es una fracción infinitamente pequeña, por lo que este tipo de propuestas utópicas son sólo “brindis al sol”.
"Al finalizar el siglo XIX los banqueros internacionales, a través de las organizaciones creadas por ellos (Comité de los 300, Mesa Redonda, Sociedad Fabiana, Skull and Bones, Club de los Bohemios, B`nai B`rith, etc.), habían extendido sus tentáculos por los cinco continentes, pero aún estaban lejos de culminar sus planes secretos. Además, encontraban una fuerte resistencia en algunos sectores de la sociedad.
 
Todavía en 1896 el candidato demócrata para las elecciones presidenciales en EEUU William Jennings Bryan, siguiendo el ejemplo de Lincoln, se atrevía a proclamar: “El derecho de emitir dinero es función del gobierno. Creemos eso. Quienes se oponen a ello nos dicen que la emisión del dinero es función del banco y que el gobierno debe salirse del negocio bancario. Yo les digo que la emisión del dinero es función del gobierno y que son los bancos los que deben salirse del negocio del gobierno… Cuando hayamos restaurado el dinero en la Constitución, todas las otras reformas necesarias son posibles, pero mientras esto no se haga, ninguna otra reforma puede llevarse a cabo”.
 
En 1898 EEUU acusó a España del hundimiento del Maine, pero fueron los propios estadounidenses quienes lo habían volado para utilizarlo como pretexto con el fin de justificar ante la opinión pública el inicio de la guerra contra España y apoderarse de Cuba. En 1980 los documentos relativos a la “Operación Mangosta” (proyecto para la invasión de Cuba) fueron desclasificados y se reconoció que fue un atentado de “falsa bandera”.
“Tradicionalmente, el gran negocio de la elite globalista fue la guerra. Ellos siembran discordias, promueven conflictos, financian a las partes enfrentadas, las proveen de armas y suministros; no les importa a veces quién gane, siempre que los vencedores estén dispuestos a compartir el botín y contratar con sus empresas los trabajos de reconstrucción. A veces, estas prácticas inmorales se llevan a cabo con total impunidad y el mayor descaro, como ha ocurrido recientemente con ocasión de la guerra de Irak. El gobierno de EEUU bombardeó ese país y, a continuación, contrató a una serie de empresas para llevar a cabo las tareas de reconstrucción. Una de esas empresas era Halliburton, presidida por el vicepresidente de los Estados Unidos Dick Cheney hasta la llegada de este a la Casa Blanca. Halliburton premió por anticipado a Cheney con más de ocho millones de dólares.
 
Otorgan créditos a los gobiernos que deciden iniciar una guerra, les entregan billetes y monedas fabricadas por ellos a cambio de sustanciosos intereses. De esta manera, la elite globalista endeuda a las naciones-Estado, lo que les permite someter a sus gobiernos. Si no se pliegan a sus intereses, les amenazan con no renovar los créditos y ejecutar los avales, o les declaran la “guerra psicológica”, que es una forma de terrorismo mental.
 
Los ideólogos de la elite globalista definen la “guerra psicológica” o “bombardeo ideológico” como el uso planificado de la propaganda y otras actividades no armadas para comunicar ideas con el propósito de influir en las opiniones, actitudes, emociones y comportamiento de la población, de manera que apoyen el logro de sus objetivos y prepararen el camino al eventual empleo efectivo de sus fuerzas militares.
 
El tipo más eficaz de “bombardeo ideológico” es aquel en el que, a través del miedo, se logra que las personas estén convencidas de que hacen lo que hacen por motivaciones propias, cuando en realidad no hacen sino seguir las directrices de la elite globalista, cuyos miembros diseñan la propaganda de guerra psicológica”.
El colapso financiero que padecemos no es fruto de la casualidad, ha sido programado por personas concretas con fines concretos.

Es una ingenuidad pensar que nadie mueve los hilos. La clave está en el artículo 104 del Tratado de Maastricht y el 123 del Tratado de Lisboa, redactados con la oculta intención de privatizar el dinero y endeudar a las naciones, otorgando a los banqueros privados poderes ilimitados.
 
Ambos artículos proceden de la ley 73,7 francesa de 1973, redactada por Valery Giscard D'Estaigne siendo ministro de Economía de George Pompidou, antiguo gerente durante cinco años de la Banca Rothschild, beneficiaria en grado sumo del desastre financiero español.
Esa ley convirtió al franco soberano en franco deuda. Curiosamente Giscard fue el redactor de la Constitución Europea rechazada en referéndum por Francia y Holanda, pero sustituida hábilmente por el sucedáneo Tratado de Lisboa.
 
El Premio Nobel de economía de 1988 Maurice Allais promovió los últimos años de su vida la derogación del artículo 123, y fue condenado al ostracismo por poner el dedo en la llaga, se le impidió seguir publicando en Le Monde y Le Figaro. Esa es la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Y hay que proclamarla bien alto.
 
En derecho romano cuando se cometía un crimen se preguntaba: ¿A quién beneficia? Este crimen económico perpetrado por Rajoy el 11 de julio, refrendado con la presencia del Rey el viernes 13, tiene unos claros beneficiarios y unos nítidos perjudicados, pero, como sucede siempre, aunque la evidencia se presente ante nuestros ojos en forma clara y con hechos demostrados, la negamos. Y así nos va.
"Reducir la población mundial es un objetivo declarado de la elite globalista, y cada vez existen más evidencias de que existen experimentos secretos para provocar masacres controladas de seres humanos.
 
No olvidemos lo que Bertrand Russell, un intelectual de la Sociedad Fabiana, que trabajaba para el departamento de guerra psicológica del Foreign Office, dejó escrito en su obra “Impacto de la Ciencia en la Sociedad”: "Actualmente la población del mundo se está incrementando en unos 85.000 individuos por día. La guerra, hasta ahora, no ha tenido un gran efecto en este incremento, que ha ido continuando a través de cada una de las guerras mundiales. La guerra, hasta ahora, no ha sido efectiva en este aspecto. Pero tal vez la guerra bacteriológica llegará a ser efectiva. Si una Muerte Negra se extendiera por el planeta, una vez por cada generación, los supervivientes podrían procrear libremente, sin llenar excesivamente el planeta". Cuando Russell pronunció aquellas palabras, la población mundial crecía 30 millones cada año, hoy crece a un ritmo superior: 100 millones.
 
Aún más aterrador es el testimonio del jefe del servicio de América Latina de la Oficina de Asuntos Demográficos del Departamento de Estado, Thomas Ferguson. En 1981, declaró a la publicación de Inteligencia 'EIR': "una vez que la población escapa a todo control, se impone un gobierno autoritario, incluso fascista, para reducirla. Esto interesa solamente a los expertos en reducir la población con fines humanitarios. En El Salvador no hay sitio para tanta gente. Consideren también el Vietnam. Hemos estudiado el asunto. Aquella región estaba también superpoblada y planteaba un problema. Pensamos que la guerra haría descender los índices de crecimiento y nos equivocamos. Para reducir rápidamente y de manera efectiva la población, es necesario que todos los hombres sean movilizados para el combate y que se mate a una gran cantidad de mujeres en edad de procrear. Mientras tengan ustedes un gran número de mujeres en edad de procrear, tendrán un problema. En El Salvador se mata un pequeño número de hombres y no a las suficientes mujeres para que ello tenga una influencia sobre la población. La manera más rápida de reducir la población es el hambre, como en Africa, o la enfermedad, como la Peste Negra. Lo que podría suceder en El Salvador es que la guerra desorganizara la distribución de los alimentos. Entonces, la población se debilitaría y habría enfermedades y escasez. En este momento, podrían ustedes crear una tendencia a la baja rápida de los índices demográficos. De otro modo, la gente se reproduce como animales".
"Y confío en que veremos surgir una nueva era protagonizada por hombres sabios y justos que, habiendo asimilado los errores del pasado, abandonarán la fascinación por las mercancías y el consumo, encontrarán nuevos valores más allá del lucro y el dinero, y construirán un sistema monetario basado en la riqueza real y una omnicracia (democracia de todos) o una poliarquía (gobierno de muchos), un poder descentralizado, con instituciones supranacionales aptas para resolver los problemas globales, pero soportado por una economía desglobalizada, de mercados bio-regionales, y por sólidos y arraigados poderes públicos locales.
Necesitamos una conspiración global ciudadana y pacífica en la que los protagonistas sean las personas humildes que no quieren conquistar el mundo sino defenderlo, no quieren conquistar el poder sino repartirlo, no quieren esclavizar a la humanidad sino liberarla de la cárcel de la ignorancia y el miedo que han construido para nosotros los poderes religiosos, políticos y mediáticos, y del yugo del gran capital que es el único y verdadero poder en la sombra.
 
