a las orillas del rio 
Ébola, en la República Democrática del Congo. Aunque la enfermedad 
estuvo relativamente controlada, por afectar a poblaciones pequeñas y 
aisladas y porque su transmisión requiere de un contacto directo con el 
enfermo, su diseminación a otros países era más que esperable, sobre 
todo teniendo en cuenta las 
, los factores que más influyen en el 
incremento de su incidencia y en las altas tasas de mortalidad que se 
describen.
En los cerca de 40 años transcurridos, los organismos 
sanitarios internacionales han tenido tiempo suficiente para estudiar el
 comportamiento de esta enfermedad, sin tratamiento específico, y de 
implantar medidas para la 
en la región y de
 esta forma disminuir la enorme mortalidad evitable debido a este y a 
otros muchos procesos infecciosos que merman la población africana y 
afectan directamente a su desarrollo económico.
Sin embargo, 
parece que las cosas sólo se han acelerado tras la infección del “hombre
 blanco” personalizada en dos cooperantes estadounidenses y en el 
cooperante español Miguel Pajares, perteneciente a la orden religiosa de
 los hermanos hospitalarios de San Juan de Dios (OHSJD).
 la directora general de la OMS, Margaret Chan, declara el 
estado de emergencia internacional y el director de vacunas, Okwo Bélé, 
informa de la existencia de dos productos farmacológicos experimentales 
para combatir la enfermedad: el suero ZMapp y la vacuna que desarrolla 
la farmacéutica británica 
El suero ZMapp es un 
producto de efectos desconocidos, nunca probado en humanos, por lo que 
su administración debería tener las salvaguardas de un ensayo clínico. 
Debido a que la infección por virus ébola suele ser virulenta y su 
historia natural limitada en el tiempo (entre el contagio y el 
desenlace, por curación o muerte, solo trascurren unas pocas semanas) 
debería probarse su eficacia y seguridad en un pequeño número de 
personas con suficiente información y criterio para comprender los 
riesgos, no en una población amedrentada, con información sesgada y en 
manos de la misma industria farmacéutica que pretende comercializar el 
producto.
Las 
acciones de la CF Canadiense Tekmira, que desarrolla el antídoto contra 
el virus TKM-Ebola y que se habían disparado en bolsa tras declararse el
 brote de la infección, se desploman un 12% el día en que fallece el 
cooperante español.
 en 
el años 2009, en plena crisis económica, en España y en otros muchos 
países, debido a la compra masiva de 
 
fármacos cuya eficacia, no demostrada, se basaba en ensayos clínicos 
sesgados y con baja calidad científica. A pesar de las nefastas 
consecuencias de su gestión en la pandemia de gripe A, Margaret Chan 
Y además, están los 
antecedentes de la compañía farmacéutica (CF) Glaxo, que actualmente 
desarrolla la vacuna contra el virus del ébola, que deberían alertar a 
la comunidad internacional. En EEUU Glaxo es multada con 3000 millones 
de euros por sobornar a los médicos a cambio de la prescripción de 
antidepresivos en indicaciones no autorizadas, por ocultar efectos 
adversos y por no tener en cuenta estudios que demostraban la ineficacia
 de alguno de sus fármacos. También fue condenada por fabricar 
medicamentos adulterados en su planta de Puerto Rico y declarada 
culpable en Argentina por 
Esta CF incluyó en su ensayo y administró la vacuna experimental a niños
 menores de 3 años con un permiso de los padres falsificado, o con 
progenitores analfabetos, hechos enormemente graves, similares a los 
ocurridos en Kenia en 1996, descritos por John Le Carré en su conocida 
novela El jardinero fiel”. La CF Glaxo acumula procesos judiciales en 
China, Reino Unido, Jordania, Líbano, Polonia, o Irak, por corrupción y 
malas prácticas.
En resumen, dados los antecedentes de los actores
 implicados y dado que los errores en la gestión de esta crisis pueden 
afectar gravemente a la salud y a la economía de los países afectados, 
debe imponerse la transparencia en todo el proceso, comenzando con la 
publicación de la identidad y los conflictos de interés de los expertos 
en ética médica que han respaldado la decisión de los directivos de la 
OMS de tratar con medicinas experimentales a la población africana, 
además de suspender el derecho al secreto empresarial de las compañías 
farmacéuticas involucradas. Toda la información sobre los ensayos 
clínicos en curso y sobre la eficacia y los efectos adversos de los 
fármacos experimentales debe estar disponible para los distintos 
Servicios de Salud a nivel mundial.
Mientras el virus ha
 tenido fronteras, allá en África, ese inframundo habitado por parias, 
el orden de las cosas sigue su cauce. Los muertos no contaban, salvo 
aquellos pertenecientes a organizaciones religiosas, misioneros, 
médicos, enfermeras y personal auxiliar de organizaciones humanitarias, 
de piel blanca, trasplantados al, eufemísticamente apodado, continente 
negro. 
Mucha víctimas del Ébola u otras enfermedades infeccionas han 
pasado a la categoría de Santos y mártires. 
Religiosos altruistas que 
dan su vida por ayudar al desvalido. Una manera como cualquier otra de 
salvar el alma y redimir el sentimiento de culpa propio de pecadores. 
Igualmente, médicos, deportistas, actores y gente de la farándula hacen 
campaña para apadrinar un niño, construir una escuela o levantar un 
hospital. África es un buen lugar donde practicar la condición de buen 
samaritano. Inclusive, 
Comparte
 tu riqueza con un pobre, Dios te recompensará en el cielo, pero antes 
pasa por caja, la Iglesia te lo agradece. Sólo un dato: la orden San 
Juan de Dios, a la cual pertenecía el sacerdote español repatriado de 
Liberia y contagiado de Ébola, contaba en 2011 para su filial, Orden 
Hospitalaria San Juan de Dios, con 12 millones de euros en productos 
financieros de deuda pública del tesoro español y capitales de riesgo y 
1,16 millones de euros en renta fija del Banco de Santander. 
