30 julio 2007

La mentira perpetua para un estado de guerra perpetuo

La informacion como arma de destruccion masiva:

Ejemplos varios:

América Latina está siendo invadida silenciosamente en varios frentes: político, económico, militar, científico, cultural, lo que tiene un centro coordinador común:

los medios masivos de comunicación, en momentos en que la información se ha transformado en un arma de destrucción masiva. En los permanentemente renovados esquemas de seguridad nacional de Estados Unidos, la manipulación informativa se ha convertido en el arma más poderosa que antecede al disparo de los misiles y a los bombardeos.

Ahora la palabra mata, oculta crímenes brutales bajo envolturas de mensajes muy bien preparados, en diseños de guerras reales y cibernéticas, con comandos especializados, con criminales atípicos, que no llevan armas sino discursos mediáticos tan destructivos como un misil.

Porque el periodismo actual debe entender que si la palabra mata, o sirve a los más brutales diseños de genocidio o exterminios masivos-cuyo mejor y trágico ejemplo es hoy Irak- el que dispara esa palabra que matará, es tan criminal como el que deja caer la bomba asesina, sobre todo aquellos que está bajo fuego del terrorismo de Estado mundial.

Los nuevos diseños de seguridad nacional estadounidense, trazados mucho antes de los atentados que desplomaron las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001 extienden las fronteras seguras del poder hegemónico a todo el mundo, sin consideración alguna de legalidad, soberanía, o razones humanitarias o morales. Ese hecho fue absolutamente funcional para las necesidades geoestratégicas de poner en marcha los trazados de Guerras de Baja, Mediana y Alta Intensidad remozados en los años 90.

En su momento, Adolf Hitler, bajo los enunciados de la doctrina de “fronteras seguras” como modelo de la expansión nazi avanzó sobre todo lo que lo rodeaba o lo que consideraba debía controlar en nombre de la seguridad de Alemania.

Ahora con la misma concepción nazi, Estados Unidos y sus asociados definen una guerra infinita, sin fronteras, sin leyes, sin control, que abarca a todo el mundo, convertido en su también “infinita” frontera de seguridad.

Y detrás- lo dicen también abiertamente como en estos días lo reconoció el gobierno de Australia, participante del genocidio iraquí- están las necesidades cada vez más acuciantes de recursos naturales, que el capitalismo en su perverso esplendor dilapida sin control.

Los medios privados y la incitación al genocidio

Recientemente se publicó el informe “Los medios y el genocidio de Rwanda” editado por Allan Thompson (2007), donde se cita una declaración de Kofi Annan, ex secretario general de la ONU, publicado por el Centro Internacional de u Investigación y Desarrollo de Canadá. Precisamente Annan hablando en la Escuela de Periodismo y Comunicación de la Universidad de Carleton en Ottawa, durante la celebración de una reunión sobre “Los Medios( de comunicación) y el Genocidio de Rwanda” denunció que estos “fueron usados” en ese país “para diseminar odio, deshumanizar a la gente, y más aún para guiar a los genocidas hacia sus víctimas. Tres periodistas y propietarios de medios han sido encontrados culpables de Genocidio por el Tribunal Criminal Internacional para Rwanda, y también de incitación al genocidio, conspiración y de cometer crímenes contra la humanidad. Debemos encontrar una vía para responder a tales abusos de poder...”

También sostuvo que “No puede haber asunto mas importante, ni obligación más apremiante que la prevención del genocidio.”

Esta declaración de Annan fue silenciada a nivel mundial, de la misma manera que se silenció el castigo de la justicia a los medios de comunicación y periodistas que participaron en la Operación Colombo, de contrainsurgencia que planeó la dictadura de Augusto Pinochet con la CIA, los escuadrones de la muerte de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) y sectores de inteligencia y seguridad del gobierno argentino de entonces (1975).

sigue..
La palabra que mata por Stella Calloni
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