"Jamás dudéis de que un pequeño grupo de ciudadanos precavidos y comprometidos pueda cambiar el mundo. Ciertamente, son los únicos que alguna vez lo han conseguido", decía Margaret Mead (1901-1978), antropóloga estadounidense.
 
Los ciudadanos tenemos un arma capaz de frenar los planes de la elite globalista: el consumo consciente y responsable. Es muy eficaz cuando se usa en una campaña coordinada para boicotear productos de cualquier multinacional o Banco que actúa de forma deshonesta e irresponsable. 

La sociedad de consumo sucumbirá, y será reemplazada por la sociedad del conocimiento".
"¿Cuál es el propósito del proceso de concentración de capitales? ¡A usted que le importa! Leo Strauss, Sumo Pontífice de los neocons, adorado por todos los gurus ultra-capitalistas de la economía, dijo que el "significado escondido del mundo y sus leyes, solamente debe ser conocido por un grupo reducido de personas, que deberán encargarse de hacer realidad esa uniformidad para la seguridad de occidente".
Cada año el proceso de fusiones hostiles o amistosas se duplica. Según la firma de análisis de mercados Thomson Financial, el valor total de las fusiones y adquisiciones empresariales en 2006 alcanzó los 3,79 billones de dólares. Según Dealogics el valor total sería aún mayor, llegando a 3.98 billones. El doble que en 2005.
 
Las empresas multinacionales son cada vez menos pero cada vez más grandes. En el sector petrolero, por ejemplo, en la década de los 90 se produjeron las siguientes fusiones: Chevron y Texaco, Exxon y Mobil Oil, BP y Amoco, Total con Petrofina y Elf. Otro ejemplo lo tenemos en la concentración del sistema bancario en España de la que derivaron dos gigantes mundiales. El Banco Central se fusionó con el Hispano y luego con el Santander, dando origen al BSCH. El de Bilbao se fusionó con el de Vizcaya y luego con Argentaria, creando el BBVA.
 
La concentración de capitales contradice el mercado libre capitalista, nos conduce de cabeza a una economía de monopolios privados, tal y como desea la elite globalista. ¿Hasta dónde piensan llegar? ¿Acaso pretenden crear una Empresa Única Mundial gestionada por ellos? ¿Será ese el destino final del capitalismo?".
"En 1946 nace el Instituto Standford. Se inventa la computadora. En 1947 el presidente Truman autoriza a la CIA a investigar en técnicas de guerra psicológica y lavado de cerebro. Alice Bailey predice un gobierno mundial. La Asociación Americana de Educación hace un llamado al "establecimiento de un orden mundial genuino, un orden en el que la soberanía nacional esté subordinada ante la autoridad mundial". En octubre William Carr escribe en el NEA Journal que los maestros deberían: "enseñar sobre varias propuestas que han sido hechas para el fortalecimiento de las Naciones Unidas y el establecimiento de una ciudadanía mundial y un gobierno mundial".
 
En julio de 1948 Sir Harold Butler, en una declaración del CFR se pregunta: "¿Dentro de cuánto tiempo estarán preparadas las naciones para sacrificar una parte de su soberanía para que exista una unión económica y política efectiva? Lejos de ésta confusión, un nuevo mundo está tomando forma (...) enfocado hacia un Nuevo Orden Mundial (...) que será el inicio de las verdaderas Naciones Unidas, unidas fuertemente por una sola fe". Sir Julian Huxley, presidente de la UNESCO, hace un llamado hacia una eugenecia radical en su libro “UNESCO: Its Purpose and Its Philosophy”, donde establece que: "aunque es cierto que una política eugénica radical para el control de la natalidad humana no será realidad sino dentro de muchos años, será muy importante para la UNESCO el ver que el problema eugénico es examinado con el mayor cuidado y que la opinión pública está informada de una forma veraz”. En 1949 se crea el Consejo de Europa. Nace el Instituto Aspen.
 
En 1950 el mundo tenía 2.500 millones de habitantes y sólo 8 ciudades con más de 5 millones. Comienza la explosión demográfica y la urbanización del planeta a gran escala. El 17 de febrero de 1950, en su discurso ante el Senado de los Estados Unidos, el banquero James Paul Warburg declara: "Tendremos un gobierno mundial, guste o no guste. Sólo falta saber si llegaremos a esto imponiéndolo por la fuerza, o si la humanidad se someterá de buen grado".
 
Pocos días antes (9 de febrero) se había aprobado la Resolución Concurrente del Senado número 66 que empieza así: "Con la finalidad de alcanzar la paz y justicia universales, el presente Capítulo de las Naciones Unidas debe ser cambiado y reformado para proveer al mundo de una verdadera constitución mundial". La resolución fue introducida en el Senado el 13 de Septiembre de 1949 por Glen Taylor que la defendió diciendo: “tendremos que sacrificar nuestra soberanía ante la organización mundial para permitirles elevar sus impuestos”.
"El CFR es considerado como el auténtico gobierno de los Estados Unidos en la sombra. Su presidente honorario es David Rockefeller. Cuenta con 4.200 miembros, edita la revista “Foreing Affaires” que tiene 125.000 suscriptores en todo el mundo y organiza cursos y conferencias a muy alto nivel.
 
Su sede está en Nueva York, en Park Avenue esquina con la calle 68, y fue la mansión de Harold Pratt, de la Standard Oil de Rockefeller, cuya viuda lo donó a esta institución de la que casi nadie supo nada durante sus primeros 50 años de existencia. En 1928, el CFR compró un edificio de cinco plantas en 45 East 65th Street, muy cerca de la casa del entonces gobernador de Nueva York Franklin D. Roosevelt.
 
Actualmente da empleo a más de 50 investigadores. El 31% de los miembros del CFR pertenece a corporaciones privadas; un 25% a universidades y centros de investigación; un 15% a organizaciones filantrópicas; un 13% a entidades políticas; un 8% a la administración de justicia; un 6% a medios de comunicación; y un 2% tienen otras profesiones.
 
Miembros del CFR son directores de corporaciones como Citygrup, J. P. Morgan Chase, Boeing, Conoco, Disney, IBM, Exxon Mobil, Dow Jones, Viacom/CBS, Time Warner, Carlyle Group, Lehman Brothers, Morgan Stanley, Goldman Sachs, Merrill Lynch, Credit Suisse, Chevron Texaco, Lockheed, Haliburton, Washington Post y Newsweek.
 
Desde 1928, todos los presidentes de EEUU pertenecían al CFR, excepto Ronald Reagan, en cuyo Gabinete había 6 miembros del CFR, incluido el vicepresidente, y 12 de la Trilateral.
 
Uno de los pocos disidentes del CFR, el almirante Chester Ward, denunció la existencia de un núcleo secreto dentro del CFR encabezado por los Rockefeller que está integrado por los banqueros internacionales que operan desde Wall Street. “Quieren hacerse con el monopolio bancario mundial, lo que les conducirá al control del gobierno mundial” denunció Ward en la Revista de Noticias.
 
Para el autor Gray Allen, el Club de Bilderberg no es más que una prolongación internacional del CFR, casi todos los estadounidenses del Club pertenecen al CFR. También pertenecen al CFR casi todos los directores que ha tenido la CIA y la mayoría de los Altos Cargos de la Administración de EEUU".
"En una de sus últimas declaraciones a la prensa, publicada el 1 de febrero de 1999 por la revista Newsweek Internacional, David Rockefeller no deja lugar a duda sobre las verdaderas intenciones de la conspiración mundial que aún parece liderar a pesar de su avanzada edad: “algo debe reemplazar a los gobiernos, y el poder privado me parece la entidad adecuada para hacerlo”. ¿Se puede ser más explícito? No se trata por tanto de impulsar un Gobierno Mundial democrático, sino un gobierno privado, una dictadura global plutocrática. Algo a lo que yo me opongo rotundamente a pesar de que comparta con Rockefeller la idea de que los gobiernos nacionales son un tapón que impide resolver eficazmente algunos de los más urgentes problemas y desfíos mundiales, como el problema de la paz, el deterioro de la biodiversidad, el cambio climático o la pobreza.
 
Nada es como parece. Nuestros sentidos nos engañan. Cuando contemplamos embebidos una puesta de sol, el sol que vemos ya no está ahí, se escondió hace ocho minutos tras el horizonte, justo la distancia, medida en años luz, que separa a la tierra del sol. También la psique nos engaña. Tendemos a pensar que nuestro aliado es nuestro amigo cuando combatimos un enemigo común, pero a menudo nuestro aliado se mostrará como enemigo nuestro en cuanto hayamos derrotado al enemigo común. Los ingleses, que han sido los mejores piratas de la historia, saben en qué momento reclutar cómplices para el saqueo, y en que momento echarlos a los tiburones, justo en el momento de repartir el botín. Así que habrá que ser muy cautos y no caer en las trampas de los banqueros, no sea que acabemos alimentando tiburones".
“El 11 de septiembre de 1991 el presidente Bush, en referencia a la crisis del Golfo Pérsico, anunció: “después de estos tiempos problemáticos, un Nuevo Orden Mundial puede surgir”. El vicepresidente Dick Cheney pronosticó una guerra “que no acabará nunca” hasta que los plutócratas logren su objetivo final. En realidad, esa guerra ya ha comenzado. La inició la CIA el 11-S con un atentado de “falsa bandera”. El 11-S fue un autoatentado. Busquen en internet. Descubrirán que sobran evidencias. Pero como todo el mundo sabe, la primera víctima de la guerra es la verdad.
 