 Mientras tanto, el religioso español Miguel Pajares fue repatriado a un hospital de Madrid, desmantelado, que no cuenta con 
medios, pero sí con el fármaco, enviado gentilmente por el Ejército 
estadunidense para ser administrado como paliativo. Vía libre para experimentar en humanos. 
Ahora, tras la muerte del 
sacerdote español Miguel Pajares, el Comité de Ética de la Organización 
Mundial de la Salud aprueba el uso experimental del fármaco en África 
como opción para el tratamiento o prevención, aunque no se conozcan sus 
efectos secundarios y su eficacia no esté comprobada. 
Pero, oh 
casualidad, el fármaco está agotado...
Utilizar el Zmapp en los 
países afectados por el virus del Ébola amplía la población sobre la 
cual experimentar, pero sobre todo facilita a sus dueños el control, a 
pie de campo, de los posibles efectos secundarios, convirtiendo a África
 en un laboratorio al aire libre. 
Por el momento el brote actual ha 
causado la muerte de más de mil personas, situando la tasa de mortalidad
 entre 25 y 90 por ciento de los infectados. Pero nos olvidamos de que 
los países afectados forman parte del tercer mundo, donde se desarrolla 
la venta de armas, la extracción de materias primas y el comercio ilegal
 de diamantes o animales exóticos por auténticas mafias y empresas 
trasnacionales, donde los gobiernos hacen la vista gorda
. 
No hay nada 
mejor que una espléndida pandemia vírica para aumentar beneficios. 
Sirva
 como recordatorio que África, sus gentes y sus riquezas han sido 
explotadas por potencias e imperios en nombre del progreso y la 
civilización occidental. Bélgica, Holanda o Gran Bretaña. Sin olvidarnos
 de Francia, España, Portugal, Alemania o Italia. 
Desde el siglo XVI, 
hombres, mujeres y niños fueron capturados, encadenados y transportados a
 Europa y América, vendidos como esclavos. Reyes, cortesanos y burgueses
 amasaron sus fortunas potenciando el comercio de carne humana. 
Igualmente expropiaron sus territorios y establecieron sus lindes para 
monocultivos, plantaciones de caucho, cacao, azúcar y cuanta materia 
prima fuese capaz de generar ganancias. Asimismo, el marfil, las pieles y
 los trofeos de caza fueron lucidos en las mansiones de Londres, 
Ámsterdam, París, Bruselas, Brujas, Roma o Hamburgo.
 El Ébola es una bendición para las empresas 
farmacológicas. Además lo sufren africanos. Una 
verdadera ventaja.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2014/08/17/opinion/018a1mun
Aunque
 los telediarios y la prensa hablan todos los días de “estragos” y de 
“catástrofe”, la realidad es que la epidemia del virus del Ébola sigue 
manteniendo una magnitud bastante modesta.
La prensa habla de 2.400 muertos en toda África mientras escribo estas líneas, pero incluso esta cifra no acaba de ser exacta.
Si
 accede a la página de la web de la Organización Mundial de la Salud 
(OMS) que trata este tema, se dará cuenta de que de hecho hay 1.044 
fallecimientos cuya causa oficial declarada es el virus del Ébola, según
 la última actualización que ha hecho pública la OMS. El resto son por 
el momento “probables” o “posibles” casos de muerte por ébola. (1)
Por
 supuesto, se trata de 1.044 muertes innecesarias y lamentables, pero 
debería compararse esta magnitud con la cifra de 1,4 millones de muertes
 anuales por tuberculosis o con la de 855.000 muertes al año por 
paludismo (y eso que éstas últimas están bajando tras el pico de 1,2 
millones de muertes al año que alcanzó en 2004). 
O con los más de 3.000 
fallecimientos que provoca todos los años la gripe estacional en España,
 teniendo en cuenta muertes directas y las producidas al potenciar otras
 enfermedades en pacientes cardiorrespiratorios (de 3 a 5 millones en 
todo el mundo según la OMS). (2)
Muy poco contagio
Las
 imágenes de sanitarios con las mascarillas puestas y monos integrales 
para acercarse a los enfermos sospechosos son delirantes y dignas de una
 película mala de ciencia ficción.
Y es que el virus del Ébola no se transmite en absoluto con tanta facilidad.
Se
 necesita un contacto directo con un líquido biológico como la sangre, 
las heces o los vómitos u otros líquidos corporales de animales o 
personas infectadas, tal como reconoce la OMS. No hay forma de que se 
transmita por vía aérea. Es decir, aunque alguien hable o tosa, no 
expandirá el virus del Ébola por el aire.
Dicho
 de otro modo, el virus del Ébola es comparable al sida por su medio de 
propagación. Hay que estar realmente en contacto con la sangre o un 
líquido biológico del enfermo para exponerse al riesgo de contaminación.
Eso
 significa, explica el profesor Bruno Marchou, jefe de servicio de 
enfermedades infecciosas y tropicales del Hospital de Purpan, en 
Toulouse, que el virus del Ébola: “no alcanzará el estadio de 
pandemia. En Conakry (capital de la República de Guinea), hubo en un 
inicio varias decenas de casos entre el personal hospitalario. Pudieron 
superarlo aplicando medidas de higiene estándar sencillas que frenaron 
la propagación del virus entre el personal”. (3)
Estas medidas de higiene no tienen nada de magia: “Quien
 se ocupa de un paciente tiene que cubrirse las manos con guantes. Si el
 paciente vomita, también hay que taparse la cara. Es el abecé de la 
profesión, lo hacemos todos los días”, prosigue.
«Una mortalidad de entre el 20 y el 90% de los casos»
Sandrine Cabu, de Médicos sin Fronteras, en una entrevista publicada en el diario francés Le Monde, cuenta que el virus del Ébola tiene “una tasa de mortalidad de entre el 20 y el 90% de los casos”.
¿A qué se debe una horquilla tan absurdamente amplia?
A
 que el virus del Ébola es sobre todo peligroso cuando se trata mal. Las
 personas mueren por deshidratación o hemorragias, pero el tratamiento 
consiste entonces sencillamente en hidratar o en someter al paciente a 
transfusiones, no en darle una vacuna ni un hipotético medicamento. No 
hay que creer lo que pretende la industria farmacéutica, a la que le 
encantaría poder vender a los gobiernos unos polvitos mágicos como 
hicieron con el Tamiflu cuando se produjo la alarma por gripe AH1N1.
«Los nuevos medicamentos no son la solución contra el ébola»
La
 solución contra la epidemia consiste en respetar medidas sencillas y de
 sentido común: higiene, nutrición adecuada, vitamina C y vitamina D.
Según
 Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y 
Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, la herramienta más eficaz 
contra el ébola es aplicar los cuidados básicos a los enfermos.
“La
 verdadera prioridad debería ser crear infraestructuras médicas en los 
países afectados para suministrar a los enfermos el apoyo médico básico 
como la hidratación y la transfusión sanguínea. Esto surtiría mucho 
mayor efecto sobre la salud que la distribución aleatoria de 
medicamentos experimentales” (4)
Según Thomas E. Levy, autor de un artículo reciente sobre los remedios potenciales contra el virus del Ébola (5):
“Hasta
 el día de hoy, no hay un solo virus sometido a prueba que no haya sido 
inactivado por una cierta dosis de vitamina C. Uno de los medios 
prioritarios para destruir el virus, o programar su destrucción por 
parte del sistema inmunitario, es activar la ´reacción de Fenton´. En 
pocas palabras: dicha reacción puede producirse en el interior del 
virus, en las células donde los virus se replican y en la superficie de 
los propios virus”.
Por
 lo tanto, no hay razones para sospechar que el virus del Ébola se 
transforme brutalmente en una pandemia en el continente africano, y 
menos aún en el resto del mundo.
Pero no cabe duda de que esta psicosis puede servir a los intereses económicos de algunos.
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 promesas de las píldoras que lo curan todo son a menudo un obstáculo 
que impide llegar a soluciones reales, naturales y… mucho más eficaces. 
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Continúa el post de hoy:
Sembrar el pánico: un negocio muy lucrativo
El pánico en torno al virus del Ébola recuerda a la gripe aviar de 2005 y a la gripe porcina (AH1N1) de 2009.
Se
 aprovecharon estas dos “pandemias inminentes” para manipular burdamente
 a la opinión pública y así justificar una vacunación masiva de 
poblaciones enteras que resultó acarrear terribles efectos secundarios, 
entre ellos la narcolepsia, un grave trastorno del sueño, como ya 
comentamos en Tener S@lud. (6)
En
 2009, la OMS predijo que un tercio de la población mundial podría estar
 afectada por la gripe AH1N1, con efectos impredecibles. El julio de 
2009, la entonces ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, anunciaba 
orgullosa que el Gobierno español había acordado con dos de las más 
importantes empresas farmacéuticas del mundo la compra de la friolera de
 37 millones de dosis de vacunas contra la gripe A al “módico” precio de
 266 millones de euros. Doce meses después, sólo se habían vacunado tres
 millones de personas. Millones de dosis se guardaron como “reserva 
estratégica” (después se donaron a la Organización Panamericana de 
Salud) y el resto tuvieron que ser destruidas (y con ello millones de 
euros se volatilizaron).
En
 cuanto al famoso medicamento antiviral “milagroso”, el Tamiflu, su 
efecto real no era más que reducir la duración de los síntomas a menos 
de un día, sin poner freno alguno al número de hospitalizaciones. Un 
estudio británico concluyó que la distribución del Tamiflu contra la 
gripe AH1N1 tuvo como único efecto… malgastar 500 millones de libras 
esterlinas.
En
 efecto, la temporada de gripe de 2009 resultó ser finalmente menos 
grave de lo habitual, a pesar de la presencia de la cepa AH1N1. Además, 
resultó que numerosos supuestos casos de gripe AH1N1 ni siquiera fueron 
casos de gripe, sino simples resfriados, lo cual recuerda al famoso caso
 del virus del Ébola en Berlín el mes pasado que finalmente acabó 
siendo… una gastroenteritis.
Jugar con fuego
Los titulares excesivos con los que machaca la prensa día si y día no, según mi opinión, son muy peligrosos:
“La OMS decreta una emergencia de salud pública a nivel mundial”
France 24, 20 de agosto de 2014.