¿Son esto “teorías de la conspiración”? Hay “conspiranóicos” porque hay conspiración. Naturalmente, los conspiradores lo negarán. Zbigniew Brzezinski, líder de la Comisión Trilateral y miembro del Club Bilderberg, es uno de ellos. Cuando se le recuerda su implicación en asuntos turbios se defiende de las críticas arguyendo que “la historia es mucho más producto del caos que de la conspiración”. Y es que hasta cierto punto tiene razón. Afortunadamente hay muchos factores imponderables. Si no fuera así la elite globalista ya habría alcanzado todos sus objetivos.
 
Recordemos que Brzezinski se consagró como el gran geoestratega de la elite plutocrática cuando diseñó "la trampa afgana", la alianza de los Estados Unidos a través de la CIA con Osama Bin Laden y con los talibanes para desalojar de Afganistán a las tropas rusas. Una conspiración contra los rusos en toda regla. Lo que aparentemente resultó un éxito se ha convertido con el tiempo en el mayor fracaso estadounidense desde Vietnam. Estados Unidos ha caído en su propia trampa y ha perdido la guerra contra aquellos a quien primero financió, armó y entrenó para luego traicionarles y masacrarles. El efecto boomerang de "la trampa afgana" ha restado credibilidad a Brzezinski y ha puesto en dificultad a la elite globalista para llevar a cabo sus planes de desencadenar una guerra nuclear contra Irán”.
"David Rockefeller fundó en 1973 la Comisión Trilateral porque se sentía “preocupado” por el deterioro de las relaciones entre Norteamérica, Europa y Japón y puso al frente de la misma al polaco Zbigniew Brzezinski, que luego sería consejero de Seguridad de Jimmy Carter. La Trilateral se encargó, junto con el CFR, de llevar a Carter hasta la Casa Blanca.
 
Brzezinski se ha vanagloriado de ser el promotor de la “trampa afgana”. De la misma manera que los rusos armaron y apoyaron a los comunistas vietnamitas, los norteamericanos apoyaron a los muyaidines talibanes y a Osama Bin Laden para que combatieran contra los soviéticos en Afganistán. Según Brzezinski, era una oportunidad única para “que la URSS tuviera su propio Vietnam”. La trampa tuvo un efecto boomerang, y terminó volviéndose contra los americanos. La guerra continúa, ahora con las bendiciones de la ONU. El interés de fondo: el control de la producción de opio. Afganistán cultiva el 80% del opio (heroína) que se vende en el mundo.
 
La Comisión Trilateral congrega a unas 300 personas del establishment una vez al año, aunque no siempre son las mismas, por lo que ya son muchos centenares las que han acudido en alguna ocasión. El nombre de la organización alude a los tres continentes -América, Europa y Asia- de los que proceden sus miembros.
Los participantes pertenecen al mundo de los negocios, los medios de comunicación, la política internacional, un perfil parecido al del Club de Bilderberg. De hecho, muchos miembros de la Trilateral también pertenecen al Club. Se ha dicho que David Rockefeller, descontento con los lentos progresos del Club de Bilderberg, decidió impulsar más la Trilateral para imprimir un ritmo mayor en el desarrollo de la agenda de la elite globalista hacia el Nuevo Orden Mundial".
"Han invadido infinidad de países y promovido golpes de Estado en todos los continentes. Los últimos: Irak, Afganistán y Libia. Son responsables y autores intelectuales de innumerables crímenes. Se les ha atribuido la mayoría de los asesinatos frustrados o consumados de líderes políticos y religiosos ocurridos durante los siglos XIX y XX. Detrás de los atentados que costaron la vida a mandatarios como William H. Harrison, Abraham Lincoln, Kennedy, Ghandi, Aldo Moro, Carrero Blanco, Omar Torrijos, líderes negros como Malcom X, el Premio Nobel de la Paz Martin Luther King y otros muchos crímenes, no es difícil adivinar la larga mano de la elite globalista. “Una nación que gasta más dinero en armamento militar que en programas sociales avanza hacia la muerte espiritual”, dijo Luther King en referencia a los Estados Unidos antes de ser acribillado.
 
Otros personajes públicos molestos para la elite globalista estuvieron a punto de ser eliminados o fallecieron en extrañas circunstancias. En 1835, el presidente de EEUU Andrew Jackson, que se opuso a la creación de un Banco Central privado promovido por los banqueros internacionales, recibió dos balazos que no pudieron acabar con su vida. El investigador Wilhelm Reich, presidente de la Sociedad Psicoanalítica Internacional, murió en 1957 en una oscura celda de Estados Unidos, en plena “caza de brujas” decretada por el senador McCarthy, y su último libro sobre matemática orgonómica que escribió en la cárcel desapareció misteriosamente (Reich había descubierto una vacuna contra las enfermedades radiactivas). El presidente de la petrolera estatal Argentina YPF (antes de su efímera fusión con REPSOL), Estenssoro, y el presidente de AGIP italiana, Enrico Mattei, murieron en sendos accidentes aéreos cuando negociaban acuerdos comerciales que perjudicaban los intereses del cartel petrolero controlado por los Rockefeller.
 
Tampoco se sabe muy bien por qué aparecieron muertos a balazos, en los años 90, los ecopacifistas Petra Kelly, líder del partido verde alemán y activista anti-OTAN, y su marido Ger Bastian. Kelly había escrito: “no podemos confiar más tiempo en los partidos establecidos”. En el caso del hundimiento del barco de Greenpeace Rainbow Warriors, que protestaba contra las pruebas nucleares en el atolón de Mururoa y que costó la vida algún miembro de su tripulación, no cabe duda de que la bomba fue colocada por los servicios secretos.
 
La muerte del Papa Juan Pablo I, apenas un mes después de su nombramiento, y la del director de la Banca Vaticana Roberto Calvi, también ha dejado un reguero de incógnitas que conducen a la mafia y a la masonería invisible. Durante el juicio por el asesinato del antiguo líder argelino Mohamed Budiaf, uno de sus verdugos, ex-miembro de la escolta presidencial, dijo: "existe una mafia, una estructura de poder, que está por encima de políticos, militares y opositores al régimen, y que nos sobrepasa a todos". El ahorcamiento legal de Ali Bhutto, presidente de Pakistán y padre de la también asesinada Benazir Bhutto, y el de Sadam Hussein, presidente de Irak, o la muerte de guerrilleros como Ernesto “Ché” Guevara, son otras medallas en la pechera de la elite globalista. Líderes como Fidel Castro, tuvieron más suerte, los intentos de magnicidio fracasaron reiteradamente".
"Isabel II, Reina de Inglaterra, madre del Príncipe Carlos. La Corona Británica fue el mayor imperio hasta la II Guerra Mundial, tras la cual parte de su poder fue trasferido a los Estados Unidos. Aún conserva una inmensa influencia a través de la Comunidad Británica de Naciones, la Commonwealh, que ocupa una quinta parte de la superficie terrestre y agrupa a 54 Estados (Canadá, Australia, Sudáfrica, Pakistán, India, Malasia, Nigeria, Kenia, Bangladesh, Camerún, etc.), incluyendo 30 de los denominados “paraísos fiscales”, que juegan un importantísimo papel estratégico para la elite globalista como verdaderos centros financieros. Algunos de esos puertos francos, la mayoría pequeñas islas, ni siquiera tienen la categoría de “nación”, pero hay 18 repartidos por los cinco continentes que tienen voz y voto en la ONU, de los cuales 8 consideran a Isabel II su Jefe de Estado. La Reina de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte, también es Jefe de Estado de Canadá (componente del G-8), Australia, Nueva Zelanda y otras ex colonias. De hasta dónde es capaz de llegar el Reino Unido en la defensa de sus paraísos fiscales tuvimos una prueba fehaciente en 1982 con motivo de la Guerra de Las Malvinas, el único punto terrestre del Atlántico Sur bajo control directo de Gran Bretaña. Se sospecha que Las Malvinas alberga una estación repetidora del “Proyecto Haarp” con uso militar del GPS. Es decir, una estación para la Guerra Electromagnética, otra sorpresa que nos tiene ya preparada la elite globalista".
"La Orden de la Calavera y los Huesos (Skull & Bones) es una logia masónica fundada en 1833, cuya sede está en un edificio del campus de la Universidad de Yale, en EEUU, denominado “la Tumba”. También se la ha llamado Fraternidad de la Muerte (Brotherhood of Death), Capítulo 322 o Grupo Local 322.
 
No pertenece a la Gran Logia regular, practica ritos satánicos y cuenta con 1.000 miembros, entre ellos George W. Bush, afiliado en 1968. Su padre, que también fue inquilino de la Casa Blanca y director de la CIA, e incluso su abuelo Prescott Bush, acusado de profanar con un grupo de la logia la tumba del líder Apache Jerónimo, también pertenecieron a Skull & Bones.
 
John Kerry, el candidato demócrata que rivalizó con Bush en las elecciones presidenciales, no sólo pertenece a la logia sino que es, dentro de la misma, el superior jerárquico de George W. Bush, su “patriarca” según la terminología utilizada por ellos, los autodenominados “caballeros”. Teóricamente, Bush le debe obediencia ciega.
 
Todos los estudiantes iniciados en Skull & Bones terminan formando parte del establishment americano. “Los líderes de las familias de la Orden llevan 48 años en la Casa Blanca”, llegó a decir un periodista de The New York Observer. El fundador, William H. Russell, fue Secretario de Guerra con el presidente Grant. Otro miembro destacado de la logia, James Baker III, fue Secretario de Estado del gobierno norteamericano. También pertenecieron a ella Percy Rockefeller, E. H. Harriman (de la Sociedad Pilgrims) y otros miembros de primer nivel de la elite globalista, clanes a menudo emparentados entre sí, como los Bundy (Fundación Ford, co-dirigió la guerra del Vietnam como consejero de seguridad de Kennedy y de Johnson, y fue decano de la Universidad de Harvard), los Whitney, Perkins, Kellog, Adams, Allen, Wadsworth, Lord, Lovett, Goodyear, Sloane, Pinchot, Pillsbury, Vanderbilt, etc.
 
Skull & Bones pregona la supremacía anglosajona, tiene fuertes lazos con las iglesias cristianas evangélicas y su meta es el Nuevo Orden Mundial. Muchos de los “caballeros” de la secta, de la que se ha dicho repetidas veces que se financia con el comercio de opio, se han visto involucrados en actividades de narcotráfico, actos racistas contra las minorías étnicas de EEUU y otros delitos".
"La concentración de capitales contradice el mercado libre capitalista, nos conduce de cabeza a una economía de monopolios privados, tal y como desea la elite globalista. ¿Hasta dónde piensan llegar? ¿Acaso pretenden crear una Empresa Única Mundial gestionada por ellos? ¿Será ese el destino final del capitalismo?"
 
Lenin escribió en diciembre 1915 el prólogo del libro “La economía mundial y el imperialismo”, de N. Bujarin. Ya entonces Lenin profetizó: “Está fuera de toda duda que la evolución tiende a la creación de un trust único, mundial, comprendiendo a todas las industrias y a todos los Estados, sin excepción”.
Viviane Forrester, analista de la globalización, critica en su libro "Una extraña dictadura" la nueva economía y habla de un régimen político ultraliberal que “con vocación totalitaria, ha sustituido la economía real por una economía de casino, puramente especulativa” y que esconde “una dictadura sin cara que no pretende hacerse con el poder sino controlar las fuerzas que lo detentan”.
 
“Usted no lo sabe, pero depende de ellos. Usted no los conoce ni se los cruzará en su vida, pero esos hijos de la gran puta tienen en las manos, en la agenda electrónica, en la tecla intro del ordenador, su futuro y el de sus hijos”, escribe Arturo Pérez Reverte en “El Semanal”. Y añade: “no crean riqueza, sino que especulan. Lanzan al mundo combinaciones fastuosas de economía financiera que nada tiene que ver con la economía productiva”.
 
Cada día es más difícil escudriñar la realidad, obtener información en estado puro. Cuánto más si de lo que se trata es de auscultar el pulso del verdadero poder en la sombra que mueve los hilos del mundo. “Información es aquello que alguien muy poderoso no quiere que se sepa”, decía Lord Northcliffe, magnate de la prensa inglesa a principios del siglo XX. Casi todo lo que se publica es propaganda, noticias contaminadas por intereses espurios.
 
A los que manejan los hilos del mundo entre bambalinas se les ha llamado de muchas maneras: los Superiores Desconocidos, los Grandes Druidas, la Hermandad, los Olímpicos, los Illuminati, la Secta Global, el Poder en la Sombra y, de forma más genérica, el establishment. Francis Bacon, miembro de la Real Sociedad de Ciencias de Gran Bretaña y de la orden de los rosacruces, al que se le atribuye la autoría de las obras de Shakespeare, sostenía que el verdadero poder mundial estaba en manos de quienes él denominaba los tres Superiores Desconocidos.
 
Más recientemente, John Coleman, un agente secreto inglés ya jubilado, afirmó que tuvo acceso a documentos confidenciales que prueban la existencia de un gobierno mundial liderado por los miembros del Comité de los 300. En 1991 escribió: “desde que trabajaba en el servicio de inteligencia sé que los jefes de Estado extranjeros conocen a tan poderosa horda por el apelativo de los magos. Stalin acuñó una expresión personal para describirlos: las fuerzas tenebrosas".
 
En realidad, todas estas familias están dirigidas por el reducidísimo grupo de banqueros internacionales que controlan el mundo a través de las finanzas: los Rothschild, Rockefeller, Morgan, Warburg, Khun Loeb, Lehman, Belmont, Vanderlip, Harriman, Lazard, Goldman, etc. Su poder es inimaginable y desafiarlo es arriesgado.
 
Los pocos autores que han intentado desvelarlo pagaron caro su atrevimiento. Algunos murieron en extrañas circunstancias, otros fueron encarcelados, internados en hospitales psiquiátricos, desposeídos de sus propiedades, despedidos de sus empleos, destituidos de sus cargos, ridiculizados, o clasificados como locos, peligrosos, subversivos, antisemitas o conspiranóicos.
 
Estas pocas familias no solo son dueñas de los principales Bancos privados del mundo (Deutsche Bank, Morgan Chase, Goldman Sach, Citybank, Rothschild…), sino que además crearon y controlan todas las grandes instituciones financieras: el Banco de Inglaterra y la Reserva Federal de los Estados Unidos, que aún hoy son entidades privadas, el Banco Central Europeo, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco de Pagos Internacionales (BIS). A través de ellas marcan el rumbo de la economía e imponen al mundo sus políticas monetarias y los tipos de cambio.
 
La gente cree que la Reserva Federal es el Banco Central del gobierno de los Estados Unidos, y que ese mismo gobierno imprime los billetes de dólar. Esto es completamente falso. La Reserva Federal, igual que el Banco de Inglaterra, el de Suiza, el de Japón y otros muchos Bancos Centrales, son entidades privadas, no pertenecen al gobierno. Los dólares no los fabrica el gobierno sino los banqueros privados. Y se los presta al gobierno a cambio de un interés. Esta es la razón por la que todos los gobiernos están endeudados, y sus cada vez más abultadas deudas les convierten en rehenes de los banqueros internacionales.
 
La soberanía de los gobiernos está limitada por el inmenso poder de estas pocas familias, que no solo disponen a su antojo de la masa monetaria, sino que además controlan la industria y los recursos naturales del planeta, las materias primas, el oro, el petróleo, incluso el aire y el agua. “Ellos” –asegura Jim Marrs, autor de “El poder en la sombra. Las sociedades secretas”- ostentan el monopolio de la energía, de la industria farmacéutica y armamentística y de la manufactura, mediante la aplicación de nuevas tecnologías”.
 
Desde la creación, hace casi tres siglos, del Comité de los 300, estas pocas familias dirigen secretamente un gobierno mundial no declarado, y se valen para ello de cientos de instituciones internacionales o transnacionales que trabajan en todos los campos: industria, ciencia, tecnología, alimentación, salud, educación...
LA HISTORIA SECRETA DEL BANCO CENTRAL DE LOS ESTADOS UNIDOS
 
El 22 de noviembre de 1910 se reunieron media docena de hombres en una isla de nombre siniestro: Jekyl Island, en la costa de Georgia, EEUU. Ejerció como anfitrión Nelson Aldrich (abuelo de David y Nelson Rockefeller). Estaban presentes Benjamín Strong, en representación del Bankers Trust Company, vinculado a la casa Morgan; Henry Davison y Charles Norton, directivos de J. P. Morgan; Frank Vanderlip, presidente del National City Bank, Paul Warburg, director de la Banca Warburg y socio de los Rothschild; y Piatt Andrew, secretario de Hacienda.
 