“Ébola sin control”
El País. 5 de septiembre de 2014
“Los científicos ven un futuro calamitoso en la crisis del ébola”
The Times. 12 de septiembre de 2014
Esta
 psicosis está sembrando un desbarajuste en África, donde algunos 
gobiernos ya han empezado a cerrar sus fronteras, movilizar a sus 
ejércitos para reprimir a las poblaciones e incluso a aislar sin razón a
 decenas de miles de desdichados, hombres y mujeres, ancianos y niños 
puestos en cuarentena y que están protagonizando escenas desgarradoras, 
como la huida de personas aisladas de hospitales y centros de 
aislamiento, su persecución por parte de la población, toques de queda, 
personas sanas hacinadas como sospechosas en habitáculos de pocos metros
 bajo supervisión policial…
“Las
 extraordinarias medidas que están imponiendo los países afectados por 
la epidemia de ébola están generando los primeros problemas de seguridad
 ciudadana. Este miércoles, las calles de Monrovia, la capital de 
Liberia, fueron el escenario de enfrentamientos cuando decenas de 
ciudadanos de West Point, barrio en torno al cual se ha decretado una 
cuarentena sanitaria, comenzaron a arrojar piedras a la policía, que 
respondió con gases lacrimógenos para dispersar a la multitud. Los 
vecinos estaban muy enfadados porque se encontraron por la mañana todos 
los accesos bloqueados con barricadas levantadas por la policía con 
muebles y alambres de espino, lo que les impedía ir a trabajar o a 
comprar al mercado”. El País (citando a la agencia AFP). 21 de agosto de 2014
«Disparar a matar»
El sábado 23 de agosto supimos que “El
 Parlamento de Sierra Leona ha convertido en delito penado con hasta dos
 años de cárcel alojar a enfermos de ébola, en un intento por frenar la 
diseminación del mortífero virus, anunció el ministro de Justicia”, según publicó el diario El Mundo citando a la agencia Reuters. Y es que el miedo y el temor a ser estigmatizados ha hecho que muchas familias oculten a sus miembros afectados.
El
 18 de agosto, todavía peor: el Gobierno de Liberia ordena a sus 
soldados “disparar a matar” sobre todo aquel que intente cruzar la 
frontera, supuestamente para evitar que se propague la epidemia. (7)
Estas
 reacciones totalmente excesivas corren el riesgo de provocar una 
verdadera catástrofe humanitaria, mucho más grave que el propio virus 
del Ébola.
Del mismo modo, se empiezan a tomar medidas contra los africanos:
“A
 escala internacional, los ciudadanos de esos países son sometidos a una
 cuarentena cada vez más estricta con el cierre de fronteras, la 
suspensión de vuelos por parte de la mayoría de compañías aéreas que los
 ofrecen, la repatriación de los miembros de las familias del personal 
diplomático en dichos países, la anulación de conferencias 
internacionales, la deslocalización de acontecimientos deportivos, etc.”, apunta Le Nouvelle Observateur. (8)
En
 Corea, han estallado verdaderas reacciones racistas contra los 
africanos, a quienes se prohíbe entrar en determinadas tiendas. (9)
El mito del pasajero infectado en un avión
Al
 escuchar a las autoridades y a los periodistas, podríamos creer que 
puede estallar una epidemia de ébola en cualquier momento en Europa: 
basta con que un africano afectado por la enfermedad llegue en avión y 
desembarque.
Esta
 hipótesis es totalmente irreal. Sólo pone de manifiesto una ignorancia 
absoluta hacia lo que es en realidad el virus del Ébola.
No debemos sucumbir ni a la psicosis ni a una forma de racismo no declarado.
La
 epidemia del virus del Ébola no podrá encauzarse correctamente en 
África si no cesa toda forma de violencia y de represión. Hay que dejar 
que cada paciente sea atendido tranquilamente por un personal con una 
formación médica básica y que adopte las medidas de higiene adecuadas.
No
 debemos enviar ni cargamentos de vacunas a África ni medicamentos. Eso 
no serviría más que para enriquecer a los laboratorios farmacéuticos y 
para provocar daños todavía más graves producidos por los efectos 
secundarios de los medicamentos.
Fuentes:
- OMS (Organización Mundial de la Salud): “Brote de enfermedad por el virus del Ebola en África Occidental”
- Datos
 del informe revelado en la XX Conferencia Internacional sobre el Sida, 
celebrada en Melbourne (Australia) del 21 al 25 de julio de 2014.
- Ladepeche.fr. 14 de agosto de 2014
- USA Today. 6 de agosto de 2014
- Naturalhealth365.com. 3 de agosto de 2014
- Salud,
 Nutrición y Bienestar: “Confirmado: miles de casos de narcolepsia 
provocados por la vacuna contra la gripe A / H1N1″. 21 de Agosto de 
2013.
- Sky news. “Shoot-on-sight order in Ebola-wary Liberia”. 18 de Agosto de 2014. 
- Le Nouvelle Observateur: “Ebola: ignorance, paranoïa et mise en quarantaine”, 21 de agosto de 2014. 
- Le Nouvelle Observateur: “Ebola: ignorance, paranoïa et mise en quarantaine”, 21 de agosto de 2014. 
 
CienciayEspiritu | 21 septiembre, 
------------
Ébola:  la divulgación de una mentira
Juan-M. Dupuis 
Aunque los telediarios y la prensa hablan todos  los días de 
“estragos” y de “catástrofe”, la realidad es que la epidemia del  virus 
del Ébola sigue manteniendo una magnitud bastante modesta. 
La prensa habla de 2.400 muertos en toda África mientras escribo estas líneas,  pero incluso esta cifra no acaba de ser exacta. 
Si accede a la página de la web de la Organización Mundial de la Salud 
(OMS)  que trata este tema, se dará cuenta de que de hecho hay 1.044 
fallecimientos  cuya causa oficial declarada es el virus del Ébola, 
según la última  actualización que ha hecho pública la OMS. El resto son
 por el momento  “probables” o “posibles” casos de muerte por ébola. (1)
 
Por supuesto, se trata de 1.044 muertes innecesarias y lamentables, pero
  debería compararse esta magnitud con la cifra de 1,4 millones de 
muertes  anuales por tuberculosis o con la de 855.000 muertes al año por
 paludismo (y  eso que éstas últimas están bajando tras el pico de 1,2 
millones de muertes al  año que alcanzó en 2004). O con los más de 3.000
 fallecimientos que provoca  todos los años la gripe estacional en 
España, teniendo en cuenta muertes  directas y las producidas al 
potenciar otras enfermedades en pacientes  cardiorrespiratorios (de 3 a 5
 millones en todo el mundo según la OMS). (2)
Muy  poco contagio
Las imágenes de sanitarios con las mascarillas  puestas y monos 
integrales para acercarse a los enfermos sospechosos son  delirantes y 
dignas de una película mala de ciencia ficción. 
Y es que el virus del Ébola no se transmite en absoluto con tanta facilidad. 
Se necesita un contacto directo con un líquido biológico como la 
sangre, las  heces o los vómitos u otros líquidos corporales de animales
 o personas  infectadas, tal como reconoce la OMS. No hay forma de que 
se transmita por vía  aérea. Es decir, aunque alguien hable o tosa, no 
expandirá el virus del Ébola  por el aire.
Dicho de otro modo, el virus del Ébola es comparable al sida por su 
medio de  propagación. Hay que estar realmente en contacto con la sangre
 o un líquido  biológico del enfermo para exponerse al riesgo de 
contaminación. 
Eso significa, explica el profesor Bruno Marchou, jefe de servicio de 
 enfermedades infecciosas y tropicales del Hospital de Purpan, en 
Toulouse, que  el virus del Ébola: “
no alcanzará el estadio de 
pandemia. En Conakry  (capital de la República de Guinea), hubo en un 
inicio varias decenas de casos  entre el personal hospitalario. Pudieron
 superarlo aplicando medidas de higiene  estándar sencillas que frenaron
 la propagación del virus entre el personal”.  (3)
Estas medidas de higiene no tienen nada de magia: “
Quien se ocupa 
de un  paciente tiene que cubrirse las manos con guantes. Si el paciente
 vomita,  también hay que taparse la cara. Es el abecé de la profesión, 
lo hacemos todos  los días”, prosigue.
«Una  mortalidad de entre el 20 y el 90% de los casos»
Sandrine Cabu, de Médicos sin Fronteras, en una  entrevista publicada en el diario francés 
Le Monde, cuenta que el virus  del Ébola tiene “
una tasa de mortalidad de entre el 20 y el 90% de los casos”. 
¿A qué se debe una horquilla tan absurdamente amplia? 
A que el virus del Ébola es sobre todo peligroso cuando se trata mal. 
Las  personas mueren por deshidratación o hemorragias, pero el 
tratamiento consiste  entonces sencillamente en hidratar o en someter al
 paciente a transfusiones, no  en darle una vacuna ni un hipotético 
medicamento.
No hay que creer lo que  pretende la industria 
farmacéutica, a la que le encantaría poder vender a los  gobiernos unos 
polvitos mágicos como hicieron con el Tamiflu cuando se produjo  la 
alarma por gripe AH1N1. 
«Los  nuevos medicamentos no son la solución contra el ébola»
La solución contra la epidemia consiste en  respetar medidas 
sencillas y de sentido común: higiene, nutrición adecuada,  vitamina C y
 vitamina D. 
Según Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y 
Enfermedades  Infecciosas de Estados Unidos, la herramienta más eficaz 
contra el ébola es  aplicar los cuidados básicos a los enfermos. 
“
La verdadera prioridad debería ser crear infraestructuras médicas
 en los  países afectados para suministrar a los enfermos el apoyo 
médico básico como la  hidratación y la transfusión sanguínea. Esto 
surtiría mucho mayor efecto sobre  la salud que la distribución 
aleatoria de medicamentos experimentales” (4) 
Según Thomas E. Levy, autor de un artículo reciente sobre los remedios  potenciales contra el virus del Ébola (5): 
“
Hasta el día de hoy, no hay un solo virus sometido a prueba que 
no haya  sido inactivado por una cierta dosis de vitamina C. Uno de los 
medios  prioritarios para destruir el virus, o programar su destrucción 
por parte del  sistema inmunitario, es activar la ´reacción de Fenton´. 
En pocas palabras:  dicha reacción puede producirse en el interior del 
virus, en las células donde  los virus se replican y en la superficie de
 los propios virus”.
Por lo tanto, no hay razones para sospechar que el virus del Ébola se 
 transforme brutalmente en una pandemia en el continente africano, y 
menos aún  en el resto del mundo. 
Pero no cabe duda de que esta psicosis puede servir a los intereses económicos  de algunos. 
Sembrar  el pánico: un negocio muy lucrativo
El pánico en torno al virus del Ébola recuerda a  la gripe aviar de 2005 y a la gripe porcina (AH1N1) de 2009. 
Se aprovecharon estas dos “pandemias inminentes” para manipular 
burdamente a la  opinión pública y así justificar una vacunación masiva 
de poblaciones enteras  que resultó acarrear terribles efectos 
secundarios, entre ellos la narcolepsia,  un grave trastorno del sueño, 
como ya comentamos en 
Tener S@lud. (6) 
En 2009, la OMS predijo que un tercio de la población mundial podría 
estar  afectada por la gripe AH1N1, con efectos impredecibles. El julio 
de 2009, la  entonces ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, anunciaba 
orgullosa que el  Gobierno español había acordado con dos de las más 
importantes empresas  farmacéuticas del mundo la compra de la friolera 
de 37 millones de dosis de  vacunas contra la gripe A al “módico” precio
 de 266 millones de euros.
Doce  meses después, sólo se habían vacunado 
tres millones de personas. Millones de  dosis se guardaron como “reserva
 estratégica” (después se donaron a la  Organización Panamericana de 
Salud) y el resto tuvieron que ser destruidas (y  con ello millones de 
euros se volatilizaron). 
En cuanto al famoso medicamento antiviral “milagroso”, el Tamiflu, su 
efecto  real no era más que reducir la duración de los síntomas a menos 
de un día, sin  poner freno alguno al número de hospitalizaciones. Un 
estudio británico  concluyó que la distribución del Tamiflu contra la 
gripe AH1N1 tuvo como único  efecto... malgastar 500 millones de libras 
esterlinas. 