Allí se redactaron los acuerdos que luego serían recogidos en el Decreto refrendado oficialmente el 22 de diciembre de 1913 por el que se creaba el Banco de la Reserva Federal, un grupo bancario privado con derecho al control absoluto de la circulación monetaria, con capacidad legal para acuñar moneda y emitir billetes. Uno de los asistentes a aquella reunión, Frank Vanderlip, comentó años después en el Saturday Evening Post, el 9 de febrero de 1935, que "hubo una ocasión, a finales de 1910, en que fui tan sigiloso, tan furtivo, como cualquier conspirador… No piensen que es una exageración hablar de nuestra expedición secreta a la isla Jekyl (en Georgia) como la ocasión en que se gestó lo que finalmente se convertiría en el Sistema de la Reserva Federal".
 
Paul Warburg escribió un denso volumen sobre su plan: “El Sistema de la Reserva Federal, su origen y crecimiento”. Tiene 1750 páginas, pero el nombre de "Isla Jekyll" solo aparece una vez, cuando dice: "La materia de una tasa del descuento uniforme fue discutida y se estableció en la Isla Jekyll".
 
La sesión parlamentaria que aprobó la creación de la Reserva Federal se celebró durante la noche del 22 al 23 de diciembre, dos dias antes de la navidad, aprovechando la ausencia vacacional de muchos congresistas que se oponían al proyecto. Uno de ellos, Charles A. Lindbergh, dijo: "Nuestro sistema financiero es falso y una carga para el pueblo”. Y añadió que el Acta de la Reserva Federal “establece el más gigantesco trust sobre la tierra. Cuando el Presidente firme este Acta, el gobierno invisible con el poder del dinero, cuya existencia ha sido demostrada por la investigación sobre trusts monetarios, quedará legalizado. El peor crimen legislativo de todos los tiempos es perpetrado por este documento bancario. La nueva ley creará inflación allí donde los Trusts quieran inflación".
 
Otro congresista, Wright Patman, declaró: “en Estados Unidos hoy tenemos dos gobiernos. Tenemos el gobierno debidamente constituido… Y luego tenemos un gobierno independiente, incontrolado, en el sistema de la Reserva Federal, que opera con el poder monetario reservado al Congreso por la Constitución". Patman tenía razón, la Constitución estadounidense no permite delegar la facultad de emitir papel moneda a un tercero, pero este hecho, aún objeto de polémica, fue descaradamente ignorado.

“El decreto de la Reserva Federal –explica Jan Van Helsig- estaba seguido de la introducción del 16º 
Artículo anexo a la Constitución americana que otorgaba a partir de entonces la posibilidad al Congreso de poner impuestos sobre el rendimiento personal de los ciudadanos. Eso derivaba del hecho de que el gobierno americano ya no tenía el derecho de imprimir su propio dinero para financiar sus operaciones. Fue la primera vez en la historia, desde la creación de Estados Unidos, en que el pueblo debía pagar impuestos sobre la renta”.
Anthony Sutton, economista y periodista norteamericano, que trabajó en la Universidad de Stanford hasta que sus libros empezaron a incomodar y perdió su trabajo, retrató así este momento histórico: "Se trató de un movimiento magistral a la medida de la elite que se originó en conversaciones reservadas entre los principales banqueros en 1910. Para poder crear el FED la elite financiera y petrolera norteamericana tuvo que manipular las elecciones de 1912. El presidente Taft buscaba la reelección. Pero su partido, el Republicano, se había pronunciado públicamente contra la creación del FED. Así las cosas, la elite decidió fracturar al Partido Republicano en dos. Por un lado, se presentaba Taft. Por el otro, Theodore Roosevelt, ex presidente de la República. La división abrió las puertas para que el manipulable Woodrow Wilson accediera al poder con mucho menos del 50% de los votos. La elite, con su presencia y la del senador Aldrich, se ganaría la seguridad de la aprobación de la creación de un Banco Central privado: la FED".
 
Aldrich estaba casado con una hija del magnate Jhon D. Rockefeller, el fundador de la dinastía. La aprobación de la FED fue posible "gracias al senador Aldrich”, nos recuerda el economista Walter Graciano, conocido “Guru” de la Bolsa de Buenos Aires y de ideología derechista, en su libro “Y Hitler ganó la guerra”.
 
A pesar de ser un Banco privado, el presidente Woodrow Wilson autorizó a la Reserva Federal, violando la Constitución, a emitir moneda. El dólar es una divisa emitida en EEUU, pero no por las instituciones públicas sino por un consorcio privado. Para Henry Pasquet, profesor de economía, “la Reserva Federal es una compañía privada gestionada para obtener beneficios y no tiene reservas propias para respaldar los billetes que emite”.
 
Paul Warburg fue nombrado su primer presidente, mientras su hermano Max Warburg dirigía el Banco alemán de la dinastía familiar en Frankfurt durante el gobierno del káiser Guillermo II y se constituía en su banquero personal antes de que estallara la primera Guerra Mundial. El asunto alcanzó dimensiones de escándalo en EEUU, lo que obligó al rápido reemplazo de Paul. ¿Cómo explicar a los estadounidenses que debían embarcar con rumbo a las trincheras del viejo continente para luchar contra los alemanes, mientras la elite norteamericana compartía intereses y fortunas con los ricos del país enemigo?
 
Los accionistas más importantes de la FED eran: la Banca Rothschild de Londres y Paris; el Morgan Guaranty Trust; Chase Manhattan Bank; Warburg Bank de Amsterdam y de Hamburgo; Lehman Bank; Khun & Loeb Bank; Lazard Brothers Bank de Paris; Chemical/Manufacturers-Hannover; Bankers Trust; Israel Moisés Seif Bank, de Italia; y Goldman Sachs Bank.
 
De los 19,7 millones de acciones de la Reserva Federal, 12,2 millones de acciones (el 62% del total) eran propiedad de sólo tres Bancos en 1994: Chase Manhattan (ahora fusionado con el Chemical Bank), Citibank y Guaranty Trust. Esto significa que los Rockefeller, Rotschild y Morgan controlan la mayoría de las acciones del Banco Central más importante del mundo, tres apellidos que resuenan como martillazos en la historia de las altas finanzas, cuyo sonido marca el ritmo vital de la historia. El sonido de la conspiración. El stock de Clase A de la Reserva Federal no ha sido vendido en mercado abierto desde que fue herméticamente sellado al público a finales del verano de 1914.
El 30 de mayo de 2012 se hace público un acuerdo comercial entre Rockefeller y Rothschild, asociados para sacar partido a la crisis. Dos de las más legendarias dinastías del mundo de los negocios de Europa y EEUU formarán una alianza estratégica después de que RIT Capital Partners, el vehículo inversor de Jacob Rothschild, alcanzara un acuerdo para adquirir una participación del 37% de Rockefeller Financial Services, según informa ‘Financial Times’.
 
Con este acuerdo David Rockefeller, de 96 años, y Jacob Rothschild (en la imagen), de 76, cruzarán de nuevo sus intereses tras una relación que se extiende a lo largo de los siglos. La alianza suscrita comenzó a forjarse dos años atrás cuando en una reunión entre los dos patriarcas, Rockefeller presentó a Rothschild al consejero delegado de su firma en EEUU, Reuben Jeffery. Un año después, en una nueva reunión en Londres, Jeffery daría luz verde a la entrada de Rothschild en el grupo Rockefeller, con 34.000 millones de dólares en activos bajo su gestión y controlado mayoritariamente por esta familia, tiene sus raíces en 1882, cuando John D. Rockefeller fundó una de las primeras ‘family offices’ con el fin de invertir su fortuna. Desde entonces, la entidad ha actuado como proveedor de servicios de gestión de patrimonio a otras familias, fundaciones e instituciones. La alianza de la entidad con RIT, que cuenta con una participación minoritaria de Jacob Rothschild, concentrará su actividad en el establecimiento de fondos de inversión y la búsqueda de oportunidades conjuntas de adquisiciones.
"No ha habido entre los hombres invención más funesta que el dinero: devasta las ciudades, saca a los hombres de su casa, los embrutece y pervierte sus buenos sentimientos, disponiéndolos para todo hecho punible; el dinero enseñó a los hombres a valerse de todos los medios y a ingeniárselas para cometer toda clase de impiedad", exclama el tirano Creonte en la Antígona de Sófocles.
 
Unos meses antes de morir, el banquero J.P. Morgan se vio obligado a declarar ante una comisión que debía dictaminar sobre la legitimidad de la Reserva Federal de Estados Unidos. Al explicar el carácter privado de este Banco Central, Morgan dijo al juez: "el dinero es un artículo".
 