En efecto, la temporada de gripe de 2009 resultó ser finalmente menos 
grave de  lo habitual, a pesar de la presencia de la cepa AH1N1. Además,
 resultó que  numerosos supuestos casos de gripe AH1N1 ni siquiera 
fueron casos de gripe,  sino simples resfriados, lo cual recuerda al 
famoso caso del virus del Ébola en  Berlín el mes pasado que finalmente 
acabó siendo... una gastroenteritis.
Jugar  con fuego
Los titulares excesivos con los que machaca la  prensa día si y día no, según mi opinión, son muy peligrosos: 
“
La OMS decreta una emergencia de salud pública a nivel mundial”
France 24, 20 de agosto de 2014.
“
Ébola sin control”
El País. 5 de septiembre de 2014
“
Los científicos ven un futuro calamitoso en la crisis del ébola”
The Times. 12 de septiembre de 2014
Esta psicosis está sembrando un desbarajuste en África, donde algunos 
gobiernos  ya han empezado a cerrar sus fronteras, movilizar a sus 
ejércitos para reprimir  a las poblaciones e incluso a aislar sin razón a
 decenas de miles de  desdichados, hombres y mujeres, ancianos y niños 
puestos en cuarentena y que  están protagonizando escenas desgarradoras,
 como la huida de personas aisladas  de hospitales y centros de 
aislamiento, su persecución por parte de la  población, toques de queda,
 personas sanas hacinadas como sospechosas en  habitáculos de pocos 
metros bajo supervisión policial… 
“
Las extraordinarias medidas que están imponiendo los países 
afectados por  la epidemia de ébola están generando los primeros 
problemas de seguridad  ciudadana. Este miércoles, las calles de 
Monrovia, la capital de Liberia,  fueron el escenario de enfrentamientos
 cuando decenas de ciudadanos de West  Point, barrio en torno al cual se
 ha decretado una cuarentena sanitaria,  comenzaron a arrojar piedras a 
la policía, que respondió con gases lacrimógenos  para dispersar a la 
multitud. Los vecinos estaban muy enfadados porque se  encontraron por 
la mañana todos los accesos bloqueados con barricadas  levantadas por la
 policía con muebles y alambres de espino, lo que les impedía  ir a 
trabajar o a comprar al mercado”. 
El País (citando a la agencia 
AFP). 21 de agosto de 2014
«Disparar  a matar»
El sábado 23 de agosto supimos que “
El  Parlamento de Sierra 
Leona ha convertido en delito penado con hasta dos años de  cárcel 
alojar a enfermos de ébola, en un intento por frenar la diseminación del
  mortífero virus, anunció el ministro de Justicia”, según publicó el diario 
El  Mundo citando a la agencia 
Reuters. Y es que el miedo y el temor a  ser estigmatizados ha hecho que muchas familias oculten a sus miembros  afectados. 
El 18 de agosto, todavía peor: el Gobierno de Liberia ordena a sus 
soldados  "disparar a matar" sobre todo aquel que intente cruzar la 
frontera,  supuestamente para evitar que se propague la epidemia. (7) 
Estas reacciones totalmente excesivas corren el riesgo de provocar una
  verdadera catástrofe humanitaria, mucho más grave que el propio virus 
del  Ébola. 
Del mismo modo, se empiezan a tomar medidas contra los africanos: 
“
A escala internacional, los ciudadanos de esos países son 
sometidos a una  cuarentena cada vez más estricta con el cierre de 
fronteras, la suspensión de  vuelos por parte de la mayoría de compañías
 aéreas que los ofrecen, la  repatriación de los miembros de las 
familias del personal diplomático en dichos  países, la anulación de 
conferencias internacionales, la deslocalización de  acontecimientos 
deportivos, etc.”, apunta 
Le Nouvelle Observateur.  (8) 
En Corea, han estallado verdaderas reacciones racistas contra los 
africanos, a  quienes se prohíbe entrar en determinadas tiendas. (9)
El  mito del pasajero infectado en un avión
Al escuchar a las autoridades y a los  periodistas, podríamos creer
 que puede estallar una epidemia de ébola en  cualquier momento en 
Europa: basta con que un africano afectado por la  enfermedad llegue en 
avión y desembarque. 
Esta hipótesis es totalmente irreal. Sólo pone de manifiesto una 
ignorancia  absoluta hacia lo que es en realidad el virus del Ébola. 
No debemos sucumbir ni a la psicosis ni a una forma de racismo no declarado. 
La epidemia del virus del Ébola no podrá encauzarse correctamente en 
África si  no cesa toda forma de violencia y de represión. Hay que dejar
 que cada paciente  sea atendido tranquilamente por un personal con una 
formación médica básica y  que adopte las medidas de higiene adecuadas. 
No debemos enviar ni cargamentos de vacunas a África ni medicamentos. 
Eso no  serviría más que para enriquecer a los laboratorios 
farmacéuticos y para  provocar daños todavía más graves producidos por 
los efectos secundarios de los  medicamentos. 
Creo que es imprescindible conocer la realidad que se esconde tras los
 mensajes  apocalípticos de amenazas colectivas biológicas y 
contrarrestar la desinformación  a la que nos vemos todos sometidos. Por
 eso le animo a reenviar el e-mail de  hoy a todo su entorno. Es nuestro
 granito de arena para luchar contra los  verdaderos estragos que está 
causando esta enfermedad: la ignorancia y la  manipulación.
http://www.saludnutricionbienestar.com/ebola-mentira/ 
22 de septiembre de 2014     
  
  
    
    
      
 
    
 For
 a Nobel Peace Prize President, Barack Obama seems destined to go down 
in history books as the President who presided over one of the most 
aggressive series of wars ever waged by a bellicose Washington 
Administration. Not even George Bush and Dick Cheney came close.
For
 a Nobel Peace Prize President, Barack Obama seems destined to go down 
in history books as the President who presided over one of the most 
aggressive series of wars ever waged by a bellicose Washington 
Administration. Not even George Bush and Dick Cheney came close.  