Así piensan todos los banqueros internacionales. Para ellos, que crean dinero de la nada, el dinero es un “producto con valor comercial”. Fabrican y venden dólares como el que fabrica y vende cromos, o zapatos. Sin embargo, que tenga “valor comercial” solo significa que tiene “un precio”, no que tenga “valor en sí mismo”. La diferencia entre valor y precio podemos verla, por ejemplo, si comparamos una moneda de plata de un dólar y un billete de dólar. Ambos tienen el mismo precio, pero no el mismo valor.
 
Pero para la mafia financiera el dinero también es un instrumento de dominación política. En un artículo del Washington Times de 2005 titulado "Money in Elections", Marty Jezer explica que: “El dinero es el mayor determinante de la influencia y del éxito político. El dinero determina qué candidatos estarán en condiciones de impulsar campañas efectivas e influencia cuales candidatos ganarán los puestos electivos. El dinero también determina los parámetros del debate público: qué cuestiones se pondrán sobre el tapete, en qué marco aparecerán, y cómo se diseñará la legislación. El dinero permite que ricos y poderosos grupos de interés influencien las elecciones y dominen el proceso legislativo”.
B'nai B'rith se define a sí misma como “una organización judía internacional comprometida con la seguridad y continuidad del Pueblo Judío y el Estado de Israel”. Se autoproclama “defensor incansable del Estado de Israel y de la Diáspora en una gran variedad de áreas políticas y gubernamentales”.
 
En realidad se trata de un poderoso lobby sionista cuya afiliación está exclusivamente reservada a los ciudadanos de origen judío, y se le considera una organización paralela a la masonería regular, sometida al Rito Escocés.
 
Fundada en Nueva York por Henry Jones y otras once personas el 13 de octubre de 1843. ésta entidad tiene su sede central en Washington (1640 Rhode Island Avenue, NW), muy cerca de la Casa Blanca. Durante la Guerra Civil de EEUU B'naï B'rith apoyó la esclavitud. Actualmente cuenta con 180.000 afiliados distribuídos por 58 países del globo, y en su cúspide se aglutina lo más selecto de la oligarquía judía mundial.
Al igual que la masonería regular, B'naï B'rith (Los Hijos de la Alianza) se presenta como una entidad filosófica, filantrópica y humanista. Desde su creación ha sido un puntal del movimiento sionista. Prominentes figuras israelíes han pertenecido y pertenecen a B´nai B´rith: Jaim Weitzman, Jaim Najman Bialik, Efraim Katzir, Simja Dinitz, Itzjak Rabin entre otros. 
También podemos hablar del agua potable, que por imposición del Banco Mundial, el FMI y el G-8 está siendo sometida a un acelerado proceso de privatización en todo el mundo. Si las naciones-Estado ni siquiera pueden gestionar sus acuíferos, ¿qué queda de su soberanía?
 
Instituciones como la OTAN o el Consejo de Seguridad de la ONU, con sus cada vez más pertrechados y activos Cascos Azules, limitan la soberanía de las naciones en materia de seguridad. Ya no son necesarios los ejércitos nacionales.
 
Los conflictos internacionales e incluso los propios de cada nación (como vimos en el caso del derrocamiento del gobierno libio de Gadafi), son cada vez más competencia de estas instituciones militares que tienden a configurar un Ejército Mundial único. De hecho existe un proceso silencioso y silenciado de desmantelamiento de las estructuras militares nacionales, cada vez más subordinadas a organismos globales.
 
Pero quizás donde se hace más patente la merma de la soberanía nacional es en política monetaria. Muchos gobiernos han cedido la capacidad legal de emisión de moneda a corporaciones privadas o semiprivadas. El público en general desconoce esta realidad, pero lo cierto es que la Reserva Federal de los Estados Unidos es un consorcio privado, integrado desde su fundación por 13 bancos privados de Europa y América.
 
Otros muchos Bancos Centrales, como el de Inglaterra, son igualmente privados. También es poco conocido el papel que juega el Banco Internacional de Pagos (el BIS o Banco de Basilea, con sede en Suiza), que es el Banco Central de los Bancos Centrales, y del que dependen en buena medida las políticas monetarias de la mayoría de los países. El BIS es una poderosa herramienta globalizadora en manos de corporaciones privadas y trabaja en detrimento de las soberanías nacionales.
 
Tampoco podemos olvidar que muchos de los países europeos han cedido su soberanía monetaria al Banco Central Europeo con sede en Frankfurt, Alemania. Y todos los economistas coinciden en señalar que sin soberanía monetaria no puede existir independencia económica ni soberanía política.
 
De ahí que la crisis del euro solo pueda tener como desenlace lo que se conoce como “gobernanza económica europea”, que consiste en la cesión de la soberanía fiscal y económica de los países europeos a una entidad no democrática cuyo funcionamiento no es transparente ni está expuesto al escrutinio público: la Comisión Europea.
 
En un mundo sometido a la dictadura de los mercados, donde el verdadero poder efectivo no reside en el pueblo, ni siquiera en las naciones, sino en corporaciones privadas globales, ¿qué soberanía, qué autoridad, le queda a los Estados? Los políticos ya no gobiernan, solo administran, son meros gestores al servicio de las grandes corporaciones que, por otra parte, son quienes financian sus campañas electorales. Las “democracias” han dejado de serlo.
 
Tan rápido como los Estados adelgazan, las corporaciones engordan. Los Estados transfieren competencias a las empresas, áreas de gestión. Privatizan los servicios (transporte, salud, educación, deporte, seguridad, comunicación, cultura…) y los recursos naturales (agua, petróleo, electricidad, minerales. 
Tampoco es aparentemente una sociedad secreta, pero podría considerársela como tal a juzgar por la cantidad de secretos que esconde. La Orden Soberana y Militar de Malta (Los Caballeros de Malta) es una antigua organización mundial que proviene de los templarios y maneja un complejo entramado de negocios, Bancos, grupos militares, fundaciones, y posee gran influencia en los servicios de Inteligencia de Estados Unidos, en las Naciones Unidas y numerosas otras organizaciones.
 
La Orden de Malta es formalmente un “Estado soberano no territorial” reconocido internacionalmente cuya sede central está en Roma desde 1834 y tiene un estatuto de extraterritorialidad como el que tienen las embajadas. También es el nombre que recibieron los caballeros de la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén tras su instalación, por parte del rey Carlos I de España, en la isla de Malta en 1530 (la isla de Malta pertenecía al Reino de Sicilia, en posesión de los soberanos de la Corona de Aragón desde el siglo XIII).
 
El director mundial de los Caballeros de Malta es elegido de por vida, con la aprobación del Papa. Los Caballeros de Malta tienen su propia Constitución y están juramentados para servir a la causa del Nuevo Orden Mundial. Muchos de sus miembros pertenecen al CFR, a Bilderberg y a la Trilateral. A ella pertenecieron William Casey (director de la CIA entre 1981 y 1987), Alexander Haig (Secretario del Departamento de Estado de los EEUU), Lee Iacocca (presidente de Chrysler), James Buckley (Radio Libre Europa), Alexandre de Marenches (director del servicio secreto francés) y Valery Giscard d´Estaing (ex presidente de Francia, miembo del Club de Bilderberg).
 
La Orden Soberana y Militar de Malta no es estrictamente una organización de los globalistas, pero es el puente que comunica a la elite globalista con el Vaticano. Los Caballeros de Malta gozan de inmunidad diplomática.
El sistema capitalista fue rediseñado a finales del siglo XX sin que apenas nos diéramos cuenta; estábamos demasiado ocupados con las tensiones de la guerra fría. En los años 70 cambiaron las reglas de juego con la expansión de la banca fraccionaria y el dinero “fiat” imaginario.
 
La globalización ha sustituido el régimen keynesiano del capital productivo por una dictadura financiera del capital especulativo. Los pronósticos que hiciera en 1981 James Tobin, Premio Nobel de Economía, se han cumplido: el sistema se ha vuelto inestable y el crecimiento de la economía real ha cesado. Ahora, tras haber superado el “pico petrolero” y evidenciar que la oferta de combustibles fósiles ya siempre será inferior a la demanda, toca decrecer.
 
Pero el declive económico puede llevarnos al desmantelamiento del Estado del Bienestar, el recorte progresivo de los derechos sociales y las libertades individuales.
La democracia y los poderes públicos menguan a medida que crece el poder privado de la banca y las corporaciones multinacionales. La era de las naciones-Estado está dando paso, tras la caída del muro de Berlín en 1989, a un Nuevo Orden Mundial totalitario.
 
Desde que el patrón oro cayó en desuso, los bancos y las corporaciones multinacionales se han dedicado a organizar una monumental estafa piramidal a escala planetaria. Lo hacen con la complicidad de una clase política miserable y sumisa y la aquiescencia de unos gobiernos subordinados a las corporaciones y los banqueros internacionales que controlan la emisión de papel moneda y los flujos de capitales.
La prensa nos ha hurtado una parte esencial de la realidad y este libro (“Gobierno Mundial”) pretende escudriñar esa parte que permanece velada, que no debe estar expuesta al criterio público para salvaguardar el sistema. Un sistema socialmente injusto y autodestructivo que solo funciona aterrorizando a la población, cronificando la guerra, esquilmando los recursos naturales, institucionalizando la usura. Un sistema condenado al colapso.
 
Más allá de las apariencias y pese al abultado volumen de información que manejamos, vivimos instalados en la corrupción, la mentira y el engaño. Donde quiera que enfoquemos la mirada hallaremos corrupción, mentira y engaño. El sistema bancario y monetario es una estafa. El sistema financiero, la globalización económica, la economía de casino en la que nos hemos instalado, es un engaño. El sistema sanitario y la industria farmacéutica son un fraude. El modelo productivo es injusto, el modelo energético es insostenible. 
Las instituciones de enseñanza, el estamento científico, el ejército, la judicatura, todo está corrompido.
Michael Ellner escribió: “Míranos, todo está al revés. Todo está patas arriba. Los médicos destruyen la salud. Los abogados destruyen la justicia. Las universidades destruyen el conocimiento. Los gobiernos destruyen la libertad. Los medios de comunicación destruyen la información. Y la religión destruye la espiritualidad”.
 
¿Por qué no nos rebelamos contra este estado de cosas? El gran poeta español León Felipe decía: “yo no sé muchas cosas, es verdad. Digo tan sólo lo que he visto. Y he visto: que la cuna del hombre la mecen con cuentos, que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos, que el llanto del hombre lo taponan con cuentos, que los huesos del hombre los entierran con cuentos, y que el miedo del hombre... ha inventado todos los cuentos”.
 
El poder mediático es cómplice y colaborador necesario para perpetuar este sistema podrido. Si la prensa fuera libre, los abusos del Estado y los excesos del mercado no quedarían impunes. Las operaciones de “falsa bandera” no lograrían su objetivo, la “doctrina de shock” no sería efectiva.
 
Pero los magnates de la prensa permiten que siga existiendo una sutil y eficaz censura que no emana de los gobiernos y los poderes públicos, completamente subordinados al gran capital, sino del establishment, esa oscura elite financiera que dicta las normas y maneja (o pretende manejar) a su antojo el destino de la humanidad. Información relevante y objetiva es silenciada a diario para evitar debates incómodos que comprometerían el éxito de su monumental estafa. Los intelectuales y escritores no afectos al régimen plutocrático son silenciados y ninguneados. “En una época de universal engaño, decir la verdad constituye un acto revolucionario”, decía George Orwell en su novela “1984”. ¡Atrevámonos!
 
Los secretos de Estado desprenden un olor fétido que la prensa ignora. De alguna manera todos lo sabemos, o lo intuimos, aunque apenas hablemos de ello. La prensa manipula y distorsiona la realidad en beneficio de los poderosos. "Si no andáis prevenidos, los medios de comunicación os llevarán a odiar a los oprimidos y amar a los opresores", decía Malcolm X. En opinión de Edward Bernays (“Propaganda” 1928) “estamos dominados por un grupo de personas relativamente pequeño que entiende los procesos mentales y los patrones sociales de las masas. La propaganda es el brazo ejecutivo del gobierno invisible”.
 
A menudo los hechos se obstinan en dar la razón a Miguel de Cervantes cuando afirma que «la falsedad tiene alas y vuela, y la verdad la sigue arrastrándose, de modo que cuando las gentes se dan cuenta del engaño ya es demasiado tarde». Sin embargo, a largo plazo la verdad siempre triunfa, termina por imponerse; la luz vence a las tinieblas.
Más escasa es la literatura sobre los Institutos y laboratorios legales que desarrollan técnicas de control social, cuyo papel es esencial en la estrategia de la elite globalista a tenor de lo manifestado por Brzezinski, presidente de la Trilateral, para el que la sociedad “será dominada por una elite cuyo reclamo por el poder político estará basado en un sentimiento de superioridad científica. Esta elite buscará todos los medios para lograr sus fines políticos tales como las nuevas técnicas para influenciar el comportamiento de las masas, así como para lograr el control y la sumisión de la sociedad".
 
En su obra “Esclavos de un Mesías” el investigador Pepe Rodríguez explica que “las investigaciones en el campo de la psicología y la neurofisiología habían establecido ya las bases para una explotación racional del lavado de cerebro”. Más adelante afirma que “en diciembre de 1947, el presidente Truman autorizó a la CIA a llevar a cabo pequeñas operaciones psicológicas y de propaganda”. Y que “proyectos como el Buebird y el Artichoke escondieron experimentos de control cerebral. En los años siguientes la CIA se convirtió en magna financista de tales experimentos. Parte de los 25 millones de dólares del Proyecto MK-ULTRA apoyaron económicamente las investigaciones de Skinner y del neurofisiólogo español José Delgado”.
 
En realidad, los experimentos orientados hacia la modificación del comportamiento, o lavado de cerebro, se iniciaron antes de 1939. Más tarde fueron perfeccionados con la ayuda de psicotrópicos tales como la psilocibina y algunos derivados de la ergotamina. Después de la guerra las investigaciones se aceleraron culminando en el proyecto MK-ULTRA realizado cerca de Palo Alto.
 
El programa se inició por orden de Allen Dulles, director del CIA y colaborador de Rockefeller, en 1953. Ese año, el proyecto MK-ULTRA consumía el seis por ciento de los fondos de la CIA. Dulles compró a la multinacional farmacéutica Sandoz más de 100 millones de dosis de LSD y psilocibina que se utilizaron para experimentación incluso con niños huérfanos en hospicios locales y con prostitutas sin su consentimiento.
La Corporación Rand, vinculada al Departamento de Defensa, retomó las investigaciones sobre psicosis experimental a partir de 1962 utilizando marihuana, LSD y peyote. Su nómina incluye a numerosas personalidades del mundo de la política y la economía que, a su vez, pertenecen a organizaciones como el CFR, el RIIA, el Club de los Bohemios, la Trilateral y el Club de Bilderberg.
 
Los principios del método no son nuevos, los ejercicios espirituales de los jesuitas corresponden al mismo tipo de modificación del comportamiento. Algunos autores han llegado a manifestar que el propio Marx sufrió un lavado de cerebro con las mismas técnicas mientras estudiaba en Berlín.
 
Ismael Medina sabe de qué habla cuando dice: «lo malo es que, en última instancia, algunos a veces ya no saben para quién están trabajando realmente». ¿Se experimenta sobre las posibilidades de aplicación del control mental? La respuesta es siempre afirmativa.
 
Esta pregunta le fue formulada a altos mandos militares en Melilla (1980), al Jefe del Estado Mayor en Madrid (1983) y a la Dirección General de la Guardia Civil (1983). Las técnicas de lavado de cerebro pueden ser usadas para provocar amnesia voluntaria (borrar la memoria de un individuo), infundir manía persecutoria o incluso incitar a autolesionarse o al suicidio. Existen algo más que indicios de que el suicidio colectivo que provocó la muerte de 900 adeptos de la secta “Templo del Pueblo” en la Guayana fue dirigido por los servicios secretos norteamericanos. Fue un “ensayo mental”.
 
Las técnicas de programación mental usadas en ensayos con grupos sectarios como conejillos de indias suelen incluir las siguientes fases: Destrucción de la identidad del individuo. Insinuación de su culpabilidad general. Incitación a la denuncia de sí mismo. Instauración de un clima de inseguridad. Clemencia aparente y proposición de perdón. Incitación a confesarse. Insinuación de su culpabilidad. Autocrítica por deducción lógica de su culpabilidad. Armonización de los puntos de vista entre las dos posiciones. Acabado del cambio del sujeto.
 
Un informe publicado en internet concluye: “de esta forma, se le lleva a condenarse a sí mismo sin que se ejerza verdadera violencia sobre él, obligándolo a analizar de forma lógica a partir de un punto de vista erróneo.
 
Si analizamos bien este sistema, cabría imputarles semejante práctica igualmente a las sectas dominantes. Los conceptos de la culpabilidad y de la auto-anulación como premisas para la purificación y el cambio de personalidad que deben conducir a la pretendida liberación o sublimación espiritual del individuo, subyacen en toda doctrina religiosa importante”.
Las actividades para establecer un gobierno mundial comenzaron hace 300 años cuando, en el siglo XVIII, un grupo de trescientos hombres se conjuraron para conquistar el mundo, para instaurar una dictadura global plutocrática, y diseñaron planes secretos de dominación que aún hoy orientan la agenda oculta de las instituciones internacionales, la “Hoja de Ruta” de la humanidad.
 