First, before the ink was even dry on 
his Nobel Prize certificate, Obama announced the Afghanistan “surge”, 
pouring another 30,000 US military into that destroyed part of the 
world. Then came Obama’s war against Libya’s Qaddafi, followed rapidly 
by his war to try to topple Syria’s Bashar al Assad. Soon after came 
Obama’s “war for democracy in Ukraine,” otherwise better called Obama’s 
attempt to provoke Russia into a new war confrontation with NATO by 
backing a gaggle of Ukrainian oligarchs, criminals and outright 
neo-nazis in Kiev. In July of this year, Obama’s Administration was 
pushing the President to launch a second try at bombing Syria back to 
the Stone Age, allegedly to destroy ISIS, a looney Jihadist Sunni sect 
that was said to be a joint venture of the CIA and Israeli intelligence.
Now Obama’s advisers, no doubt led by 
the blood-thirsty National Security Adviser, Susan Rice, have come up 
with a new war. This is the War Against Ebola. On September 16, 
President Obama solemnly declared the war. He announced, to the surprise
 of most sane citizens, that he had ordered 3,000 American troops, the 
so-called “boots on the ground” that the Pentagon refuses to agree to in
 Syria, to wage a war against….a virus?
In a carefully stage-managed appearance 
at the US Centers for Disease Control (CDC), Obama read a bone-chilling 
speech. He called the alleged Ebola outbreaks in west Africa, “a global 
threat, and it demands a truly global response. This is an epidemic that
 is not just a threat to regional security. It’s a potential threat to 
global security, if these countries break down, if their economies break
 down, if people panic,” Obama continued, conjuring images that would 
have made Andromeda Strain novelist Michael Chrichton drool with envy. 
Obama added, “That has profound effects on all of us, even if we are not
 directly contracting the disease. This outbreak is already spiraling 
out of control.” 
With that hair-raising introduction, the President of the world’s 
greatest Superpower announced his response. In his role as 
Commander-in-Chief of the United States of America announced he has 
ordered 3,000 US troops to west Africa in what he called, “the largest 
international response in the history of the CDC.” He didn’t make clear 
if their job would be to shoot the virus wherever it reared its ugly 
head, or to shoot any poor hapless African suspected of having Ebola. 
Little does it matter that the US military doesn’t have anywhere near 
3,000 troops with the slightest training in public health.
Before we all panic and line up to receive the millions of doses of 
untested and reportedly highly dangerous “Ebola vaccines” the major 
drug-makers are preparing to dump on the market, some peculiarities of 
this Ebola outbreak in Africa are worth noting.
CERTIFIED EBOLA DEATHS?
The World Health Organization, under the
 Director, Dr Margaret Chan, in a press conference on September 13, 
sounded the alarm, warning that Ebola in west Africa was surging out of 
control. “In the three hardest hit countries, Guinea, Liberia and Sierra
 Leone, the number of new patients is moving far faster than the 
capacity to manage them,” Chan claimed. WHO claims that almost half of 
301 health-care workers dealing with alleged Ebola patients have 
themselves died, and that 2,400 people out of 4,784 cases in Africa have
 died of 
Ebola.
 On August 8, Chan declared the African Ebola situation a “Public Health
 Emergency of International Concern,” whatever that is supposed to mean.
A major problem for Chan and her 
backers, however, is that her Ebola statistics are very, very dubious. 
For those whose memory is short, this is the same Dr Margaret Chan at 
WHO in Geneva who was guilty in 2009 of trying to panic the world into 
taking unproven vaccines for “Swine Flu” influenza, by declaring a 
Global Pandemic with statistics calling every case of symptoms that of 
the common cold to be “Swine Flu,” whether it was runny nose, coughing, 
sneezing, sore throat. That changed WHO definition of Swine Flu allowed 
the statistics of the disease to be declared Pandemic. It was an utter 
fraud, a criminal fraud Chan carried out, wittingly or unwittingly (she 
could be simply stupid but evidence suggests otherwise), on behalf of 
the major US and EU pharmaceutical cartel.
In a recent Washington Post 
article it was admitted that sixty-nine percent of all the Ebola cases 
in Liberia registered by WHO have not been laboratory confirmed through 
blood tests. Liberia is the epicenter of the Ebola alarm in west Africa.
 More than half of the alleged Ebola deaths, 1,224, and nearly half of 
all cases, 2,046, have been in Liberia says WHO.  
And the US FDA 
diagnostic test used for the lab confirmation of Ebola is so flawed that
 the FDA has prohibited anyone from claiming they are safe or effective. 
¿Los humanos portamos el virus del ébola? El miedo al mismo seguro
La Liga para la  Libertad de Vacunación ha 
difundido un informe con el que pretende  “reorientar” el debate sobre 
los efectos del virus del ébola. Para esta entidad  el ébola es tan 
común que los humanos lo portamos y sólo las malas  condiciones de vida lo hacen “maligno”. ¿Existe una campaña de marketing del  miedo al ébola? Para ellos sí… y para mí también.
      Desde la Liga dicen que
  
"    ni ha habido epidemia,  ni el reservorio está en 
el murciélago, ni existen fármacos adecuados y  menos vacunas que 
disminuyan esta situación infecciosa. Este virus  y sus modificaciones está presente en las personas,
 animales, vegetales  y seres minerales de manera natural, simbiótica, 
saprófita y como todas  las moléculas ADN/ARN ejerce una función 
básica necesaria para el  desarrollo de la vida biológica de los 
minerales, vegetales y animales”.
   Es un virus ARN que  pertenece a la familia Filoviridae, la misma 
que el virus Marburgo  descrito en 1967 y que se observó a partir del 
primer brote referido en  1976 entre los ribereños del río Ébola (antiguo Congo). Su  letalidad depende entre otras cosas del estado general de la población.