Aquel cenáculo conspirativo se fraguó en Londres, la capital del Imperio Británico, en 1729, por iniciativa de la Compañía Británica de las Indias Orientales. Se le llamó el Comité de los 300, “la elite de la City". Teóricamente era un club privado de reflexión, dedicado a los negocios, al debate sobre temas comerciales y bancarios. En realidad se trataba de una sociedad secreta cuyo objetivo era instaurar un gobierno mundial dirigido por los banqueros internacionales y las dinastías aristocráticas.
 
El Comité de los 300, hábilmente metamorfoseado durante el siglo XX en múltiples organizaciones, ha consolidado y ampliado su influencia por todo el mundo y está a punto de lograr sus propósitos.
 
Las continuas amenazas de Estados Unidos e Israel contra Irán, si se materializan, podrían precipitar los acontecimientos. Irán, la antigua Persia, que a pesar de ser un país musulmán no es un país árabe, suministra a China el 20% del petróleo que consume este país y, a través del Mar Caspio, tiene fronteras comunes con Rusia y otros países controlados por Rusia. La presencia estadounidense en Irán no sería, de ninguna manera, tolerada por China y Rusia. Tampoco sería del agrado de la India. 

Además, los expertos saben que la ocupación de Irán sólo puede iniciarse a partir de un ataque aéreo masivo con bombas nucleares, un escenario demasiado peligroso para la estabilidad de todos los países de la zona, incluyendo la India, que teme la capacidad nuclear de su vecino Pakistán, un país por cierto muy inestable, ahora coaligado con la elite globalista en contra de la voluntad, casi unánime, de su población. ¿Quién se atrevería a iniciar una guerra nuclear? Acordémonos de la famosa cita de Albert Einstein: “no sé cómo será la III Guerra Mundial, pero la IV será con piedras y lanzas”. 

La supremacía nuclear de la elite no sería un impedimento demasiado grande para los BRIC, en cuya órbita se situarían varias potencias nucleares: Rusia, China, India, Corea del Norte, tal vez Pakistán y ahora también Irán. Un conflicto entre los plutócratas y el BRIC haría saltar por los aires a la ONU y otras muchas instituciones internacionales en menos de 24 horas. Una guerra nuclear en Irán podría ser el desencadenante.

Pero puede haber otros, como la instalación del escudo anti-misiles en Polonia, a lo que los rusos se han opuesto rotundamente. ¿Regresa la guerra fría? 

En efecto, una ola de frío siberiano parece haber congelado de nuevo las relaciones EEUU-Rusia en la era Putin. Con motivo del asesinato de Alexander Litvinenko, un ex miembro del servicio secreto ruso (FSB), el patriarca de los neoconservadores norteamericanos Richard Pipes declaró: “Rusia se ha convertido en un país más peligroso que Osama Bin Laden”. Y añadió: “hace falta elaborar una táctica de disuasión para Rusia, especialmente en materia económica, similar a la que se utilizó contra la URSS, y prevenir que vuelva a ser una superpotencia”. 

Franz J. T. Lee, en “El cuento ruso, otra cortina” dice: “los que pensaron que con la disolución de la Unión Soviética en 1991 se acabó para siempre la Guerra Fría, se equivocaron. El mito persiste y nutre permanentemente el cerebro de los halcones neoconservadores que no están dispuestos a aceptar el surgimiento de una Rusia nueva cuyo potencial energético la convertiría, según los últimos cálculos, en la primera potencia de Europa para 2050. Esta posibilidad no estaba en los planes de los estrategas norteamericanos, quienes desde la época del asesor de Jimmy Carter, Zbigniew Brzezinski, estaban preparándose para la disolución de Rusia en tres países independientes”.

El BRIC es una amenaza real para la elite, y no sólo por el poderío militar de Rusia, también les preocupa China. Joshua Cooper Ramo, antes editor de la revista Time y actualmente director de la oficina de John L. Thorton, publicó en primavera del 2004 el polémico libro “El Consenso de Pekín”. Antes de comentar su contenido, debo aclarar que su autor es sólo el pupilo de Thorton, otro hombre clave en la conspiración mundial de los globalistas. Thorton, además de consejero de Goldman Sachs (principal Banco estadounidense de inversiones del mundo), y ex director de INTEL y de Ford Motor, es miembro del omnipotente Club de Bilderberg, domina la Escuela de Administración de Yale y, junto con el multimillonario George Soros, operó el efecto dragón para aniquilar a los países orientales, provocando “la crisis asiática”.
 

Tanto Cooper Ramo como Thorton son fervientes defensores del Nuevo Orden Mundial y de la globalización financiera neo-feudal que controla la Reserva Federal y la City de Londres, y que promueve el unilateralismo bélico de los neoconservadores straussianos del Partido Republicano, aliados de Israel.
 

Por su parte, Norton Ramo, es miembro del CFR, y del Instituto Aspen, otro laboratorio de ideas al servicio de los plutócratas y de Davos. Su obra versa sobre la emergencia del enésimo "Consenso" del Nuevo Orden Mundial, cuyo centro de gravedad se habría desplazado a Pekín tras las exequias del Consenso de Washington. Se publica cuando ya se sabía que la elite globalista no es capaz de controlar los yacimientos de petróleo de Irak y anuncia el advenimiento del nuevo orden multipolar, en el que descuella el BRIC como nuevo competidor del G-8.
 

Ramo habla del "colapso" del Consenso de Washington, que redactó por "empatía con los banqueros" el economista del Banco Mundial, John Williamson como "guía perfecta para hacer una economía atractiva a los capitales foráneos" y que "no tenía nada que ver con mejorar directamente las condiciones de vida de los pueblos”. Ramo contrasta el fabuloso crecimiento económico de India y China, quienes ignoraron las recetas neoliberales del Consenso de Washington, con quienes las aplicaron en forma suicida, como Indonesia y Argentina.
 

Como contrapunto al fallido Consenso de Washington, el Consenso de Pekín epitomiza una "nueva actitud en política, el desarrollo y el balance global del poder", y subsume el multilateralismo, así como la aplicación del "poder asimétrico" con el fin de "limitar la acción política y militar de EEUU en Asia". Los "países en vías desarrollo" tendrían "mayor esperanza" con China, quien proveería un "paradigma más equitativo de desarrollo" a naciones como Malasia o Corea del Sur, que ya están implementando el Consenso de Pekín con éxito notable.
 

Tras el fracaso del Consenso de Washington es posible que tengamos que empezar a hablar de un proceso de “desglobalización” si van a existir varios consensos regionales: la Unión Europea, el bloque TLC (EEUU-Canadá-México), el MERCOSUR (países de América del Sur) y el BRIC, cada uno con su propia legislación, moneda, etc.
 

Alfredo Jalife-Rahme ha publicado un libro titulado “Hacia la desglobalización” (Ed. Jorale). El 16 de junio de 2007 pudimos leer, en el diario británico The Daily Telegraph, una declaración que parece suscribir la tesis central de éste libro: "de hecho, nos encontraríamos al borde de un retorno a la norma histórica del regionalismo económico global, con todo el conflicto que conlleva".

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ESTE VIDEO EXPLICA LAS RELACIONES ENTRE:

SOCIEDAD FABIANA 
UNIVERSIDAD DE PRINCETON
LA SOCIAL DEMOCRACIA
EL GRUPO ROCKEFELLER 
EL INSTITUTO TAVISTOCK ....
....Y MUCHO MAS - 
NO TIENE DESPERDICIO

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The Radio Research Project 

was a social research project funded by the Rockefeller Foundation to look into the effects of mass media on society

In 1937, the Rockefeller Foundation started funding research to find the effects of new forms of mass media on society, especially radio.

Several universities joined up and a headquarters was formed at the School of Public and International Affairs at Princeton University. The following people were involved:
Among the subjects of the Project's first studies were soap operas, known as radio dramas at the time.

The Radio Project also conducted research on the infamous Halloween broadcast of The War of the Worlds in 1938. 

Of the estimated 6 million people who heard this broadcast, they found that 25% accepted the program's reports of mass destruction. The majority of these did not think they were hearing a literal invasion from Mars, but rather an attack by Germany.

The researchers determined that radio broadcasts from the Munich Crisis may have lent credence to this supposition.

A third research project was that of listening habits. Because of this, a new method was developed to survey an audience – this was dubbed the Little Annie Project.

The official name was the Stanton-Lazarsfeld Program Analyzer. This allowed one not only to find out if a listener liked the performance, but how they felt at any individual moment, through a dial which they would turn to express their preference (positive or negative). This has since become an essential tool in focus group research.

Theodor Adorno produced numerous reports on the effects of "atomized listening" which radio supported and of which he was highly critical.

However, because of profound methodological disagreements with Lazarsfeld over the use of techniques such as listener surveys and "Little Annie" (Adorno thought both grossly simplified and ignored the degree to which expressed tastes were the result of commercial marketing), Adorno left the project in 1941.