    Si la alimentación es  suficiente, si el desarrollo económico es 
progresivo y sostenible, si la  estabilidad sociopolítica impera, si no 
existen procesos bélicos en el  territorio y si no se producen 
desigualdades, la infección es benigna y  se presenta como un proceso viral idéntico a la varicela, resfriado,  malaria, gripe y dengue benigno.
  
"    Las manifestaciones más  frecuentes pueden ser fiebre, 
cefalea, erupción maculopapulosa, diarrea,  tos, artralgia y cansancio 
generalizado”, argumentan los cinco médicos que han  realizado el 
informe.
      Añaden que como toda  viriasis, si las condiciones de vida son 
de hambre, pobreza,  desigualdad, enfrentamiento bélicos y gran 
precariedad sociopolítica, la  posible evolución benigna inicial deriva 
hacia una malignización al  igual que la viruela terminal, el sarampión negro, el dengue grave y la  malaria letal. En
 esta situación es frecuente la aparición de  alteraciones graves de la 
coagulación, siendo la hemorragia generalizada  interna (respiratoria, 
digestiva o de cualquier órgano) la que causará  la muerte rápida de la persona afectada.
    Sobre porqué atravesamos  por una racha “informativa” sobre el ébola
 destacan motivos geoestratégicos y  político-económicos:
  
 "En el territorio  geográfico de África en el que se ha descrito
 esta infección aparecen  datos de gran interés para entender lo que 
sucede. Las situaciones difundidas  sobre la infección Ébola por los 
medios de comunicación en fecha 2 de  septiembre se han producido 
mayoritariamente en Liberia, Guinea  Conakry, Costa de Marfil y Sierra Leona (África Occidental). Estos  territorios se caracterizan por tener en sus suelos una gran riqueza  de hierro, diamantes, azúcar, caucho, coca, bauxita,  aluminio, oro, uranio, algodón café, cacao, marfil, rutilo y  cacahuete”.
  
    
    
    
Distribución geográfica  del ébola en Guinea, Liberia y Sierra Leona. Gráfico: OMS.
      Son todas ellas materias  que manufacturadas son de gran 
utilización y por lo tanto muy buscadas por  la industria del 
consumo. Esa zona del mundo lleva decenios envuelta en  conflictos bélicos
 internacionales debido a la extracción masiva de  sus materiales por 
las potencias industriales y de luchas civiles desde su  independencia 
en 1960 y sobre todo desde 1980.
    La población existente  supera un desempleo del 80% y malvive con una pobreza superior al 68%. Su
  alta natalidad actual y el desempleo enorme hacen que las migraciones 
 internas hacia las ciudades populosas y externas hacia otros países 
sean  frecuentes y elevadas. Todas estas circunstancias hacen que una  infección viral pueda convertirse en una situación mortal.
    Cualquier infección  viral o no del tipo viruela, dengue, malaria, sarampión y ébola, en
  estas condiciones de vida puede presentar una Tasa de Letalidad  
(muertes en relación a las personas afectadas) que oscila entre un 
mínimo  del 25% y un máximo del 90%. En agosto de 2014 la letalidad ha  
rondado el 60%. Sin embargo, continúan desde la Liga
  
 "es bueno recordar que no  se trata de una epidemia, como han 
dado a entender los medios de  comunicación, sino de una 
endemia. Estamos hablando de 3.000 personas  afectadas de un total de 
42.000.000 de habitantes entre los cuatro países  susodichos. Si hacemos
 el cálculo vemos que la Tasa de Morbilidad ha sido  del 
7/100.000 habitantes siempre inferior a la tasa morbilidad  10/100.000 habitantes considerada internacionalmente como mínima para  clasificarla como epidemia“.
      La Liga considera que la  información vertida por los medios de comunicación y con el respaldo de  las autoridades sanitarias internacionales ha estado, por general, manipulada.
  
 "La industria  farmacológica ha creado un terreno propio para 
dar a conocer sus productos  estrella vendibles a muy corto plazo como 
son los medicamentos  antivirales (monoclonales  como el ZMapp) y las próximas  vacunas (combinación del virus del resfriado común o gripe y virus  ébola desactivado).
 Todo este proceso de producción ha desencadenado  intensos movimientos 
bursátiles en el mes de agosto de 2014 que indican  desplazamientos de 
capital de unas inversiones a otras. Es el mismo  cuento explicado en el
 verano del 2009 para acelerar la producción  de productos de consumo farmacéutico sin ninguna eficacia ni utilidad“.
      Me ha llamado la  atención que todas las personas portemos el virus de ébola,
 no lo sabía.  Sobre las riquezas de los países afectados por la 
endemia, concepto que me  parece razonable (no sería una epidemia, no) 
comentar que no le veo mucha  relación y que eso va a ocurrir casi 
siempre que se desate un problema de salud  pública similar en cualquier
 otro sitio. Es decir, cada espacio geográfico del  planeta tiene sus 
riquezas particulares. No le veo relación a lo uno con lo  otro.
    Comentarios similares  surgieron el domingo por la noche en el espacio televisivo Cuarto  milenio, presentado por Iker Jiménez en la cadena Cuatro, al que me invitaron  para hablar del ébola (min. 20).
    Sí estoy de acuerdo y es  lo que fui a explicar al programa, que hay
 unos claros intereses financieros en  acelerar la producción y venta de
 remedios de patente para combatir el ébola  y las farmacéuticas, como ocurrió con la falsa pandemia de gripe A de 2009, se  ven favorecidas por la Organización  Mundial de la Salud (OMS) al declarar el estado de emergencia.  Asistimos pues a una campaña  de marketing del miedo al ébola que favorece los intereses financieros  de las industrias sanitarias.